martes, 31 de julio de 2018

NIETZSCHE 10 LOS NUEVOS FILÓSOFOS (1)


LOS NUEVOS FILÓSOFOS

Ya nada ha vuelto a ser igual, después de Nietzsche, a como lo fue antes de Nietzsche.
Los pastores han descuidado y abandonado el redil al comprobar éste que las praderas en que pastar estaban angostas y el redil se ha deshecho como tal y cada oveja ha ido por su camino, solos o en pequeñas manadas.

Los perros del pastor, con los que asustaban a las ovejas, o se han vuelto mansos o ya no son temidos por éstas porque, ya, no sólo no muerden, es que ya ni ladran.
La condena al fuego eterno, “que arde y no se consume” ha dejado de producir el efecto durante dos mil años pretendido,  los pecados mortales de la sexualidad han sido considerados placenteros, casi virtudes, y los pastores también han descuidado su profesión, militando y disfrutando de esta vida terrena.

Los valores que han regido a las personas y a la sociedad durante dos mil años han perdido su valor, porque su base era Dios y “Éste ha muerto”, el hombre y la sociedad se han secularizado, se han hecho amigos del tiempo y como el “tiempo es oro” hay que gastarlo y consumirlo de la forma más placentera posible.

Ya no se apuesta por vivir esta vida temporal muriendo a pedazos con sacrificios y privaciones, para vivir la otra vida eterna, tras resucitar.
Ya nadie apuesta por el “muero porque no muero”, ahora, todos, sólo queremos vivir, vivir bien, vivir a tope, vivir mientras estamos vivos.

CARPE DIEM.

“Aprovecha el momento, el instante, el ahora, el presente”, “oveja que bala, bocado que pierde”, “más vale pájaro en mano que ciento volando”…

LOS NUEVOS FILÓSOFOS.

“Un filósofo es un hombre que, constantemente, vive, ve, oye, sospecha, espera, sueña cosas extraordinarias; alguien a quien sus propios pensamientos le golpean como desde fuera, desde arriba y desde abajo, constituyendo su especie peculiar de acontecimientos y rayos; acaso él mismo sea una tormenta que camina grávida de nuevos rayos; un hombre fatal, rodeado siempre de truenos, de gruñidos, aullidos y acontecimientos inquietantes; ¡ay¡, un ser que, con frecuencia, huye de sí mismo, que, con frecuencia, tiene miedo de sí, pero que es demasiado curioso para no volver “a sí” una y otra vez”

¿A qué denomina Nietzsche “nuevos filósofos”?

Hay, en Nietzsche, dos conceptos básicos: un concepto de “filosofía” y un concepto de “filósofo”.

Para él la filosofía es la de aquellos primeros filósofos griegos instalados en la “sabiduría” más que en el “conocimiento”.

Ellos fueron los inventores de la filosofía porque fueron los depositarios de un saben antiguo.

¿En qué medida la filosofía estuvo ligada, desde sus inicios, a la religión y a la moral? ¿En qué medida fue prolongación del poder de los sacerdotes o representó los intereses de una aristocracia primitiva griega, creadora de nuevos valores en el interior de esa sociedad?

La filosofía –para él –está enmarcada entre el “amor a la sabiduría”  y el “desprecio de la moral decadente” ya en Sócrates y que siguió con Platón, el Cristianismo,…

“Los filósofos son los “décadents” del mundo griego, el movimiento de oposición al gusto antiguo, aristocrático, y como eran miedosos, irritables, inconstantes,…tenían razones para hacerse predica una moral”

La filosofía está alejada de la religión, fuera de toda moralidad y más cercana a la ciencia.

Nada más ajeno a la filosofía que el dogmatismo, siempre será algo problemático, extraño, enigmático, se mueve por caminos vedados para la mayoría, se desliga de todo tipo de moralidad, sin plantearse criterios de objetividad científica, por lo que no es, en sentido moderno, una Ciencia.
No busca demostrar nada (como los positivistas), no aspira a mejorar el mundo (y, menos aún se inventa otro, al estilo de la metafísica tradicional). Destruye el mundo mismo de la Apariencia al destruir un pretendido mundo de la verdad, así, no es platonismo.

Han sido los filósofos-sacerdotes los que han empantanado la historia misma de la filosofía moralizándola y llevando, así, a la humanidad por caminos errados y violentos, guiados por una pretendida Voluntad de Verdad que oculta la gran mentira, presente, hasta ahora, en la humanidad.

La filosofía no se corresponde con lo que, hasta ahora, se ha llamado filosofía.

La filosofía no ha podido desligarse de la religión y de la moral, y continúa por la senda de éstas, proponiendo mundos ultraterrenos y valores para la mayoría, para las masas, que, en el fondo, es lo que pretenden las religiones.

La filosofía debe recuperar su papel de guiadora de las ciencias y desplazar de su lugar a las ciencias positivas, que han invadido y siguen invadiéndolo todo, apoderándose de terrenos que, tradicionalmente, sólo han pertenecido a la filosofía.

Si la filosofía debe ser esa ciencia-guía debe proponer criterios y valoraciones nuevas para esa transvaloración, ubicándose en una posición dominante de cara al porvenir del hombre.

La filosofía debe desligarse de todo tipo de moralidad, como ciencia que es/debe ser y ubicarse en un terreno amoral aunque (y no debemos olvidarlo) el hombre es, fundamentalmente, un “animal que valora”, pero debe ser desde la Ética (apoyada en la Razón) no desde cualquier moral (que se apoya en religiones, ideologías, creencias, prejuicios, tradiciones,…porque en Occidente Ética y Religión se han confundido permanentemente).

Y hay que tener en cuenta que una amenaza para la Ética es la democracia, el aplebeyamiento de las costumbres, nada que ver con el respeto y distinción entre los hombres.

lunes, 30 de julio de 2018

NIETZSCHE 9 LO DIONISÍACO (y 2)




La destrucción de la Moral implica la destrucción de la Verdad y todas las categorías metafísicas en las cuales se ha encerrado la vida.

Muerto Dios y todos los valores que le correspondían, el camino hacia el porvenir queda abierto. Pero no hay un único camino. Son muchos que se expanden cada vez más.
Es el camino de cada hombre y el de una humanidad realmente liberada.

“Mil senderos existen que aún no han sido nunca recorridos: mil formas de salud y mil ocultas islas de la vida. Inagotados y no descubiertos continúan siendo siempre para mí el hombre y la tierra del hombre”.

Este nuevo mundo dionisíaco, que se destruye y se construye por el simple placer de destruirse y construirse, crea y destruye valores en el propio juego, en el que se cifra la existencia misma.
Es el juego de la existencia, de la voluntad de poder creadora de vida y del derroche de la vida misma, que se sacia en el propio crear.

Dionisos no encierra un concepto unívoco al estilo de la tradición lingüística.
Es más, está más allá del mismo lenguaje y del mismo pensamiento.

“Para que exista el placer de crear (…) tiene que existir, también, el “tormento de la parturienta”

Dionisos insinúa el camino que se coloca más allá del Bien y del Mal. Representa lo que aún desconocemos y en lo que radica nuestra verdadera posibilidad de existencia en la tierra.

“El decir SÍ a la vida, incluso en sus problemas más extraños y duros; la voluntad de vida, regocijándose de su propia inagotabilidad al sacrificar a sus tipos más altos; a eso fue a lo que yo llamé “dionisíaco”.

El desenmascaramiento de esta terrible verdad milenaria, la concepción de la historia de la humanidad como la historia de una gran mentira, está también en la base de este planteamiento.

¿Por qué se llegó a inventar la fábula de un mundo más perfecto que éste, al que se subvalora?
¿Por qué la humanidad ha estado durante milenios prisionera de estos criterios de valoración y no logra desembarazarse de los dioses y de las religiones, para construir libremente su destino?

