Si el precio de las cosas depende, entre otros, de los dos factores de toda la vida: la escasez y la utilidad, ¿cómo es posible que nos salga tan caro el elevado número de Cajas de Ahorros (lo opuesto a la escasez) y teniendo en cuenta que ofertan la misma utilidad que pueden ofrecernos los bancos?.
La escasez de diamantes hace que su precio sea elevado (independientemente del costo en extraerlo y pulirlo) por la alta demanda de personas pudientes que, de manera exclusiva, quieren ser propietarios de eso, excluyendo a todos los demás.
La escasez del producto, el alto poder adquisitivo de algunos y la ostentación lo explican.
La utilidad de los bolígrafos o de los ordenadores hace que la gente los demande, así que los fabricantes compiten en sacar mejores y más baratos productos, para atraer a los clientes, excluyendo a los otros competidores.
Todo tiene su explicación. La oferta, mucha o poca, y la demanda, poca o mucha. Así se ha regulado el mercado toda la vida.
Pero ¿esa proliferación de Cajas de ahorros, que se meten en aventuras inversoras de riesgo, arriesgando los depósitos de los clientes, y que, cuando están en bancarrota, piden socorro al Estado para que las rescate?. ¿Puede ser entendido?.
¿Privatizan las ganancias y socializan las pérdidas?. Negocio redondo.
Cuando oigo la palabra “reestructuración” me echo mano a la cartera, aunque sé que van a meter mano en ella, recortándome prestaciones o subiéndome impuestos o tasas.
Ahora estamos descubriendo que lo de la “soberanía” de las naciones es una ficción, porque los que, siempre, mandan son los Mercados.
Si los Estados rescatan las Cajas de Ahorros, y los Mercados rescatan a las naciones “soberanas”, el único Soberano es el Santo Mercado.
“Santo Mercado,“Ora pro nobis”.
Los niños inteligentes de hoy ya no quieren ser Toreros, ya no deberían querer ser Futbolistas, como las niñas ya no quieren ser princesas, todos deberían aspirar a ser Mercados, es el futuro.
lunes, 31 de enero de 2011
sábado, 29 de enero de 2011
“EL TERRORISMO ES UN PUÑO SIN BRAZO”.
La mejor definición ostensiva que he leído sobre qué sea el terrorismo es la de Lenin: “El terrorismo es un puño sin brazo”. Contundente y claro.
Pónganle Uds. el brazo que estimen oportuno (que será la ideología) y allí estará el puño golpeando.
¿Cuál es la ideología del terrorismo?. Respuesta rápida: NINGUNA.
El terrorismo no es una ideología.
El terrorismo es un método (camino), un instrumento del que se valen y puesto al servicio de unas ideologías, para oponerse a... (lo que sea) y para implantarse en la realidad.
¿Qué es una ideología?. La interiorización exacerbada de una creencia, tomada como verdad, y que condiciona al ideologizado a poner en práctica una actividad terrorista.
Ideologías hay muchas, el método terrorista es uno y el mismo, variando desde acabar con el otro, considerado como enemigo, hasta atacarlo en su persona o en sus bienes y familia.
El terrorista no piensa, ejecuta, él es un hombre de acción, de ahí que para acabar con él hay que ir a la fuente de la que el terrorismo mana.
Lo ideal sería atacarlo con el arma de la razón, pero mal se puede aplicar ese arma contra el que no razona. Eso fue lo que hizo la Ilustración contra la Iglesia en el siglo XVIII, desmontando, racionalmente, los pilares en que se asentaba (la tradición, los prejuicios, la credulidad,,…) y proponiendo otros cimientos racionales, por ejemplo el deísmo y “La religión dentro de los límites de la razón”.
Una visión pérfida y miope es la de aquellos que consideran al terrorista un héroe, que muere por una idea.
Héroe es el que se expone a morir, ayudando al otro, pero no a matar ni a matarse. No es inmolación sino suicidio y asesinato en el mismo kit.
Para reflexionar sobre las clases de terrorismo voy a retroceder muchos años, cuando yo era maestro (y no sólo profesor y, menos aún, simple trabajador de la enseñanza) y cuando el Bachillerato era Bachillerato, totalmente voluntario, al que sólo entraban los que querían acceder a la Universidad (y no este bachillerato, menguado, raquítico y semiobligatorio) y cuando los alumnos eran discípulos, cuando su hambre de conocimiento se juntaba con las ganas de poner a su disposición información.
Para desarrollar el Razonamiento, sobre todo el deductivo, durante todo el primer trimestre, dábamos la lógica.
Veíamos, en primer lugar, la clasificación de los conceptos (luego pasábamos a las proposiciones, para terminar en el silogismo).
Dividíamos los conceptos desde dos puntos de vista:
1.- Desde la extensión o amplitud, los conceptos podían ser Universales (para todos, “todo hombre”), Particulares (para algunos (“algunos hombres”) e Individuales (sólo para un individuo (“este hombre”, “Juan”)
2.- Desde la comprensión o modo, los conceptos podían ser: Afirmativos o Negativos.
Combinando la Extensión y la Comprensión sacábamos TODAS las proposiciones posibles para, con ellas, poder hacer, en las cuatro figuras posibles, los razonamientos deductivos o silogismos.
Un poco parecido a esta labor, podemos hacer al dividir los terrorismos:
1.- Por la extensión, en sentido fuerte y estricto (“sensu stricto”), y en orden creciente de extensión, tradicionalmente, el terrorismo ha sido clasificado en tres apartados:
A.- Terrorismo nacionalista (ETA, HAMAS) cuyo objetivo es la independencia de una región, o derrocar a un gobierno, o abolir un sistema político, reemplazándolo por otro, los mueve una ideología separatista. Es jugar al independentismo, como chantaje, más que apostar por la independencia, que es una pobreza asegurada, en el mundo actual.
B.- Terrorismo de estado, cuyo objetivo es, desde arriba, desde intimidar a la población opositora y disidente, hasta detenerla y encarcelarla, incluso matarla (El terror en la Revolución Francesa, el holocausto alemán, en las guerras civiles, en ambos bandos,….)
C.- Terrorismo global (el 11 S de las torres gemelas o el 11 M de los trenes de Atocha o Bin Laden). Nunca se ataca directamente a los líderes políticos sino a unos símbolos nacionales. Es un terrorismo internacional, sin fronteras. Su objetivo es imponer a todos los países su ideología. Dependiendo del material empleado puede presentarse de distintas formas:
A.- Terrorismo bioquímico.
B.- Terrorismo biológico o bioterrorismo o terrorismo bacteriológico
C.- Terrorismo cibernético (los hackers).
D.- Terrorismo nuclear.
E.- Narcoterrorismo.
F.- El ecoterrorismo
2.- Por el modo (tipo de terrorismo) y en sentido amplio (“sensu lato”), (incluyendo, pues, los del sentido fuerte), considerando, pues, terrorismo desde el vandalismo al sabotaje, desde el insulto al asesinato.
¿Que el brazo es la religión islámica?. Pues tenemos el terrorismo islámico.
¿Que el brazo es la independencia del País Vasco?. Pues tenemos el terrorismo etarra.
¿Que el brazo es la ecología (que, en realidad, es ecolatría). Pues tenemos el terrorismo ecológico.
¿Que el brazo es la defensa de los animales (ballenas, focas, visones,…). Pues tendremos el terrorismo…
¿Que el brazo es el “Sí a la Vida”?. Pues tendremos el terrorismo del “No al aborto”.
¿Que el brazo es la defensa de la república (para que la haya o para que se mantenga?. Pues tendremos el terrorismo antimonárquico.
¿Que el brazo es “No al Estado?. Pues tendremos el terrorismo anarquista.
¿Que el brazo es “Contra el imperio del capitalismo?. Pues tendremos el terrorismo de los grupos antiglobalización.
¿Que el brazo es vengarse de un profesor? Pues el puño se dispara agrediéndolo a él o a sus pertenencias (coche) o llamando a cualquier hora de la noche al teléfono o al portero automático.
¿Que el brazo es la creencia en la superioridad del varón y en el concepto de propiedad?. Pues tenemos al terrorista maltratador doméstico, sobre mujer e hijos.
¿Que el brazo es la creencia en la superioridad de la raza que uno tiene?. Pues tenemos desde la marginación y persecución hasta el racismo y el genocidio.
¿Que el brazo es la consideración de las imágenes como herejía?. Pues tenemos al terrorista artístico, iconoclasta, destructor de budas.
¿Que el brazo es la consideración de una película o de una conferencia o la presentación de un libro, considerados como blasfemia?. Pues los boicoteadores al acto.
¿Que el brazo es renegar y oponerse a la manera laica de vivir la vida?. Pues tenemos el integrismo, forzando a la autoridad, boicoteando su presencia, añorando el pasado.
¿Que el brazo es la capa de ozono, la contaminación, el calentamiento de la atmósfera (“el efecto invernadero”), los vertidos contaminantes, los sprays, las pilas,….? Pues tendremos un terrorismo variado, desde el más inocente (sembrar el mobiliario público de pegatinas con el “NO a …”
Pónganle Uds. brazos y según sean ellos, así será el puño-el puñetazo-el terrorismo.
Cuando decimos “terrorismo” no decimos sólo “muerte”, “atentado”, “asesinato”, “goma 2”…
Decimos, también, “chantaje”, “extorsión”, “manifestación”, “asalto”, “vandalismo urbano”, “corte de calles o de carreteras”, “piquetes (mal llamados) informativos”, “silicona en las cerraduras”, “destrozo de mobiliario urbano”, “quema de autobuses y automóviles”, “bombas en una estructura de obras (un puente) en ejecución”, “paralización de una actividad esencial o de la construcción de una central atómica”, “censura extrema”, “secuestro y rescate”,……
El terrorismo siempre ha estado ligado a las tiranías, a las dictaduras, contra los sectores insumisos, no integrados, críticos,…
Primero fueron las monarquías absolutistas (con la detención y muerte, comunera, por ejemplo) luego pasó al marxismo-comunismo (con sus purgas, sus gulags) y a los fascismos (con los campos de exterminio), de aquí a los nacionalismos (con sus secuestros para conseguir un rescate y la cesión del estado de derecho, con sus mal llamados “impuestos revolucionarios, con la voladura de torres de emisión,…) y a los fundamentalismos religiosos, sobre todo (y actualmente) el islamismo con su guerra santa considerando a los países no islámicos como “tierra de misión” y a sus habitantes como “enemigos”.
Para que el terrorista actúe, sin conciencia de maldad, previamente tiene que haber considerado al otro como “no persona”, o como “enemigo a batir”, siempre inferior a él.
Su finalidad es forzar la voluntad, echar un pulso tramposo, retorcerle el brazo al otro, en la muñeca de la sociedad, ajena u opuesta a la ideología que está detrás del brazo.
Pónganle Uds. el brazo que estimen oportuno (que será la ideología) y allí estará el puño golpeando.
¿Cuál es la ideología del terrorismo?. Respuesta rápida: NINGUNA.
El terrorismo no es una ideología.
El terrorismo es un método (camino), un instrumento del que se valen y puesto al servicio de unas ideologías, para oponerse a... (lo que sea) y para implantarse en la realidad.
¿Qué es una ideología?. La interiorización exacerbada de una creencia, tomada como verdad, y que condiciona al ideologizado a poner en práctica una actividad terrorista.
Ideologías hay muchas, el método terrorista es uno y el mismo, variando desde acabar con el otro, considerado como enemigo, hasta atacarlo en su persona o en sus bienes y familia.
El terrorista no piensa, ejecuta, él es un hombre de acción, de ahí que para acabar con él hay que ir a la fuente de la que el terrorismo mana.
Lo ideal sería atacarlo con el arma de la razón, pero mal se puede aplicar ese arma contra el que no razona. Eso fue lo que hizo la Ilustración contra la Iglesia en el siglo XVIII, desmontando, racionalmente, los pilares en que se asentaba (la tradición, los prejuicios, la credulidad,,…) y proponiendo otros cimientos racionales, por ejemplo el deísmo y “La religión dentro de los límites de la razón”.
Una visión pérfida y miope es la de aquellos que consideran al terrorista un héroe, que muere por una idea.
Héroe es el que se expone a morir, ayudando al otro, pero no a matar ni a matarse. No es inmolación sino suicidio y asesinato en el mismo kit.
Para reflexionar sobre las clases de terrorismo voy a retroceder muchos años, cuando yo era maestro (y no sólo profesor y, menos aún, simple trabajador de la enseñanza) y cuando el Bachillerato era Bachillerato, totalmente voluntario, al que sólo entraban los que querían acceder a la Universidad (y no este bachillerato, menguado, raquítico y semiobligatorio) y cuando los alumnos eran discípulos, cuando su hambre de conocimiento se juntaba con las ganas de poner a su disposición información.
Para desarrollar el Razonamiento, sobre todo el deductivo, durante todo el primer trimestre, dábamos la lógica.
Veíamos, en primer lugar, la clasificación de los conceptos (luego pasábamos a las proposiciones, para terminar en el silogismo).
