lunes, 26 de agosto de 2013

LA MUJER Y LA CERÁMICA.


Estuve cinco años en La Rambla (Córdoba), pueblo alfarero por excelencia y que lleva la cerámica en sus venas, en el que abundan muchos industriales, no son pocos los artesanos y en el que, también, hay artistas.
Allí aprendí el secreto de tener, siempre, el agua fresquita en el botijo sudoroso de barro blanco y donde, también, aprendí a levantar el codo como Dios manda, sin gota que cayera al suelo.
No son pocos los recuerdos que guardo, con cariño, en forma de platos, de ánforas, de canastillas, de botijos decorativos,… siempre pintados a mano, como gratificaciones por participar en actos culturales.
Y sin contar la insignia de plata, concedida por la Corporación Municipal, el día que pronuncié el pregón de las fiestas de San Lorenzo.
De los mejores años de mi vida profesional en el Instituto Profesor Tierno Galván y cuando mis hijas comenzaron a tener hambre de aprender (máxima aspiración de un padre profesor), donde cultivaron la amistad de amigas siempre cercanas y donde, en cualquier momento en que, paseando, el guardia civil de turno se me cuadraba, en la calle, y me decía: “Don Tomás, sus hijas se encuentran jugando a la comba en la plaza del torreón”.
 
La cerámica.
 
He escrito mucho sobre el papel fundamental de la mujer en épocas prehistóricas, sobre todo en el Neolítico, cuando el hombre deja de ser errante, nómada, siempre detrás de y buscando comida el forma de caza, de pesca o de frutos de las tierra.
Se ha establecido, ha fijado su residencia. Ha aprendido a tener a mano la carne (con la domesticación de animales) y los productos de la tierra (con la inauguración de la agricultura que, en un  primer momento, parece una locura “enterrar” parte de la comida, por la experiencia de que la tierra se la devolverá con creces.
Pero para no perder la dentadura y poder comer tuvo, también, que inventar la cerámica para cocer y ablandar los alimentos, en ese fuego que no se dejaba apagar pero que, si se apagaba, ya sabía cómo producirlo de nuevo.
 
Y allí estaría la mujer, en primer plano, cuando ya no era fundamental la fuerza física y sí la habilidad manual.
 
Igual que de su vientre salía, a los pocos meses, una nueva vida, sin saber su misterio, también haría que las hembras trajeran al mundo nuevas vidas, para su alimento de carne, alimentadas con los productos de la tierra por ella cultivados.
También la tierra paría, de su vientre, alimentos.
La maldición divina del dolor fue mucho más allá del dolor del parir, tuvo que ser el sacrificio del criar (amamantar, alimentar, defender, educar, enseñar, moldear,…)
Es de mentalidad histórica machista echarle la culpa a la mujer del primer pecado, no sólo original sino hereditario, y todo por querer saber sin tener que preguntar.
Si probó del Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal y, gracias a ello, se nos quedó el regusto de poder saber por nosotros mismos, es una lástima que no probara del otro Árbol que, también, se encontraba en el centro del Jardín, el Árbol de la Vida.
Igual que somos, cada vez más, conocedores de verdades teóricas y prácticas, también hoy seríamos más inmortales, como Dios.
Eso debió ser lo que no soportó Dios y lo sacó de sus casillas, echándolos de casa, no siendo que, de nuevo, a la mujer le diera por probar de ese otro Árbol.
 
Si el Paleolítico fue, sobre todo varonil (era necesaria la fuerza física), el Neolítico es fundamentalmente femenino, donde la maña, la astucia y el cuidado sustituyen a la fuerza como estrategia alimenticia.
 
La mujer, dadora de vida (dentro de su vientre), cooperadora de vidas (en el vientre de las hembras domesticadas), productora de frutos alimenticios conservadores de vida (en el vientre de la tierra).
 
La mujer y la vida.
La mujer como artesana, moldeando el barro, como Dios. Pero con una diferencia.
 
(Copio y pego del Boletín Informativo Municipal de La Rambla de Agosto del 2.013, en un artículo de Miguel Ángel Torres)
 
Oficio noble y bizarro
De entre todos el primero
Pues, siendo el hombre de barro.
Dios fue el primer alfarero.
Y el hombre el primer cacharro.
 
(Anónimo)
 
El varón, no la mujer, fue el primer cacharro, que salió defectuoso, que le salió “rana” a Dios. Por eso no repitió, según una de las dos versiones del Génesis, la preferida por la tradición eclesial y, fundamentalmente, la más y mejor enseñada.
La mujer como complemento (no como substancia) del varón, sacada (no creada) de una de sus costillas y, por débil, culpable del primer pecado y de haber incitado a pecar al “pobre e inocente” varón.
 
Me imagino a esa mujer neolítica, con el crío agarrado a su teta caída, alimentándolo, moldeando el barro, labrando la tierra y cuidando los animales, como lo vemos en las tribus humanas aún no subidas al carro de la tecnología.
 
La primera alfarera humana seria (tras el primer alfarero del “anónimo” anterior), no sólo dadora, también conservadora de vida.
 
 

viernes, 23 de agosto de 2013

JESÚS:¿REVOLUCIONARIO O PACIFISTA? ( y 3)


Revolución no es romper los cristales del Corte Inglés, quemar autobuses o  contenedores, quemar Ayuntamientos,… porque lo que viene detrás suele ser una represión mayor, en parte justificada.

¿Quiénes suelen ser los “perseguidos por la justicia” sino los que desenmascaran a los poderosos, que son los que crean las situaciones de injusticia, opresoras de los más débiles?

Me imagino a Jesús de Nazaret ante los “injustos” desahucios, legales, apoyados en “leyes injustas”.

“Si Jesucristo volviera” es un libro que en mis tiempos jóvenes me impactó. ¿Qué haría, si volviera y viera la Iglesia, anquilosada? ¿y al ver El Vaticano, las Catedrales como lugares de culto y los Palacios Episcopales como viviendas de los Obispos?

Se dice que Jesús no fue un simple revolucionario ni un mero pacifista y se suele denominar su vida, su conducta y su palabra, como una “violencia pacífica” o una “paz violenta”, incidiendo en el “substantivo” más que en el “adjetivo”, en cada caso.

Decimos “paz” no “orden”, porque éste puede imponerse por la fuerza bruta del poder, con la censura, con la persecución, con el miedo, con la cárcel, mientras la otra, la paz, es una conquista personal de la conciencia.

“Vencer” no es “convencer”, como la “paz” no es la “ausencia de guerras”. Sin guerras puede seguir habiendo torturas y fusilamientos, eso nunca será “paz”, aunque haya “orden”. “El miedo guarda la viña”, no es que los ladrones estén convencidos de que no deben robar.

También puede haber quienes no pequen por miedo a Dios y a las penas del infierno.

Los jóvenes no pueden recordar, porque no los vivieron. Me refiero a “los 25 años de paz” franquista.

Y que La Codorniz, “la revista más audaz para el lector más sesudo o agudo” titularía: “los 25 años de paz-ciencia”, por lo que, de nuevo, y una vez más le secuestrarían la edición y la cerrarían, pero que, una vez cumplida la pena, aparecería con “bolín es a bolón como cojín es a X, y a mí me importan dos equis que me cierren la edición”.

Jesús tenía miedo de ser condenado a muerte si anunciaba y proponía no pagar el tributo a Roma, pero el Sanedrín, que sí podría condenar a muerte, como no podía mancharse las manos con la sangre de hombre alguno, atacó sus fuentes de ingresos económicos al entrar a saco en el Templo.

¿Qué era el Templo sino la trinchera del poder religioso judío y una fuente de ingresos con la venta de animales para el sacrificio y el cambio de moneda?

No es igual “librar de” que “liberarse de”, aunque, muchas veces, es difícil “liberarse” sin “ser libres”.

Se ha dicho que cuando una revolución se hace en una sola dirección, sin alcanzar, también, las estructuras más profundas del ser humano suele acabar en “INTEGRISMO”; si se hace en sentido sólo cultural puede acabar en “IDEOLOGÍA”, o acabar en “FASCISMO” si sólo es política, y si es sólo moral es posible terminar en “EVASIÓN ESPIRITUALISTA”.