Dionisos es el símbolo de la vida.

“Yo fui el primero que, para comprender el instinto helénico más antiguo…tomé en serio aquel maravilloso fenómeno que lleva el nombre de Dionisos: el cual sólo es explicable por una demasía de fuerza”

Dionisos es el dios liberador y la ruptura con el monoteísmo del que el mismo Nietzsche estaba cansado.

Con el martillo ha sido posible asomarse a un nuevo tiempo y a una nueva historia.

El mundo dionisíaco, que destruye todos los sentidos anteriores, que no tiene ninguna responsabilidad ni con un comienzo ni con las instituciones que subyacen a ese pretendido comienzo, se expande en todas  direcciones y por “mil senderos” se abre paso al porvenir, la filosofía se convierte en la sabiduría obligada, porque “los dioses también filosofan” y los filósofos del “peligroso quizás” aparecen en el horizonte.


viernes, 27 de julio de 2018

NIETZSCHE 9 LO DIONISÍACO (1)


Si la Filosofía, hasta ahora, durante milenios ha sido Apolínea, racional, condenando el instinto y todo lo que suene a lúdico somático, a partir de ahora, en la Filosofía del Porvenir debe ser entronizado Dionisos, lo dionisíaco.

Dionisos simboliza el carácter afirmativo de la existencia. La vida es para vivirla, no para hipotecarla en aras de una promesa inverificable tras la muerte.
Dionisos y lo dionisíaco es la Señal Identificadora de una nueva era, de una nueva Edad de la Humanidad en la que los viejos ideales cristianos se hunden definitivamente para darle paso a este nuevo “reino de Zaratustra de los 1.000 años”

“Mas yo y mi destino – no hablamos al hoy - , tampoco hablamos al nunca: para hablar tenemos paciencia y tiempo, y más que tiempo. Pues un día tiene él que venir y no le será lícito pasar de largo.
¿Quién tiene que venir un día y no le será lícito pasar de largo?, nuestro Gran Hazar, es decir, nuestro grande y remoto reino del hombre, el reino de Zaratustra de los mil años”

El nuevo símbolo representa la vida ascendente. Es la vida misma.
Ya no es un dios, pero tampoco es un hombre. Representa una Nueva Humanidad, transfigurada, cambiada, después del terrible hundimiento en el Nihilismo.

Algo que ni nosotros mismo comprendemos porque estamos siendo prisioneros de los viejos valores y de la antigua interpretación moral de la existencia.

Una vez superada la moral, la que se consideraba la “única moral”, la única interpretación de la vida y del mundo, la vida se abre a mil caminos y posibilidades que avanzan hacia el porvenir.

Liberación de la considerada “única interpretación”.

NIETZSCHE 8 ARISTOCRACIA DEL ESPÍRITU ( y 3)

jueves, 26 de julio de 2018

NIETZSCHE 8 ARISTOCRACIA DEL ESPÍRITU (2)

¿Cómo interpretar los apartes de su “Ecce homo”: “¿Por qué soy tan sabio?”, “¿por qué soy tan inteligente?”, ¿”por qué escribo tan buenos libros”?, “¿por qué soy un destino”?...¿Denotan una extrema arrogancia o sólo pretenden burlarse del lector?

Una aristocracia del espíritu que no sabemos, exactamente lo que es, pero que nada tiene que ver con lo que hasta ahora se ha denominado “Espíritu” o “Vida espiritual”.

“Hay que tener necesidad del espíritu para llegar a adquirirlo –se lo pierde cuando ya no se tiene la necesidad de él -. Quien tiene fortaleza prescinde del espíritu (…) yo entiendo por espíritu, como se ve, la previsión, la paciencia, la astucia, la simulación, el gran dominio de sí mismo”

Todos tenemos la idea de que existen hombres diferentes, distintos, inmersos en la humanidad, hombres capacitados para guiar, para mandar, para moldear el porvenir humano a través de la creación de nuevos valores, autoafirmativos, poderosos, pero, sobre todo, independientes, hombres con grandes metas, los únicos que representan un valor sobre la tierra, para los cuales y por los cuales la vida toma sentido y la tierra misma tiene sentido.

¿Pero son capaces de arrastrar con su ejemplo a las masas o són éstas las que comienzan la labor de socavar a tipos tales, rebuscando y rebuscando en su pasado o, sencillamente, proclamar como real lo deseado o temido por el propalador de esos juicios?.

Estamos muy acostumbrados a cortar las cabezas de los que sobresalen-quieren sobresalir o socavar la tierra bajo sus pies para que no sobresalgan.

“Sólo nosotros (y todos nosotros)  somos divinos…el Cristianismo venció en esa batalla y por su causa pereció esa mentalidad aristocrática. El Cristianismo ha sido, hasta ahora, la máxima desgracia de la humanidad”.

¿Cuál es la procedencia de estos “aristócratas”?
Nietzsche no nos lo aclara, sólo los llama “los menos”, los “hiperbóreos” (inmortales), “los inmorales”, “los espíritus libres”, “Los Aristócratas o Distinguidos”

¿Son sinónimas todas esas denominaciones?
Da la sensación de que todas remiten a lo mismo: a hombres distintos, que parecen cumplir en el interior de la humanidad extraños destinos, involucrados en una misión cuyo objetivo es llevar a la humanidad hacia otros reinos u otros mundos por venir.

Y nada de esto tiene que ver con el ámbito religioso, ni a ningún tipo de profeta, o santo, o fundador de una religión…No en vano su Zaratustra es un anti-evangelio y, en él, la figura del anti-profeta parece cumplir ese extraño destino y, de ahí, también lo de “un libros para todos y para nadie”

Ese “espíritu devenido libre, que ha vuelto a tomar posesión de sí mismo”, en el primer tratado de la Genealogía de la Moral lo concreta y hace referencia al tipo ario, rubio, blanco, bárbaro, que subyuga y somete a pueblos más débiles y que impone fundamentalmente su fuerza, que crea sus propios valores y los impone, que vive autoafirmativamente y ha hecho la historia en su imposición a otros pueblos y a otras culturas, y que nada tiene que ver ni con los valores democráticos no con la moral judeo-cristiana que ha logrado imponer en el mundo el tipo opuesto.

No hay, pues, idealismo en Nietzsche.

“…fueron los “buenos” mismos, es decir, los nobles, los poderosos, los hombres de posición superior y elevados sentimientos quienes se sintieron y se valoraron a sí mismos y a su obrar como buenos, o sea, como algo de primer rango, en contraposición a todo lo bajo, lo abyecto, vulgar y plebeyo. Partiendo de este “pathos” de la distancia es como se arrogaron el derecho de crear valores, de acuñar nombres de valores…¡qué les importaba a ellos la utilidad….¡”

“La palabra distintiva de la aristocracia, que acaba significando el bueno, el noble, el puro, significaba en su origen el cabeza rubia, en contraposición a los habitantes primitivos de piel morena y cabellos negros”

Judeo-cristianos, mediterráneos, bajitos, morenos,…versus tipo nórdico, rubio, ojos azules, larga cabellera…

“Resulta imposible no reconocer, a la base de todas estas razas nobles, el animal de rapiña, la magnífica bestia rubia, que vagabundea codiciosa de botín y de victoria; de cuando en cuando esa base necesita desahogarse, el animal tiene que salir de nuevo fuera, tiene que retornar a la selva: - las aristocracias romana, árabe, germánica, japonesa, los héroes homéricos, los vikingos escandinavos – todos ellos coinciden en tal imperiosa necesidad.
Son las razas nobles las que han dejado tras de sí el concepto “bárbaro” por todos los lugares por los que han pasado…”

Todo, justamente, al revés de cómo en el momento histórico actual, representan exactamente la antítesis de lo que el pensamiento democrático ha institucionalizado: la igualdad de todos en Deberes y Derechos, aunque el mundo entero sufra las mayores injusticias y lo que prime realmente sean las más espantosas contradicciones sociales.
Se imponen los valores cristianos, la forma en que se vive una ideología judeo-cristiana disfrazada con un ropaje de instituciones democráticas

miércoles, 25 de julio de 2018

NIETZSCHE 8 ARISTOCRACIA DEL ESPÍRITU (1)



La filosofía de Nietzsche, primero destructiva, para dejar despejado el local filosófico y, una vez logrado, la filosofía constructiva.