Dividíamos los conceptos desde dos puntos de vista:
1.- Desde la extensión o amplitud, los conceptos podían ser Universales (para todos, “todo hombre”), Particulares (para algunos (“algunos hombres”) e Individuales (sólo para un individuo (“este hombre”, “Juan”)
2.- Desde la comprensión o modo, los conceptos podían ser: Afirmativos o Negativos.
Combinando la Extensión y la Comprensión sacábamos TODAS las proposiciones posibles para, con ellas, poder hacer, en las cuatro figuras posibles, los razonamientos deductivos o silogismos.
Un poco parecido a esta labor, podemos hacer al dividir los terrorismos:
1.- Por la extensión, en sentido fuerte y estricto (“sensu stricto”), y en orden creciente de extensión, tradicionalmente, el terrorismo ha sido clasificado en tres apartados:
A.- Terrorismo nacionalista (ETA, HAMAS) cuyo objetivo es la independencia de una región, o derrocar a un gobierno, o abolir un sistema político, reemplazándolo por otro, los mueve una ideología separatista. Es jugar al independentismo, como chantaje, más que apostar por la independencia, que es una pobreza asegurada, en el mundo actual.
B.- Terrorismo de estado, cuyo objetivo es, desde arriba, desde intimidar a la población opositora y disidente, hasta detenerla y encarcelarla, incluso matarla (El terror en la Revolución Francesa, el holocausto alemán, en las guerras civiles, en ambos bandos,….)
C.- Terrorismo global (el 11 S de las torres gemelas o el 11 M de los trenes de Atocha o Bin Laden). Nunca se ataca directamente a los líderes políticos sino a unos símbolos nacionales. Es un terrorismo internacional, sin fronteras. Su objetivo es imponer a todos los países su ideología. Dependiendo del material empleado puede presentarse de distintas formas:
A.- Terrorismo bioquímico.
B.- Terrorismo biológico o bioterrorismo o terrorismo bacteriológico
C.- Terrorismo cibernético (los hackers).
D.- Terrorismo nuclear.
E.- Narcoterrorismo.
F.- El ecoterrorismo
2.- Por el modo (tipo de terrorismo) y en sentido amplio (“sensu lato”), (incluyendo, pues, los del sentido fuerte), considerando, pues, terrorismo desde el vandalismo al sabotaje, desde el insulto al asesinato.
¿Que el brazo es la religión islámica?. Pues tenemos el terrorismo islámico.
¿Que el brazo es la independencia del País Vasco?. Pues tenemos el terrorismo etarra.
¿Que el brazo es la ecología (que, en realidad, es ecolatría). Pues tenemos el terrorismo ecológico.
¿Que el brazo es la defensa de los animales (ballenas, focas, visones,…). Pues tendremos el terrorismo…
¿Que el brazo es el “Sí a la Vida”?. Pues tendremos el terrorismo del “No al aborto”.
¿Que el brazo es la defensa de la república (para que la haya o para que se mantenga?. Pues tendremos el terrorismo antimonárquico.
¿Que el brazo es “No al Estado?. Pues tendremos el terrorismo anarquista.
¿Que el brazo es “Contra el imperio del capitalismo?. Pues tendremos el terrorismo de los grupos antiglobalización.
¿Que el brazo es vengarse de un profesor? Pues el puño se dispara agrediéndolo a él o a sus pertenencias (coche) o llamando a cualquier hora de la noche al teléfono o al portero automático.
¿Que el brazo es la creencia en la superioridad del varón y en el concepto de propiedad?. Pues tenemos al terrorista maltratador doméstico, sobre mujer e hijos.
¿Que el brazo es la creencia en la superioridad de la raza que uno tiene?. Pues tenemos desde la marginación y persecución hasta el racismo y el genocidio.
¿Que el brazo es la consideración de las imágenes como herejía?. Pues tenemos al terrorista artístico, iconoclasta, destructor de budas.
¿Que el brazo es la consideración de una película o de una conferencia o la presentación de un libro, considerados como blasfemia?. Pues los boicoteadores al acto.
¿Que el brazo es renegar y oponerse a la manera laica de vivir la vida?. Pues tenemos el integrismo, forzando a la autoridad, boicoteando su presencia, añorando el pasado.
¿Que el brazo es la capa de ozono, la contaminación, el calentamiento de la atmósfera (“el efecto invernadero”), los vertidos contaminantes, los sprays, las pilas,….? Pues tendremos un terrorismo variado, desde el más inocente (sembrar el mobiliario público de pegatinas con el “NO a …”
Pónganle Uds. brazos y según sean ellos, así será el puño-el puñetazo-el terrorismo.
Cuando decimos “terrorismo” no decimos sólo “muerte”, “atentado”, “asesinato”, “goma 2”…
Decimos, también, “chantaje”, “extorsión”, “manifestación”, “asalto”, “vandalismo urbano”, “corte de calles o de carreteras”, “piquetes (mal llamados) informativos”, “silicona en las cerraduras”, “destrozo de mobiliario urbano”, “quema de autobuses y automóviles”, “bombas en una estructura de obras (un puente) en ejecución”, “paralización de una actividad esencial o de la construcción de una central atómica”, “censura extrema”, “secuestro y rescate”,……
El terrorismo siempre ha estado ligado a las tiranías, a las dictaduras, contra los sectores insumisos, no integrados, críticos,…
Primero fueron las monarquías absolutistas (con la detención y muerte, comunera, por ejemplo) luego pasó al marxismo-comunismo (con sus purgas, sus gulags) y a los fascismos (con los campos de exterminio), de aquí a los nacionalismos (con sus secuestros para conseguir un rescate y la cesión del estado de derecho, con sus mal llamados “impuestos revolucionarios, con la voladura de torres de emisión,…) y a los fundamentalismos religiosos, sobre todo (y actualmente) el islamismo con su guerra santa considerando a los países no islámicos como “tierra de misión” y a sus habitantes como “enemigos”.
Para que el terrorista actúe, sin conciencia de maldad, previamente tiene que haber considerado al otro como “no persona”, o como “enemigo a batir”, siempre inferior a él.
Su finalidad es forzar la voluntad, echar un pulso tramposo, retorcerle el brazo al otro, en la muñeca de la sociedad, ajena u opuesta a la ideología que está detrás del brazo.
miércoles, 26 de enero de 2011
CAUSA CAUSAE EST CAUSA CAUSATI
Si una persona asesina a otra, valiéndose de un cuchillo, ¿quién es el asesino, el cuchillo o la persona?. Porque, lo que, realmente, lo ha matado han sido las cuchilladas.
Cuando una mano coge un cuchillo y éste se pone en funcionamiento, lo causado lo causa el cuchillo, pero él no podría hacerlo si no fuera por la mano y la mano no podría actuar si no le da la orden el cerebro, la conciencia, la voluntad de la persona.
La causa primera, (la persona), de la causa segunda, (el cuchillo), es la causa de lo causado por esta segunda causa.
No es un galimatías, sino fácilmente inteligible.
Donde no hay libertad no hay moralidad, por lo tanto no hay responsabilidad.
Inteligencia (saber lo que va a hacerse), voluntad (querer hacerlo) y libertad (poder hacerlo o no hacerlo) son los tres ingredientes, necesarios los tres, para la responsabilidad.
Por eso un niño, un loco, un anciano intelectualmente deteriorado, un sonámbulo, un zombi,…. que “no saben lo que hacen o lo que van a hacer” no son, moralmente responsables.
Por eso una persona obsesa, drogada, borracha,…. o una persona empujada, encadenada, obligada, presionada,… no es libre para quererlo o no quererlo y es, moralmente, no responsable.
Hablo de “moralidad y de responsabilidad moral”, no de “responsabilidad jurídica”.
Si se me rompen los frenos en el semáforo y le doy al de adelante, sin saberlo ni quererlo, al no ser libre para hacerlo o no hacerlo, además de que no lo quería y no era mi intención, no seré moralmente responsable (no tendré que confesarme de un pecado), pero, jurídicamente, tendré que pagarle los desperfectos y acarrear con las consecuencias.
Ese suicida asesino, que rodea su cuerpo de bombas y entra en el autobús para matar, al tiempo que se inmola, ¿es libre para hacerlo o no hacerlo?. ¿Obra coherentemente, según los esquemas mentales que le han impreso en su mente los ideólogos?. ¿Es responsable él o los ideólogos que le han lavado el cerebro y lo han programado, con mentiras y falsedades, para actuar?.
¿Qué diferencia hay entre este autómata programado para actuar y el cuchillo que va a clavarse en el cuerpo de la víctima, sin saberlo y sin quererlo?.
¿Son equivalentes la mano que empuña el cuchillo y el imán programador de la mente de quien va a inmolarse, matando?
¿Son igual de terroristas los asesinos que asesinan y huyen que quienes asesinan inmolándose?
¿Puede usarse el asesinato, como medio, para conseguir la independencia de una tierra, como fin?. ¿Están en el mismo plano, tienen el mismo peso, la vida humana y la independencia de un territorio?. ¿Cuáles son los valores de ambas?.
¿El fin justifica los medios?.
Los que justifican y jalean la violencia ¿no son co-causantes de la violencia?.
No hay nadie tan menos maquiavélico que Maquiavelo.
Es como el Arcipreste de Hita cuando decía: “si alguien quiere pecar, con pecado mortal, que sepa que puede hacerlo así, así y así, y aquí, allí y más allá…?. Él no decía que pecaran, sólo que si querían hacerlo….
Igualmente Maquiavelo, que le aconseja al Príncipe cuáles son los métodos, lo que tiene que hacer para conquistar, para conseguir el poder (si no lo tiene) o para mantenerse en él (si ya lo disfruta y lo ejerce).
Él no dice que lo haga, sólo dice cómo hacerlo (“ser león pero aparentar ser cordero”, “mandar a un enviado para que dé palos y luego congraciarse con los súbditos, que se le quejan, cargando contra el enviado, porque, así, aparece como el justo liberador de un pobre pueblo que ha sido….).
Pero ni Maquiavelo ni el Arcipreste de Hita son CAUSA CAUSAE, por lo que no se les puede cargar el marrón de lo CAUSATI. Las CAUSAS siempre serían el Príncipe o el pecador, que son los que saben, los que quieren y los que libremente lo habrían hecho.
Cuando una mano coge un cuchillo y éste se pone en funcionamiento, lo causado lo causa el cuchillo, pero él no podría hacerlo si no fuera por la mano y la mano no podría actuar si no le da la orden el cerebro, la conciencia, la voluntad de la persona.
La causa primera, (la persona), de la causa segunda, (el cuchillo), es la causa de lo causado por esta segunda causa.
No es un galimatías, sino fácilmente inteligible.
Donde no hay libertad no hay moralidad, por lo tanto no hay responsabilidad.
Inteligencia (saber lo que va a hacerse), voluntad (querer hacerlo) y libertad (poder hacerlo o no hacerlo) son los tres ingredientes, necesarios los tres, para la responsabilidad.
Por eso un niño, un loco, un anciano intelectualmente deteriorado, un sonámbulo, un zombi,…. que “no saben lo que hacen o lo que van a hacer” no son, moralmente responsables.
Por eso una persona obsesa, drogada, borracha,…. o una persona empujada, encadenada, obligada, presionada,… no es libre para quererlo o no quererlo y es, moralmente, no responsable.
Hablo de “moralidad y de responsabilidad moral”, no de “responsabilidad jurídica”.
Si se me rompen los frenos en el semáforo y le doy al de adelante, sin saberlo ni quererlo, al no ser libre para hacerlo o no hacerlo, además de que no lo quería y no era mi intención, no seré moralmente responsable (no tendré que confesarme de un pecado), pero, jurídicamente, tendré que pagarle los desperfectos y acarrear con las consecuencias.
Ese suicida asesino, que rodea su cuerpo de bombas y entra en el autobús para matar, al tiempo que se inmola, ¿es libre para hacerlo o no hacerlo?. ¿Obra coherentemente, según los esquemas mentales que le han impreso en su mente los ideólogos?. ¿Es responsable él o los ideólogos que le han lavado el cerebro y lo han programado, con mentiras y falsedades, para actuar?.
¿Qué diferencia hay entre este autómata programado para actuar y el cuchillo que va a clavarse en el cuerpo de la víctima, sin saberlo y sin quererlo?.
¿Son equivalentes la mano que empuña el cuchillo y el imán programador de la mente de quien va a inmolarse, matando?
¿Son igual de terroristas los asesinos que asesinan y huyen que quienes asesinan inmolándose?
¿Puede usarse el asesinato, como medio, para conseguir la independencia de una tierra, como fin?. ¿Están en el mismo plano, tienen el mismo peso, la vida humana y la independencia de un territorio?. ¿Cuáles son los valores de ambas?.
¿El fin justifica los medios?.
Los que justifican y jalean la violencia ¿no son co-causantes de la violencia?.
No hay nadie tan menos maquiavélico que Maquiavelo.