La de Jesús sería una “revolución total”.

Jesús nunca fue un suicida, no se dejó llevar al matadero como un cordero para ser degollado, no era un loco, no era un desesperado, ni un exhibicionista. Nunca se hubiese entregado para dejarse matar. Tuvieron que apresarlo, traicionado por uno de los suyos. Nunca quiso morir.

(¡Cuánto cuento nos ha contado la Iglesia establecida¡)

Quien mejor entendió a Jesús fue, en la historia, Francisco de Asís, hijo de padre rico, que hizo voto de pobreza y que quiso poner en los estatutos de la Orden Franciscana y que la Iglesia dijo que “nanay”, al sentirse aludida.

Incluso se negó a ser ordenado sacerdote, alegando que Jesús tampoco lo fue.

En aquella sociedad judía proponer que no había diferencia entre varón y mujer, entre judío y gentil, entre puro e impuro,… (pongámosles nombres de hoy), en aquellos tiempos, suponía proponer una Revolución Total, que ni sus mismos discípulos lo entendían (véase el caso de María Magdalena y la actitud de Pedro).

 

JESÚS: ¿REVOLUCIONARIO O PACIFISTA? (2)


 ¿Es que no es más noble la “maternidad”?.

¿Estuvo casado Jesús? Es que es raro que en la comunidad judía hubiera “solteros”, por lo mal vistos que estaban.

¿Desmerecería su mensaje por el hecho de que estuviera casado?

¿Por qué no fue “lapidado” (práctica normal judía de la pena de muerte) sino “crucificado” (práctica normal romana) si no se opuso al pago de impuestos/tributos a Roma y no encabezó revolución política alguna, ni practicó el terrorismo?

Aunque apenas se sabe algo real de su vida, porque lo que nos cuentan los Evangelios es “hagiografía” más que “biografía”, son “documentos literarios”, no “documentos históricos”, es “material teológico” no “crónica real de hechos”,  y lo que consta en documentos históricos, sin interpolaciones, cabría en medio folio, podríamos hacernos una pregunta: ¿fue un revolucionario político o un pacifista revolucionario?.

Los historiadores romanos ignoran hasta su existencia.

Jesús ha sido utilizado como un “comodín” (y todos los ludófilos españoles de D. Heraclio Fournier lo sabemos bien), que “casa” con todas las cartas, que vale igual para un roto que para un descosido, que como parche para un pantalón recién estrenado, pero siempre con fines interesados.

Los dictadores lo han presentado como un defensor del orden constituido y, nada digamos de los revolucionarios de todos los tiempos (maoístas, marxistas, castristas, zapatistas) como ejemplo para sus ideologías, como también los pacifistas, los verdes, los ecologistas, los Teólogos de la Liberación, los franciscanos.

Pero quienes más lo han usado (y abusado de Él) son los poderes conservadores y dictatoriales, para defender el orden, la propiedad, la familia y hasta la Patria.

Si los conservadores son de misa y comunión, los dictadores, aunque sean unos sanguinarios, además, aparecen ante sus súbditos como devotos hijos de la Iglesia (y la Iglesia, naturalmente, encantada) y no tenemos que ir muy lejos de aquí para verificarlo y los que fuimos monaguillos y sabíamos algo, al menos, de latín sabíamos lo que significaba “Pro ducem nostrum Franciscum” e íbamos detrás del palio.

No sé si recuerdan la anécdota de Videla, en el Vaticano, durante la coronación del Papa Juan Pablo I, “el breve” (¿por qué sólo duraría 32 días?).

O la de Pinochet, cuando el Papa Wojtyla, desde el balcón del Palacio de la Moneda (donde fue sacrificado (¿) Allende), bendecía a la muchedumbre y Pinochet, detrás de él, también la bendijo.

Los dictadores, todos, adoran la religión, la que sea, la del pueblo, y siempre se han sentido apoyados y protegidos por la fe de esa religión (sobre todo la religión católica, que luego se plasmaba en Concordatos muy favorables).

¿No fue Mussolini quien, en los tiempos modernos, hizo del Vaticano un Estado Independiente y al Papa, de turno, en la práctica, un Rey y Jefe de Estado con poderes absolutos?.

Si algo debió ser Jesús no fue, precisamente, un hombre de orden, del sistema, conservador del statu quo. Siempre fue un inconformista, un hombre de ruptura del sistema organizado, tanto del judaísmo, su religión, inmovilista como contra el poder de la Clase Sacerdotal y el Templo y el impuesto que todo judío debía pagar (anécdota de la irrupción a la entrada del templo, contra las mesas de los cambistas y los puestos de venta de animales para el sacrificio), y no digamos nada sobre la esclavitud del “sábado”).

Tampoco soportaba el poder político y se atrevió a llamar “zorra” a Herodes (¿por qué no lo llamaría “zorro”?), que se había adueñado de su cuñada, Herodías, la mujer de su hermano Filipo, poniendo esas palabras, laudatorias (¿), en boca de su primo, Juan el Bautista y que, por decirlo (desenmascarándolo) mandó cortarle la cabeza y servírselo en una bandeja a Herodías.

Criticaba y demonizaba, ferozmente a la sociedad de su tiempo, que consideraba impuros a todos los enfermos y lisiados, todos marginados, al considerar sus defectos como castigo de sus pecados (al considerarlos “pecadores”, castigados por Dios, aunque el pecado lo hubiera cometido su padre, su abuelo, su bisabuelo,…”hasta la 3ª o 4ª generación”).

La Iglesia Católica, de perseguida en los primeros siglos, cuando pasó a ser mimada y proclamada “religión oficial” del Imperio, se convirtió en la mayor y peor perseguidora de todas las demás religiones y la “Santa” Inquisición, las hogueras y los gritos de los ajusticiados, por causas, muchas veces, ridículas, así lo atestiguan.

Hubo que esperar a la segunda mitad del siglo XX para que el Concilio Vaticano II pidiera perdón al mundo entero por haber traicionado su vocación original de defensora de los parias y desvalidos.

Se preguntaban los Conciliares si habría existido el comunismo si la Iglesia no se hubiera desviado de su misión fundamental de ser la abanderada de los pobres y perseguidos y no de los poderosos y acomodados.

(Sólo dos recordatorios:

1.- mientras el Manifiesto comunista de Marx-Engels vio la luz el 1.848, la “De rerum novarum”, la Encíclica social del Papa León XIII no apareció hasta 1.892).

2.- ¿La Teología de la Liberación en Iberoamérica habría  existido si la Iglesia Católica se hubiera preocupado de los pobres, los explotados, los…?.

Jesús, como la mayoría de los judíos de a pie (no el Sanedrín ni la clase sacerdotal), odiaba a la Roma dominadora que tenía oprimido al pueblo judío.

Revolucionarios políticos había por doquier entre los judíos, añorando la independencia. ¿Llegó a pertenecer Jesús a la secta de los zelotes, el grupo más revolucionario y extremista de su tiempo?

Alguno de sus apóstoles sí había formado parte del grupo extremista de los zelotes y Jesús, como buen judío, no debía estar nada feliz viendo su país ocupado por los romanos.

Lo normal es que hubiera sido simpatizante, al menos, de los movimientos violentos que pretendían liberar Palestina.

Esa “Teología de la Revolución” habría sido muy diferente y más politizada que la “Teología de la liberación”.

¿No fue condenado a muerte, entre otras causas, por subversivo peligroso?.

La endiablada pregunta que el poder religioso le lanzó a Jesús era una pregunta envenenada: “¿Se debe pagar el impuesto al Cesar?, ¿Sí o No?.

Si respondía que Sí, todo el pueblo lo vería como defensor del statu quo y simpatizante del poder romano.

Si respondía que NO, se le echaría encima el poder romano, lo apresarían y sería condenado.

La salida por los Cerros de Úbeda es digna de ser conservada en los anales de la Historia: “dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios?”.

