domingo, 30 de agosto de 2020

FLORILOGIO 20 ( 1 ) VARIOS



“EL DIOS SIN ROSTRO”. EL PANTEÍSMO EN EL PENSAMIENTO DEL SIGLO XX.

Es el título del libre de Juan Arana.

En la historia del pensamiento humano el panteísmo es una manera de entender las relaciones entre Dios y el mundo.

Comenzó desde los primeros tiempos y ha ido reapareciendo a lo largo de los siglos en diferentes pensadores, tanto antiguos como modernos.

¿Qué decir de Spinoza, el gran panteísta moderno y su senntencia: “Deus, sive natura, sive substantia”?

Pero en el siglo XX son varios los pensadores, no filósofos, que también se declararon panteístas: Albert Einstein, Josge Luis Morges, Erwin Schrödinger y Octavio Paz.

Grandes pensadores con una visión del mucho muy distinta a la que nos ha inculcado, durante tantos siglos y tantos años la Religión Católica, Apostólica y Romana.


EL CAOS.

El mismo nombre, en sí, parece una paradoja porque  el caos, según la concepción más general, es, precisamente, la “ausencia de orden” (lo contrario de “cosmos” = “orden”.

¿Y cómo va a imponerse un orden teórico y disciplinado a lo esencialmente desordenado?

Pero ya es tarde para cambiar el término.

La dinámica del caos ha sido proclamada la tercera gran revolución científica del siglo XX, comparable a la Teoría de la Relatividad y a la Teoría de la Mecánica Cuántica.

El caos debe entenderse como una teoría sobre ciertos modelos matemáticos y sus aplicaciones.


LOS HIJOS DE HEIDEGGER.

Martín Heidegger atrajo a los jóvenes intelectos más brillantes de Alemania en la década de 1.920.

Muchos de ellos eran judíos que, al final, tendrían que conciliar sus compromisos filosóficos y, a menudo, personales con Heidegger y con las opiniones políticas de éste.

La afiliación de Heidegger al nacional-socialismo, en efecto, frustró la carrera de los estudiantes judíos y obstaculizó la carrera de otros profesores no suficientemente radicales.

Cuatro de los alumnos judíos de Heidegger más destacados asumieron la relación de su maestro con los nazis y cómo afectó esta relación a su pensamiento.

¡Por qué no repararon en lo que había en el corazón de Heidegger y en el futuro que se cernía sobre Alemania?

¿Cómo valoraron después de la guerra las tradiciones intelectuales alemanas?

¿Qué pudieron salvar del pensamiento de Heidegger.?

Estamos refiriéndonos a Hanna ARENDT, A Karl LÖWITH,  a Hans JONAS  y  a Herbert MARCUSE.


CUATRO FILÓSOFAS JUDÍAS.

Todas ellas víctimas de la tiranía nacionalsocialista: Rosa LUXEMBURGO, Simone WEIL, Edith STEIN y Hanna HARENDT.

Ellas renuevan la autocomprensión de la antigüedad griega cuando, con Sócrates y los Sofistas, filosofar era una actividad pública que redundaba en el bien común, pero que también favorecía la conducción personal de cada vida individual.

Sin embargo, no sólo la filosofía política (Rosa LUXEMBURGO y Hanna HARENDT), sino también la filosofía de la religión (Simone WEIL), la fenomenología de Husserl y las doctrinas filosóficas y teológicas de Tomás de Aquino y San Juan de la Cruz (Edith STEIN) están encerradas en el pensamiento de estas mujeres.

LOS VALORES DE OCCIDENTE.

De Octavi FULLAT, un filósofo que me impresionó cuando en la enseñanza en España en los años 70 era la escolástica pura y dura y sacó un libro de texto que nada tenía que ver con la enseñanza oficial y al que, inmediatamente, me apunté.

La obra es una construcción híbrida y diacrónica, porque la cultura occidental está vertebrada, fundamentalmente, por las dos tradiciones grecolatina y judeocristiana y por la modernidad, cuyo centro de gravedad es la Ilustración.

Es como decir que los occidentales somos hijos de Sócrates, de Pablo de Tarso y de Kant.

Nuestra identidad ha ido configurándose, paulatinamente y a lo largo de milenios y ha ido sedimentándose en estratos de diferente contextura y densidad.

La aglutinación de tales esferas culturales no ha sido fácil ni armónica, sino que ha dado lugar a tensiones axiológicas y a enfrentamientos seculares.

Y hemos seguido en ese camino, aunque ya menos, pero las altas esferas, sobre todo religiosas ahí están.

El libro es una memoria axiológica cuyos valores siguen, explícita o implícitamente, latentes en la manera de ser pues no debemos olvidar que, excepto los más jóvenes, los que ya peinamos canas a cierta edad nos sentimos reflejados en los sermones de los curas y en la enseñanza de la filosofía escolástica y la moral cristiana.