Dividida la humanidad en Aristócratas y Esclavos, sólo tienen valor los Aristócratas en la medida en que representan todo lo que en la humanidad puede ser considerado poderoso y valiente, bello y bueno.
Pero aunque estos dos conceptos hayan sido tomados en préstamo de Platón no significan nada de lo que significaban para él.

¿Quiénes son los aristócratas?, ¿por qué se considera él un “aristócrata polaco”?

“Yo soy un aristócrata polaco “pur sang”, al que ni una sola gota de sangre mala se le ha mezclado, y menos que ninguna sangre alemana (…) siglos habría que retroceder para encontrar a esta raza, la más noble que ha existido en la tierra, con la misma pureza de instintos con que yo la represento. Frente a todo lo que hoy se llama “noblesse” abrigo yo un soberano sentimiento de distinción”

Esta división natural humana entre “aristócratas” y “esclavos” conlleva, también, sus propias morales: “la moral de los señores” y “la moral de los esclavos”.

Ese “aristócrata” nietzscheano está en la línea del “filósofo por venir”, alguien que no ha existido realmente, todavía, pero que formará parte del futuro humano.

Ese futuro o porvenir no es un idealismo sino una posibilidad abierta a lo humano, de superación de sí mismo.

“Nosotros, los veraces” es el nombre que se daban a sí mismos los Nobles de la antigua Grecia.
Esas calificaciones morales (“veraces”) se aplicaron, en primer lugar, a las “personas” y sólo después a las “acciones” o “comportamientos”.

El criterio de valoración que propone Nietzsche está basado en “la desigualdad natural de los hombres”, estableciendo entre ellos una jerarquía y distancia, lo que contradice abiertamente a los ideales democráticos, así como al socialismo.
Su punto de vista y su punto de partida, pues, están muy lejos de los criterios valorativos del XIX y del XX (democracia y socialismo o socialdemocracia) de ahí la incomprensión y ataque a su filosofía.

La pregunta, pues, surge al momento: “¿Es posible plantear una política basada en la desigualdad natural de los hombres y establecer para el porvenir el gobierno del mundo por parte de una aristocracia espiritual?

¿Cuáles serían las bases para esa política antidemocrática, antisocialista, atea, liberal,… diseñada por una minoría para una minoría que gobierne a una inmensa mayoría?

¿Cómo modificar, cómo cambiar, la escala de valores occidentales judeo-cristianos para establecer la nueva tabla de valores aristocráticos cuando los actuales sistemas políticos democráticos occidentales se rigen por las mayorías y las líneas socialdemócratas de actuación política, cuando la política que actualmente se hace hoy en el mundo es lo más alejado del pensamiento de Nietzsche?

La plebe, la masa, las masas son las que dan y/o quitan gobiernos.
Masas gobernadas por masas, esclavos gobernados por esclavos, extendidos por toda la faz de la tierra y si surge algún dictador, en alguna parte, a disparar contra él e intentando imponer una democracia en que los esclavos….y las masas….cuando en esas naciones no están ni preparadas, ni dispuestas, a ensayar políticas como se desarrollan en el mundo occidental.

Pero, si observamos atentamente el panorama político occidental, vemos que lo que estamos haciendo, a nivel político (ya no digo económico) no es lo mejor para la humanidad.
Atrapados en estas redes políticas no vemos líneas que puedan llevarnos a políticas por venir, del porvenir.

Desde que Judea y el Cristianismo vencieron a Roma los Señores ya no gobiernan, a no ser durante breves momentos en que algunos hombres grandes gobernaron esporádicamente y que luego desaparecieron desplazados por las masas y la mediocridad, que es la línea constante en el gobierno de la tierra.

“Nadie tiene ya hoy el valor de reclamar derechos especiales, derechos señoriales,…nuestra política está falta de valor”

El aristocratismo de los sentimientos ha sido socavado de la manera más subterránea por la mentira de la igualdad de las almas, y ahí está la Iglesia para proclamarlo: “todos los hombres somos hijos de Dios…” y son capaces de declarar guerras y hacer correr la sangre o encender hogueras no precisamente para librarse del frío.

El Cristianismo es una rebelión de todo lo que se arrastra por el suelo contra lo que tiene altura: “El Evangelio de los viles, envilece…”

Aunque tampoco han existido superhombres capaces de atraer y arrastrar a las masas.

En general, al que sobresale se le aplica el lecho de Procusto, por ser un soberbio, un pecador, un creído, un engreído,…

Es verdad que, a veces, surgen tipos extraordinarios en su forma de hacer política y ejercer su autoridad, pero no suelen tener continuidad y pasan por la historia como “flores de un día o de una temporada”.

Hay que crear otro tipo de valores que remitan a otra humanidad distinta y superior.

Pero ¿cómo?

Se comprende la necesidad de crear un puente que nos lleve al otro lado, tan distinto a éste en el que estamos, pero ¿dónde descansa ese puente si sólo vemos posibilidades pero no tierra firme?

martes, 24 de julio de 2018

NIETZSCHE 7 LA TRANSMUTACIÓN DE VALORES ( y 2)



“Ya el mundo ha sido, durante demasiado tiempo, una casa de locos”
“Lo que la humanidad ha tomado en serio hasta este momento no son ni siquiera realidades, son meras imaginaciones o, hablando con más rigor, mentiras nacidas de los instintos malos de naturalezas enfermas, de naturalezas nocivas, en el sentido más hondo…”

La transvaloración se convierte entonces no en un problema teórico sino en la mayor intuición de lo que puede llevar a la humanidad a otras esferas de conocimiento y de valor.

“…el rayo destructor de la Transvaloración, rayo que hará convulsionarse a la tierra…”
“Pues yo llevo sobre mis espaldas el destino de la humanidad”

La Transvaloración supone el verdadero cambio de marcha y conduce directamente a la Nueva Era dionisíaca.

“…la verdad habla en mí. Pero mi verdad es terrible: pues hasta ahora a la mentira se la venido llamando verdad. Transvaloración de todos los valores: ésta es la fórmula para designar a un acto de suprema autognosis de la humanidad, acto que en mí se ha hecho carne y genio”.

Este cambio de valores es la propuesta más radical de Nietzsche lo que permitirá hacer de su filosofía la fundamentación de una nueva manera de comprender la realidad.

Esta su filosofía ya no sería una filosofía más, entre otras, sino la filosofía misma, que apartaría a la cuneta a todas las que hasta ahora así se han llamado.

Se trata de cambiar la escala de valores, guía de la humanidad occidental hasta ahora, y que partiría a la historia en dos mitades: “antes de” y “después de”.

¿Y no sería esto lo que pasaría si la humanidad se sometiese a un proceso de profunda autognosis, ocurriendo, entonces, en el mundo modificaciones tan profundas que se alterase toda la escala de valores que nos rige?

¿Podríamos nosotros, hoy, habitar un mundo distinto a este que habitamos y soportar una existencia modelada en la tragedia vital y en la afirmación total de la existencia misma?

El cambio de valoración permite la construcción de una nueva humanidad, en la que los valores ya no son los mismos y en que ella misma tampoco es la misma.

