LOS NUEVOS FILÓSOFOS
Ya nada ha vuelto a ser
igual, después de Nietzsche, a como lo fue antes de Nietzsche.
Los pastores han descuidado y
abandonado el redil al comprobar éste que las praderas en que pastar estaban
angostas y el redil se ha deshecho como tal y cada oveja ha ido por su camino,
solos o en pequeñas manadas.
Los perros del pastor, con
los que asustaban a las ovejas, o se han vuelto mansos o ya no son temidos por
éstas porque, ya, no sólo no muerden, es que ya ni ladran.
La condena al fuego eterno,
“que arde y no se consume” ha dejado de producir el efecto durante dos mil años
pretendido, los pecados mortales de la
sexualidad han sido considerados placenteros, casi virtudes, y los pastores
también han descuidado su profesión, militando y disfrutando de esta vida
terrena.
Los valores que han regido a
las personas y a la sociedad durante dos mil años han perdido su valor, porque
su base era Dios y “Éste ha muerto”, el hombre y la sociedad se han
secularizado, se han hecho amigos del tiempo y como el “tiempo es oro” hay que
gastarlo y consumirlo de la forma más placentera posible.
Ya no se apuesta por vivir
esta vida temporal muriendo a pedazos con sacrificios y privaciones, para vivir
la otra vida eterna, tras resucitar.
Ya nadie apuesta por el “muero
porque no muero”, ahora, todos, sólo queremos vivir, vivir bien, vivir a tope,
vivir mientras estamos vivos.
CARPE DIEM.
“Aprovecha el momento, el
instante, el ahora, el presente”, “oveja que bala, bocado que pierde”, “más
vale pájaro en mano que ciento volando”…
LOS NUEVOS FILÓSOFOS.
“Un filósofo es un hombre
que, constantemente, vive, ve, oye, sospecha, espera, sueña cosas
extraordinarias; alguien a quien sus propios pensamientos le golpean como desde
fuera, desde arriba y desde abajo, constituyendo su especie peculiar de
acontecimientos y rayos; acaso él mismo sea una tormenta que camina grávida de
nuevos rayos; un hombre fatal, rodeado siempre de truenos, de gruñidos,
aullidos y acontecimientos inquietantes; ¡ay¡, un ser que, con frecuencia, huye
de sí mismo, que, con frecuencia, tiene miedo de sí, pero que es demasiado
curioso para no volver “a sí” una y otra vez”
¿A qué denomina Nietzsche
“nuevos filósofos”?
Hay, en Nietzsche, dos
conceptos básicos: un concepto de “filosofía” y un concepto de “filósofo”.
Para él la filosofía es la de
aquellos primeros filósofos griegos instalados en la “sabiduría” más que en el
“conocimiento”.
Ellos fueron los inventores
de la filosofía porque fueron los depositarios de un saben antiguo.
¿En qué medida la filosofía
estuvo ligada, desde sus inicios, a la religión y a la moral? ¿En qué medida
fue prolongación del poder de los sacerdotes o representó los intereses de una
aristocracia primitiva griega, creadora de nuevos valores en el interior de esa
sociedad?
La filosofía –para él –está
enmarcada entre el “amor a la sabiduría”
y el “desprecio de la moral decadente” ya en Sócrates y que siguió con
Platón, el Cristianismo,…
“Los filósofos son los
“décadents” del mundo griego, el movimiento de oposición al gusto antiguo,
aristocrático, y como eran miedosos, irritables, inconstantes,…tenían razones
para hacerse predica una moral”
La filosofía está alejada de
la religión, fuera de toda moralidad y más cercana a la ciencia.
Nada más ajeno a la filosofía
que el dogmatismo, siempre será algo problemático, extraño, enigmático, se
mueve por caminos vedados para la mayoría, se desliga de todo tipo de
moralidad, sin plantearse criterios de objetividad científica, por lo que no
es, en sentido moderno, una Ciencia.
No busca demostrar nada (como
los positivistas), no aspira a mejorar el mundo (y, menos aún se inventa otro,
al estilo de la metafísica tradicional). Destruye el mundo mismo de la Apariencia al destruir
un pretendido mundo de la verdad, así, no es platonismo.
Han sido los
filósofos-sacerdotes los que han empantanado la historia misma de la filosofía
moralizándola y llevando, así, a la humanidad por caminos errados y violentos,
guiados por una pretendida Voluntad de Verdad que oculta la gran mentira,
presente, hasta ahora, en la humanidad.
La filosofía no se
corresponde con lo que, hasta ahora, se ha llamado filosofía.
La filosofía no ha podido
desligarse de la religión y de la moral, y continúa por la senda de éstas,
proponiendo mundos ultraterrenos y valores para la mayoría, para las masas, que,
en el fondo, es lo que pretenden las religiones.
La filosofía debe recuperar
su papel de guiadora de las ciencias y desplazar de su lugar a las ciencias
positivas, que han invadido y siguen invadiéndolo todo, apoderándose de
terrenos que, tradicionalmente, sólo han pertenecido a la filosofía.
Si la filosofía debe ser esa
ciencia-guía debe proponer criterios y valoraciones nuevas para esa
transvaloración, ubicándose en una posición dominante de cara al porvenir del hombre.
La filosofía debe desligarse
de todo tipo de moralidad, como ciencia que es/debe ser y ubicarse en un
terreno amoral aunque (y no debemos olvidarlo) el hombre es, fundamentalmente,
un “animal que valora”, pero debe ser desde la Ética (apoyada en la Razón ) no desde cualquier
moral (que se apoya en religiones, ideologías, creencias, prejuicios,
tradiciones,…porque en Occidente Ética y Religión se han confundido
permanentemente).
Y hay que tener en cuenta que
una amenaza para la Ética es la democracia, el aplebeyamiento de las
costumbres, nada que ver con el respeto y distinción entre los hombres.