FLORILEGIO 19 ( y 5 ) EL HOMBRE: ANIMAL VULNERABLE



EL ANIMAL VULNERABLE.

Así define al hombre Juan Masiá Clavel en un libro con este mismo título.

¿Cuántas definiciones se han dado del hombre a lo largo de la historia desde el “animal racional” de Aristóteles?
Pero es que, en la situación cultural y filosófica que está tocándonos vivir, parece que de “racional” tiene poco este “animal” (viviente sensible).

Todas las guerras se han hecho alegando “racionalidad”, hasta las dos guerras mundiales del siglo XX y las que, al día de hoy, están desarrollándose, y para ello basta con oír a los distintos intervinientes, desde los que razonan alegando “legítima defensa” a los que alegan “peligros a evitar” y/o buscar la paz (tapando los intereses ocultos de arrebatarles sus riquezas en forma de petróleo o de lugares de vigilancia para defensa.

El hombre, en su actuar bélico, no sólo miente, sino que quiere engañar en una situación de perplejidad y desconcierto u una actitud autojustificadora.

De esta presente y continua “fragilidad” del ser humano proviene la “vulnerabilidad” del título de la obra.

Porque así es el ser humano: capaz de destruirse a sí mismo y a sus congéneres y capaz de destruir su mismo ecosistema.

El subtítulo de la obra es: “invitación a la filosofía de lo humano” y es de lo que trata el libro.

El hecho mismo de interrogarse es ya una manera de pensar, de filosofar.

Preguntarse por las incertidumbres de este animal humano aunque no se encuentren respuestas totales, cabales, exactas,…eso es filosofar, preguntarse y buscar respuestas.

Si la Antropología abstracta pregunta “qué es el hombre”, una “filosofía de lo humano concreto”  pregunta “quién soy yo” o, mejor “quiénes somos nosotros” en este clima de incertidumbre ante la pluralidad y complejidad de los saberes.

Contamos con una amplia gama de saberes sobre lo humano sin poder predecir qué respuesta daremos a este animal humano que ha desarrollado tanto sus capacidades que surgen nuevos y serios interrogantes cuyas respuestas superan a los saberes de que disponemos.

Somos capaces de manejar la energía nuclear, el control del comportamiento, la ingeniería genética, la inteligencia artificial,… ¿cómo responderemos? ¿Cómo utilizaremos tales poderes?

Es el reto de la reflexión filosófica: nuestras capacidades, nuestras fragilidades, nuestras responsabilidades.

miércoles, 26 de agosto de 2020

FLORILEGIO 19 ( 4 ) EL CUERPO Y LA MENTE Y EL PROCESO DE SÓCRATES



EL CUERPO Y LA MENTE.

Es el título de una obra de Karl Popper.

Para Popper la razón fue siempre la única defensa contra la violencia, siendo la racionalidad la disposición a aprender de nuestros errores.

La búsqueda de conocimiento objetivo ha sido el último paso en la evolución de la mente humana.

Todos recordamos los TRES mundos de Popper:

1.- El mundo de la “realidad física” (una montaña, el sol, un río,…)

2.- El mundo de los “estados mentales”  (los pensamientos, la voluntad, el interés, el amor y el odio,…)

3.- El mundo de los productos de la inteligencia humana (este libro, este ordenador con el que estoy escribiendo, las servilletas, los edificios,…)

Considera la vida como la continua y continuada resolución de problemas con que el hombre va encontrándose, o va creándose, o va imaginándose y planteándose (qué pasaría si… y si… y si…

Su defensa de la teoría de la evolución emergente.
El juego de conjeturas y refutaciones.
El criterio de “falsabilidad” en vez del criterio de “verificabilidad”.

EL PROCESO DE SÓCRATES.

La imagen contemporánea de Sócrates es fruto de los esfuerzos de Kierkegaard, Schleiemacher. Hegel y Zeller por recuperar su figura histórica tras la evidente manipulación a que fue sometida a lo largo de la Ilustración.

Sin embargo, la nueva vía abierta por esos estudios pronto desembocará en una amplia polémica que ha acabado poniendo de manifiesto la propia vigencia del socratismo en tanto que problema que, por irresoluble no agota su capacidad de dar que pensar.

Como sabemos no paraba de dialogar pero nada, ni una línea, dejó escrito, ni de sí ni de sus conversaciones.

Y las fuentes cercanas a él no son de fiar por extralimitación: Platón porque era su discípulo y que alucinaba con él, lo alaba tanto como un buen hijo alabaría a su padre, y, por el contrario, sus enemigos se ríen tanto de él, lo hartan de todo (de zafio, de chabacano, de rústico,…) que en sus comedias (La Nubes) lo consideran una persona ridícula y cuya filosofía no valía un bledo.

Así que, ni uno ni los otros.
Aristóteles parece, posiblemente, el más ajustado a la realidad, a decir de él y denominarlo el “filósofo de las definiciones”.