Desaparecidos los conceptos clásicos de “unidad” e “identidad”, destruida la Lógica o declarada, simplemente, “mentira necesaria para la vida”, lo que nos queda son nuevas posibilidades imposibles de dilucidar por nosotros, atrapados durante milenios por los conceptos tradicionales lógicos y gramaticales.

Y es que, cuanto más caminamos y nos acercamos a la meta dionisíaca, más lógica perdemos y más poesía ganamos.
Las palabras se agotan, los conceptos se quedan cortos e, incluso, las metáforas son reemplazadas por el silencio.

Proseguiremos sabiendo que seguimos presos del lenguaje que, frío, no sirve para acoger la vivencia, pero que no tenemos más remedio que usarlo y forzándolo a que diga lo que queremos que diga, siendo conscientes de que nunca será así del todo, pero que debemos seguir jugando con sus posibilidades hasta el final.



lunes, 23 de julio de 2018

NIETZSCHE 7, LA TRANSMUTACIÓN DE VALORES (1)


Todo el esfuerzo filosófico de Nietzsche apunta en esta dirección.
Es una lucha de titanes contra toda una historia del mundo occidental que ha valorado la existencia de forma equivocada al infravalorar la vida real subordinándola a una vida irreal, ideal, en la que se ha creído por tanto sacerdote judeo-cristiano que ha creído en tantas cosas: vida de ultratumba, juicio final, salvación y condena eterna, un Dios terrible y temido pero, a la vez, un Dios amor, que perdona al que se arrepiente y unas virtudes que no son tales, una repulsa al cuerpo, a sus instintos,…
Toda una cultura Occidental que ha ensalzado a Apolo, entronizando la Razón, y ha enterrado a Dionisos, malinterpretando la historia que, desde los griegos era un dualismo de fuerzas representado en la tragedia.

Esos valores no son valores de afirmación de la vida, sino de su negación.
El místico español lo expuso muy claramente: “muero porque no muero”.

Se ha llamado “vida” a la “muerte” y se ha colocado en la cumbre de toda esta interpretación a un Dios que representa el “monotonoteísmo” y la negación, la antítesis de la existencia, la muerte.

Un Dios débil y enfermo, decrépito, chandala, miserable, compasivo.

Hemos centrado en el todas nuestras esperanzas –pero la esperanza es ya un mal en los griegos –y establecido un sistema que no nos permite ni la libertad ni la inocencia.

“Lo que nos separa no es el hecho de que ni en la historia, ni en la naturaleza, ni detrás de la naturaleza reencontremos nosotros un Dios, sino el que aquello que ha sido interpretado como Dios nosotros lo sintamos no como algo “divino” sino como algo digno de lástima, absurdo, nocivo, no sólo como un error, son como un crimen contra la vida…Nosotros negamos a Dios en cuanto Dios…”

“El Cristianismo es un sistema, una visión de las cosas coherente y total.
Si se arranca de él un concepto capital, “la fe en Dios”, se despedaza con ello también el todo; ya no se tiene entre los dedos una cosa necesaria…”

Pero también hemos hecho del mundo un lugar lúgubre, un hospital gigantesco, de una increíble tristeza, plagado de símbolos de muerte, de cadáveres, de cruces,…

Poner como signo del Cristianismo una cruz, un instrumento de tortura que, además, lleva hasta la muerte, es ya una provocación, un insulto a la vida.

Y lo más terrible: hemos hecho de este mundo un manicomio terrible.
El mundo es una cosa de locos y lo ha sido ya desde hace mucho tiempo.

“Poner enfermo al hombre es la verdadera intención oculta de todo el sistema de procedimientos salutíferos de la Iglesia.
La Iglesia misma, ¿no es ella el manicomio católico como último ideal?
¿La tierra en cuanto tal como manicomio?
El hombre religioso, tal como la Iglesia lo quiere es un “decadent” típico. El momento en que una crisis religiosa se adueña de un pueblo viene caracterizado siempre por epidemias nerviosas; el “mundo interior” del hombre religioso se asemeja, hasta confundirse con él, al “mundo interior” de los sobrexcitados y extenuados; los estados “supremos” que el Cristianismo ha suspendido por encima de la humanidad, son formas epileptoides, la Iglesia ha canonizado “al majorem Dei honorem” únicamente a locos o a grandes estafadores…”

Esto radicaliza el problema: “Qué ha hecho Occidente del mundo en estos siglos?, ¿y a dónde apunta, en estos momentos, la cultura Occidental?, ¿qué busca ahora?, ¿qué quiere?, ¿qué porvenir estás construyendo manteniendo como base la misma valoración milenaria?, ¿la equivocada valoración de la existencia?

domingo, 22 de julio de 2018

NIETZSCHE 6 FILÓSOFO DEL PORVENIR ( y 2)



“Sócrates, reconocido como instrumento de la disolución griega, asesino de Dionisos y adorador de Apolo. La “Racionalidad” versus “Instinto”, la “Racionalidad a cualquier precio”, como violencia peligrosa, violencia que socava la vida, (….) El Cristianismo en nihilista en el más hondo sentido…”

“Yo he sido el primero que ha descubierto y comprendido el maravilloso fenómeno de lo dionisíaco….he sido el primero en reconocer a Sócrates como un “decadent”…he sido el primero en reconocer la moral como un signo de “decadence”.

Sócrates y la moral judeo-cristiano, los dos pilares sobre los que….

Él es el recuperador de esa Sabiduría antigua (“Sabiduría salvaje”), el introductor de la “Filosofía de Dionisos”, el que captó una “Época trágica” tras tantos siglos de racionalismo y cristianismo, el que anuncia la “Muerte de Dios” como la destrucción de toda la interpretación judeo-cristiana del mundo y del hombre, de la naturaleza toda.
Es el nuevo comienzo para una nueva filosofía, para una nueva época.

Una Nueva Filosofía y, por consiguiente, unos Nuevos filósofos que, liberados de todo el peso de la culpa, del castigo, del ascetismo clásico del filósofo-sacerdote y liberados del socratismo (el peso racionalista de Occidente) abran para la cultura nuevos caminos insospechados aún para nosotros, prisioneros de las viejas interpretaciones y del nihilismo contemporáneo.

La recuperación de la inocencia, la liberación de la responsabilidad moral, el planteamiento de una nueva doctrina.

“¿Cuál puede ser nuestra única doctrina?, que al ser humano nadie le da sus propiedades, ni Dios, ni la sociedad, ni los padres, ni los antepasados, ni él mismo”
“Nadie es responsable de existir, de estar hecho de éste o de aquel modo, de encontrase en estas circunstancias, en este ambiente.
La fatalidad de su ser no puede estar desligada de la fatalidad de todo lo que fue y será.
Él no es la consecuencia de una intención propia, de una voluntad, de una finalidad, con él no se hace el ensayo de alcanzar un “ideal de hombre” o de un “ideal de felicidad”, o una “idea de moralidad”; es absurdo querer echar a rodar su ser hacia una finalidad cualquiera.
Nosotros hemos inventado el concepto “finalidad”: en la realidad falta la finalidad…”

El “alegre mensaje de algo por venir”, éste podría ser el resumen de su filosofía.

Pero no podemos tener sus mismas vivencias, aunque tengamos vivencias

¿Qué quiso decir Nietzsche con toda esa poesía en que expresa su pensamiento?
Para ello habría que pasar su pensamiento por el único tamiz de comprobación posible: la vivencia, sabiendo que éstas son individuales, personales e intransferibles.





sábado, 21 de julio de 2018

NIETZSCHE 6 FILÓSOFO DEL PORVENIR (1)


NIETZSCHE: FILÓSOFO DEL PORVENIR (6)

La negación total permite la afirmación total, el que destruye para construir, construye y Nietzsche, que como ya hemos visto es el gran destructor, con su martillo, el mejor destructor que ha tenido Occidente, puede construir en la misma forma.