¿Entones, sí o no?. Ni no ni sí sino todo lo contrario. Responder sin responder.

Jesús no fue un simple agitador político y social (como lo veían algunos de sus discípulos, más fogosos, y a los que le hubiera gustado que fuera más violento y que, incluso, iban siempre armados) sino un removedor de conciencias.

Jesús tampoco fue un pacifista, tal y como hoy se entiende. Estaba más contra la venganza que contra la violencia de las armas, por eso no fue un terrorista, como los zelotes.

Fue un violento contra la violencia que oprime a los más débiles.

Y si llamó “zorra” a Herodes (poder político) llamaría “raza de víboras”, “hipócritas”, “lobos con piel de oveja”,… a las autoridades del Templo, al poder religioso.

Se puede, pues, afirmar que si fue condenado no lo fue tanto “por lo que hizo” como “por lo que dijo”.

A Jesús le habría gustado que los romanos se hubieran ido, que hubieran dejado a Palestina libre y no tener que luchar, violentamente, para echarlos, con el peligro personal que ello conlleva.

Al poder religioso, en cambio, le iba muy bien, con el dominio de Roma.

“Para vosotros la cuestión política, para nosotros la cuestión religiosa”

Jesús se opone a ese Dios vengador y justiciero, que esclaviza a los hombres y amarra sus conciencias, que los atemoriza (“Dios, siempre, te está mirando”) y justifica las clases sociales, que ha sido la imagen típica de Dios mantenida por las religiones. El Dios que Él propone es el que hace salir el sol, todos los días, para justos y pecadores, que no hace distinción entre varón y mujer, entre fiel e infiel, entre puro e impuro.

Quizá, por eso, los que mejor entendieron su mensaje fueron los esclavos, los pobres, los enfermos, los humillados,…

Los que la sociedad aposentada excluía (prostitutas, endemoniados, mendigos,…), los indefensos, los débiles,… eran los más valiosos y preferidos por ese nuevo Dios.

No sólo remueve las estructuras sociales y políticas, remueve las conciencias para establecer una convivencia más humana entre “todos” los hombres.

No sólo libertad externa, también liberación interior.

Sin prisa, como querían sus discípulos, pero sin pausa, no queriendo arrancar la cizaña de golpe no siendo que, con ella, también se arrancase la hierba buena.

Anticipándose a Marx, que decía que la primera virtud del verdadero revolucionario no era la prisa, sino la paciencia.

Despacito, pero buena letra.

Una revolución necesita tiempo para que surja madura y con raíces, sin el peligro de tirar al niño por la ventana con el agua sucia de la palangana.

“No se construye una fortaleza sobre un terreno de arena”.

El foco revolucionario tiene que estar sobre la dignidad humana, para no caer en lo que casi siempre se ha caído, en fascismos, nazismo, estalinismo, santas inquisiciones perseguidoras y mortíferas.

 

 

JESÚS: ¿REVOLUCIONARIO O PACIFISTA? (1)


Jesús es “el gran desconocido”

Sobre Jesús hay más preguntas que respuestas.

Además, al preguntar/se sobre Jesús, ¿de qué Jesús estamos hablando?, ¿del judío que nació en Nazaret?, ¿del revolucionario que provocó a los dos grandes poderes de su época: el religioso y el político y al que, entre los dos, lo mataron? ¿del Hijo de Dios o Cristo?, ¿del Jesús histórico del que apenas se sabe algo o del Jesús construido posteriormente, e interesadamente, por la Iglesia?, ¿del creyente judío, real, que sólo intentó reformar el judaísmo o del iniciador del Cristianismo?

Por no saber no se sabe:

1.- Ni dónde nació (no hay causa histórica (el censo imperial de Augusto no existió) para que naciera en Belén (además de que los censos eran sobre todo “fiscales”, por lo que no era necesario el empadronamiento). Lo más seguro es que naciera en Nazaret (que ni siquiera aparecía en los mapas de la época), pero para que se cumplieran las Escrituras….

2.- Sí se sabe que no nació ese año 0 (¿) y se sabe del error que cometió, en el siglo VI, el año 525, el monje escita (Escitia, entre Rumania y Bulgaria actuales) Dionisio el Exiguo (el enano, bien por ser bajito de talla, bien por su humildad) al hacer los cálculos para fijar la Era Cristiana o Anno Domini, en vez de contar los años según la costumbre romana, con el error de 4 ó 5 años, por lo que Jesús habría nacido, realmente, 4 ó 5 años antes de Jesucristo (es decir no nació el 753 de la Fundación de Roma (a.u.c.)sino en el 748, año en que nació Jesús)

3.- Sí se sabe que no pudo nacer en Diciembre, y menos el día 25 (el día de Navidad) y se sabe por qué la Iglesia puso esa fecha “aprovechando que el Pisuerga pasaba por Valladolid).

Más preguntas.

¿Occidente (nosotros) habría sido igual a como ha sido, en todos los ámbitos (cultural, moral, artístico, literario, político, sexual, familiar,…. si no hubiera existido Jesús de Nazaret, no como fue (que no lo sabemos) sino como nos lo han contado?

¿Habría sido igual el capitalismo sin la ética cristiano-calvinista?, ¿y las monarquías occidentales?

Nunca sabremos si el mundo hubiera sido mejor o peor, pero igual no, sino muy diferente.

¿Habría existido la persecución de los judíos sin las ideas que la Iglesia nos fue imbuyendo durante siglos, de que fueron los asesinos de Jesús (hasta Juan XXIII y el Concilio Vaticano II)?

¿Habría habido holocausto judío sin ese esquema mental antijudío impreso en nuestro cerebro por una cultura antijudía?

¿Qué pinturas y esculturas llenarían nuestros museos? ¿Habría habido catedrales?

¿Tuvo 4 hermanos (Santiago, José, Judas y Simón) como consta incluso en el Evangelio de San Marcos, y dos hermanas (Lisia y Lidia), como consta en alguno de los Evangelios Apócrifos?

¿Por qué tuvo tan malas relaciones y se llevó tan mal con sus padres y hermanos?

¿Por qué esa obsesión de la Iglesia Cristiana por la “virginidad” de la mujer?

¿Por qué, además, María fue virgen antes del parto, en el parto y después del parto?

¿Por qué esa insistencia obsesiva en la “virginidad de una madre” (dos conceptos contradictorios)?

Esta pregunta sí tiene una respuesta:

Lo “ordinario” es nacer de una madre que ha sido fecundada por un padre, lo “extra-ordinario, lo milagroso, es ser madre sin la participación del varón.

Y es que, los principales dioses de todas las religiones/mitologías antiguas, para resaltar la diferencia con los hombres, es que habían sido hijos de una virgen.

Incluso alguno, más extra-ordinario todavía, fue engendrado en el muslo de un varón.

Y es que, para que fuese “Hijo de Dios” no podía ser hijo de un hombre. El Espíritu Santo (tercera persona de la Santísima Trinidad, Dios, pues), en forma de paloma, envolvió a María con su sombra y ésta quedó embarazada, siendo y permaneciendo virgen.

Quedó embarazada y dio a luz “como el rayo de sol entra y sale por un cristal, sin romperlo y sin mancharlo.

De esta manera “en las entrañas de la Virgen María formó el Espíritu Santo, de la purísima sangre de esta señora, un cuerpo perfectísimo. Creó, de la nada, un alma. La unió a aquel cuerpo. Y, en el mismo instante, a ese cuerpo y alma se unió el Hijo de Dios que, sin dejar de ser Dios, quedó hecho hombre” (así me lo enseñaba el cura, en el catecismo).

Por lo que tampoco en el parto perdió la virginidad (no tuvo rotura de himen, no sangró) y, después, continuó siendo virgen, no teniendo más descendencia.

En uno de los 100 Evangelios Apócrifos, en el Porto-evangelio de Santiago o de la natividad de María, sabemos (¿) muchas cosas de la infancia de María.