Conociendo su método (“ironía” y “mayéutica”, de loas que, en otro lugar ya las hemos expuesto ampliamente) respondería a la sentencia de Aristóteles.

Ha llegado a sostenerse es una figura legendaria sobre cuya existencia es imposible ir más allá de las conjeturas.

Entre nosotros parece que está asumida la tesis de que sobre Sócrates ya está todo dicho y que, por lo tanto, cualquier intento de repensar su filosofía está condenado a la repetición de tal o cual tópico.

Sin  embargo, no parece posible entender el acta fundacional de la Filosofía sin preguntarnos por la conmoción que produjo la personalidad de Sócrates y por los sucesivos intentos de conducir su pensamiento más allá de su biografía.

En cierta manera, podemos entender el conjunto de la filosofía griega del siglo IV como un doble esfuerzo dirigido, en primer lugar, a mantener viva la memoria de Sócrates en lo que en ella hay de germinal y, en segundo lugar, hacerla fructificar en una nueva Atenas en la que esa filosofía, ya germinada, pueda liberarse de la cicuta.

En otro lugar de este blog expuse las semejanzas entre Sócrates: ninguno dejó nada escrito (si no entendemos como escrito el garabateo de Jesús, con un palo, en la arena de la calle cuando quieren apedrear a la mujer que han pillado en adulterio y la respuesta de Jesús: “el que (de vosotros) esté libre de pecado, que tire la primera piedra” (y dicen los evangelios, aunque no sean biográficos, que “comenzaron a marcharse empezando por los más viejos” lo que expone claramente lo que quiere decir).
A los dos los matan, a uno con la cicuta y al otro crucificado.
Los motivos de su muerte son, por una parte políticos y, por otra religiosos (“dice que es rey” y “expulsa a los cambistas y vendedores de animales para sacrificio en el templo, lo que generaba ganancias al Sanedrín).
Los dos mueren rodeados de sus discípulos o de las mujeres que lo seguían)
También de Jesús ha llegado a dudarse de su existencia, porque, además, ni las fechas coinciden, ni su lugar de nacimiento, ni sus padres,… (y muchas veces es por no distinguir entre el “Jesús de Nazaret, histórico” y el “Jesús de la fe, el Cristo).
Además de que no sabemos de las palabras que, realmente, él pronunciara, pues los Evangelios no son Biografías (porque son distintos, y no digamos el Cuarto, el atribuido a Juan, el evangelio gnóstico) sino “agiografías”…

FLORILEGIO 19. ( 3 ) HOMO VIDENS, EL HOMBRE DESPLAZADO.




HOMO VIDENS

Nos encontramos en plena revolución multimedia, la que está transformando al “homo sapiens”, producto de la cultura escrita, en un “homo videns” para el cual la palabra ha sido sustituida por la imagen (que, además, tiene palabra, pues las imágenes también hablan).

La Televisión, que ha ocupado el lugar privilegiado de la casa, el salón de estar, destronando al Sagrado Corazón, protector de España, por la pantalla televisiva y, en vez de rezar el rosario, todos, cómodamente sentados, van y oyen lo que la pantalla escupe, enganchando unas veces a los más niños y otras a los más viejo, pero hay alimento para todos.

La primacía de la imagen, es decir, de lo visible y audible, sobre lo inteligible, además de ser más cómodo, menor trabajoso, te lo dan todo, ya, masticado, sólo tienes que abrir la boca.

Se ha acabado el pensamiento abstracto, las ideas claras y distintas, todo es concreto, historias que contar o sucesos en directo que ver.

El vario y variado poder de la televisión, desde el poder  político al poder económico, desde el poder informativo al poder de los recuerdos, “todo está en la tele” y lo que no se ve es como si no existiera.

“Lo he visto por la tele” es el argumento de autoridad más extendido entre nosotros, como si sólo y todo fuera verdad, cuando hoy estamos  asistiendo a una “pandemia” de falsas noticias, las “fake news”, que muchos, muchísimos, las toman como verdaderas, porque lo han visto y oído en el Factbook (que otra televisión más a mano, incluso individual, encima del escritorio y sentado en un sillón giratorio, y como las ves y las oyes, las haces tuyas, te las apropias, y las sueltas, colgándolas, contagiando de noticias falsas a todos tus contactos.

No somos conscientes de que, cuando ves-oyes una noticia espectacular, nada más verla, es obligatorio examinarla y, sobre todo, ver la fuente informativa.

El libro hay que leerlo, la lectura cansa, y no sólo a la vista, también supone un cansancio intelectual y todos nos hemos apuntado a la “ley del mínimo esfuerzo”.

El niño, que se lo traga todo, y que será el adulto que está convencido de todo y lo suelta como verdadero y propio.

¿Dónde ha quedado la reflexión?