En él es posible la más grande construcción, “la profunda afirmación de la existencia”, la real, la única que hay, la terrena.

Como ya hemos señalado su afán destructivo es sólo un método, un medio, para el gran objetivo, la construcción de su nueva filosofía.

Había que poder en cuarentena el gran error histórico de la exaltación Apolínea y la muerte y entierro del espíritu dionisíaco.

“Hasta ahora la mentira del ideal ha constituido la maldición contra la realidad, la humanidad misma ha sido engañada y falseada por tal mentira hasta en sus instintos más básicos, hasta llegar a adorar los valores inversos de aquellos solos que habrían garantizado el florecimiento, el futuro, el elevado derecho al futuro.

Nadie, hasta él, se había atrevido a destruir la moral judeo-cristiana y afirmar una visión “inmoral” y fundamentalmente filosófica de la existencia humana.

“… ¿cuánta verdad osa un espíritu?, esto se fue convirtiendo cada vez más, para mí, en la auténtica unidad de medida.
El error –el creer en el  ideal –no en ceguera. El error es cobardía.
Todo paso adelante del conocimiento es consecuencia del valor, de la dureza consigo mismo…
Yo no refuto los ideales, ante ellos yo, simplemente, me pongo los guantes.
“Nitimur in vetitum” (“nos lanzamos hacia lo prohibido”), bajo este signo vencerá un día mi filosofía, pues hasta ahora lo único que ha sido prohibido, siempre, por principio, es la verdad”.

Su Filosofía de la Vida no es una continuación de la hasta entonces vigente, aunque fuera con matices, sino una superación.
Superación de un pensamiento, de una concepción del mundo, de una nueva interpretación moral, superación de la filosofía, en cuanto tal.

La destrucción de la metafísica no se da por la destrucción lógica del lenguaje, al estilo de los analistas, sino por la destrucción de la moralidad misma que subyace a todo el planteamiento metafísico.

La destrucción del filósofo-sacerdote abre el campo a la búsqueda del filósofo del porvenir.

“El ateísmo yo no lo conozco  en absoluto como un resultado, menos aún como un acontecimiento: en mí se da por supuesto, instintivamente. Soy demasiado curioso, demasiado problemático, demasiado altanero para que me agrade una respuesta burda.
Dios es una respuesta burda, una indelicadeza contra nosotros, los pensadores, incluso en el fondo no es más que una burda prohibición que se nos hace: ¡no debéis pensar…”

Una Filosofía sin Moral, una Filosofía Inmoral, la Filosofía en sentido originario, cercana a la ciencia  y ajena a las religiones, a las moralidades existentes hasta ahora, a la moralidad judeo-cristiana fundamentalmente.

El sentido de la sabiduría hay que buscarlo en muchos de los filósofos presocráticos.
Sólo así se podrá liberar a Occidente de la carga que han representado para la cultura dos fenómenos explícitos: el socratismo (racionalismo moral) y el judeo-cristianismo (como valoración de una existencia errada y que ha significado para la historia occidental uno de los males endémicos.


jueves, 19 de julio de 2018

NIETZSCHE (5) EL NIHILISMO



“Lo que cuento es la historia de los dos próximos siglos. Describe lo que sucederá, lo que no podrá suceder de otra manera: la llegada del Nihilismo. Esta historia ya puede contarse ahora porque la necesidad misma está aquí en acción. Este futuro habla ya en cien signos; este destino se anuncia por doquier.; para esta música del porvenir ya están aguzadas todas las orejas. Toda nuestra cultura europea se agita ya, desde hace tiempo, con una tensión torturadora, bajo una angustia que aumenta, de década en década como si se encaminara a una catástrofe; intranquila, violenta, semejante a un torrente que quiere llegar cuanto antes a su fin, que ya no reflexiona, que teme reflexionar”.

Pero la verdadera gran angustia es: “el mundo ya no quiere ningún sentido”

“Se vislumbra la oposición entre el mundo que veneramos y el mundo que vivimos, que somos. No queda sino acabar con nuestros objetos de veneración o acabar con nosotros mismos. Esto último es el Nihilismo”

¿Qué está ocurriendo en el interior de la Civilización Europea, que está llevando a toda esta construcción milenaria a su propia autodestrucción?
¿Falló algo, desde el comienzo, en la construcción de Europa?
¿Culpables, los griegos?, ¿Culpable el cristianismo?
¿Subsiste algo, en la base del Racionalismo que impide su verdadero desarrollo y que lo empuja a la catástrofe?

El Nihilismo, como descubrimiento y como presentimiento de algo terrible que se avecina  no debe afrontarse como un problema teórico. Debe afrontarse como una amenaza para la vida.

El Nihilismo es un asunto real en un sentido opuesto a la moral judeo-cristiana y su forma de ver el mundo y cómo comportarse uno ante él.

Creer en las categorías de la razón; “finalidad”, “unidad”, “ser” es la causa del Nihilismo, porque son categorías no de un mundo real, sino de un mundo fingido.

Pero no es, todavía, el Nihilismo perfecto para que de él salte la “Nueva Humanidad”, el “Superhombre”

Este Nihilismo no realizado es lo que nos permite entender estas épocas convulsas que atravesamos, como individuos y como pueblo, y en las cuales los viejos valores no han muerto del todo y los nuevos valores simplemente no aparecen aún en el horizonte.

La vieja interpretación del mundo se niega a morir.
Los viejos valores pierden vigencia, nada tienen que hacer en el presente, pero el hombre contemporáneo se aferra a ellos con angustia, pues es el único soporte que le queda ante el vacío total.

“…todo se judaíza o se cristianiza, o se aplebeya a ojos vistas. La marcha de ese envenenamiento continúa, pero puede ralentizarse.

Esclavo, aún del sentido que, durante siglos, ha introducido en las cosas…esclavo de dioses y de fantasmas, de sueños, de fobias y miedos, sin otro referente que el ancestral, tiene que resultar difícil (si no imposible) saltar al vacío y crearse otra interpretación de la realidad.
Así permanecemos ajenos a lo real, prisioneros sin cárcel de nuestras propias percepciones.

Sólo comprendiendo el Nihilismo podremos salvar no sólo nuestra vida, sino la Vida como tal.

El “gusano hombre”, el “hombre manso”, el incurablemente mediocre y desagradable haya aprendido a sentirse a sí mismo, como la meta y la cumbre, como el sentido de la historia, como “hombre superior”…
El que se sienta distanciado de la muchedumbre de los mal constituidos, de los enfermizos, cansados, agotados, a que hoy comienza Europa a apestar…pero todavía capaz de vivir, como algo que al menos dice sí a la vida.

miércoles, 18 de julio de 2018

NIETZSCHE (5) CRISIS DE OCCIDENTE


“Todo está vacío, todo es idéntico, todo fue…Debe ser luz para mundos remotos…”

Occidente está en crisis. El espíritu europeo se ha hundido en una de sus peores crisis y no hay forma de escapar de él.

¿Cómo ha podido ocurrir esto?
Porque el nihilismo pertenece a la historia de Occidente ya desde Platón.
Es la Historia occidental, que irrumpe con Sócrates y el socratismo.

La Moral Occidental es nihilista desde la base y durante miles de años los valores nihilistas han estado en la cúspide como guías de la humanidad.

“Sócrates, instrumento de la disolución griega al negar la dualidad de fuerzas y apostarlo todo a la Razón, a la racionalidad, contra el instinto. “La racionalidad a cualquier precio”, violencia que socava la vida y subordina su vida a su Razón.

“El cristianismo es nihilista en su más hondo sentido”, lo sacrifica todo, hipoteca su vida,…por un mundo imaginario en el que se cree pero del que nada se sabe ni puede saberse.

