Se habla tanto (y es verdad) que padecemos una crisis
económica de caballo que está dejando vacíos nuestros bolsillos.
O no entra nada en ellos, a no ser por la caridad cristiana o por la ridícula
justicia gubernamental, o si algo entra según entra se sale para pagar subidas
varias de impuestos, tasas, servicios,….
VIVIMOS A LA INTEMPERIE.
Pero sufrimos, también, otra crisis, en este caso, de yegua,
es la crisis política y democrática.
Nunca ha habido tanta desilusión con nuestra democracia y
tanto hartazgo de los po0líticos que nos gobiernan, nos han gobernado y/o
aspiran a gobernarnos.
Cuando se nos está rompiendo la cintura por quedarse sin
botones la correa, los políticos han descubierto los tirantes.
En un platillo de la balanza los más de 5 millones de
parados, muchos de ellos ya sin cobrar el subsidio de desempleo y que han
tenido que volver a la casa paterna, pero con mujer e hijos, y estirando la
pensión del padre y en el otro una élite, endogámica, que han hecho carrera de
y en la política, que han entrado a “servirse de” y no a “servir a”, con sueldo
escandalosos en la actual coyuntura, con dietas exageradas y, además, una
corrupción campante en cuanto levantas cualquier piedra, de cualquier partido
político, cuyo argumento de defensa es el “y tú más”, lo que quiere decir que
“yo también”, como si ello fuera una razón o justificación.
VIVIMOS EN LA DESAFECCIÓN.
Pero cuando se tiene el estómago en ayunas y los bolsillos vacíos, y cuando, además, como desafiantes, ves pasar ante ti a unos privilegiados, a los que tenemos no sólo que mantener, sino sufragarle una mejor vida, presente y futura, no solemos caer en la cuenta de esa otra crisis, la “Cultural”, el modelo cutre de Telecinco, alimentando de mierda la propia alma.
Sin pan para el cuerpo y con mierda para el alma.
Observamos, pues, la Enseñanza, el uso del Lenguaje y el nivel de Lectura y hasta a los cojos les
dan ganas de echar a correr.
Pa habernos matao...!
ResponderEliminarDan ganas de cualquier cosa. No hay donde agarrarte. De puñetera pena.
Y no entiendo a esta juventud nuestra. No la entiendo. Hace años, cuando se iniciaba una movida de este tipo, o mucho menor, la Universidad saltaba por los aires y movilizaba al resto de España que estaba acojonada. Y ahora, ¿dónde están los cojones? ¿Qué hacen los futuros dirigentes y actuales maltratados?
De verdad, no entiendo nada. Somos auténticos borregos en manos de sus degolladores oficiales. ¡De puta pena, tio!