En concreto, en lo referente a la virginidad en el parto, la prueba de la misma se la hizo una partera, metiendo los dedos “en su naturaleza”. La examinó y al constatar que era virgen dio un grito, pues se dio cuenta de que la mano con la que había examinado las partes íntimas de María “se había desprendido carbonizada”

Desesperada se arrodilla y pide a Dios que se compadezca de ella. Y un ángel la tranquiliza. Le pide que acerque su mano carbonizada al niño recién nacido. Así lo hizo y quedó curada inmediatamente.

De esta forma Jesús hizo su primer milagro, recién nacido.

 

 

domingo, 18 de agosto de 2013

TODO HOMBRE ES…



Todo hombre es, en cierto aspecto:
a.- Como todos los hombres (he ahí la “especie humana”)

b.- Como algunos hombres (he ahí la cultura y la sociedad)

c.- Como ningún otro hombre (he ahí la “persona concreta”, el “individuo”)

LA RACIONALIDAD.


 

Hoy, más que nunca, la educación tiende a crear científicos y técnicos, teniendo como objetivo principal suministrar mano de obra cualificada a la clase empresarial.

Así se domestica a la juventud y se la hace súbdita del trabajo. Nunca antes ha sido puesta en funcionamiento, tan intensamente, aunque tan sibilinamente,  la “alienación laboral”.

Son muy pocos los que trabajan en una actividad que les resulte gratificante.

Mucha racionalidad científica y tecnológica, mucho nivel de preparación, pero con el que no van parejos los salarios percibidos.

Y si los salarios fallan más falla aún la “racionalidad filosófica” que les ayudaría tanto a crear como a desarrollar la crítica que posibilitaría la libertad y la responsabilidad.

Interesa, para que esta sociedad mantenga su ritmo, mano de obra eficiente y, si puede ser barata, mejor que mejor, no cabezas pensantes.

Desconociendo, una vez más, que la finalidad de la inteligencia no es tanto la adquisición y creación de conocimientos como la consecución de la felicidad.

Pensamos, en primer lugar, para ser felices.

Pero esto no le importa a la clase empresarial, que sólo busca y desea resultados.

FILOSOFÍA Y POLÍTICA.


Si la Política y los Políticos tienen como objetivo la “eficacia” y la Filosofía y los filósofos lo que buscan, con ahínco, es la “verdad” ¿serán incompatibles la vocación política con la vocación filosófica? ¿o es que hay una “verdad eficaz o una eficacia verdadera?.

¿Qué decir de Platón, que afirmaba que “la polis no tiene solución a no ser que los políticos sean filósofos y sólo los filósofos deberían ser los políticos?.

¿Por qué los “filósofos” se ocupan de la “política” y surge la Filosofía Política?

 Ortega, filósofo esencial y político accidental, decía que puesto que el hombre es un ser social y sólo en sociedad se es auténticamente hombre (porque la sociedad le es necesaria para nacer, para crecer, para madurar, para ser un auténtico ciudadano, incluso para morir), si necesita de la sociedad para vivir, ¿qué pasa cuando esa sociedad está deteriorada, enferma, invertebrada? ¿Cómo será el hombre que en ella se refugie? ¿No sería necesario “vertebrarla”, reformarla, reconstituirla, curarla, formarla,….?

“No ocuparse de política es inmoral” –llegó a decir Ortega.

Él, junto a otros intelectuales, intervino en la llegada de “la república”. Llegaron a ser Diputados en las Cortes Republicanas. Pero la decepción fue total.

Es ya célebre su “no es eso”, “no es eso”, “no es eso”…. gesticulando con la mano y con la cabeza desde su escaño de Diputado.

¿Serán incompatibles ambas vocaciones?. ¿No sería Platón sólo eso, un iluso, un utópico?. ¿Se sabe de algún filósofo que haya intervenido, eficazmente, en Política?

 

DROGAS MODERNAS.


 
Una de las drogas modernas, de diseño, de niños, adolescentes, jóvenes y maduros (y a la que se engancha, también, algún viejo) es “la droga tecnológica”.

No hay alumno de instituto (y muchos de la escuela) que carezca de móvil última generación y no disponga, en su cuarto de estudio, de un ordenador capaz.

Esa “racionalidad tecnológica” produce beneficios a sus dueños, pero, al mismo tiempo, adicción y dependencia en todos los demás, que son la gran mayoría.

Nunca ha habido tanta posibilidad de comunicación a distancia y tanta incomunicación en la presencia.

Observas a parejas, paseando o sentadas en un bar, y cada uno, manejando su móvil, comunicándose a distancia sabe Dios con quién, lo que supone un desprecio o una baja estima de lo presencial.

Estás en la cola de un banco o de cualquier mostrador de servicio público y como, cuando está atendiéndote, suene el teléfono, es descolgado inmediatamente y habla y habla, sabe Dios con quién, y se mete en la cuenta bancaria de quien llama, obviando la presencia de la persona con la que estaba hablando y con todos los que están en la cola.

Más de una vez me he indignado y le he reprochado la falta de respeto para quién está, ante él, presente, dando preferencia al comunicante ausente.

Si el Dios cristiano, durante tantos años como referencia vital, fue apeado de su pedestal y, en su lugar, entronizada la Diosa Razón, hoy es el Dios Tecnológico quien ha tomado el relevo y nos tiene alucinados al tiempo que esclavizados.

Hoy, más que nunca, sabemos “cómo hacer cosas”, lo que ignoramos es “cómo obrar moralmente bien” para ser felices.

martes, 13 de agosto de 2013

FILOSOFÍA Y CLARIDAD - 2



Decía Ortega que “la claridad es la cortesía del filósofo”. Que también defendía Wittgenstein: “lo que puede ser dicho debe poder ser dicho de manera clara”.

Sin embargo, suele darse un prurito de que la filosofía es un saber tan elevado, tan profundo que debe expresarse de manera oscura, sólo para entendidos y especialistas, cuando lo que debería entenderse a defensores tales como incapaces de exponer su pensamiento de manera clara y sencilla.

La filosofía nunca puede ser responsable ni culpable de la incapacidad de muchos filósofos.

Incluso nuestro Azorín lo decía: “cuando el estilo es oscuro hay motivos para creer que el entendimiento no es neto”.

Heráclito era llamado “el oscuro” y leer a Hegel es hacer ejercicios gimnástico-lingüísticos en ese lenguaje tan enrevesado, y no digamos de Heidegger y su “la nada nadea”.

Pensar bien es hablar y escribir con claridad, como Ortega y es que la filosofía debe bajar a la calle y poder hablarle a los profanos de la calle y no sólo y sobre todo a los académicos, al gremio.

Poner la filosofía al alcance del vulgo no es vulgarizarla.

La filosofía no sólo surgió para “explicar la realidad, huyendo de la debilidad y de la ignorancia del mito, también surgió como “orientadora de vida”.

También hoy, cuando lo tecnológico, lo económico, lo pragmático y lo comercial lo anega todo en un “todo es comprable y todo es vendible”.

La filosofía es gratis, gratificante y gratuita, pero no por eso “des preciable” y sin valor.

Hoy más que nunca necesitamos poder y saber desenmascarar la “Doxa” (opinión vulgar y corriente) de la “Episteme” (conocimiento fundado).

La filosofía debe estar no sólo al servicio del pensamiento, también al servicio de la acción, la filosofía como terapia y como orientadora de vida.

La filosofía como invitación a pensar y actuar reflexivamente, filosóficamente, sacudiéndose tutores interesados en tutoriar.

No sólo saber por saber y para saber, también saber para saber actuar bien.

De nuevo Sócrates:

         .- Maestro: ¿saber?, ¿para qué?

         .- Saber para Obrar bien.

         .- Maestro ¿y Obrar bien?, ¿para qué?

         .- Obrar bien para Ser feliz.

Así se cierra el círculo: Saber – Obrar – Ser – Felicidad.

Y soy consciente de que hay libros de filosofía que, nada más abrirlos, invitan al rechazo y al abandono, pero otros muchos invitan a lo contrario.

Y, precisamente, son muchos los filósofos españoles que invitan a ser leídos.