Darlo todo, sacrificarlo todo, hasta la vida, por un mundo imaginario, inventado, “humano, demasiado humano”, no real.

El viejo sol platónico se hunde en su ocaso, “Dios ha muerto”.

Un estado crítico que conduce al gran cansancio y al gran hastío, al gran pesimismo por la existencia, en el relajamiento de la voluntad de poder, con una humanidad enferma, nivelada, imposibilitada de seguir adelante, vegetando sin sentido, agotada en todos los niveles y sin posibilidad de crear nada nuevo.

¡“Ay¡ Llega el tiempo en que el hombre dejará de lanzar la flecha de su anhelo más allá del hombre, y en que la cuerda de su arco no sabrá ya vibrar” ¡Ay¡ Llega el tiempo en que el hombre no dará ya luz a ninguna estrella. ¡Ay¡. Llega el tiempo del hombre más despreciable, el incapaz ya de despreciarse a sí mismo”

Es el estado del último hombre, el estado de Occidente, marcado por el gran sinsentido de la vida. ¿Cómo va a tener sentido si se ha difuminado, diluido, desaparecido, la diana a la que dirigir el arco?. Si ya no hay diana hacia la que dirigir el arco de la vida, porque “Dios ha muerto”…

Asistimos al cansancio mismo de la civilización occidental, tenemos la sensación de que todo ha terminado y lo que se sigue de aquí es el hundimiento de la humanidad en una de sus más terribles barbaries.

“!Ningún pastor y un solo rebaño¡. Todos quieren lo mismo, todos son iguales: quien tiene sentimientos distintos marcha voluntariamente al manicomio”.

Todos fotocopias de un original perdido o gastado.

¿Vive acaso la humanidad contemporánea el estado del último hombre?
¿Está cumplida la teoría de Nietzsche en la praxis?

martes, 17 de julio de 2018

NIETZSCHE (4) CONTRA PABLO Y EL CRISTIANISMO.




A la “buena nueva” la sucedió la peor de todas, la de Pablo, el mensajero del odio.

En otros lugares he escrito sobre los dos Pablos: el que “ya no hay varones y mujeres, judíos y gentiles, libres y esclavos…” y el “que las mujeres callen en las asambleas y si quieren saber algo que se lo pregunten a sus maridos,…”

Su predicación llevó a la humanidad a los límites ha que ha llegado hoy.
Él fue el que destruyó al hombre fuerte, alabando a los humildes, a los parias, como los preferentes, lo elegidos por Dios, imponiendo sus valores y el sinsentido de la realidad, en el que no sólo hemos perdido el alma, sino también el cuerpo.

“La vida, el ejemplo, la doctrina, la muerte, el sentido y el derecho del evangelio entero, todo eso dejó de existir cuando este falsario, por odio, comprendió qué era lo único que él podía usar. ¡No la realidad, no la verdad histórica…¡

“…el instinto sacerdotal de judío perpetró idéntico gran crimen contra la historia, borró sencillamente el ayer, el antesdeayer del cristianismo, se inventó una historia del cristianismo primitivo. Más aún, falsificó otra vez la historia de Israel, para que apareciese como la prehistoria de su acción…”

Más tarde la Iglesia falseó incluso la historia de la humanidad, convirtiéndola en prehistoria del cristianismo.
Tener por honesto a un Pablo que afirma que el Redentor, muerto, sigue vivo,…¿cuál es la prueba?
Como él quería el fin, él se encargó de poner los medios.
Lo que él mismo no creía lo creyeron los idiotas entre los que arrojó su doctrina.
Su necesidad era el poder.
Una vez más el sacerdote aspira al poder para, desde él,…formar, mantener, hacer crecer el rebaño.

El cristianismo no tiene contacto, no está en contacto con la realidad, sino que cree en causas imaginarias, manteniendo a la humanidad creyente inmersa en un juego de ideas y seres imaginarios,… se hace necesario construir la realidad porque la realidad, en el cristianismo, simplemente, no existe.

El mundo que hemos construido durante los últimos 20 siglos es un mundo imaginado, mundo que lo invade todo, no sólo nuestras creencias, también nuestro quehacer diario, nuestra vida, nuestra forma de pensar, nuestras instituciones,…y si todo se apoya en nada real, el nihilismo está servido y será el comienzo, tras negar lo imaginado, de crear la realidad con la que entrar y estar en contacto.

El cristianismo está montado no sólo sobre errores, sino sobre errores dañosos, viciosos, que envenenan la vida.

Es necesario subvertir el orden con la nueva transvaloración.

Hemos pensado durante siglos que vivíamos en un mundo real y ahora sabemos que no lo era, que era un mundo imaginado, construyamos ese nuevo mundo real.

La ciencia misma ha surgido en lucha y contra el sacerdote que nos predicaba, preguntándonos, por qué la obsesión de los científicos por saber cómo funciona la realidad cuando lo realmente fundamental es aspirar al otro mundo, el realmente real, y no el engañoso y superficial en el que nos movemos mientras vivimos.

¿Por qué empeñarnos en conocer este mundo, para qué querer hablar todas las lenguas del mundo, cuando lo fundamental es salvar nuestra alma?.

La nivelación de la humanidad por abajo, la igualdad de derechos, la salvación del alma, la instauración de la democracia, el socialismo, el anarquismo, … todos ellos son valores cristianos con los que se ha luchado para que haya un solo rebaño.
¿Y el pastor o los pastores?

El cristianismo representa la lucha a muerte contra la jerarquía natural, contra el derecho de los señores, contra la desigualdad natural de los hombres, la lucha contra todo lo que ha significado altura de alma y respeto entre los hombres.

Veneno del cristianismo.

“El aristocratismo de los sentimientos ha sido socavado de la manera más subterránea por la mentida de la igualdad de las almas, el triunfo de “los más”, no de “los mejores” y, llevado a eso a ejecución, han surgido tantas revoluciones y tantas guerras, tanta sangre y tantos crímenes.
El cristianismo es una rebelión de todo lo que se arrastra por el suelo contra lo que tiene altura: el evangelio de los viles, envilece”.

¡El falso mundo de las ilusiones religiosas que ha coloreado, que ha interpretado el mundo de esa manera, desde esa perspectiva¡.

Creer en la igualdad de todos los hombres, porque “todos somos igualmente hijos de Dios”… es negar la jerarquía y la aristocracia de los mejores, una casta privilegiada, por superiores, no admitida por el rebaño igualitario, incluso ser tildada de “soberbia” (pecado mortal).

La casta suprema, “los menos” y mejores, los más espirituales, los dignos de ser los “pastores”, vs la casta de “los más”, superficiales, el rebaño.

Una jerarquización de tipo espiritual y no de otro tipo, material o psicológico.

Pero si sólo esos “menos y  mejores”, esa casta especial, pueden comprender la necesidad de la jerarquización espiritual, tendremos problemas, por la rebelión de los “más y mediocres”

“Los afines a mí”, “mis lectores predestinados”, “los que entiendan mi Zaratustra”…si sólo ellos, a los que van dirigidas sus principales obras, pueden comprender su doctrina….¿Cómo llevar a la práctica esa transvaloración, de la que surja la nueva sociedad, si no es imponiéndola y no convenciendo al rebaño?

NADA de todo lo anterior nos vale, todo ha sido un mundo imaginado, falso, del que debemos desvincularnos, estamos instalados en el NIHILISMO.

lunes, 16 de julio de 2018

NIETZSCHE (4) EL ANTICRISTO



EL ANTICRISTO.

El Anticristo está escrito con rabia, con dolor, con angustia, pero también contiene un análisis de aquello que ha constituido la razón de ser Occidental, el eje fundamental,  el sentido de civilización a lo largo de los dos últimos siglos.