Es como el Arcipreste de Hita cuando decía: “si alguien quiere pecar, con pecado mortal, que sepa que puede hacerlo así, así y así, y aquí, allí y más allá…?. Él no decía que pecaran, sólo que si querían hacerlo….
Igualmente Maquiavelo, que le aconseja al Príncipe cuáles son los métodos, lo que tiene que hacer para conquistar, para conseguir el poder (si no lo tiene) o para mantenerse en él (si ya lo disfruta y lo ejerce).
Él no dice que lo haga, sólo dice cómo hacerlo (“ser león pero aparentar ser cordero”, “mandar a un enviado para que dé palos y luego congraciarse con los súbditos, que se le quejan, cargando contra el enviado, porque, así, aparece como el justo liberador de un pobre pueblo que ha sido….).
Pero ni Maquiavelo ni el Arcipreste de Hita son CAUSA CAUSAE, por lo que no se les puede cargar el marrón de lo CAUSATI. Las CAUSAS siempre serían el Príncipe o el pecador, que son los que saben, los que quieren y los que libremente lo habrían hecho.
martes, 25 de enero de 2011
NORTE, SUR, ORIENTE Y OCCIDENTE.
Naturalmente nosotros, ombligófilos, apostamos por el Norte y por Occidente, porque es el nuestro, que es el mejor del mundo mundial
Pero del Sur procedemos. África tiene nuestra fe de nacimiento. Allí surgió la Humanidad. No en el Norte.
Y de Oriente nos vino casi todo. Hasta los Reyes Magos eran de Oriente. Nuestros Reyes eran vastos y vulgares, sin imaginación, lo contrario de los Reyes Magos, que son capaces de entrar, una vez al año, en los cuartos de los niños, por las chimeneas o por las ventanas, “sin romper ni manchar los cristales” y que se beben la leche y se comen las galletas, dejando, a cambio, juguetes, (chantajes paternos durante todo el año y para el año siguiente, por y para el buen comportamiento).
De Oriente nos vino todo lo habido y por haber y, sólo después, sobre ello, pudo construirse el mundo occidental.
Cuando Europa estaba cubierta de sombras prehistóricas, los Imperios Orientales, marítimos o fluviales, ya estaban en las cimas de la civilización.
De China, desde el (3.000 a. C.), nos vino el algodón, la seda, el compás, la tinta (china), la escritura, la agricultura (con canales para la agricultura y la navegación), la construcción, la pólvora, la imprenta, el papel (de arroz, de algodón y de trapo), la porcelana (china), hasta la religión de Lao-Tse y de Confucio.
De Japón nos llegarían los rituales, el sentimiento del honor de los samurais, el respeto a las jerarquías, la vida ordenada.
De la India, la cultura y comportamiento de las castas sociales, los Vedas, los Brahmanes y Buda, el violín y el ajedrez (plasmación de estrategias guerreras para acabar (comerse) con el Rey, el cultivo de la astronomía, tomada de babilonios y fenicios, pero que ellos van a ser los transmisores de la misma a los árabes, junto al Álgebra y el 0 (que, siendo nada, es tan necesario para operar) y que, luego, ellos nos las transmitirán a Occidente. Las Stupas, las Pagodas, las esculturas del barrigón Buda sentado, con la flor del loto. La mística y la meditación trascendental.
De Egipto nos vino la majestuosidad arquitectónica, escultórica y pictórica; el papel (procedente del papiro), las ciencias prácticas (la Agrimensura-Geometría aplicada), la Astronomía, que engendraría el calendario, que luego influiría en el juliano y éste en el gregoriano. La Geometría teórica y la Aritmética (usando, ya, la numeración decimal). Alejandría, con su biblioteca, su museo, su pléyade de científicos…)
De Asiria y Caldea, sus templos y palacios, su original escritura cuneiforme, el primer código escrito, el de Hammurabi, los ladrillos, el urbanismo de Babilonia y sus jardines colgantes.
Los palacios y tumbas Persas, con sus relieves, su escultura decorativa; el maniqueísmo.
Los Imperios, como las personas, nacen, crecen, llegan a la cima, se reproducen y mueren, dando paso a otros imperios.
De los Hebreos nos perdura el monoteísmo y la revelación bíblica, el día de descanso consagrado a Dios.
De Fenicios y sus colonias, el mercado como fuente de riqueza, la púrpura y el vidrio, la salazón de pescado, el alfabeto (una escritura resumida en la combinación de unas cuantas vocales y algunas más consonantes, no significativas que, tras su combinación, al formar palabras ya se hacen significativas).
Todo empezó por el Este y fue desplazándose hacia el Oeste, como la salida del sol, como la rotación de la tierra.
De los Árabes, las especias, la transmisión de las ciencias orientales, vocabulario variado, técnicas de regadío y agricultura horto-fructífera, la repostería.
De Griegos, Romanos y Cristianismo ¿Qué decir, si son la sangre que, aún hoy, corre por nuestras venas?.
Es verdad que Occidente ha construido un enorme y magnífico edificio científico-tecnológico (¡qué lástima que no haya sido ni sea, al mismo tiempo, también ético y moral¡), pero los cimientos de este edificio nos lo han ido construyendo, históricamente, las civilizaciones de Oriente.
Y esta Europa, Occidente del Oriente histórico, ha pasado a ser el Oriente del nuevo Occidente, Estados Unidos, Canadá, las economías sudamericanas emergentes.
Y sigue la civilización, como el sol, desde el Este, hasta el Occidente, y ahí está Japón, el Imperio del Sol naciente, de nuevo, con dominio absoluto en todo lo que tenga que ver con la tecnología de la vista, el oído y la velocidad. Riqueza tecnológica en expansión.
Y ahí está China, de nuevo, con la enormidad múltiple, demográfica y económica, cuyo jefe acaba de hacernos una visita y, sin decir “buenos días”, nos compra deuda.
Europa, a la defensiva, se ha unido (“Europa unida, jamás será vencida”) pero está siendo invadida, económicamente, por “tiendas de todo a 100”, tanto de chinos (Oriente), como de moros (Sur), y demográficamente por toda la mano de obra barata africana que, más que “venir a”, vienen “huyendo de” la pobreza y el hambre.
Vienen a trabajar para vivir, pero a su manera, con su moral y su religión a cuestas, y las consecuencias que están causando, con la no distinción entre ley positiva y ley divina, subordinando cualquier Constitución civil a su libro revelado.
Invasión pacífica, económica y social, de mercancías baratas y de mano de obra poco exigente, como queriendo cobrar, con intereses, los favores hechos a lo largo de la historia.
Y, además, quieren, incluso, hacernos volver a la Edad Media, con el poder religioso metiéndose en todo, hasta en la vida, con los nuevos sacerdotes, con el teocentrismo que, ya, nosotros habíamos superado con el Renacimiento y la Ilustración.
¡Que todos los dioses nos pillen confesados¡.
¡Palabra de agnóstico¡
Pero del Sur procedemos. África tiene nuestra fe de nacimiento. Allí surgió la Humanidad. No en el Norte.
Y de Oriente nos vino casi todo. Hasta los Reyes Magos eran de Oriente. Nuestros Reyes eran vastos y vulgares, sin imaginación, lo contrario de los Reyes Magos, que son capaces de entrar, una vez al año, en los cuartos de los niños, por las chimeneas o por las ventanas, “sin romper ni manchar los cristales” y que se beben la leche y se comen las galletas, dejando, a cambio, juguetes, (chantajes paternos durante todo el año y para el año siguiente, por y para el buen comportamiento).
De Oriente nos vino todo lo habido y por haber y, sólo después, sobre ello, pudo construirse el mundo occidental.
Cuando Europa estaba cubierta de sombras prehistóricas, los Imperios Orientales, marítimos o fluviales, ya estaban en las cimas de la civilización.
De China, desde el (3.000 a. C.), nos vino el algodón, la seda, el compás, la tinta (china), la escritura, la agricultura (con canales para la agricultura y la navegación), la construcción, la pólvora, la imprenta, el papel (de arroz, de algodón y de trapo), la porcelana (china), hasta la religión de Lao-Tse y de Confucio.
De Japón nos llegarían los rituales, el sentimiento del honor de los samurais, el respeto a las jerarquías, la vida ordenada.
De la India, la cultura y comportamiento de las castas sociales, los Vedas, los Brahmanes y Buda, el violín y el ajedrez (plasmación de estrategias guerreras para acabar (comerse) con el Rey, el cultivo de la astronomía, tomada de babilonios y fenicios, pero que ellos van a ser los transmisores de la misma a los árabes, junto al Álgebra y el 0 (que, siendo nada, es tan necesario para operar) y que, luego, ellos nos las transmitirán a Occidente. Las Stupas, las Pagodas, las esculturas del barrigón Buda sentado, con la flor del loto. La mística y la meditación trascendental.
De Egipto nos vino la majestuosidad arquitectónica, escultórica y pictórica; el papel (procedente del papiro), las ciencias prácticas (la Agrimensura-Geometría aplicada), la Astronomía, que engendraría el calendario, que luego influiría en el juliano y éste en el gregoriano. La Geometría teórica y la Aritmética (usando, ya, la numeración decimal). Alejandría, con su biblioteca, su museo, su pléyade de científicos…)
De Asiria y Caldea, sus templos y palacios, su original escritura cuneiforme, el primer código escrito, el de Hammurabi, los ladrillos, el urbanismo de Babilonia y sus jardines colgantes.
Los palacios y tumbas Persas, con sus relieves, su escultura decorativa; el maniqueísmo.
Los Imperios, como las personas, nacen, crecen, llegan a la cima, se reproducen y mueren, dando paso a otros imperios.
De los Hebreos nos perdura el monoteísmo y la revelación bíblica, el día de descanso consagrado a Dios.
De Fenicios y sus colonias, el mercado como fuente de riqueza, la púrpura y el vidrio, la salazón de pescado, el alfabeto (una escritura resumida en la combinación de unas cuantas vocales y algunas más consonantes, no significativas que, tras su combinación, al formar palabras ya se hacen significativas).
Todo empezó por el Este y fue desplazándose hacia el Oeste, como la salida del sol, como la rotación de la tierra.
De los Árabes, las especias, la transmisión de las ciencias orientales, vocabulario variado, técnicas de regadío y agricultura horto-fructífera, la repostería.
De Griegos, Romanos y Cristianismo ¿Qué decir, si son la sangre que, aún hoy, corre por nuestras venas?.
Es verdad que Occidente ha construido un enorme y magnífico edificio científico-tecnológico (¡qué lástima que no haya sido ni sea, al mismo tiempo, también ético y moral¡), pero los cimientos de este edificio nos lo han ido construyendo, históricamente, las civilizaciones de Oriente.
Y esta Europa, Occidente del Oriente histórico, ha pasado a ser el Oriente del nuevo Occidente, Estados Unidos, Canadá, las economías sudamericanas emergentes.
Y sigue la civilización, como el sol, desde el Este, hasta el Occidente, y ahí está Japón, el Imperio del Sol naciente, de nuevo, con dominio absoluto en todo lo que tenga que ver con la tecnología de la vista, el oído y la velocidad. Riqueza tecnológica en expansión.
Y ahí está China, de nuevo, con la enormidad múltiple, demográfica y económica, cuyo jefe acaba de hacernos una visita y, sin decir “buenos días”, nos compra deuda.
Europa, a la defensiva, se ha unido (“Europa unida, jamás será vencida”) pero está siendo invadida, económicamente, por “tiendas de todo a 100”, tanto de chinos (Oriente), como de moros (Sur), y demográficamente por toda la mano de obra barata africana que, más que “venir a”, vienen “huyendo de” la pobreza y el hambre.
Vienen a trabajar para vivir, pero a su manera, con su moral y su religión a cuestas, y las consecuencias que están causando, con la no distinción entre ley positiva y ley divina, subordinando cualquier Constitución civil a su libro revelado.
Invasión pacífica, económica y social, de mercancías baratas y de mano de obra poco exigente, como queriendo cobrar, con intereses, los favores hechos a lo largo de la historia.
Y, además, quieren, incluso, hacernos volver a la Edad Media, con el poder religioso metiéndose en todo, hasta en la vida, con los nuevos sacerdotes, con el teocentrismo que, ya, nosotros habíamos superado con el Renacimiento y la Ilustración.
¡Que todos los dioses nos pillen confesados¡.
¡Palabra de agnóstico¡
CAJAS DE AHORROS.
¿Alguien se imagina a Tomás Morales (o sea, yo) en un Consejo de Administración de una Caja de Ahorros cualquiera, por el simple hecho de ser concejal, sindicalista, o estar afiliado a un partido?.
Y yo, ¿qué coñ… pinto allí, sin tener ni pajolera idea de economía, de inversiones, de finanzas, de descapitalización, de refinanciación…?. Pero, eso sí, cobraré dieta por asistir e intentaré coger un buen trozo del pastel al que he sido invitado, sin saber quien lo ha traído y por qué.
Politizadas e ¿insalvables?.
Cualquier alcalde de pueblo, con cuatro más, juntan un pequeño capital y abren una Caja de Ahorros, en Villanueva del Conde. Así se ha llegado a la valcanización de las Cajas.