Quienes quieren venderte “la felicidad en 24 horas” lo único que pretenden es rascarte el bolsillo.

Quienes quieren venderte la filosofía como un consuelo para esta vida, te dejan desconsolado, sin filosofía y, seguramente, con menos dinero en sus bolsillos.

La filosofía no es un padre espiritual que guíe tu vida, es una invitación a que seas tú tu propio jefe, autónomo.

FILOSOFÍA Y CLARIDAD - 1


 
En otros lugares he dejado escrito que vulgarizar” es una manera considerada, por muchos, inadecuada, de “divulgar”.

Pero “vulgarizar” puede/debe entenderse como poner a nivel del vulgo, o sea, del pueblo, de la gente normal y corriente, no instruida, (y menos en filosofía) uno saberes vitales que deben importar a toda persona.

Se trata de ser, en pleno siglo XXI, un Sócrates.

Como la verdad desnuda siempre es vergonzosa, no en sí misma, sino para quien no está acostumbrado a los desnudos, no es mala idea semivestirla, (que no quiere decir taparla y esconderla), dosificarla.

No es, del todo, condenable ponerle un poco de aliño a un producto exquisito, con tal de que el no experto en sabores lo saboree. Tiempos llegarán en que lo saboree en sí mismo.

Pero, en los últimos tiempos, el gremio de los filósofos oficiales se ha especializado tanto, que ha empujado a la filosofía a expresarse en un lenguaje cifrado, tan oscuro que sólo los del gremio (y cada vez menos) lo entienden, alejando aún más, si cabe, a la filosofía de las mentes del común de los mortales.

Si alguien te pregunta cuál es tu profesión y respondes que “profesor”, automáticamente surge la segunda pregunta: “y de qué”. Si respondes que “de Matemáticas” o “de Química” te sueltan un laudatorio “JooPeee”, pero si respondes que “de filosofía” (como yo he hecho toda mi vida) pueden ocurrir dos cosas: 1.- que surja, encadenada, la tercera pregunta clave: “y eso qué es” o 2ª que se compadezcan de ti y piensen, para sus adentros, lo que decía el torero El Guerra: “aquí hay gente “pa tó”.

La filosofía, desde mediados del siglo XX, parece que la han enclaustrado y la han secuestrado y hablar de ella, a la gente normal, es como hablarle de los mundos paralelos.

Muchos de los filósofos oficiales parecen disfrutar con la práctica del oscurantismo, con la incomprensibilidad, con el uso y abuso de un lenguaje críptico (“la nada nadea”), alejado de la vida y sus problemas, convirtiendo el don preciado de la filosofía en un somnífero masoquista preñado de aburrimiento.

“Lo que puede decirse debe ser dicho claramente y, si no, lo mejor es callarse”.

No es el caso de filósofos como Fernando Savater o José Antonio Marina, muy criticados por el gremio, pero a los que, sin dejar de ser filósofos, se les entiende todo lo que dicen.

Cumplen el consejo de Ortega: “la claridad es la cortesía del filósofo”.

Quien ha llegado hasta ahí tiene que ser capaz de mostrar claramente el camino de cómo ha llegado y de cómo llegar.

Es verdad que el hombre es un animal, porque es un viviente sensible, pero también es verdad que la filosofía ayuda a desanimalizarse, a superar el nivel meramente animal, porque siembra curiosidad, extrañeza, asombro,… que, desde Aristóteles, es la condición del filosofar, del querer saber.

Pero filosofar supone estar, siempre, abierto al diálogo y nunca dogmatizar.

“Filosofía” y “dogmatismo” son dos conceptos incompatibles, como “filosofía” y “fanatismo”.

El filósofo ilustra, echa luz sobre los problemas de la vida y espera que los demás también los iluminen para salir, todos, bien parados o mejor parados, de ellos.

La filosofía invita a la amistad, a la cooperación, ayuda a vivir, no más, pero sí mejor, al tiempo que te prepara para los momentos infelices que toda vida trae consigo.

Si quedasen fuera los fanatismos ideológicos varios y los fundamentalismos religiosos, y fuésemos capaces de sentarnos a dialogar en el lugar neutro del campo de la razón, echando a la arena sólo argumentos, ¿habría tántas guerras, tánta violencia y tánta estupidez?.

Si fuésemos capaces de exponer y de solicitar razones, sólo razones (e ir al diálogo ayunos de consignas) de lo que se dice y de lo que se hace ¿estaría el mundo tan mal como está?.

Si, además, los filósofos se empeñan en vivir en el espacio etéreo, en las nubes, no es de extrañar que los no filósofos, terrestres, los miren con desinterés si no es con desprecio o con….

¿Tan difícil es retirar el papel que cubre el regalo?

PROVERBIO CHINO.


 

1.- Siembra un acto y cosecharás una costumbre.

2.- Siembra una costumbre y cosecharás un carácter.

3.- Siembra un carácter y cosecharás un destino”.

Es un Sócrates oriental.

Sócrates dirá:

1.- Repite constantemente “actos” y conseguirás un “hábito” (de “actos justos” el “hábito (la costumbre) de obrar justamente”.

2.- Repite los “hábitos” y conseguirás un “carácter” (una forma de ser).

3.- Repite esa “forma de ser”  y lo “serás” (una segunda naturaleza, Ya eras hombre. Ahora eres, además “un hombre justo”)

4.- Además, serás FELIZ.

EL PARADIGMA


Leo las declaraciones de un político chantajista, vasco, que se ha atrevido a servirle a mi Presidente del gobierno de muleta para que no se le note la cojera, para que salgan adelante los presupuestos del estado para el año 2.011, tras poner (eso sí) la mano y cobrar al contado y en especie, al tiempo que deja en pelotas al gobierno del País Vasco, socialista, que  “España no está en crisis, sino que está ante un cambio de paradigma”.

O este señor no sabe qué es un paradigma o ha dicho una de las mayores tonterías que puede decirse, procediendo de una autonomía periférica y con privilegios varios.

¿Sabe este señor que un cambio de paradigma es una “revolución” en toda regla?.

Un cambio de paradigma astronómico fue la revolución copernicana, heliocéntrica y helioestática, que desplazó al anterior paradigma, geocéntrico y geoestático.

Un cambio de paradigma fue la revolución industrial, que desplazó y mandó al olvido a los gremios, implantando el liberalismo económico.

Un cambio de paradigma fue la revolución francesa, que acabó con el absolutismo político, que proclamó a la Razón como la nueva Diosa, que impuso el liberalismo político, que proclamó la Declaración Universal de los Derechos del hombre y del ciudadano.

Un cambio de paradigma ha sido y está siendo la revolución tecnológica, donde todo está presente y a mano, anulando las distancias, globalizándolo todo.

¿A qué cambio de paradigma se referirá el político vasco, chantajista?.

¿Va a cambiarse la constitución y declararse España como una República?. Esto sería un cambio de paradigma.

¿Va a revisarse la constitución y van a desaparecer los 17 gobiernos autonómicos, entrampados hasta las cejas, y que son una de las causas del déficit del estado?. Esto sí sería un cambio de paradigma.

¿Van a prohibir que se endeuden los ayuntamientos?.

¿Va a haber listas abiertas en las elecciones?

¿Va a nacionalizarse la Banca?.

¿Va a suprimirse la propiedad privada?.

¿Van a quedar en suspenso las libertades?.

¿Va a quedar intervenida la economía?.

¿Va a prohibirse la libertad de expresión?

Todas éstas y muchas más sí que serían cambios de paradigmas.

¿A qué paradigma se referirá el señor, en cuestión?.

Porque es que, además, un paradigma no se proclama un fin de semana y se pone a funcionar el lunes a primera hora de la mañana.

Antes de cambiar un paradigma, que es como un gran andamio desde el que se accede a todas las partes del edificio, cuando surge un problema no se echa abajo el andamio, sino que intenta atajarse proponiendo “hipótesis ad hoc”, remedios inmediatos que palien el problema, postes que sostengan el andamio, grúas que…contrafuertes que….