La nueva cultura audio-visual está haciendo aparecer una nueva forma de pensar (por decirlo de alguna manera) de un post-pensamiento nada “sapiens”.

EL HOMBRE DESPLAZADO.

Es el título de una obra de T. Todorov.

El hombre desarraigado, arrancado de su marco, puede aprender a dejar de confundir lo real con lo irreal, lo verdadero con lo falso, la cultura con la naturaleza.

Si logra superar el resentimiento nacido del desprecio o de la hostilidad a lo diferente, agudiza la curiosidad y aprende la tolerancia, dejando de mirarse el ombligo, hay remedio al desaguisado y volver a ubicarse alejando el desplazamiento.

Hay que pensar y aprender a diferenciar lo absoluto de lo relativo pues las cosas ocurren de diferente manera en los distintos marcos culturales en que los hombres se encuentran en un momento determinado.

Lo absoluto y su dificultad de ser encontrado entre tanto relativismo, y sobre todo de pensarlo como regla universal que todo lo juzga y excomulga lo distinto.

Somos jueces interesados en tener razón y, para ello, se la quitamos /intentamos quitársela a los otros, siguiendo instalados en el relativismo.

El hombre de hoy tiene aversión a estos dos “hermanos enemigos”: 1.- Todo es relativo, todo es igual, da lo mismo, y 2.- El maniqueísmo: todo o es negro o es blanco, sin matices intermedios, como si no existiera la gama intermedia de colores, la que va desde el 1 hasta el 99.

LA TEODICEA.

La Teodicea no es la Teología Natural, ésta razona sobre Dios, buscando y aduciendo razones para su existencia y su esencia, aquella es una “justificación” de que Dios existe y es así.

El mal, en su triple dimensión de “sufrimiento”, de “injusticia-pecado” y de “finitud-muerte” es el gran obstáculo racional para creer en un Dios “Bueno y Omnipotente”.

Si “pudo” evitar el mal (al ser Omnipotente) y no lo hizo, no es “Bueno”.
Si “quiso” evitar el mal (al ser Bueno) y no pudo, no es “Omnipotente”.
Si “ni quiso” “ni pudo” no es Dios.
Luego habría que deducir que, puesto que el “mal” (físico, moral y metafísico) existen ¿Qué pasa con Dios?

Es la pregunta que siempre se ha hecho la filosofía occidental y la teología judeo-cristiana.

De ahí la “imposible Teodicea”, no es posible “justificar” racionalmente el mal desde el postulado de un Dios infinitamente Bueno e infinitamente Poderoso (Omni-potente).

¿No habría que desplazar el mal y ponerlo en el mismo Dios, que “pudiendo no quiso” o “queriendo no pudo?

jueves, 20 de agosto de 2020

FLORILEGIO 19 ( 2 ) LOS TRABAJADORES, TRABAJO Y FILOSOFÍA


LOS TRABAJADORES.

         A.- Trabajadores de “CUELLO BLANCO” son aquellos cuya vida laboral se desarrolla, básicamente, en una oficina y al mando de uno o varios ordenadotes enchufados a Internet (ejecutivos, administradores, economistas, banqueros, directores de grandes empresas

         B.- Trabajadores de “CUELLO AZUL” son aquellos a los que se asocian a empleos fabriles (mecánicos, operarios, reponedores, conductores,..

         C.- Trabajadores de “CUELLO ROSA” son aquellos relacionados con las tareas realizadas por mujeres (peluqueras, administrativas, enfermeras, asistentes, mujeres de la limpieza,…

4.- EL TRABAJO Y LA FILOSOFÍA.

Filosofar sobre el trabajo sigue siendo una urgencia al menos desde mediados del siglo XX y, sobre todo, en el siglo XXI.

¿Hasta qué punto es el trabajo fuente de la identidad humana?
¿Cómo se relaciona el trabajo con la persona?
¿Qué ha de significar el trabajo en la vida de cada persona?
¿Cómo lograr que el hombre se realice como persona por medio del trabajo?
¿Cómo realizar el trabajo de modo que la sociedad se vigorice y la vida personal no se degrade?
¿Exageraba Voltaire cuando afirmaba que el trabajo era la vida del hombre?
Entonces ¿Qué ocurre cuando llega a su fin la vida laboral? ¿Se acaba la vida humana y ya puede morir el hombre al no ser necesario para la sociedad, sino una carga?
¿Es que no pertenece a la vida del hombre el juego, la contemplación, los sueños, el descanso,…?

Son, todos ellos (y muchos más) problemas filosóficos a los que hay que examinar, buscar y encontrar respuestas.

Porque, por el trabajo, el hombre puede desarrollar muchas de las posibilidades físicas y espirituales que llevan dentro de ellos.