¡Cajas por aquí, Cajas por allá¡
La autoridad política autonómica no va a ponerles impedimento alguno porque su ventanilla va a estar, siempre, abierta. Va a ser algo así como un cortijo autonómico, un poder financiero propio y a su disposición, con el cacique correspondiente.
La Caja le da lo que no tiene. La Autonomía se gasta lo que no puede devolver, entrampándose. El concejal de urbanismo, idem de idem. Para los pequeños y medianos empresarios no hay crédito. Si algo le queda en caja lo invierte en ladrillo. El ladrillo se cae. Se quedan colgados de la brocha. El agujero se hace cada vez más grande y cada vez más negro.
“Construimos más viviendas que Alemania, Francia e Inglaterra juntas”
Palacios de congresos, polideportivos, festejos, patrocinios,… ¡Viva la alegría¡
¡Agujeros por aquí, agujeros por allá, y… ¡. “La banca más sólida del mundo” resulta que era líquida y algunas cajas gaseosas.
Se han metido donde no debían (para eso están los bancos, que juegan a ganar y, muchas veces pierden) y ahora tienen que refinanciar al menos 40.000 millones.
Hay Cajas saneadas y Cajas enfermas y éstas, por su enfermedad, la descapitalización, necesitan inyecciones, naturalmente, de capital. Y como el capital privado mira y no lo ve claro, entonces, “Hay que inyectar capital público”.
Como Caja saneada suele ponerse, como ejemplo, a la Caixa, pero deberíamos saber cuál es la deuda que con ella tiene Cataluña, sobre todo después de que el tripartito haya sido tumbado.
Los Mercados financieros se han puesto a silbar, mirando al cielo, ellos “no han visto nada”, y las Cajas se han quedado aleladas, con unos activos inmobiliarios que no pueden vender y…
Eso ya se veía venir, pero como para los partidos políticos, gobernantes en sus comunidades, las Cajas eran instrumentos a su disposición, la ley del silencio se impuso.
Las fusiones, las absorciones, las ventas… no han sido, del todo, eficientes y no han dado el resultado satisfactorio previsto.
“Al rescate de las Cajas”, “Hay que salvar y evitar la quiebra del sistema financiero”. “Hay que rescatar a las Cajas de ahorros, porque están descapitalizadas”.
¿Con qué dinero?. Con el del Estado, que lo maneja el gobierno. Pero el dinero del gobierno también proviene de la congelación de mi pensión y de la bajada de sueldo de mi hija funcionaria.
Si hay ganancias, se privatizan (a mí nada va a darme la Caja de Villanueva del Conde); si hay pérdidas, se socializan y cada uno tocamos “a tanto”, a pagar. Si hay ruina, se nacionalizan,
Nadie va a poner en duda el mecenazgo de las Cajas, estando presentes donde el gobierno estaba ausente, siempre con una política cultural, cariñosa con el poder, pero ¿a cambio de qué?.
¿Cuántos campeonatos de petanca o de fútbol sala, cuántos ciclos de conferencias y excursiones, cuántos grupos de teatro en pueblos pequeños, cuántos autobuses al servicio de asistentes a mítines?.
Quizá muchos españoles del interior peninsular, gracias a las Cajas, han visto, por primera vez el mar o han montado en un avión, con destino Canarias.
Pero debajo de las alfombras iba incrementándose la suciedad. El día que se levanten, del todo, veremos más, todavía.
Los políticos de turno han arruinado a las Cajas, por no tener ni idea y por los excesos cometidos y ahora tendremos que pagarlo, como siempre, los “paganos”.
Mi ignorancia de ciudadano de a pie me incita a preguntar y a preguntarme si abundan los parlamentarios en los Consejos de Administración de las Cajas de su autonomía. Sería el 12º complemento a añadir a su nómina.
¿No será que ser concejal, sindicalista, parlamentario,…imprime carácter, como los sacramentos?
Lo de las Cajas no es un problema. Eso sí que es un misterio, y no el de la Santísima Trinidad.
Y yo, ¿qué coñ… pinto allí, sin tener ni pajolera idea de economía, de inversiones, de finanzas, de descapitalización, de refinanciación…?. Pero, eso sí, cobraré dieta por asistir e intentaré coger un buen trozo del pastel al que he sido invitado, sin saber quien lo ha traído y por qué.
Politizadas e ¿insalvables?.
Cualquier alcalde de pueblo, con cuatro más, juntan un pequeño capital y abren una Caja de Ahorros, en Villanueva del Conde. Así se ha llegado a la valcanización de las Cajas.
¡Cajas por aquí, Cajas por allá¡
La autoridad política autonómica no va a ponerles impedimento alguno porque su ventanilla va a estar, siempre, abierta. Va a ser algo así como un cortijo autonómico, un poder financiero propio y a su disposición, con el cacique correspondiente.
La Caja le da lo que no tiene. La Autonomía se gasta lo que no puede devolver, entrampándose. El concejal de urbanismo, idem de idem. Para los pequeños y medianos empresarios no hay crédito. Si algo le queda en caja lo invierte en ladrillo. El ladrillo se cae. Se quedan colgados de la brocha. El agujero se hace cada vez más grande y cada vez más negro.
“Construimos más viviendas que Alemania, Francia e Inglaterra juntas”
Palacios de congresos, polideportivos, festejos, patrocinios,… ¡Viva la alegría¡
¡Agujeros por aquí, agujeros por allá, y… ¡. “La banca más sólida del mundo” resulta que era líquida y algunas cajas gaseosas.
Se han metido donde no debían (para eso están los bancos, que juegan a ganar y, muchas veces pierden) y ahora tienen que refinanciar al menos 40.000 millones.
Hay Cajas saneadas y Cajas enfermas y éstas, por su enfermedad, la descapitalización, necesitan inyecciones, naturalmente, de capital. Y como el capital privado mira y no lo ve claro, entonces, “Hay que inyectar capital público”.
Como Caja saneada suele ponerse, como ejemplo, a la Caixa, pero deberíamos saber cuál es la deuda que con ella tiene Cataluña, sobre todo después de que el tripartito haya sido tumbado.
Los Mercados financieros se han puesto a silbar, mirando al cielo, ellos “no han visto nada”, y las Cajas se han quedado aleladas, con unos activos inmobiliarios que no pueden vender y…
Eso ya se veía venir, pero como para los partidos políticos, gobernantes en sus comunidades, las Cajas eran instrumentos a su disposición, la ley del silencio se impuso.
Las fusiones, las absorciones, las ventas… no han sido, del todo, eficientes y no han dado el resultado satisfactorio previsto.
“Al rescate de las Cajas”, “Hay que salvar y evitar la quiebra del sistema financiero”. “Hay que rescatar a las Cajas de ahorros, porque están descapitalizadas”.
¿Con qué dinero?. Con el del Estado, que lo maneja el gobierno. Pero el dinero del gobierno también proviene de la congelación de mi pensión y de la bajada de sueldo de mi hija funcionaria.
Si hay ganancias, se privatizan (a mí nada va a darme la Caja de Villanueva del Conde); si hay pérdidas, se socializan y cada uno tocamos “a tanto”, a pagar. Si hay ruina, se nacionalizan,
Nadie va a poner en duda el mecenazgo de las Cajas, estando presentes donde el gobierno estaba ausente, siempre con una política cultural, cariñosa con el poder, pero ¿a cambio de qué?.
¿Cuántos campeonatos de petanca o de fútbol sala, cuántos ciclos de conferencias y excursiones, cuántos grupos de teatro en pueblos pequeños, cuántos autobuses al servicio de asistentes a mítines?.
Quizá muchos españoles del interior peninsular, gracias a las Cajas, han visto, por primera vez el mar o han montado en un avión, con destino Canarias.
Pero debajo de las alfombras iba incrementándose la suciedad. El día que se levanten, del todo, veremos más, todavía.
Los políticos de turno han arruinado a las Cajas, por no tener ni idea y por los excesos cometidos y ahora tendremos que pagarlo, como siempre, los “paganos”.
Mi ignorancia de ciudadano de a pie me incita a preguntar y a preguntarme si abundan los parlamentarios en los Consejos de Administración de las Cajas de su autonomía. Sería el 12º complemento a añadir a su nómina.
¿No será que ser concejal, sindicalista, parlamentario,…imprime carácter, como los sacramentos?
Lo de las Cajas no es un problema. Eso sí que es un misterio, y no el de la Santísima Trinidad.
lunes, 24 de enero de 2011
LA FUNCIÓN NATURAL
Cuando yo era un adolescente y, como todo adolescente, a veces, me masturbaba, para calmar mi mala y acusadora conciencia acudía a confesarme.
El cura me ponía de vuelta y media porque ese debía de ser el pecado más grande y más grave del mundo, ya que estaba “desviando de su función natural” el semen expelido.
Me decía que debía guardarlo para cuando me casara y poder tener hijos. Esa, y no otra, era la “función natural” del semen. De la semilla, sembrada, saldría el fruto.
Como todo adolescente volvería “a caer” y volvería “a levantarme”.
Hasta que llegué a comprender lo de “la naturaleza de las cosas”, cuál era la “función natural” de las cosas, y de esa cosa llamada sexo.
Imaginaos que venís de la ferretería en la que habéis comprado un martillo y un destornillador.
Y todos sabemos cuáles son “las funciones naturales” de ambos, “clavar” y “atornillar/desatornillar”.
Imaginaos, a continuación, que entráis en un cajero automático, a sacar dinero. E imaginaos que, al salir, un “chorizo” intenta atracaros. En ese momento, vais a hacer uso del martillo y del destornillador, pero…
- ¿Qué va a hacer Ud? –os dice el atracador.
- Defenderme –replicáis.
- ¿Con un martillo y un destornillador?.
- Sí.
- ¿Pero Ud. no sabe cuál es la “función natural” de esos instrumentos?. Ud. no puede desviar su “función natural”, yo no soy una punta que clavar ni un tornillo que atornillar o desatornillar.
- …. (podéis seguir este ficticio diálogo).
“La función natural”, “la naturaleza de las cosas”.
¿Yo no puedo usar el martillo como “arma defensiva”, como “palanca”, como “partidor de piñones y avellanas”, como “instrumento para una cacerolada por la pretendida reestructuración del sector público andaluz”, como…?. Las cosas ¿sólo tienen una “función natural”?. Aunque fueran diseñadas “para eso”, ¿no pueden ser utilizadas para “otra” función distinta.
La “naturaleza de las cosas”, lo que ellas sean, viene dada por el “uso” que de ellas hacemos. Y podemos “usarlas” para otras muchas cosas, además de para su “función natural”.
.
También la sexualidad y el sexo.
Aunque sin él, hasta hace poco, era imposible el nacimiento de un niño, (esa era “su función natural”), hoy hemos descubierto que también “sirve” y se “usa” como medio de comunicación con otra persona, como instrumento de placer, como el abrazo más intenso entre dos cuerpos, como solaz, como entretenimiento erótico, como… y todo, sin “la función natural”.
El sexo y la sexualidad, la más perfecta com-penetración entre esos dos accidentes geográficos corporales masculino y femenino, cabo y golfo.
¿Habrá algo más natural que ese abrazo tan íntimo, tan personal y tan placentero, sin la “función natural” de la reproducción?.
Ese con-cordato entre dos miradas, frente a frente, esos ojos que miran al ser mirados y que, en el momento cumbre, se les nubla la vista.
¿Qué dirán los ateos, además del consabido “ay”, “ay”, “ay”, cuando se está pisando la cumbre placentera de los 8.000?
¡Oh, Dios!. ¿Cuántos “ochomiles” hemos hecho, todos y cada uno, sin ser montañeros deportistas?.
Cabo y golfo, golfo y cabo, o istmo y cueva, cueva e istmo, la postura de estos accidentes geográficos corporales no altera el producto placentero, ¿O sí?.
¡Oh, Dios¡. ¡La geografía erótica corporal¡
¡Qué mala suerte que, con los años, uno deje de ser un desafiante y aventurero explorador y tener que conformarse con ser un mero y simple geógrafo narrativo¡
Y todo ello sin “la función natural”, más allá de “la naturaleza de las cosas”.
El cura me ponía de vuelta y media porque ese debía de ser el pecado más grande y más grave del mundo, ya que estaba “desviando de su función natural” el semen expelido.
Me decía que debía guardarlo para cuando me casara y poder tener hijos. Esa, y no otra, era la “función natural” del semen. De la semilla, sembrada, saldría el fruto.
Como todo adolescente volvería “a caer” y volvería “a levantarme”.
Hasta que llegué a comprender lo de “la naturaleza de las cosas”, cuál era la “función natural” de las cosas, y de esa cosa llamada sexo.
Imaginaos que venís de la ferretería en la que habéis comprado un martillo y un destornillador.
Y todos sabemos cuáles son “las funciones naturales” de ambos, “clavar” y “atornillar/desatornillar”.