Sólo cuando el paradigma ya no es viable entra en funcionamiento el nuevo paradigma que ya ha estado funcionando, aunque en la sombra, no centralmente ni mayoritariamente, pero sí por los expertos, y que explica mejor las cosas, que explica más cosas, que las explica de manera más sencilla,…

Galileo fue el que propuso el copernicanismo como nuevo paradigma. Copérnico no se atrevió ni a publicarlo. Sólo cuando estaba en su lecho de muerte se lo publicaron. A él lo habría quemado la Santa Inquisición.

¡¡¡Cambio de paradigma!!!!

CALCULANDO.


 
Si viajar a Bruselas en Vueling, en clase turista, vale 105 euros Ida y Vuelta, y viajar en Business-class, con Iberia, se eleva a 1.297 euros Ida y Vuelta, la diferencia (sabiendo, simplemente, restar) es 1.192 euros, totalmente ahorrables.

Quiere decir que el viaje de un Diputado equivale a 20 días del salario de un maestro.

Entonces me surgen varias preguntas:

¿Alguien ha obligado a un parlamentario a serlo?, ¿Ha demostrado su capacidad y valía habiéndose sometido a varios procesos de selección? ¿Ese abuso, inútil, no es una corrupción estructural, y no meramente puntual? ¿No puede ser exigido, ese ahorro, en nombre de la Ética?

miércoles, 7 de agosto de 2013

LAS CULTURAS.



“En el pasado han coexistido sobre la tierra numerosas culturas diferentes y muchas de ellas todavía perviven en nuestros días, aunque, en general, como fenómenos residuales, en vías de extinción.

En efecto, a partir del siglo XVII se han desarrollado en Europa Occidental unos nuevos elementos culturales –la ciencia, la tecnología, la industria (en el sentido moderno de estas palabras)- que, al mismo tiempo que han vaciado a la cultura en que surgieron de gran parte de su antiguo contenido religioso, político y moral, le han proporcionado un dinamismo y una eficacia incomparables. Por ello hemos asistido en los dos últimos siglos a un progresivo e imparables proceso de aculturación ecuménica, en que todos los pueblos del mundo han dado entrada –de mejor o peor gana, según los casos- en sus propios sistemas socioculturales a crecientes proporciones de esta cultura “Occidental”.

Occidental de un Occidente que, en cualquier caso, incluye Rusia, China, Australia y Japón, claro está”


J. Mosterín, “Racionalidad y acción humana”.

 
Cuando tanto se insiste en “respetar las culturas” ¿se está apostando por gobiernos no democráticos sino religiosos dictatoriales, por tabúes, por tradiciones por ser tradiciones aunque se opongan radicalmente a los Derechos Humanos, por prácticas morales ancestrales, por chamanes y gurúes, por magos, por la ínfima consideración de la mujer como objeto de placer y paridora de hijos, pero sin libertades, con exclusiones del ámbito social,……?

¿Puede/debe estar la sociedad civil engullida por una religión, la que sea, en detrimento de la Razón y la Tecnología?

¿Y las vacunas, y la alimentación, y el control de natalidad, y la cultura laica,…..?

¿TIENE SENTIDO LA VIDA?


Otro de mis filósofos españoles preferidos, Jesús Mosterín, en su obra “Racionalidad y acción humana” se lo pregunta.

“No tiene sentido (no sirve para nada) plantear la pregunta por el sentido del mundo o por el sentido de la vida. Se trata de preguntas mal planteadas. No podemos preguntar cuál es “el sentido del mundo”, porque el mundo no es algo que dependa de ninguna conciencia o voluntad, y por tanto no es algo que pueda tener sentido.

Esa pregunta sólo podría ser planteada, sólo podría tener sentido si hubiera un dios omnipotente que decidiese continuamente cada hecho del universo en función de los fines suyos, aunque éstos no fueran conocidos por nosotros – como solía decirse “los designios de la providencia son impenetrables”-

Sólo en ese caso la pregunta tendría sentido, incluso respuesta afirmativa: los fines o designios de ese dios constituirían el sentido del mundo.

Tampoco podemos preguntar cuál es “el sentido de la vida”, pues la vida, como tal, no es un proceso consciente, teleológico, sino un proceso no consciente, bioquímico, causal.

Ni el mundo ni la vida tiene sentido y, aún menos, “sentido último”.

Lo que sí podemos preguntarnos es cuál es (si es que es alguno) el “sentido que queremos darle a nuestra vida”

Nuestra vida que, de por sí, carece de sentido, como la vida en general, es susceptible, sin embargo, de “recibir, de nosotros mismos, UN sentido: EL QUE QUERAMOS DARLE”

Hasta aquí Mosterín.


Y pregunto yo: ¿Cuál es el sentido del sol, de los volcanes, de las montañas, de la lluvia,….? NINGUNO.

No tienen sentido a no ser que alguien crea que los ocasiona un dios, consciente, y que sabe por qué/para qué los hace, allá él y su finalidad, él sabrá para qué los ha creado.

El sol no es un astro, con luz propia, PARA calentar a los hombres, dar vida a las plantas,…..sino que PORQUE tiene luz….

No puede hablarse de Teleología, de Finalidad, de Sentido,…. sin un ser que, al ocasionarlos, lo hace con una Finalidad, como quien hace una silla o una mesa.

¿PARA QUÉ existen los hechos naturales? Para NADA.

La lluvia, precisamente el día que el niño iba a ir de excursión al campo, no es PARA castigarlo por no haberse portado bien…….

La lluvia, como la montaña,…tienen Causa Eficiente (la baja presión o las fuerzas orogénicas) pero no las causan PARA. Lo hacen, pero no PARA algo. No tienen SENTIDO sus existencias, sencillamente, existen.

Otra cosa es el Sentido, la finalidad, que tú y yo, seres conscientes, les demos, bien para hacer senderismo, practicar la caza, estudiar sus rocas, construir chalets,….o para lavarse, para beber, para llenar la piscina, para tirar de la cadena,….

LA VIDA, LA CARRETERA Y LA MEDICINA.


El Código de Circulación no está en la carretera como el prospecto y las instrucciones de uso o de dosis no están en las pastillas para la próstata.

La carretera y las pastillas están ahí, independientes de mí y ajenas a todo Código y a todo prospecto, independientes de ellos. De hecho si el prospecto se pierde y el Código de Circulación se olvida o se incumple ellas seguirían estando sin ellos.

El Código y el prospecto deben estar en la mente del conductor o del enfermo. Ni siquiera en el Ministro de Transportes, que legisla, ni en el médico que receta.

Ellas no tienen sentido. El sentido se lo damos o no se lo damos nosotros.

Con la Vida ocurre como con la carretera y las pastillas. La vida no tiene sentido independientemente de quien está viviéndola. Somos cada uno de nosotros quien se lo da o no se lo da, se lo da de una manera o de otra.

Cuando leo u oigo la pregunta de “Cuál es el sentido de la vida” suelo, internamente, cabrearme.

Pero lo mismo que ocurre con el “sentido” de la vida ocurre con el “valor” de la misma.

La vida es un hecho, está ahí. Somos cada uno de nosotros quien la valoramos, en mucho, en poco o en nada. Hay quien disfruta viviendo, quien soporta la vida y quien se suicida o mata.

Somos los hombres los “donantes de sentido y de valor”.

HISTORIA DE UN ELEFANTE.


“Érase una vez que se encontraban alrededor de Buda varias personas discutiendo.

Mientras uno decía: “el mundo es eterno. Ésta es la verdad. Y lo demás es falso”, otro opinaba lo contrario: “el mundo no es eterno. Ésta es la verdad. Y lo demás es falso”.

Mientras uno opinaba: “el mundo es limitado. Ésta es la verdad. Y lo demás es falso”, otro opinaba lo contrario: “el mundo es ilimitado. Ésta es la verdad. Y lo demás es falso”.

Mientras uno afirmaba: “el alma es lo mismo que el cuerpo. Ésta es la verdad. Y lo demás es falso”, otro afirmaba lo contrario: “el alma es una cosa y el cuerpo otra cosa distinta. Ésta es la verdad. Y lo demás es falso”.

