-¡Oiga¡ que
este artículo es “original”, que lo he hecho a mano, mientras cantaba una nana
a la nena y con el pie la acunaba, al tiempo que…
El comprador lo que busca es un objeto bien hecho, que le
guste o que lo necesite, y que no desbarre mucho del precio que el considera
justo.
Según Marx, al distinguir entre “trabajo como actividad” y
“trabajo como resultado”, en ese objeto está estampada la vida de un
trabajador. Cuando compro un objeto estoy comprando vida humana ahí
cristalizada. Pero yo eso no lo veo. No sé si ha sido explotado con un mísero
salario o ha cobrado un salario justo.
Veo un objeto – me gusta o lo necesito o ambas cosas-
pregunto o veo el precio – y si ambos (gusto o necesidad y precio) los
considero equilibrados lo adquiero.
Si un artesano me jura por su santísima madre (que Dios
tiene que tenerla en la gloria y recogida en su seno porque era una santa), que
ha hecho ese botijo que tengo en mis manos rezando el santo Rosario, haciendo
el pino, de rodillas, cantándole una Salve a María Inmaculada, mientras con el
pie derecho iba llevando el compás…todo eso le valdrá (será un valor) para él.
Yo no lo veo así. Yo sólo veo el botijo como instrumento decorativo o como
saciador de mi sed.
Porque con esto de que “es original”…, ¡como si la
“originalidad” llevara prendida la “perfección” y la “utilidad”.
Que puede que sí, pero que, por lo general, “la
originalidad” es “mediocridad”.
Es como si yo cantara ópera. Más original, imposible. Peor
no puede hacerse.
¿Qué mérito puede tener este artículo (y todo lo que
escribo) porque esté escrito sólo con dos dedos?
Lo que el lector busca es que el contenido le satisfaga, lo
vea interesante, lo estimule, le aporte algo, otro punto de vista, le abra una
puerta, le cierre otra,…
Lo que el posible lector busca es el “objeto” no el “cómo ha
sido hecho” ese objeto.
La mediocridad es la norma. Desde que nos levantamos, casi
todo lo que hacemos es “original”, cada uno “origina” lo suyo, pero casi todo
entra dentro de la categoría de “mediocre”. Que no tiene por qué ser
“despreciable”, pero tampoco “apreciable”, “loable” por el otro.
Es “original” para el que lo origina, pero el otro lo juzga
como “acto u objeto” ya hecho.
-“Esta mañana
he estornudado diez veces seguidas”
Original sí, PERO…¿qué?
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