Imaginaos, a continuación, que entráis en un cajero automático, a sacar dinero. E imaginaos que, al salir, un “chorizo” intenta atracaros. En ese momento, vais a hacer uso del martillo y del destornillador, pero…
- ¿Qué va a hacer Ud? –os dice el atracador.
- Defenderme –replicáis.
- ¿Con un martillo y un destornillador?.
- Sí.
- ¿Pero Ud. no sabe cuál es la “función natural” de esos instrumentos?. Ud. no puede desviar su “función natural”, yo no soy una punta que clavar ni un tornillo que atornillar o desatornillar.
- …. (podéis seguir este ficticio diálogo).
“La función natural”, “la naturaleza de las cosas”.
¿Yo no puedo usar el martillo como “arma defensiva”, como “palanca”, como “partidor de piñones y avellanas”, como “instrumento para una cacerolada por la pretendida reestructuración del sector público andaluz”, como…?. Las cosas ¿sólo tienen una “función natural”?. Aunque fueran diseñadas “para eso”, ¿no pueden ser utilizadas para “otra” función distinta.
La “naturaleza de las cosas”, lo que ellas sean, viene dada por el “uso” que de ellas hacemos. Y podemos “usarlas” para otras muchas cosas, además de para su “función natural”.
.
También la sexualidad y el sexo.
Aunque sin él, hasta hace poco, era imposible el nacimiento de un niño, (esa era “su función natural”), hoy hemos descubierto que también “sirve” y se “usa” como medio de comunicación con otra persona, como instrumento de placer, como el abrazo más intenso entre dos cuerpos, como solaz, como entretenimiento erótico, como… y todo, sin “la función natural”.
El sexo y la sexualidad, la más perfecta com-penetración entre esos dos accidentes geográficos corporales masculino y femenino, cabo y golfo.
¿Habrá algo más natural que ese abrazo tan íntimo, tan personal y tan placentero, sin la “función natural” de la reproducción?.
Ese con-cordato entre dos miradas, frente a frente, esos ojos que miran al ser mirados y que, en el momento cumbre, se les nubla la vista.
¿Qué dirán los ateos, además del consabido “ay”, “ay”, “ay”, cuando se está pisando la cumbre placentera de los 8.000?
¡Oh, Dios!. ¿Cuántos “ochomiles” hemos hecho, todos y cada uno, sin ser montañeros deportistas?.
Cabo y golfo, golfo y cabo, o istmo y cueva, cueva e istmo, la postura de estos accidentes geográficos corporales no altera el producto placentero, ¿O sí?.
¡Oh, Dios¡. ¡La geografía erótica corporal¡
¡Qué mala suerte que, con los años, uno deje de ser un desafiante y aventurero explorador y tener que conformarse con ser un mero y simple geógrafo narrativo¡
Y todo ello sin “la función natural”, más allá de “la naturaleza de las cosas”.
sábado, 22 de enero de 2011
A PROPÓSITO DE TÚNEZ (y 2),
Si durante tanto tiempo los enemigos del hombre han sido tres (el demonio, el mundo y la carne), hoy podemos decir que son dos: Las mezquitas islámicas, que te roban el alma (predicando el odio al enemigo) y la Banca Occidental, que con su avaricia sin fin, arruinan el cuerpo y la vida.
Desde hace mucho tiempo circula la teoría de “la maldición de los recursos naturales”, que crea “naciones ricas” al tiempo que “pueblos pobres” (aunque no sea del todo cierto y, para desmentirlo, ahí están Noruega, Nigeria o Indonesia).
Algo así como el refrán “Dios da pan a quien no tiene dientes”. Y estamos hablando de países árabes y sudamericanos.
Hablamos, entre otras cosas, de petróleo. Esa lotería geográfica, que pare riqueza fácil, que se convierte en tentación y cae en manos de dictadores, de corralitos o de democracias populistas que, cual Emperador Romano a destiempo, proporcionan “panem et circenses” y entretienen a las masas, al tiempo que se institucionaliza la corrupción.
La no necesidad de esfuerzo y la ausencia de mérito son los gérmenes del subdesarrollo.
Cuando se intenta, sólo, coger una mayor porción del pastel en vez de esforzarse por crear un pastel más grande, está ingresándose en el deterioro.
Con alguna antedicha excepción, las naciones agraciadas por la lotería geográfica de los recursos naturales fueron convertidas en colonias mimadas por las naciones occidentales.
No hay mejor método, para tomar posesión de algo, que el desconocimiento del valor de ese algo por sus naturales propietarios.
Exploradores y colonizadores, sobre todo, pero no sólo, europeos, apropiándose de propiedades ajenas, siendo acérrimos defensores de la propiedad privada.
Hasta que los países dormidos han despertado a la voz del líder, surgido del pueblo, y apoyado en su ejército, emprende la guerra de independencia y del imán, que desde su púlpito, incita y amenaza, predicando la guerra santa.
Las colonias, antes mimadas, ahora inspiran desconfianza y temor en sus antiguos dominadores occidentales, por: 1.- Su proximidad; 2.- Su mano de obra barata; 3.- Sus recursos naturales; 4.- Su pobreza, causa de las oleadas de emigrantes, y 5.- La amenaza del terrorismo islámico.
Francia, Italia y España, antiguos colonizadores, intentan mantener unas buenas relaciones, teóricamente políticas pero prácticamente comerciales.
A los países occidentales no les interesa tanto el establecimiento de la democracia en esos países, como el mantenimiento o incremento de los intercambios comerciales.
De hecho, no les ha ido tan mal durante los 23 años de permanencia en el poder del dictador Ben Alí, en Túnez.
Es verdad que la diplomacia no tiene amigos, sino intereses.
Ben Alí había establecido un régimen laico y una política neoliberal.
La “revolución del jazmín” y el destronamiento del dictador no han provenido tanto por causas políticas ni religiosas, como por la alta tasa de desempleo, por la carestía de la vida y por la corrupción de sus dirigentes y adláteres, en un país que basa su riqueza en el turismo, en el petróleo y en el gas natural.
Las ventanas de las redes sociales, por las que los tunecinos se asomaban y veían el mundo occidental, también han contribuido a la revuelta.
Su alta preparación académica y su capacitación profesional no se correspondían con la pobre realidad presente y con un futuro no claro, a corto y medio plazo.
La “revolución popular” ha hecho surgir y gritar, en Túnez, el deseo de democracia, mientras en otros países, también islámicos, la respuesta popular al descrédito de sus dictadores laicos, (como el Sha de Persia) terminó en la implantación de la teocracia de los imanes.
En la reflexión anterior mostraba mi temor, al tiempo que mi esperanza.
ESPERANZA al no ver a los imanes y su islamismo fanático queriendo ocupar el centro de la vida social, sólo así es posible una sociedad democrática.
Las religiones, ninguna, no tienen por qué desaparecer, lo que no pueden es aparecer en el centro y querer vertebrar la sociedad. El centro, siempre, tiene que ser laico.
La religión es un derecho, nunca debe ser un deber. Una religión oficial es el mayor enemigo de las demás religiones.
TEMOR al ver al pueblo tunecino que quiere la democracia ya, ahora, completa, perfecta. Y las prisas nunca han sido buenas consejeras. Este período de incertidumbre, en el que se encuentra el pueblo tunecino, es un período de siembra, de sementera, y no de recolección.
El pueblo tunecino está muy nervioso. Pide, exige, urgentemente, la democracia, cuando las urgencias son sólo soluciones provisionales y no definitivas. Sirven para cortar una hemorragia, pero no para prescribir un tratamiento y hacer el seguimiento de un régimen curativo.
Este demasiado nerviosismo ya está afectando al turismo, una de sus principales fuentes de riqueza.
No he visto, en Túnez, Tarancones clarificadores, ni Carrillos pacientes y tragando saliva, ni PSOEs sensatos en época de río revuelto, ni Suáreces centrados, ni derechas que apuesten por el juego limpio, ni revanchistas,…
Sólo así pudo madurar el fruto democrático, siendo magnánimos en cesiones, creando una atmósfera serena, pactando.
Las calles, como lugar de protesta, de desahogo ante tantos años de opresión, no pueden pretender ser sedes parlamentarias.
¡Quiera Alá y todos los demás dioses que encuentren el camino que andan buscando¡
Desde hace mucho tiempo circula la teoría de “la maldición de los recursos naturales”, que crea “naciones ricas” al tiempo que “pueblos pobres” (aunque no sea del todo cierto y, para desmentirlo, ahí están Noruega, Nigeria o Indonesia).
Algo así como el refrán “Dios da pan a quien no tiene dientes”. Y estamos hablando de países árabes y sudamericanos.
Hablamos, entre otras cosas, de petróleo. Esa lotería geográfica, que pare riqueza fácil, que se convierte en tentación y cae en manos de dictadores, de corralitos o de democracias populistas que, cual Emperador Romano a destiempo, proporcionan “panem et circenses” y entretienen a las masas, al tiempo que se institucionaliza la corrupción.
La no necesidad de esfuerzo y la ausencia de mérito son los gérmenes del subdesarrollo.
Cuando se intenta, sólo, coger una mayor porción del pastel en vez de esforzarse por crear un pastel más grande, está ingresándose en el deterioro.
Con alguna antedicha excepción, las naciones agraciadas por la lotería geográfica de los recursos naturales fueron convertidas en colonias mimadas por las naciones occidentales.
No hay mejor método, para tomar posesión de algo, que el desconocimiento del valor de ese algo por sus naturales propietarios.
Exploradores y colonizadores, sobre todo, pero no sólo, europeos, apropiándose de propiedades ajenas, siendo acérrimos defensores de la propiedad privada.
Hasta que los países dormidos han despertado a la voz del líder, surgido del pueblo, y apoyado en su ejército, emprende la guerra de independencia y del imán, que desde su púlpito, incita y amenaza, predicando la guerra santa.
Las colonias, antes mimadas, ahora inspiran desconfianza y temor en sus antiguos dominadores occidentales, por: 1.- Su proximidad; 2.- Su mano de obra barata; 3.- Sus recursos naturales; 4.- Su pobreza, causa de las oleadas de emigrantes, y 5.- La amenaza del terrorismo islámico.
Francia, Italia y España, antiguos colonizadores, intentan mantener unas buenas relaciones, teóricamente políticas pero prácticamente comerciales.
A los países occidentales no les interesa tanto el establecimiento de la democracia en esos países, como el mantenimiento o incremento de los intercambios comerciales.
De hecho, no les ha ido tan mal durante los 23 años de permanencia en el poder del dictador Ben Alí, en Túnez.
Es verdad que la diplomacia no tiene amigos, sino intereses.
Ben Alí había establecido un régimen laico y una política neoliberal.
La “revolución del jazmín” y el destronamiento del dictador no han provenido tanto por causas políticas ni religiosas, como por la alta tasa de desempleo, por la carestía de la vida y por la corrupción de sus dirigentes y adláteres, en un país que basa su riqueza en el turismo, en el petróleo y en el gas natural.
Las ventanas de las redes sociales, por las que los tunecinos se asomaban y veían el mundo occidental, también han contribuido a la revuelta.
Su alta preparación académica y su capacitación profesional no se correspondían con la pobre realidad presente y con un futuro no claro, a corto y medio plazo.
La “revolución popular” ha hecho surgir y gritar, en Túnez, el deseo de democracia, mientras en otros países, también islámicos, la respuesta popular al descrédito de sus dictadores laicos, (como el Sha de Persia) terminó en la implantación de la teocracia de los imanes.
En la reflexión anterior mostraba mi temor, al tiempo que mi esperanza.
ESPERANZA al no ver a los imanes y su islamismo fanático queriendo ocupar el centro de la vida social, sólo así es posible una sociedad democrática.
Las religiones, ninguna, no tienen por qué desaparecer, lo que no pueden es aparecer en el centro y querer vertebrar la sociedad. El centro, siempre, tiene que ser laico.
La religión es un derecho, nunca debe ser un deber. Una religión oficial es el mayor enemigo de las demás religiones.
TEMOR al ver al pueblo tunecino que quiere la democracia ya, ahora, completa, perfecta. Y las prisas nunca han sido buenas consejeras. Este período de incertidumbre, en el que se encuentra el pueblo tunecino, es un período de siembra, de sementera, y no de recolección.
El pueblo tunecino está muy nervioso. Pide, exige, urgentemente, la democracia, cuando las urgencias son sólo soluciones provisionales y no definitivas. Sirven para cortar una hemorragia, pero no para prescribir un tratamiento y hacer el seguimiento de un régimen curativo.
Este demasiado nerviosismo ya está afectando al turismo, una de sus principales fuentes de riqueza.
No he visto, en Túnez, Tarancones clarificadores, ni Carrillos pacientes y tragando saliva, ni PSOEs sensatos en época de río revuelto, ni Suáreces centrados, ni derechas que apuesten por el juego limpio, ni revanchistas,…
Sólo así pudo madurar el fruto democrático, siendo magnánimos en cesiones, creando una atmósfera serena, pactando.
Las calles, como lugar de protesta, de desahogo ante tantos años de opresión, no pueden pretender ser sedes parlamentarias.