Y discutían y discutían. Hasta se peleaban y se agredían, al tiempo que cada uno porfiaba: “la verdad es así; la verdad no es así”.

Así que fueron a contarle todo esto a Buda y éste le contó una historia:

         “Hubo una vez un rey que mandó reunir a todos los ciegos de nacimiento, a los que les mostró un elefante que, naturalmente, ninguno veía.

Así que a unos lo colocó junto a la cabeza del elefante, la palparon, la manosearon y sentenciaron: “ciegos, compañeros, así es el elefante”. Y así fue colocando, por grupos, a todos los ciegos junto a las distintas partes del elefante y, cuando hubo terminado, les preguntó:

         - “¿Habéis palpado al elefante?”

A lo que todos respondieron que sí.

Entonces Buda les preguntó cómo era el elefante.

Los ciegos que habían palpado la cabeza respondieron: “el elefante era como un cántaro”, mientras que los que  habían palpado la oreja sentenciaron: “el elefante es como un gran cesto para aventar el trigo”.

Mientras los que habían tocado el colmillo afirmaron: “el elefante es como el timón del arado”, los que habían palpado el cuerpo sentenciaron: “el elefante es como un granero”.

Mientras los que habían palpado el pie sentenciaron: “el elefante es como la base de un pilar”, los que habían tocado la pata afirmaron: “el elefante era como un mortero”.

Mientras los que habían tocado la cola afirmaron: “el elefante es como la mano de un mortero”, los que habían tocado el extremo de la cola sentenciaron: “el elefante es como una escoba”.

Todos y cada uno de los grupos de ciegos fueron afirmando que el elefante era así o que el elefante no era así. Y discutían; y se peleaban; y se agredían a puñetazos y a patadas.

Y el rey estaba encantado con la escena que estaba presenciando”

“Así –dijo Buda- , de la misma manera, son los hombres, como los ciegos, que como sólo ven una parte del elefante, de la realidad, discuten y discuten, y se pelean por defender e imponer que “su” versión, “su verdad” es “la verdad” y todas las demás versiones son falsas”.

¿Podrían ponerse de acuerdo los ciegos en algo?

¿Son todas las teorías humanas, sobre la realidad, parciales? ¿Son todas igual de verdaderas y/o igual de falsas? ¿Es posible una síntesis global de todas ellas? ¿Sería ésta, también, parcial?

¿No están todos los hombres “circunstanciados”, ubicados en un tiempo, en un lugar, en una cultura, en una ideología, en una mentalidad, en una religión,…? (en una parte del elefante)… y, según sea esa circunstancia, la realidad se verá así o de otra manera? ¿No serían ridículas las porfías y las peleas? ¿Cómo van a verse igual Los Pirineos desde España que desde Francia? ¿Cómo va a verse igual el hombre desde una religión que desde un laicismo?, ¿desde la creencia “creacionista” que desde la ciencia “evolucionista”?

Pero, aunque todo sea “perspectiva”, ¿son iguales, valen lo mismo, una perspectiva que otra, dando pos supuesto que ninguna de ellas es “la” perspectiva (lo que sería una “contraditio in terminis”), sino “una” perspectiva? ¿Hay alguna más privilegiada que otra? ¿Se ve igual la catedral de Málaga desde La Plaza del Obispo que desde  la Plaza de Uncibay?

Es verdad que “todas valen”, pero ¿“valen todas igual”?

PROTÁGORAS PURO. RELATIVISMO. PERSPECTIVISMO ORTEGUIANO.

domingo, 4 de agosto de 2013

A LA INTEMPERIE y EN LA DESAFECCIÓN.


Se habla tanto (y es verdad) que padecemos una crisis económica de caballo que está dejando vacíos nuestros bolsillos.

O no entra nada en ellos, a no ser por  la caridad cristiana o por la ridícula justicia gubernamental, o si algo entra según entra se sale para pagar subidas varias de impuestos, tasas, servicios,….

VIVIMOS A LA INTEMPERIE.

Pero sufrimos, también, otra crisis, en este caso, de yegua, es la crisis política y democrática.

Nunca ha habido tanta desilusión con nuestra democracia y tanto hartazgo de los po0líticos que nos gobiernan, nos han gobernado y/o aspiran a gobernarnos.

Cuando se nos está rompiendo la cintura por quedarse sin botones la correa, los políticos han descubierto los tirantes.

En un platillo de la balanza los más de 5 millones de parados, muchos de ellos ya sin cobrar el subsidio de desempleo y que han tenido que volver a la casa paterna, pero con mujer e hijos, y estirando la pensión del padre y en el otro una élite, endogámica, que han hecho carrera de y en la política, que han entrado a “servirse de” y no a “servir a”, con sueldo escandalosos en la actual coyuntura, con dietas exageradas y, además, una corrupción campante en cuanto levantas cualquier piedra, de cualquier partido político, cuyo argumento de defensa es el “y tú más”, lo que quiere decir que “yo también”, como si ello fuera una razón o justificación.

VIVIMOS EN LA DESAFECCIÓN.

Pero cuando se tiene el estómago  en ayunas y los bolsillos vacíos, y cuando, además, como desafiantes, ves pasar ante ti a unos privilegiados, a los que tenemos no sólo que mantener, sino sufragarle una mejor vida, presente y futura, no solemos caer en la cuenta de esa otra crisis, la “Cultural”, el modelo cutre de Telecinco, alimentando de mierda la propia alma.

Sin pan para el cuerpo y con mierda para el alma.

Observamos, pues, la Enseñanza, el uso del Lenguaje  y el nivel de Lectura y hasta a los cojos les dan ganas de echar a correr.

EL MANDO A DISTANCIA.

Yo no sé vosotros, padres y madres jóvenes, que tenéis niños pequeños.

Yo llevo un mes con mi Santi y, desde el primer día, sin hablar, sin decírmelo, me lo dijo: “Yayo (ese soy yo) el mando es mío”. Así que las noticias, por la radio.

Y, desde ese día, si salgo de CLAN es para ir a DISNEY CHANEL, y si salgo de éste es para entrar en BOING.
Llevo un mes en que POCOYÓ, DORA LA EXPLORADORA, DORAMON Y NAVITA, BOB ESPONJA, PATRICIO  Y CALAMARDO ya son como de la familia

SI LOS TIBURONES FUERAN HOMBRES.


Todos hemos dicho y oído, más de una vez, que “el pez grande se come al chico”, que “la justicia no es igual para todos”, que “el neocapitalismo es la ley de la selva, la ley del más fuerte”,… y que siguen vigentes hoy, en las sociedades y estados modernos aunque, eso sí, camuflados, de manera encubierta y no manifiesta. Sólo hay que leer el significado latente.

La justicia nos parece que no se aplica igual para el rico que para el pobre, para el ladrón de guante blanco que para el simple ladronzuelo, para el político que para el ciudadano de la calle.

Y solemos decir que el Derecho, la Justicia, la Democracia,….no son sino palabras bonitas, biensonantes, pero que ocultan una dominación muy sutil, pero no menos salvaje.

El texto, irónico, de B. Brecht, de su obra “Historias de almanaque”, es sumamente ilustrativo.

“SI LOS TIBURONES FUERAN HOMBRES –preguntó al señor K, la hija pequeña de la patrona- ¿se portarían mejor con los pececitos?

-         Cierto que sí- respondió el señor K.