Olvidémonos de que el trabajo sea la consecuencia del pecado de Adán y aquel “ganarás el pan con el sudor de tu frente (no con el sudor del de en frente, como piensan y dicen los malpensados)

Y es que el hombre es espíritu, pero también cuerpo; es razón, pero también manos.

Si el hombre ha progresado ha sido gracias a su inteligencia, pero también gracias a sus manos.
Gozos y penalidades se entremezclan.

Los sueños de transformar el mundo por el trabajo están llevándonos a romper el equilibrio ecológico, a poner en peligro la supervivencia del hombre sobre la tierra.

En nombre de la dimensión objetiva del trabajo, un mayor rendimiento económico, una mayor y mejor producción,…unos hombres han esclavizado a otros o, al menos, no han respetado ni respetan su dignidad personal.

Los hombres somos trabajadores, pero no somos robots.

El trabajo auténticamente humano tiene un valor ético porque quien lo lleva a cabo es un sujeto consciente y libre, es decir, un sujeto autónomo que decide por sí mismo.

La relación del trabajo con la persona repercute enormemente en los problemas sociales que han interesado, e interesan, no a momentos concretos (aunque también) sino a épocas enteras.

Al hombre no debe valorársele, en primer lugar, por el tipo de trabajo que realiza sino por cómo realiza ese trabajo.

Cervantes ya decía que “casa uno en su oficio puede alabar a Dios”

El valor del trabajo viene dado porque quien lo ejecuta es una persona, trabajadora, sí, pero sobre todo, y en primer lugar, persona y tiene relación con  las motivaciones y la perfección con que lo lleva a cabo.
                                                                                       
Lo más importante en el trabajo no es ni el trabajo ni lo trabajado, sino la persona o sujeto que trabaja.

Podemos ser esclavos dando clases de matemáticas en una Universidad y ser hombres libres barriendo las aulas.

Y cuando se juntan el trabajo y el placer de trabajar, como ocurre en la mayoría de los enseñantes y educadores (como fue en mi caso,…)


FLORILEGIO 19 ( 1 ) LOS PECADOS ORIGINALES DE OCCIDENTE Y OTROS



LOS PECADOS ORIGINALES DE OCCIDENTE.

La obra clásica “Dialéctica de la Ilustración” se preguntaba cómo era posible que una época, que nació levantando la bandera de la Razón y de la Libertad haya producido más sinrazón y menos libertad.

José I. González Faus, en su obra “Abjurar la modernidad” explica, muy lúcidamente, las causas últimas de por qué ha sucedido esto.

Su lectura (estoy seguro) podría retirar la venda de los ojos a más de un fanático de los logros conseguidos por la Revolución Francesa.

BERTRAND RUSSELL.

Con este largo confinamiento por el virus cabrón, que es un cabrón, venga de donde venga y por qué ha surgido, cobrándose tantas vidas inocentes, vidas, sobre todo, de ancianos, he tenido mucho tiempo para coger la escalera y poder llegar a las baldas superiores y poder releer un libro de B. Russell que, ya entonces, me gustó y me ha seguido gustando.

Estoy refiriéndome a “Lo mejor de Bertrand Russell”, uno de los filósofos, fuera del ámbito académico, más leídos en el siglo XX, y ha sido, en buena medida, a su clarividencia, por un lado, y a su sentido del humor, por otro.

Es una selección de textos, hecha todavía en vida del autor, en 1.958, y que gozó de una gran aceptación, así como de varias ediciones.

Recoge algunos de los pasajes más ingeniosos y agudos de sus ensayos que proporcionan una visión completa de su pensamiento, así como se disfruta de su estilo literario (recibió el Premio Nobel de Literatura en 1.950).

Es una Antología de fragmentos extraídos de gran cantidad de libros y de artículos, en torno a 6 núcleos temáticos: Psicología, Religión, Sexo, Matrimonio, Educación, Política y Ética.

Me ha re-gustado, lo he disfrutado y aseguro a quien lo lea que, también, a él le pasará lo mismo.

VARIOS.

1.- El avance de las comunicaciones y la desaparición impuesta de límites arancelarios al movimiento de capitales en todo el mundo ha favorecido la consolidación de unas élites absolutamente especulativas y depredadoras, capaces de alterar o arruinar toda política económica que no favorezca sus insaciables deseos de acumulación de riqueza monetaria.

Nunca el valor de cambio y el fetichismo de la mercancía habían llegado a ser tan desmesurados en una sociedad.

La nueva clase empresarial no genera bienes, sólo maneja dinero (incluso tan sólo cifras en su ordenador) y su objetivo no es tanto el incremento de la productividad o la generación de empleo y trabajo cuanto la obtención de beneficios económicos, de plusvalías rápidas.

Son expertos en contabilidad “creativa” y recurren a los procedimientos más variados para engrosar sus cuentas corrientes.

Sin dejar de ser explotadores en sus empresas son, sobre todo, especuladores y ladrones y se han asentado cómodamente en todas las instituciones en las que se toman las decisiones importantes, y en las empresas, en especial las asociadas a las nuevas tecnologías.