¡Quiera Alá y todos los demás dioses que encuentren el camino que andan buscando¡
viernes, 21 de enero de 2011
POLÍTICA Y POLÍTICOS
A nadie, sensato, se le debería ocurrir apedrear el autobús, (que lo desplaza), pincharle las ruedas, romperle los cristales,…. y bajarse de él por el simple y mero hecho de que el conductor es un “enchufado” y al que no se le ha exigido ningún examen previo que muestre/demuestre su saber, su capacidad, su pericia en la conducción.
Hoy, en nuestra democracia, a un político se le supone su valía (como al soldado su valentía) por el simple hecho de estar en ese puesto de responsabilidad. Con la diferencia de que el soldado estaba en su puesto, por obligación, si no quería ser considerado “desertor”, (con las consecuencias que ello acarreaba), mientras al político nadie lo obliga, está al volante por su propia voluntad, y si cree ser el mejor conductor, ¡peor que peor”.
Con la consecuencia, manifiesta, de que si un político hace mal la tarea encomendada, es un perdedor frente a sus rivales, se le premia con un ascenso en otro ámbito de la política.
Desde lo municipal a lo autonómico, desde lo autonómico a lo nacional, desde lo nacional a lo europeo. Y, mientras, difuminándose en lo más general, consolidan grado.
Para ser político, y dedicarse a la política, basta con la lealtad al partido. No son los méritos, comprobados, ni la valía, manifiesta, los que lo colocan en ese puesto de dirección.
Ya lo dijo ese político andaluz: “el que se mueva, no sale en la foto”. Y todos entendemos lo que esa sentencia quiere decir.
Hoy, decir de alguien que es un “político” es decir que no ha entrado por la puerta de adelante, que es un enchufado, un “chanchullero”, que lo han puesto allí.
Pero, seamos sensatos, la política es necesaria para nuestra sociedad, es el mejor sistema de convivencia, como lo es el autobús, y no el coche privado, para nuestros desplazamientos de un lado a otro de la ciudad, conservando mejor el medio ambiente.
Sin ellos, democracia y autobuses, andaríamos peor.
Lo triste, lo grave, lo grotesco, es que el desprestigio de la política sea causado por los propios políticos, que, para la mayoría, son un “problema”, cuando ellos deberían ser una “solución”.
Llegará el día en que llamar a uno “político” sea considerado un insulto y sentirse uno insultado.
Hoy, en nuestra democracia, a un político se le supone su valía (como al soldado su valentía) por el simple hecho de estar en ese puesto de responsabilidad. Con la diferencia de que el soldado estaba en su puesto, por obligación, si no quería ser considerado “desertor”, (con las consecuencias que ello acarreaba), mientras al político nadie lo obliga, está al volante por su propia voluntad, y si cree ser el mejor conductor, ¡peor que peor”.
Con la consecuencia, manifiesta, de que si un político hace mal la tarea encomendada, es un perdedor frente a sus rivales, se le premia con un ascenso en otro ámbito de la política.
Desde lo municipal a lo autonómico, desde lo autonómico a lo nacional, desde lo nacional a lo europeo. Y, mientras, difuminándose en lo más general, consolidan grado.
Para ser político, y dedicarse a la política, basta con la lealtad al partido. No son los méritos, comprobados, ni la valía, manifiesta, los que lo colocan en ese puesto de dirección.
Ya lo dijo ese político andaluz: “el que se mueva, no sale en la foto”. Y todos entendemos lo que esa sentencia quiere decir.
Hoy, decir de alguien que es un “político” es decir que no ha entrado por la puerta de adelante, que es un enchufado, un “chanchullero”, que lo han puesto allí.
Pero, seamos sensatos, la política es necesaria para nuestra sociedad, es el mejor sistema de convivencia, como lo es el autobús, y no el coche privado, para nuestros desplazamientos de un lado a otro de la ciudad, conservando mejor el medio ambiente.
Sin ellos, democracia y autobuses, andaríamos peor.
Lo triste, lo grave, lo grotesco, es que el desprestigio de la política sea causado por los propios políticos, que, para la mayoría, son un “problema”, cuando ellos deberían ser una “solución”.
Llegará el día en que llamar a uno “político” sea considerado un insulto y sentirse uno insultado.
VIENDO…..
Viendo, contemplando, analizando un hormiguero, puede comprenderse a una hormiga; pero del estudio de una hormiga no puede concluirse cómo es un hormiguero.
Además viendo una hormiga están vistas todas las hormigas.
Desde el individuo-hormiga puede llegarse a la especie-hormiga.
¿Y del hombre?. ¿Podemos decir lo mismo?.
Analizando la sociedad uno puede concluir cómo son/tienen que ser sus individuos.
Pero ¿del análisis de un individuo puede concluirse cómo es la sociedad?.
Y, conocida una persona ¿se conoce ya a toda la especie humana?.
Evidentemente, NO.
¿Por qué?. Porque en el hombre cuenta, y mucho, el elemento “cultura”, que no es algo genético, sino adquirido, y una persona puede estar alimentado o no de cultura, o de distinta cultura.
Los valores, los comportamientos, el concepto de la vida y de la muerte, la consideración de los sexos, el valor de la persona …todo eso lo va transmitiendo la sociedad, a través de la educación, y unos pueden hacerlo suyo o no, y con una intensidad u otra.
Ni siquiera conociendo a una persona podemos deducir cómo son sus hermanos.
Todos sabemos lo del “garbanzo negro” de la familia (aunque los garbanzos, generalmente, no son negros, pero “haberlos, haylos”).
Analizando la sociedad se comprende que tenga que haber médicos, maestros, taxistas, cajeros/as de supermercados, policías, bomberos,… y cómo van a comportarse en su actividad como tales (los policías, los bomberos,…)
Pero qué tipo de personas sean esos médicos, maestros,… no podemos saberlo sino cuando sintonizamos con ellos, a través del trato diario.
Ningún animal es hipócrita. El hombre, sólo el hombre, puedo serlo.
EL HOMBRE, SIEMPRE, ESE GRAN DESCONOCIDO.
Además viendo una hormiga están vistas todas las hormigas.
Desde el individuo-hormiga puede llegarse a la especie-hormiga.
¿Y del hombre?. ¿Podemos decir lo mismo?.
Analizando la sociedad uno puede concluir cómo son/tienen que ser sus individuos.
Pero ¿del análisis de un individuo puede concluirse cómo es la sociedad?.
Y, conocida una persona ¿se conoce ya a toda la especie humana?.
Evidentemente, NO.
¿Por qué?. Porque en el hombre cuenta, y mucho, el elemento “cultura”, que no es algo genético, sino adquirido, y una persona puede estar alimentado o no de cultura, o de distinta cultura.
Los valores, los comportamientos, el concepto de la vida y de la muerte, la consideración de los sexos, el valor de la persona …todo eso lo va transmitiendo la sociedad, a través de la educación, y unos pueden hacerlo suyo o no, y con una intensidad u otra.
Ni siquiera conociendo a una persona podemos deducir cómo son sus hermanos.
Todos sabemos lo del “garbanzo negro” de la familia (aunque los garbanzos, generalmente, no son negros, pero “haberlos, haylos”).
Analizando la sociedad se comprende que tenga que haber médicos, maestros, taxistas, cajeros/as de supermercados, policías, bomberos,… y cómo van a comportarse en su actividad como tales (los policías, los bomberos,…)
Pero qué tipo de personas sean esos médicos, maestros,… no podemos saberlo sino cuando sintonizamos con ellos, a través del trato diario.
Ningún animal es hipócrita. El hombre, sólo el hombre, puedo serlo.
EL HOMBRE, SIEMPRE, ESE GRAN DESCONOCIDO.
jueves, 20 de enero de 2011
OCCIDENTE Y EL ISLAM
Cuando leo y oigo, a tanta gente “culta” lo mucho que la cultura occidental-española-andaluza le debe al Islam, me cabreo.
Cuando repaso la trayectoria personal-cultural del “Padre de la patria andaluza”, Blas infante, me cabreo, ante tanto “pelota” que no sabe o no quiere saber, nada, de la conversión de Blas Infante al islamismo y cómo el lema del escudo andaluz refleja el ideal islámico o islamista.
Cuando leo que el gran Santo Tomás de Aquino tomó, del filósofo Averroes, la doctrina aristotélica, me cabreo aun más.
Hay una marea de un multiculturalismo rampante que prende en las mente de tanto ignaro.
Hay tantas mitificaciones, ajenas a la racionalidad científica, que tomamos la creencia como ciencia.
“Creemos que algo es así” y damos el insensato salto de, sin contrastarlo siquiera, afirmar que “eso es así”.
Hace no tanto tiempo reflexionaba (yo) sobre el jamón y la panceta, sobre el vino, sobre la jarana de tanta romería y tanta feria “festiva”, sobre la igualdad de mujeres y varones, sobre la concepción del sexo como comunicación y placer, y no sólo como reproducción, la consideración, cada vez mayor, del matrimonio como un contrato entre dos personas mayores de edad, más que como un sacramento religioso, la concepción laica y lúdica de la vida, el placer de exhibir el cuerpo, el placer de tenderlo en la playa y en el agua, el ámbito de la vida privada como lugar para la creencia y la vivencia religiosa, las procesiones semanasanteras como fenómenos sociales, festivos, artísticos, musicales, ornamentales,…. más que como un fenómeno religioso.
¿Qué mérito puede tener el dolor?. ¿Cómo puede ensalzarse la pasión?.
¿Dónde hay rastro de la influencia musulmana en todo esto y más?
En la Edad Media el Islam no se helenizó; del mismo modo que Occidente no se islamizó. Y la fuente del agua clara, racional, es helena, no para repetirla, sino para superarla, pero ahí está la fuente.
El gran Santo Tomás no sabía griego y tuvo que recurrir a un compañero/hermano de la orden dominicana, Guillermo de Moërbecke, para que le tradujera a Aristóteles, a fin de poder conocerlo y, si era “aprovechable”, asimilarlo, hacerlo propio y ponerlo al servicio de la religión y de la teología cristiana.
Pero es que los filósofos islámicos Alfarabi, Avicena y Averroes tampoco sabían o no dominaban el griego, y tuvieron que utilizar traducciones de Aristóteles vertidas del griego al siríaco.
La lengua árabe, al contrario que la griega, carecía del aparato conceptual y lingüístico necesario para poder verter en ella, fielmente, el contenido de la sabiduría griega.
Hay lenguas que usan, sobre todo, el verbo, mientras que el griego usa sobre todo el substantivo (“la substancia”), mientras que el verbo, tanto en “activa” como en “pasiva”, son accidentes de la “substancia”.
En la proposición “Pedro mata” o Pedro “es matado”, “matar” y “ser matado” son accidentes que se predican, que se dicen, de “Pedro”, el “sujeto”, la “substancia”, el “substantivo”.
“Pedro” puede existir sin “matar” ni “ser matado”. Lo contrario no.
La lengua árabe no es la lengua griega.
Es más. El Oriente musulmán se lo debe, prácticamente todo, al Oriente, tanto al cercano Oriente cristiano como al más lejano Oriente indio.
Occidente es el resultado de la Sabiduría griega, de la Tradición y Religión judeo-cristiana y de la Razón Ilustrada.
¡A ver si nos vamos enterando¡
Cuando repaso la trayectoria personal-cultural del “Padre de la patria andaluza”, Blas infante, me cabreo, ante tanto “pelota” que no sabe o no quiere saber, nada, de la conversión de Blas Infante al islamismo y cómo el lema del escudo andaluz refleja el ideal islámico o islamista.
Cuando leo que el gran Santo Tomás de Aquino tomó, del filósofo Averroes, la doctrina aristotélica, me cabreo aun más.
Hay una marea de un multiculturalismo rampante que prende en las mente de tanto ignaro.
Hay tantas mitificaciones, ajenas a la racionalidad científica, que tomamos la creencia como ciencia.
“Creemos que algo es así” y damos el insensato salto de, sin contrastarlo siquiera, afirmar que “eso es así”.
Hace no tanto tiempo reflexionaba (yo) sobre el jamón y la panceta, sobre el vino, sobre la jarana de tanta romería y tanta feria “festiva”, sobre la igualdad de mujeres y varones, sobre la concepción del sexo como comunicación y placer, y no sólo como reproducción, la consideración, cada vez mayor, del matrimonio como un contrato entre dos personas mayores de edad, más que como un sacramento religioso, la concepción laica y lúdica de la vida, el placer de exhibir el cuerpo, el placer de tenderlo en la playa y en el agua, el ámbito de la vida privada como lugar para la creencia y la vivencia religiosa, las procesiones semanasanteras como fenómenos sociales, festivos, artísticos, musicales, ornamentales,…. más que como un fenómeno religioso.
¿Qué mérito puede tener el dolor?. ¿Cómo puede ensalzarse la pasión?.
¿Dónde hay rastro de la influencia musulmana en todo esto y más?
En la Edad Media el Islam no se helenizó; del mismo modo que Occidente no se islamizó. Y la fuente del agua clara, racional, es helena, no para repetirla, sino para superarla, pero ahí está la fuente.