Son muchos los textos, los lugares, en que aparecen el insulto, el escarnio, la mofa,…a los sacerdotes, pero es en el “Crepúsculo de los ídolos” donde encontramos, quizá, el texto más duro.

“Se acerca el tiempo –lo prometo- en que el sacerdote será considerado como el hombre más bajo, como nuestro chandala (paria), como la especie más mendaz, más indecorosa de hombre…”

Es sabido que su “Zaratustra” es el libro clave de su pensamiento, pero en su Anticristo afirma: “este libro pertenece a los menos. Tal vez no viva todavía ninguno de ellos. Serán, sin duda, los que comprendan mi Zaratustra”

Parece que excluye lectores, pretende ser leído por pocos, comprendido por menos, igualado por hiperbóreos (región nórdica, muy septentrional, perteneciente o relativo al pueblo habitante de cierta región donde se vive sin esfuerzo de los productos de la tierra).

“Nosotros hemos descubierto la felicidad, nosotros sabemos el camino, nosotros encontramos la salida de milenios enteros de laberinto”
Y, si esto es verdad, entonces todo el conocimiento anterior es vano, toda la historia es inútil, todas las interpretaciones de la realidad están viciadas, y lo están simplemente por ser morales. Están viciadas todas las ideas que provienen del suelo cristiano.

“Hoy que hemos ingresado en el movimiento opuesto a aquel, hoy que, sobre todo nosotros, los inmoralistas, intentamos con todas nuestras fuerzas expulsar de nuevo del mundo el concepto de culpa y el concepto de castigo…no hay, a nuestros ojos, adversarios más radicales que los teólogos, los cuales, con el concepto de “orden moral del mundo” continúan infectando la inocencia del devenir por medio del “castigo” y la “culpa”,
El Cristianismo es una metafísica del verdugo”

Si sólo nosotros somos capaces de salir del laberinto, todos los modernos, incluso los contemporáneos, que no son hiperbóreos, han estado y están perdidos, todo el espíritu europeo se ha hundido en una de sus peores crisis y lo único que queda es aprender, o seguir a esos pocos hiperbóreos, o al menos, escuchar sus propuestas.

El hombre moderno, racionalista él, está perdido y él se siente fuera de la modernidad y de las ideas modernas, de las que se avergüenza.

De los contemporáneos sólo salva o rescata a Schopenhauer: “el último alemán que merece ser tenido en cuenta”.

Hace una crítica agresiva al judaísmo como creador y divulgador de una religión basada en el odio y en el resentimiento contra la vida, por entronizar una visión de las cosas fundamentada en el desprecio por lo terrenal y sensual.
Una religión que ha colocado en la cúspide del poder al sacerdote y, a través de él, ha logrado sacar partido de todo lo débil y parasitario elevando el chandala (el paria) a categoría de “hijo de Dios” y poniendo al mundo entero a adorar a seres imaginarios, a figuras imaginarias, causas imaginarias, destruyendo todo sentido de realidad y haciendo del mundo un manicomio durante siglos. Manicomio que encuentra en la Iglesia uno de sus pilares básicos.

“Ni la moral ni la religión tienen contacto, en el cristianismo, con punto alguno de la realidad. Causas puramente imaginarias (“Dios”, “alma”, “yo”, “espíritu”, la “voluntad libre”, la “voluntad no libre”; efectos puramente imaginarios (“pecado”, “redención”, “gracia”, “castigo”, “remisión de los pecados”). Un trato entre seres imaginarios (“Dios”, “espíritus”, “almas”); una ciencia natural imaginaria (antropocéntrica; completa ausencia del concepto “causas naturales”); una psicología imaginaria (puros malentendidos acerca de sí mismo, interpretaciones de sentimientos generales, agradables o desagradables, de los estados del “nervus sympathicus”, por ejemplo con la ayuda del lenguaje de signos de una idiosincrasia religioso-moral (“arrepentimiento”, “remordimiento de conciencia”, “tentación del demonio”, “cercanía de Dios”); una teología imaginaria (“el reino de Dios”, “el juicio final”, “la vida eterna”). Este puro mundo de ficción se diferencia, con gran desventaja suya, del mundo de los sueños, por el hecho de que este último refleja la realidad, mientras que aquel falsea, desvaloriza, niega la realidad.
Una vez inventado el concepto “naturaleza” como anticoncepto de “Dios”, la palabra para decir “reprobable” tuvo que ser natural.
Todo aquel mundo de ficción tiene su raíz en el odio a lo natural -¡la realidad¡- es expresión de un profundo descontento con lo real”

El envenenamiento de la humanidad a costa de estos falsarios ha llevado a Occidente a lo que ahora es: un sitio de perdición donde no se encuentran seres ni lugares sanos. Allá donde ha llegado esta religión todo ha sido envenenado y arrasado.

De los judíos viene todo el mal, y contra el judeo-cristianismo es la cruzada que Nietzsche emprende, cruzada que parece tener características evangélicas.
Con un discurso duro, hiriente, destructivo, iconoclasta.

“Cuando se coloca el centro de gravedad de la vida no en la vida sino en el más allá –en la nada- , se le ha quitado a la vida como tal el centro de gravedad.
La gran mentira de la inmortalidad personal destruye toda razón, toda naturaleza existente en el instinto; a partir de ahora todo lo que en los instintos es beneficioso, favorecedor a la vida, garantizador del futuro, suscita desconfianza.
Vivir de tal modo que ya no tenga sentido vivir, eso es en lo que ahora se convierte el “sentido de la vida”.

Como si vivir fuera desvivirse en esta vida para que, tras morir, resucitar a una vida imaginaria, eterna, perfecta,…
Sólo puede decirse SÍ a la vida no poniéndola fuera de sí misma.                                       

Quizá la culpa de todo ha provenido de aquel rabino, sacerdote judío por antonomasia que lleva a cabo la gran falsificación evangélica y que ha durado, ya, 2.000 años.

sábado, 14 de julio de 2018

NIETZSCHE (4). CRÍTICA A LA MORAL JUEDEO-CRISTIANA


Al revés de lo que normalmente se cree y se afirma, que el lenguaje es algo fijo (la R. A. E: “limpia, fija y da esplendor”), para Nietzsche el lenguaje es móvil, ágil, danzante.
Permanentemente está destruyendo la lógica, sus conceptos, al contrario de lo que se ha hecho tradicionalmente, se rompen, o se diluyen, o saltan a la metáfora, o son fundamentalmente polisémicas. De ahí la dificultad para comprender su pensamiento y la pluri-interpretaciones a que da lugar.

Y como “todos estamos atrapados en la gramática” pretendemos acudir a él con los esquemas tradicionales de la lógica y del lenguaje y es como si alguien quisiera coger agua con una cesta, que se escapa, aunque es verdad que queda húmeda, pero sólo eso, húmeda, no agua.

¿Cómo expresar en palabras, fijas y externas, las “vivencias profundas” cambiantes e íntimas?

Las fotografías, fijas y estáticas, de la corriente de un río, que cualquiera puede hacer y contemplar, y la sensación de estar inmerso en la  corriente de ese río.

¿Pueden las primeras ser reflejos exactos de la segunda?
Pues lo que hacen la mayoría es contemplar las fotografías de esa auténtica realidad que no deja fotografiarse y que invita a sumergirse.

El ataque a la moral judeo-cristiana constituye lo más iconoclasta de su pensamiento por considerarla “negadora de la vida por excelencia”.