Si los tiburones fueran hombres harían construir en el mar cajas enormes para los pececitos, con toda clase de alimentos en su interior, tanto plantas como materias animales. Se preocuparían de que las cajas tuvieran siempre agua fresca y adoptarían todo tipo de medidas sanitarias. Si, por ejemplo, un pececito se lastimase una aleta en seguida se la vendarían de modo que el pececito no se les muriera prematuramente a los tiburones. Para que los pececitos no se pusieran tristes habría, de cuando en cuando, grandes fiestas acuáticas, pues los pececitos alegres tienen mejor sabor que los tristes. También habría escuelas en el interior de las cajas. En esas escuelas se les enseñaría a los pececitos a entrar en las fauces de los tiburones. Pues necesitarían tener nociones de geografía para mejor localizar a los grandes tiburones que andan por ahí holgazaneando. Lo principal sería, naturalmente, la formación moral de los pececitos. Se les enseñaría que no hay nada más grande ni más hermoso para un pececito que sacrificarse con alegría. También se les enseñaría a tener fe en los tiburones y a creerles cuando les dijesen que ellos ya se ocupan de forjarles un hermoso porvenir. Se les daría a entender que ese porvenir que se les auguraba sólo estaría asegurado si aprendían a obedecer. Los pececitos deberían guardarse bien de las bajas pasiones, así como de cualquier inclinación materialista, egoísta o marxista. Si algún pececito mostrase semejantes tendencias, sus compañeros deberían comunicarlo, inmediatamente, a los tiburones.

Si los tiburones fueran hombres se harían, naturalmente, la guerra entre sí para conquistar cajas y pececillos ajenos. Además, cada tiburón obligaría a sus propios pececillos a combatir en esas guerras. Cada tiburón enseñaría a sus pececillos que entre ellos y los pececillos de otros tiburones existe una enorme diferencia. Si bien todos los pececillos son mudos, proclamarían, lo cierto es que callan en idiomas muy distintos y por eso jamás logran entenderse. A cada pececillo que matase, en una guerra, a algunos pececillos enemigos, de esos que callan en otros idiomas, se le concedería una medalla y se le otorgaría, además, el título de “héroe”.

Si los tiburones fueran hombres también tendrían su arte. Habría hermosos cuadros en los que se representarían los dientes de los tiburones en colores maravillosos, y sus fauces como hermosos jardines de recreo en los que da gusto retozar.

Los teatros del fondo del mar mostrarían a hermosos pececillos entrando entusiasmados en las fauces de los tiburones, y la música sería tan bella que, a sus sones, arrullados por los pensamientos más deliciosos, como en un ensueño, los pececillos se precipitarían en tropel, precedidos por la banda, dentro de esas fauces.

Habría, así mismo, una religión, si los tiburones fueran hombres. Esa religión enseñaría que la verdadera vida comienza, para los pececillos, en el estómago de los tiburones.

Además, si los tiburones fueran hombres, los pececillos dejarían de ser todos iguales, como lo son ahora. Algunos ocuparían ciertos cargos, lo que los colocaría por encima de los demás. A aquellos pececillos que fueran un poco más grandes se les permitiría incluso tragarse a los más pequeños, Los tiburones verían esta práctica con agrado pues les proporcionaría mayores bocados.

Los pececillos más gordos, que serían los que ocupasen ciertos puestos, se encargarían de mantener el orden entre los demás pececillos, y se harían maestros y oficiales, ingenieros en la construcción de cajas, etc…

En una palabra, habría, por fin, en el mar una cultura si los tiburones fueran hombres”

¡Vaya repaso a nuestro mundo occidental¡ Nada queda fuera de esta critica. Ni el estado ni la iglesia, ni los capitalistas ni el ejército, ni la administración ni el arte, ni la cultura ni la religión, ni la moral ni la enseñanza.

¡CHAPEAU¡ MAESTRO BRECHT.

Del que, en mis tiempos universitarios, ensayamos una obra suya, aunque nunca logramos representarla. Creo que era “El Círculo de tiza caucasiano”.

LA LARVA RACIONALISTA.


 
“Esos indios de América del Sur iban completamente desnudos pero, en cambio, se cubrían la cabeza.

Cuando nacía un niño le ponían una especie de casco, muy incómodo, hecho de corteza de árbol,

Los hombres, las mujeres y los niños se cubrían la cabeza con ese casco de corteza desde la cuna hasta la tumba.

Iban desnudos, pero nunca descubiertos.

Dormían con el casco, hacían el amor con el casco puesto, se alegraban y se entristecían siempre con el casco en la cabeza.

Era un casco sólido, parecido al de los caballeros de la Edad Media.

         - Hay gente “pa tó” –que diría El Guerra cuando le presentaron a D. José Ortega y Gasset y le informaron que era “filósofo”.

O sea. Con los órganos genitales a la vista y sólo la cabeza “encasquetada”. Además, con un casco incómodo, de corteza de árbol, durante toda la vida. Hasta para hacer el amor. Eso se llama “inmersión cultural”. Algo atávico. Recibido de generación en generación. Y todo ello sólo por….

Y todo ello debido a que, en esa región, pulula un insecto cuya picadura, si es en los brazos, en las piernas, en los ojos o en el pecho, no tiene ninguna consecuencia.

Esta mosca tiene un aguijón tan largo como una aguja de inyecciones.

Pero si dicho insecto consigue picar la cabeza su picadura es gravísima. Perfora la piel del cráneo. En el lugar de la picadura, y bajo la piel, se desarrolla una larva que taladra los huesos del cráneo.

Dicha larva no manifiesta ningún interés por la piel o la carne del hombre. Busca sólo el cerebro. Se trata de una larva que sólo puede vivir en la materia gris del cerebro humano.

         - Pues ya no es tan ridículo el ir, siempre, encasquetado.

El cerebro humano es la más hermosa y la más tierna entre todas las materias que existen en el universo; la más hermosa y la más noble. Sólo en esa materia puede vivir la larva. Y, ya que sólo puede vivir en el cerebro, se la ha llamado la LARVA RACIONALISTA.

Una vez en el cerebro se multiplica con aterradora rapidez. Para ello sólo necesita una cosa: la materia gris del cerebro humano. Eso es todo. Y se multiplica.

Aparecen, entonces, centenares y miles de gusanos racionalistas. Roen el cerebro humano por todas partes, por compartimentos.

         - Esto sí que ya tiene sentido total, se comprende el encasquetamiento.

El hombre al que uno de estos gusanos ha penetrado en el cerebro pierde, primeramente, la alegría. Luego, la tristeza. Y nunca más vuelve a estar alegre o triste.

El gusano racionalista devora, enseguida, otro fragmento del cerebro: el hombre ya no tiene ninguna clase de ideales, ya no tiene ninguna clase de esperanza.

Más tarde, el hombre que tiene este gusano en la cabeza pierde el sentido de la dirección. Todas las direcciones le parecen iguales.

A su vez, la voluntad empieza a ser roída. Todo lo que pueda ocurrirle le deja indiferente. No tiene frío, ni hambre, ni calor, ni sed.

Este hombre tiene una resistencia terrible. Puede vivir durante mucho tiempo entre los demás hombres. Pero vive como un objeto insensible. Y es el más obediente de los hombres.

No tiene ninguna preferencia. Y si se le ordena que se eche al fuego se tira al fuego.

El gusano ha roído sus ilusiones, e incluso su deseo de vivir.

         - ¡Chapeau¡ Indios de América del Sur. Porque, además, eso lo habéis descubierto con el dilatado saber precientífico, el denominado “saber vulgar”. Un saber de la experiencia, acumulada y transmitida.

         Nosotros, ahora, los “científicos”, decimos lo mismo, pero hemos sustituido vuestras “cascos” por nuestras “vacunas” para entrenar y preparar, previamente, al cuerpo por si esa u otra “larva racionalista” y sus consecuencias se le ocurriera “picarnos”, pero nosotros la hemos bautizado con nuevos y modernos nombres, como “virus”, “bacterias”, “infecciones”, “cáncer”, “metástasis”,….

Y como nosotros ya no nos “encasquetamos”, por si acaso ese insecto “cabezudo” se le ocurriera “picarnos” acabaríamos con él, si lo cogemos a tiempo, seguramente, con el nuevo remedio al que denominamos “penicilina”, “cirugía”, “radioterapia”, “quimioterapia”…

         Pero si vosotros, “encasquetados” evitáis las consecuencias, nosotros, todavía, no hemos encontrado la solución para el Alzhéimer.

(C.V. GHEORGHIU. “Los sacrificados del Danubio”. Barcelona. Caralt. 1.965. II, 8).