El gran Santo Tomás no sabía griego y tuvo que recurrir a un compañero/hermano de la orden dominicana, Guillermo de Moërbecke, para que le tradujera a Aristóteles, a fin de poder conocerlo y, si era “aprovechable”, asimilarlo, hacerlo propio y ponerlo al servicio de la religión y de la teología cristiana.
Pero es que los filósofos islámicos Alfarabi, Avicena y Averroes tampoco sabían o no dominaban el griego, y tuvieron que utilizar traducciones de Aristóteles vertidas del griego al siríaco.
La lengua árabe, al contrario que la griega, carecía del aparato conceptual y lingüístico necesario para poder verter en ella, fielmente, el contenido de la sabiduría griega.
Hay lenguas que usan, sobre todo, el verbo, mientras que el griego usa sobre todo el substantivo (“la substancia”), mientras que el verbo, tanto en “activa” como en “pasiva”, son accidentes de la “substancia”.
En la proposición “Pedro mata” o Pedro “es matado”, “matar” y “ser matado” son accidentes que se predican, que se dicen, de “Pedro”, el “sujeto”, la “substancia”, el “substantivo”.
“Pedro” puede existir sin “matar” ni “ser matado”. Lo contrario no.
La lengua árabe no es la lengua griega.
Es más. El Oriente musulmán se lo debe, prácticamente todo, al Oriente, tanto al cercano Oriente cristiano como al más lejano Oriente indio.
Occidente es el resultado de la Sabiduría griega, de la Tradición y Religión judeo-cristiana y de la Razón Ilustrada.
¡A ver si nos vamos enterando¡
martes, 18 de enero de 2011
CRISIS.
¡Hay tántos y tan variados tipos de crisis¡
Hay crisis de pareja, crisis psicológica o de ansiedad, crisis energética, crisis demográfica, (¿cómo no, si estamos enfangados en ella?) crisis económica. Como hay crisis de valores, crisis de subsistencia, crisis de supervivencia, crisis de bienestar, crisis de….
Pero las crisis no surgen por generación espontánea. La propia dejadez, la poca atención y cuidado, alimentan las crisis personales, mientras son los intereses variopintos los que generan otros tipos de crisis.
En estos tipos de crisis, las provocadas por otros, ajenos a mí, ellos, los actores, las padecen menos que los que las tenemos que soportar.
Una crisis es un zamarreo, un zarandeo, un meneo, una sacudida, una ruptura de un equilibrio.
Es una coyuntura de cambios en una realidad hasta ahora más o menos estable.
Aunque toda crisis, una vez iniciada, es reversible, puede volverse atrás, por haber quedado sólo en un amago, por haberla detectado y haberla cogido a tiempo, impedir que se desarrolle y hacer que desaparezca.
Si una crisis no fuera reversible sería una reacción automática, como ocurre en física o en química, donde, al cambiar los factores, los componentes, salta la reacción automáticamente.
El desequilibrio generado por toda crisis, que se siente y se vive como dolorosa, puede dar lugar a infinitas posibilidades.
Mientras se está en ella se sufre, cuando se supera merece la pena y se convierte en un mal recuerdo.
En una crisis personal, el corazón sufre, pero la mente puede optar por dos caminos opuestos, desde enrocarse en ella y tomar medidas drásticas hasta salir fortalecido tras haberse enfrentado a ella y haberla superado, estableciendo un nuevo equilibrio.
Es verdad que toda crisis engendra un riesgo, pero también es verdad que es una oportunidad que se presenta para enmendar lo malo que antes se haya hecho.
Creo que fue J.F. Kennedy quien dijo: “las grandes crisis generan grandes hombres”.
Todos hemos pasado por las crisis que generan el paso de una etapa a otra en el desarrollo vital. De niño a adolescente, de adolescente a joven, de joven a maduro. Son muchos (no todos, entre ellos yo) los que sufren un intensa crisis al pasar de trabajador a jubilado, por haber puesto en el mismo plato y haber identificado “vida” y “vida laboral”.
Si no hubiéramos superado esas crisis, si nos hubiéramos estancado, habríamos retrocedido. No se puede ser adolescente a los 40, ni niño a los 21.
¿Recuerdan aquello de “quien no haya sido utópico, revolucionario, iluso, ecologista, Don Quijote…. en su juventud ¿cómo va a ser realista, Sancho Panza, en su madurez”?
Hay crisis de pareja, crisis psicológica o de ansiedad, crisis energética, crisis demográfica, (¿cómo no, si estamos enfangados en ella?) crisis económica. Como hay crisis de valores, crisis de subsistencia, crisis de supervivencia, crisis de bienestar, crisis de….
Pero las crisis no surgen por generación espontánea. La propia dejadez, la poca atención y cuidado, alimentan las crisis personales, mientras son los intereses variopintos los que generan otros tipos de crisis.
En estos tipos de crisis, las provocadas por otros, ajenos a mí, ellos, los actores, las padecen menos que los que las tenemos que soportar.
Una crisis es un zamarreo, un zarandeo, un meneo, una sacudida, una ruptura de un equilibrio.
Es una coyuntura de cambios en una realidad hasta ahora más o menos estable.
Aunque toda crisis, una vez iniciada, es reversible, puede volverse atrás, por haber quedado sólo en un amago, por haberla detectado y haberla cogido a tiempo, impedir que se desarrolle y hacer que desaparezca.
Si una crisis no fuera reversible sería una reacción automática, como ocurre en física o en química, donde, al cambiar los factores, los componentes, salta la reacción automáticamente.
El desequilibrio generado por toda crisis, que se siente y se vive como dolorosa, puede dar lugar a infinitas posibilidades.
Mientras se está en ella se sufre, cuando se supera merece la pena y se convierte en un mal recuerdo.
En una crisis personal, el corazón sufre, pero la mente puede optar por dos caminos opuestos, desde enrocarse en ella y tomar medidas drásticas hasta salir fortalecido tras haberse enfrentado a ella y haberla superado, estableciendo un nuevo equilibrio.
Es verdad que toda crisis engendra un riesgo, pero también es verdad que es una oportunidad que se presenta para enmendar lo malo que antes se haya hecho.
Creo que fue J.F. Kennedy quien dijo: “las grandes crisis generan grandes hombres”.
Todos hemos pasado por las crisis que generan el paso de una etapa a otra en el desarrollo vital. De niño a adolescente, de adolescente a joven, de joven a maduro. Son muchos (no todos, entre ellos yo) los que sufren un intensa crisis al pasar de trabajador a jubilado, por haber puesto en el mismo plato y haber identificado “vida” y “vida laboral”.
Si no hubiéramos superado esas crisis, si nos hubiéramos estancado, habríamos retrocedido. No se puede ser adolescente a los 40, ni niño a los 21.
¿Recuerdan aquello de “quien no haya sido utópico, revolucionario, iluso, ecologista, Don Quijote…. en su juventud ¿cómo va a ser realista, Sancho Panza, en su madurez”?
lunes, 17 de enero de 2011
LOS BOTONES DEL CHALECO: IZQUIERDAS Y DERECHAS
Hoy, todos, absolutamente todos, somos de derechas.
Nuestras camisas, nuestros abrigos, nuestras chaquetas,… son prendas de vestir de derechas. Son prendas egoístas, autosuficientes, insolidarias,… porque no necesitan ayuda de otra persona para abotonarlas y/o desabotonarlas.
En el siglo XVIII, los seguidores de Saint Simon (los saintsimonianos), los del socialismo utópico, tuvieron la pintoresca ocurrencia pedagógica de confeccionarse los chalecos con abotonamientos dorsales que, naturalmente, requerían la ayuda solidaria de otros ciudadanos, evitando, así, el egoísmo individualista de los de la derecha política.
Claro que, bien pensado, las damiselas de cintura de avispa, para ceñir fuertemente sus corpiños, también serían de izquierdas, al ser muy solidarias, mientras las mujeres del pueblo, con sus sayas, apenas tenían botones, por lo que no sé cómo calificarlas, al ser sumamente insolidarias.
Y, hoy mismo, muchos pantalones de mujeres llevan los botones al lado, por lo que serían de centro.
Al margen de esta anécdota, curiosa, lo cierto es que, política, cultural, gastronómica, lúdica, religiosa, laboral, léxica…..mente suelen asignarse, a la derecha y/o a la izquierda, ciertas características.
(Distribúyanlas Uds).
Teísmo / ateísmo. Violín / guitarra. Toros / fútbol. Chalet / piso. Wisky / tinto. Transporte público / transporte privado. Bigote / barba. Corbata / no corbata. Amarillo / rojo. Colegio privado / colegio público. Razón / revelación. Producir / distribuir. Solidaridad / egoísmo. Justicia /caridad.
Esta vida / la vida eterna. Pecado / delito. Chaqueta sport / jersey de cuello vuelto. Camisa blanca / camisa a cuadros oscura. Cortesía / brusquedad.
Hablar correcto / tacos. Elegancia / rudeza. Perfume / agua de colonia. Zapato con cordones y de puntera / zapatos chatos y sin cordones. Gambas / sardinas. Sopa / cocido. Yate / arena. Jamón / tortilla de patatas. Halitosis / mal aliento. Matrimonio homosexual Sí / matrimonio homosexual NO. Aborto Sí / aborto No. Toros Sí / toros No. Energía nuclear Sí / energía nuclear No. Obligatoriedad / permisividad. Religioso / laico. Pena de muerte Sí / pena de muerte No. Marbella / Benidorm. Obediencia / razones. Trabajo intelectual / trabajo manual. Revolución / evolución. Tecnología / técnica. Algodón / poliéster. Bata blanca / mono azul. Ópera / copla. Plácido Domingo / los Chunguitos. Vals / pasodobles. Disentería / cagalera. Hacer el amor / follar,
(Supongo vuestra inteligencia y que entendáis esto como lo que es, una hipertrofia, una auténtica BOUTADE.)
Nuestras camisas, nuestros abrigos, nuestras chaquetas,… son prendas de vestir de derechas. Son prendas egoístas, autosuficientes, insolidarias,… porque no necesitan ayuda de otra persona para abotonarlas y/o desabotonarlas.
En el siglo XVIII, los seguidores de Saint Simon (los saintsimonianos), los del socialismo utópico, tuvieron la pintoresca ocurrencia pedagógica de confeccionarse los chalecos con abotonamientos dorsales que, naturalmente, requerían la ayuda solidaria de otros ciudadanos, evitando, así, el egoísmo individualista de los de la derecha política.
Claro que, bien pensado, las damiselas de cintura de avispa, para ceñir fuertemente sus corpiños, también serían de izquierdas, al ser muy solidarias, mientras las mujeres del pueblo, con sus sayas, apenas tenían botones, por lo que no sé cómo calificarlas, al ser sumamente insolidarias.
Y, hoy mismo, muchos pantalones de mujeres llevan los botones al lado, por lo que serían de centro.
Al margen de esta anécdota, curiosa, lo cierto es que, política, cultural, gastronómica, lúdica, religiosa, laboral, léxica…..mente suelen asignarse, a la derecha y/o a la izquierda, ciertas características.
(Distribúyanlas Uds).
Teísmo / ateísmo. Violín / guitarra. Toros / fútbol. Chalet / piso. Wisky / tinto. Transporte público / transporte privado. Bigote / barba. Corbata / no corbata. Amarillo / rojo. Colegio privado / colegio público. Razón / revelación. Producir / distribuir. Solidaridad / egoísmo. Justicia /caridad.
Esta vida / la vida eterna. Pecado / delito. Chaqueta sport / jersey de cuello vuelto. Camisa blanca / camisa a cuadros oscura. Cortesía / brusquedad.
Hablar correcto / tacos. Elegancia / rudeza. Perfume / agua de colonia. Zapato con cordones y de puntera / zapatos chatos y sin cordones. Gambas / sardinas. Sopa / cocido. Yate / arena. Jamón / tortilla de patatas. Halitosis / mal aliento. Matrimonio homosexual Sí / matrimonio homosexual NO. Aborto Sí / aborto No. Toros Sí / toros No. Energía nuclear Sí / energía nuclear No. Obligatoriedad / permisividad. Religioso / laico. Pena de muerte Sí / pena de muerte No. Marbella / Benidorm. Obediencia / razones. Trabajo intelectual / trabajo manual. Revolución / evolución. Tecnología / técnica. Algodón / poliéster. Bata blanca / mono azul. Ópera / copla. Plácido Domingo / los Chunguitos. Vals / pasodobles. Disentería / cagalera. Hacer el amor / follar,
(Supongo vuestra inteligencia y que entendáis esto como lo que es, una hipertrofia, una auténtica BOUTADE.)
domingo, 16 de enero de 2011
A PROPÓSITO DE TÚNEZ.