“No existe una moral absoluta y exclusiva… y toda moral que se afirma excluyendo a todas las demás destruye demasiadas fuerzas vivas y hace pagar un precio muy caro a la humanidad.
Los discrepantes, que con frecuencia son los inventivos y creadores, no deben ser sacrificados.
No es conveniente considerar vergonzosa la transgresión moral de pensamiento y de obra; hay que llevar a cabo muchos intentos nuevos para transformar la existencia y la sociedad; es preciso que el mundo se libere del enorme peso que supone la mala conciencia; es necesario que estos fines generales sean aceptados y fomentados por todo aquel que busque honradamente la verdad”

Un ataque a 2.000 años de cristianismo que culmina con la famosa “Ley contra el Cristianismo”, que cierra su “Anticristo”.

De nuevo el martillo minando los cimientos sobre los que está montado Occidente.

El texto es duro y puede resultar escandaloso para mentes sensibles:

“Dada en el día de la salvación, en el día primero del año 1 (el 30 de Septiembre de 1.888 de la falsa cronología)

Guerra a muerte contra el vicio: El vicio es el Cristianismo.

Artículo 1: Viciosa es toda especie de contranaturalaza. La especie más viciosa de hombre es el sacerdote; él enseña la contranaturalaza. Contra el sacerdote no se tienen razones, se tiene el presidio.

Artículo 2: Toda participación en un servicio divino es un atentado a la moralidad pública. Se será más duro contra los protestantes que contra los católicos, más duro contra los protestantes liberales que contra los protestantes ortodoxos. Lo que hay de criminal en el ser cristiano crece en la medida en que uno se aproxima a la ciencia. El criminal de los criminales es, por consiguiente, el filósofo.

Artículo 3: El lugar maldito en que el Cristianismo ha encovado sus huevos de basilisco será arrasado y, como lugar infame de la tierra, constituirá el terror de toda la posteridad. En él se criarán serpientes venenosas.

Artículo 4: La predicación de la castidad es una incitación pública a la contranaturalaza. Todo desprecio de la vida sexual, toda impurificación de la misma con el concepto “impuro” es el auténtico pecado contra el espíritu santo de la vida.

Artículo 5: Comer en la misma mesa con un sacerdote le hace quedar a uno expulsado: con ello uno se excomulga a sí mismo de la sociedad honesta. El sacerdote es nuestra chandala (paria), se le proscribirá, se le hará morir de hambre, se le echará a toda especie de desierto.

Artículo 6: A la historia “sagrada” se la llamará con el nombre que merece, historia “maldita”. Las palabras “Dios”, “redentor”, “salvador”, “santo”, se las empleará como insultos, como divisas de los criminales.

Artículo 7: El resto se sigue de aquí”


viernes, 13 de julio de 2018

NIETZSCHE: EL FILÓSOFO ICONOCLASTA ( y 3)




“Todo lo que considerábamos bueno, santo, verdadero, los juicios de valor más altos sobre la existencia, ahora resulta que son falsos”.

Toda la historia general, desde el mundo hasta el hombre, ha resultado ser un castillo en el aire, inventado por personas e instituciones interesadas para adorar a los dioses y esclavizar a los hombres.

Y lo estamos comprobando en la realidad contemporánea, cómo todo se desmorona, se derrumba y arrastra, en su caída, todo lo que se sustentaba sobre esa falsa base.

Si Dios sostenía todo el artificio, y “Dios ha muerto”, entonces…

El espíritu europeo ha ido derrumbándose arrastrando con su muerte el mundo entero.

Sólo quedan ruinas de lo que fue santo y sagrado y si Occidente sigue aferrado a esas ruinas como única posibilidad de salvación…

Si la única interpretación ha dejado de serlo todo el sentido que se tenía de la existencia “ha sido en vano”.

La mayor crisis del pensamiento Occidental, la mayor colisión de conciencias, el vértigo está servido.

“La desconfianza ante nuestras anteriores valoraciones crece hasta llegar a la pregunta: ¿no son todos los valores medios de seducción con los cuales se alarga la comedia sin que se aproxime a lo más mínimo a un desenlace?”

No vayamos a pensar que Nietzsche provoca la crisis del mundo Occidental, él simplemente la anuncia.
Los problemas con los que se enfrenta pueden ser considerados como eso: anuncios, posibilidades, grandes intuiciones de lo que puede suceder.

El anuncio de la muerte de Dios, el del Superhombre, el del Nihilismo, el del Eterno retorno.
Estos cuatro grandes anuncios se imbrican y se combinan en un entramado, apuntando hacia el porvenir humano.

Nietzsche está elaborando una especie de mapa del futuro: primero destruyendo para diseñar y construir después, aplicando el dicho de “para construir un templo hay que destruir un templo”, un lema bíblico y que puede extrapolarse a toda su filosofía.

“Yo desconfío de todos los sistemáticos y me aparto de su camino. La voluntad de sistema es una falta de honestidad”.

Para ese nuevo comienzo de una nueva humanidad es necesario establecer nuevos cimientos en la reflexión humana.

Introducirse en el mundo nietzscheano es estar dispuesto (libres de prejuicios) a pagar el precio de destruirlo todo.

Comprender la filosofía de Nietzsche puede no ser sumamente difícil, lo realmente difícil es ser y vivir nietzscheanamente.

Vivir la muerte de Dios (no sólo entenderla) y abrir la puerta por la que penetre el Nihilismo, siendo consciente de ello es una labor de un héroe.
Porque es la sensación de estar completamente abandonado, en un universo inútil, sin saber ni de donde se viene ni hacia donde se va.
Completamente solo, en la soledad profunda, que es la soledad filosófica.

Sin Dios y sin ley.

“Nadie es responsable de existir, de estar hecho de este o de aquel modo, de encontrase en estas circunstancias, en este ambiente.
Uno no es la consecuencia de una intención propia, de una voluntad, de una finalidad.
No hay un ideal de hombre a alcanzar, como no hay un “ideal de felicidad” o un “ideal de moralidad”,
Es absurdo querer echar a rodar su ser hacia una finalidad cualquiera.
Nosotros hemos inventado el concepto “finalidad”.
Se es necesario, se es un fragmento de fatalidad, se forma parte del todo, se es en el todo, no hay nada que pueda juzgar, medir, comparar, condenar nuestro ser, porque esto significaría juzgar, medir, comparar, condenar el todo.
Pero ¡no hay nada fuera del todo¡
Que no se haga, ya, responsable a nadie.
El concepto de Dios ha sido, hasta ahora, la gran objeción contra la existencia”

Destruida la Historia, plantado en la puerta de la eternidad con miedo de entrar y con miedo de permanecer fuera, pretendiendo ser normal en un mundo anormal,

“Vuestros negocios, que es lo que más os preocupa, os atan al lugar donde vivís, a vuestra sociedad, a vuestros gustos. Estáis embebidos en los negocios, pero sois perezosos en las cuestiones del espíritu, os satisface vuestra deficiencia y tenéis el delantal del deber prendido a esa satisfacción.
Así vivís y así queréis que vivan vuestros hijos”

Nietzsche mira el porvenir humano y ese porvenir es éste en que vivimos, carente, desde luego, de mucho aún de lo presagiado por él.

“La humanidad no representa una evolución hacia algo mejor, o más fuerte, o más alto,… El progreso es, meramente, una idea moderna, una idea falsa.
El europeo de hoy sigue estando, en su valor, profundamente por debajo del europeo del Renacimiento; una evolución posterior no es, sin más, una elevación, una intensificación, un fortalecimiento”.

Dios ha muerto y, sin embargo, pretendemos vivir como si existiera.

La moral judeo-cristiana se ha desmoronado y la sostenemos como se sostiene un cadáver.

Nuestra miopía pretende mirar atrás, en vez de mirar hacia delante.
¿Somos, acaso, una especie miope? ¿O nuestro temor a enfrentarnos a la verdad clara y desnuda no conoce límites, y preferimos refugiarnos en ultramundos, en ideales o en ilusiones, a reconocer que, simplemente, estamos solos en el Universo y obligados a dictarnos nosotros mismos nuestros valores y nuestras leyes?