A veces llegan a formar parte del poder ejecutivo y, desde luego, consiguen imponer su voluntad por encima de la de los representantes democráticamente elegidos.

Es el mito del mercado libre, que campa a sus anchas y ahonda las distancias sociales.

2.- ESPARTACO.

Era el año 72 a. C. cuando Espartaco encabezó una rebelión contra los romanos.

Él era un esclavo (en aquellos tiempos la fuerza de trabajo fundamental de Roma).

Aglutinó el descontento de numerosos esclavos, lo que le permitió vencer, por tres veces consecutivas a los ejércitos romanos, gasta que fue, definitivamente, derrotado.

La represión fue brutal, con muy pocos supervivientes y un rosario de crucificados a un lado y al otro del camino que conducía desde Roma hasta Ostia.

FLORILEGIO 18 LA PRUDENCIA ( y 6)

FLORILEGIO 18 LAS ARTES LIBERALES (5)

sábado, 1 de agosto de 2020

FLORILEGIO 18: LA EDUCACIÓN ( 4 )


LA EDUCACIÓN.

Es una obviedad decir que la educación hace de nosotros lo que somos, pues ella es la que va dirigida a perfeccionar la naturaleza humana mediante el desarrollo de sus potencialidades.

“Nacemos débiles, necesitamos fuerzas; nacemos desprovistos de todo, necesitamos asistencia; nacemos estúpidos, necesitamos juicio. Todo cuanto no tenemos en nuestro nacimiento y que necesitamos de hombres nos es dado por la educación”.
(Rousseau. Emilio o de la educación).

La educación es la que nos convierte en propiamente humanos.

Cientos de veces lo he expresado de esta manera: “Nos NACEN hombres, nos HACEN humanos, nos HACEMOS personas”,

Es otra obviedad que el animal humano (el viviente sensible) es el animal más débil de la creación en el momento de nacer y que sólo el cuidado de los otros y la convivencia con ellos lo convierten en lo que es,

“Conviértete en lo que eres” dice Píndaro y ese podría ser, también el lema de la educación: “actualiza todas tus potencialidades” que es, también, el único medio de garantizar la perduración de la sociedad.

No basta el simple crecimiento físico, como les ocurre a las plantas y a los animales, a nosotros nos “nacen hombres” pero, luego tienen que “hacernos humanos”.

Y no basta el Estado, como quería Platón, también los padres están legitimados para transmitir valores a sus hijos, atribuyéndoles a ellos la legitimidad educativa (el cristianismo, en general), pero después se defendió que debían ser los educadores profesionales, motivados únicamente por los intereses de los niños en el aprendizaje, sin limitaciones externas, ni por parte de los padres, ni por parte del Estado.

Cada uno de estos tres modelos atribuye la autoridad educativa, de forma exclusiva, a uno de esos tres agentes.
Pero en una sociedad democrática la autoridad educativa debe ser compartida por esos tres agentes sociales: el Estado, la Familia y los Profesores-educadores.
Ni sólo el Estado (que ahoga la libertad y el pluralismo), ni sólo los padres, transmisores de conocimientos y, sobre todo, de los valores de su forma de vida, porque hay otras formas de vida diferentes a la de sus padres.

La sociedad democrática reconoce y establece la necesidad de una educación política que permita a los niños aprender los valores de la convivencia, el pluralismo, la justicia y la responsabilidad compartida.

Una educación democrática debe fomentar en los niños la capacidad de comprender y valorar concepciones plurales de vida buena, en el marco de una sociedad justa e igualitaria.

La educación democrática no niega la autoridad legítima de los padres, pero ellos no son propiedad exclusiva suya, porque sólo son “hijos” suyos pero para que esos hijos sean “ciudadanos”, críticos y responsables son los educadores los que tienen que ayudarles a madurar para que sean ellos, los niños, los que, críticamente, opten por ser ciudadanos, libres e iguales, sin excluir a quienes opten por otro tipo de vida buena. 

La identidad humana es algo de lo que carecemos al nacer y sólo vamos adquiriéndola en la convivencia con los otros.
Es una construcción que va formándose y transformándose a lo largo de la historia individual y colectiva de cada ser humano.

Y todo cambió en el siglo XIX, con los grandes movimientos de contestación social (contra los privilegios de sexo, de clase, de nación y de religión).
Es cuando irrumpe el feminismo, el socialismo, el anticolonialismo y la secularización del cristianismo, lo que va a permitir una profunda reelaboración de la “identidad personal” por parte de las mujeres, los obreros, los salvajes y los incrédulos que, hasta entonces, habían estado, TODOS, sojuzgados y estigmatizados.

La identidad personal ha estado sometida a toda clase de variación histórica.
¿Qué eran entonces y qué son hoy las mujeres, o los homosexuales, o los ateos, o los obreros,…?

El primero que se ocupó, directa e intensamente, de la educación tanto en su República (una educación igualitaria, pero utópica) como en Las Leyes (menos utópica y más realista, con roles ya distintos entre los niños y las niñas), fue Platón.

La educación religiosa, católica, apostólica y romana, hasta yo la padecí, con la separación de las escuelas por sexo, la importancia de la moral religiosa, y el aprendizaje de actividades propias de cada sexo.

Que “educar” es distinto a “enseñar” es algo obvio.
Y lo que debe proponerse la educación es “formar” y “desarrollar” las potencialidades humanas.
Por eso el sistema de enseñanza no debe limitarse a transmitir una mera acumulación de saberes, de contenidos.

Montaigne lo expresa muy claramente: “no se trata de tener la cabeza muy llena de contenidos, sino de tenerla bien ordenada”.

Se trata de proporcionar a los niños una “cultura integral” que les permita comprender la complejidad de su condición y les ayude a pensar y a vivir de una forma abierta y libre.

No se trata de reducir lo complejo a lo simple, sino a reconocer lo compleja que es la vida, considerando que la vida del otro, tan distinta a la mía, es tan legítima como la mía y aceptarla y no rechazarla y, menos, estigmatizarla.

Somos “iguales, no desiguales” en cuanto personas, con los mismos derechos y deberes en cuanto ciudadanos pero, luego, “somos distintos, no idénticos”, tú eres mujer y yo soy varón, tú eres ingeniero y yo fontanero, tu eres creyente de una religión y yo de otra o de ninguna,…nadie es fotocopia de nadie, todos somos originales, pero originales distintos, no idénticos.

Lo opuesto a “igual” es lo “desigual” y tú y yo somos “igual de personas”, y lo opuesto a “idéntico” es lo “distinto” y tú y yo somos distintos.

Somos “iguales” y somos “distintos”.

Hasta ahora afirmar “yo soy de Ciencias” era considerarse socialmente superior a quien afirmase “yo soy de Letras”, y ya, lo último de lo último si afirmas “yo soy filósofo” (hasta se compadecerán de ti).

El sistema de enseñanza debe hacer converger las ciencias naturales, las ciencias humanas y la reflexión filosófica porque TODOS nos enfrentamos a los mismos problemas existenciales.

En este mundo tan globalizado pero, a la vez, tan dividido y parcelado, puesto que todos compartimos la misma categoría, la de “personas” iguales nos es necesaria una “ética de la comprensión humana” pues todos somos miembros de una misma especie que ha ido evolucionando junto con el resto de las especies de este planeta llamado Tierra.

El ser humano es, a la vez, y de forma inseparable, “individuo”, “sociedad” y “especie”.

De ahí que la identidad de cada uno sea compleja, cambiante y paradójica.

En esta sociedad global, la educación democrática debe contribuir a desarrollar una concepción cosmopolita de la ciudadanía, ser “ciudadano del mundo” y en la que podamos ser capaces de reconocernos unos a otros como “iguales”, no desiguales y, a la vez, como “distintos”, no idénticos.


FLORILEGIO 18 GLOBALIZACIÓN, ÉTICA, POLÍTICA,...Y MÁS ( 3 )


SOBRE GLOBALIZACIÓN.

Todos tenemos una idea de qué es la “globalización”

Pero, para ti, lector ¿Es un “paraíso inevitable o un infierno anunciado?

¿Es algo así como fue la Ilustración o la Revolución Industrial?

¿Pone en circulación ideas que cambian el curso de los acontecimientos o es ella la que produce acontecimientos que cambian nuestra forma de pensar?

Querámoslo o no, aplaudiéndolo o denigrándolo, lo que no podemos hacer es pasar de él, porque es un fenómeno histórico que, en la era de las comunicaciones, nos concierne a todos.

¿Se universalizarán los Derechos Humanos o serán más atacados que nunca porque la gran mayoría (tú y yo, entre ellos) sólo podemos alegrarnos o entristecernos porque es muy difícil que cuatro hormigas detengan a un elefante?

ÉTICA, POLÍTICA Y UTOPÍA.

Es el título de una obra de Santesmases.

Afirma que asistimos a una contraposición cada vez más radical entre la Universalidad Ética (utópica) que pregonan las declaraciones de los Derechos Humanos y la realidad fáctica (política) de un mundo donde van siendo recortados los derechos económico-sociales, van desapareciendo las garantías laborales y la mayor parte de los seres humanos vive (vivimos) en la precariedad laboral, en la incertidumbre del mañana mismo, en la exclusión del derecho a ser ciudadanos, con Deberes, Sí, pero también con Derechos.

La Política requerida por la Ética para hacerse cargo de las necesidades de la humanidad se ve colonizada por los poderes económicos.

Es verdad que “debería primar” la Política frente al Mercado (pero no prima), como debería primar la democracia sobre el capitalismo (y sabemos que no es verdad, porque la Bolsa (a pesar nuestro) pesa más que el Parlamento (y puede anularlo y cargárselo).

Es la paradoja en la que nos movemos y cuando la Política se ve más necesaria es cuando está menos legitimada.

El “debería ser” se convierte en un deseo mientras el “es” se impone realmente.

LA (NUEVA) CAJA TONTA.

El lugar central de la casa, en el salón-estar, que siempre estuvo presidido, en España, por la imagen del Sagrado Corazón, fue sustituida por la Televisión, que ha cobrado más importancia como agente de socialización, en franca competencia con el papel que desempeñan los padres, la escuela y los amigos, se ha convertido en la principal fuente de aprendizaje en cuanto a estética, valores e ideales políticos.

Ya (por suerte) hemos aprendido a acercarnos a ella con ojo crítico y hemos aprendido que unos canales presentan una información de una manera, mientras otros lo hacen de la manera contraria y otros quieren estar/dicen que están en el fiel de la balanza, siendo neutrales y totalmente objetivos.

Si viviera Marx cambiaria su sentencia y ya no sería la religión sino la Televisión el “opio del pueblo”

El sexo y la violencia-agresividad son los incentivos con los que se atrapa al futuro comprador de un coche, de una lavadora, de un desodorante y de cualquier cosa.

La “caja tonta” ha resultado ser la “caja lista” que engaña a todos los televidentes.

Porque, además, la publicidad (que no es información) está hecha de forma tan atractiva que te engancha, para que tomes cocacola, compres tal marca de trabajo o entres en el Corte Inglés, donde como tiene de todo, y lo mejor, no debes ni pensarlo perdiendo el tiempo y porque, además, tiene unas rebajas de hasta el 70% en la segunda unidad.

Si quieres saber qué pasa en el mundo, realmente, la televisión te lo da “virtualmente” (parece paradójico) mediatizando ella para que veamos lo que ella quiere que veamos.

Los contenidos televisivos no son radiografías de la realidad sino que están mediatizados por poderosos intereses económicos y políticos.

Este invento constituye, desde el punto epistemológico, un proceso fundamental en la construcción de la realidad.

La televisión es “la ventana de la realidad” en la que aparece lo que sus propietarios quieren que aparezca y tu consideres real lo que sólo es una construcción humana interesada.

El fenómeno televisivo se ha convertido en una “fuerza desordenada que amenaza la integridad psíquica de la persona porque su finalidad (aunque diga y asegure que es informar) es dominar a las personas para hacerlas dependientes.

PERO ahora cualquier adolescente ya no tiene que ir al salón y compartir con la familia el contenido televisivo sino que, en su cuarto de estudio dispone de un ordenador, con Internet, donde a su voluntad puede preguntar por cualquier contenido y se lo pone en bandeja al instante.

Los padres hemos puesto en manos de los hijos unos instrumentos para conseguir información cultural y, muchos de ellos, y muchas veces, solicitan información pornográfica.

Y como ven que esa mujer desnuda, en la cama, con dos o más varones, consigue intensos, continuos y prolongados orgasmos (sin ser consciente de que es una actuación de una actriz porno) no concibe que entre cuatro amigos violen a una muchacha y ésta no disfrute de los orgasmos de la que aparece en la pantalla de su ordenador.

El ordenador, un instrumento maravilloso para tantas cosas, en manos de adolescentes inmaduros se convierte en un instrumento catastrófico para su salud psíquica.

EL BUEN SAMARITANO.

La empatía, la compasión, los sentimientos altruistas, son los que nos permiten ver lo que ha de hacerse o hacer algo.
Nos permiten percibir cuándo el bienestar y el dolor de los demás están en juego.

En tiempos de Jesús de Nazaret un “samaritano”, por el hecho de ser samaritano y haber nacido en Samaria (y no en Judea) era considerado como la peor persona del mundo desde ladrón, pecador,… (Y todos los adjetivos que queráis añadir).
Pero Jesús les predica a sus apóstoles la parábola del samaritano que ayuda y no ceja de ayudar a la persona que ha sido agredida y desvalijada por unos asaltantes dejándolo herido en el camino.

Y al tiempo que alaba la conducta de ese “samaritano” contrapone la persona del “levita” (de la tribu de Leví) al sacerdote que, por serlo, debería haber sido el que más empatía debería haber mostrado con la persona necesitada.

La lección es clara, ser una “buena persona, ser altruista”) no está adosado a “ser religiosa”, sino que es ajeno a la religión.

¿Recodáis cuando Jesús se acerca al pozo a pedirle agua a la mujer que está sacándola del pozo y le contesta a Jesús: “¿Cómo tú, siendo judío, te atreves a pedirme, a mí, agua, sabiendo que soy samaritana?”

Pues eso.