(14 de Enero de 2.011)
El prólogo a la denominada “revolución del jazmín”, en la que “el pueblo”, (no los militares, no el líder opositor que da un golpe de estado para desbancar al dictador y ponerse él como dictador, no los imanes religiosos, no los poderes económicos, no….) ha sido capaz, tras un número variable de muertes, de por medio, ha sido el suicidio, a lo bonzo, de un joven licenciado que, en el paro y sin perspectiva laboral alguna, lo ha llevado a cabo al desmantelarle la policía el humilde puesto de verduras, tipo mercadillo, sin permiso gubernamental, y con el que intentaba sobrevivir.
Ha sido una revolución sin líderes, ni políticos ni religiosos.
Esto, teóricamente, es alentador pero, prácticamente, es preocupante, por aquello de “a río revuelto…• y que “la victoria siempre tiene muchos padres, mientras el fracaso siempre es huérfano”.
Francia se ha negado a admitir al derrocado dictador, Ben Alí. Italia tampoco lo ha admitido. A España ni se lo han pedido y quiero creer que habría respondido de la misma manera.
Pero estos Noes de estos tres países mediterráneos están causados y justificados por las posibles terribles consecuencias que hubieran podido tener, dentro de sus países, del ya de por sí temible Terrorismo Islámico.
El tratamiento exquisito que, durante 25 años, la política de los países mediterráneos ha tenido con el dictador tunecino ha sido porque suponía un escudo contra los Islamistas.
En otros lugares he dejado escrito, ampliamente, que no pueden ni confundirse ni identificarse los conceptos “islámico” e “islamista”.
Imaginémosnos que llegan unos marcianos a España para hacer un estudio sobre cómo viven la sexualidad los españoles.
E imaginémosnos que la encuesta se la hacen a seis familias españolas, tres pertenecientes a los Kikos y tres pertenecientes al Opus Dei.
No hay que ser muy inteligente para suponer el resultado final de la encuesta marciana.
La religión en Túnez es la musulmana (un 98%) y pequeñas minorías judía y católica.
La religión en España es la católica, apostólica y romana (casi un 75% se declaran y dicen ser católicos, pero no más del 10% de ese 75% se declaran practicantes, Resultado, el 90% no son, realmente, católicos).
Igualmente ocurre en Túnez.
En la última manifestación masiva eran pocas las mujeres que portaban el velo islámico (en Túnez las mujeres tienen reconocidos los mismos derechos que los varones).
Para que las religiones no se metan donde no deben, lo ideal no es prohibirlas (se convertirían en “tabúes”), ni hacerlas obligatorias (se multiplicarían las conductas hipócritas), ambas son peligrosas, lo ideal es permitirlas, dejarlas.
Las personas irán comprobando que “vivir” es prioritario a “vivir religiosamente”.
Túnez es mucho Túnez.
¡Ojalá todos los países musulmanes africanos fuesen “Túneces”¡
El recién dimitido/derrocado/expulsado/autoexiliado/… dictador Ben Ali (un policía que llegó a ser caudillo), llevaba 23 años en el poder con el beneplácito y la bendición de los países mediterráneos.
En Túnez, realmente, prevalece el laicismo porque, entre otras cosas, los movimientos islamistas fueron machacados, a conciencia, por Ben Alí.
La economía marcha bien, la educación también (de los pocos más de 10 millones de tunecinos, 4 millones son usuarios de Internet, y las de 1.8 millones están en Facebook, por lo que tienen una ventana para asomarse al mundo exterior y compararlo con lo que ellos mismos tienen), hay una clase media nada despreciable,… antecedentes para una prometedora salida a un sistema político democrático que, querámoslo o no, es el mejor guardián de los Derechos Humanos.
Lo que el pueblo tunecino quiere es libertad y trabajo; y lo que Ben Alí le ha ofrecido, últimamente, es subida de precios de los productos básicos y paro, mucho paro, sobre todo juvenil, a jóvenes bien preparados, siendo acusado, además, de “corrupto” y de “asesino”.
Si a la autoinmolación, al suicidio a lo bonzo del joven universitario le añadimos el panorama laboral, la subida de impuestos y la economía, boyante pero en manos de los familiares de la primera dama, tenemos asegurada la explosión y el incendio consecuente.
Leo que unos días antes al acontecimiento tunecino, un líder opositor anunciaba: “Es posible que Ben Alí sea derrocado, pero el pueblo está fuera de juego y también los actores políticos”.
En los triunfos de las revoluciones, en los países islámicos, casi siempre, han estado presentes: los líderes religiosos, los líderes políticos opositores (que solían ser los mismos) y el pueblo.
En Túnez no se dan esas condiciones. Lo cual es una esperanza, pero también un temor.
Todos sabemos que los dictadores gozan “obligando” y “prohibiendo”, a ellos no les gustan las “leyes permisivas”.
Cuando un dictador se erige en la única autoridad con capacidad para autorizar la construcción o no de mezquitas, y de nombrar a sus imanes correspondientes, a los que les paga como si fueran funcionarios, y si el pueblo es, realmente, laico, sabe que por ahí no puede provenirle el peligro.
Francia, Italia y España, lo sabían. Tenían en Túnez no sólo un socio comercial y político, también a un escudo ante el peligro “islamista”, que no podía provenir de Túnez. Pero este peligro prendería en sus propios países si les hubieran concedido asilo a Ben Alí, porque la religión islámica es Una, para todos los creyentes en ella. Y en Europa la religión musulmana está extendiéndose como una mancha de aceite.
Argelia, Egipto, Marruecos, Libia,… estarán pensando en el viejo adagio de “cuando las barbas de tu vecino veas…” y por aquello de “el virus del contagio” (Egipto, próximamente, tendrá elecciones y los “Hermanos Musulmanes” pueden sacar tajada del ejemplo tunecino)
La escena final de esta “revolución del jazmín”, de la población civil abrazando a los militares, nos recuerda a la del país vecino y su “revolución de los claveles”.
¡Quieran Alá y todos los dioses que todo salga bien¡
El prólogo a la denominada “revolución del jazmín”, en la que “el pueblo”, (no los militares, no el líder opositor que da un golpe de estado para desbancar al dictador y ponerse él como dictador, no los imanes religiosos, no los poderes económicos, no….) ha sido capaz, tras un número variable de muertes, de por medio, ha sido el suicidio, a lo bonzo, de un joven licenciado que, en el paro y sin perspectiva laboral alguna, lo ha llevado a cabo al desmantelarle la policía el humilde puesto de verduras, tipo mercadillo, sin permiso gubernamental, y con el que intentaba sobrevivir.
Ha sido una revolución sin líderes, ni políticos ni religiosos.
Esto, teóricamente, es alentador pero, prácticamente, es preocupante, por aquello de “a río revuelto…• y que “la victoria siempre tiene muchos padres, mientras el fracaso siempre es huérfano”.
Francia se ha negado a admitir al derrocado dictador, Ben Alí. Italia tampoco lo ha admitido. A España ni se lo han pedido y quiero creer que habría respondido de la misma manera.
Pero estos Noes de estos tres países mediterráneos están causados y justificados por las posibles terribles consecuencias que hubieran podido tener, dentro de sus países, del ya de por sí temible Terrorismo Islámico.
El tratamiento exquisito que, durante 25 años, la política de los países mediterráneos ha tenido con el dictador tunecino ha sido porque suponía un escudo contra los Islamistas.
En otros lugares he dejado escrito, ampliamente, que no pueden ni confundirse ni identificarse los conceptos “islámico” e “islamista”.
Imaginémosnos que llegan unos marcianos a España para hacer un estudio sobre cómo viven la sexualidad los españoles.
E imaginémosnos que la encuesta se la hacen a seis familias españolas, tres pertenecientes a los Kikos y tres pertenecientes al Opus Dei.
No hay que ser muy inteligente para suponer el resultado final de la encuesta marciana.
La religión en Túnez es la musulmana (un 98%) y pequeñas minorías judía y católica.
La religión en España es la católica, apostólica y romana (casi un 75% se declaran y dicen ser católicos, pero no más del 10% de ese 75% se declaran practicantes, Resultado, el 90% no son, realmente, católicos).
Igualmente ocurre en Túnez.
En la última manifestación masiva eran pocas las mujeres que portaban el velo islámico (en Túnez las mujeres tienen reconocidos los mismos derechos que los varones).
Para que las religiones no se metan donde no deben, lo ideal no es prohibirlas (se convertirían en “tabúes”), ni hacerlas obligatorias (se multiplicarían las conductas hipócritas), ambas son peligrosas, lo ideal es permitirlas, dejarlas.
Las personas irán comprobando que “vivir” es prioritario a “vivir religiosamente”.
Túnez es mucho Túnez.
¡Ojalá todos los países musulmanes africanos fuesen “Túneces”¡
El recién dimitido/derrocado/expulsado/autoexiliado/… dictador Ben Ali (un policía que llegó a ser caudillo), llevaba 23 años en el poder con el beneplácito y la bendición de los países mediterráneos.
En Túnez, realmente, prevalece el laicismo porque, entre otras cosas, los movimientos islamistas fueron machacados, a conciencia, por Ben Alí.
La economía marcha bien, la educación también (de los pocos más de 10 millones de tunecinos, 4 millones son usuarios de Internet, y las de 1.8 millones están en Facebook, por lo que tienen una ventana para asomarse al mundo exterior y compararlo con lo que ellos mismos tienen), hay una clase media nada despreciable,… antecedentes para una prometedora salida a un sistema político democrático que, querámoslo o no, es el mejor guardián de los Derechos Humanos.
Lo que el pueblo tunecino quiere es libertad y trabajo; y lo que Ben Alí le ha ofrecido, últimamente, es subida de precios de los productos básicos y paro, mucho paro, sobre todo juvenil, a jóvenes bien preparados, siendo acusado, además, de “corrupto” y de “asesino”.
Si a la autoinmolación, al suicidio a lo bonzo del joven universitario le añadimos el panorama laboral, la subida de impuestos y la economía, boyante pero en manos de los familiares de la primera dama, tenemos asegurada la explosión y el incendio consecuente.
Leo que unos días antes al acontecimiento tunecino, un líder opositor anunciaba: “Es posible que Ben Alí sea derrocado, pero el pueblo está fuera de juego y también los actores políticos”.
En los triunfos de las revoluciones, en los países islámicos, casi siempre, han estado presentes: los líderes religiosos, los líderes políticos opositores (que solían ser los mismos) y el pueblo.
En Túnez no se dan esas condiciones. Lo cual es una esperanza, pero también un temor.
Todos sabemos que los dictadores gozan “obligando” y “prohibiendo”, a ellos no les gustan las “leyes permisivas”.
Cuando un dictador se erige en la única autoridad con capacidad para autorizar la construcción o no de mezquitas, y de nombrar a sus imanes correspondientes, a los que les paga como si fueran funcionarios, y si el pueblo es, realmente, laico, sabe que por ahí no puede provenirle el peligro.
Francia, Italia y España, lo sabían. Tenían en Túnez no sólo un socio comercial y político, también a un escudo ante el peligro “islamista”, que no podía provenir de Túnez. Pero este peligro prendería en sus propios países si les hubieran concedido asilo a Ben Alí, porque la religión islámica es Una, para todos los creyentes en ella. Y en Europa la religión musulmana está extendiéndose como una mancha de aceite.
Argelia, Egipto, Marruecos, Libia,… estarán pensando en el viejo adagio de “cuando las barbas de tu vecino veas…” y por aquello de “el virus del contagio” (Egipto, próximamente, tendrá elecciones y los “Hermanos Musulmanes” pueden sacar tajada del ejemplo tunecino)
La escena final de esta “revolución del jazmín”, de la población civil abrazando a los militares, nos recuerda a la del país vecino y su “revolución de los claveles”.
¡Quieran Alá y todos los dioses que todo salga bien¡
sábado, 15 de enero de 2011
PIEDRA LIPE Y BOBOLINA
LA PIEDRA LIPE.
En el mes de septiembre, antes de irme a Salamanca a estudiar, todos los años, traspaleábamos los dos muladares que teníamos, en el camino de Villargura. Se trataba de ir aireando la basura, primero clavando el arpón, después echando hacia atrás la basura, con la horca de hierro, la de 4 ó 6 garfios.
Al día siguiente cargábamos el carro y lo llevábamos a las tierras de barbecho, dejándolo en pequeños montones, a unos 20 metros de distancia unos de otros, para que, previo a la siembra, desparramásemos, primero con la horca y luego, rebañando con la pala, para que todo el terreno a sembrar estuviese estercado (estercolado) de manera regular. De lo contrario se notarían, luego, los calveros en los sembrados.
Por la noche, antes de la cena, en el sobrado, con una ceranda (zaranda) o criba, de piel de oveja agujereada, seleccionábamos el trigo, que serviría de simiente, para el día siguiente. Unas dos fanegas diarias, para dos huebras de tierra.
Solía ser trigo monegro o candeal, aunque a veces también era pané o álaga,
En ese mes de septiembre, en mi casa, estaba prohibido tirar los orines, de la noche.
Los orinales, bien debajo de la cama, bien en la puerta de abajo de la mesilla, a la mañana siguiente estaban más o menos llenos. Los echábamos, todos en una herrada o cubo de latón.
En ese cubo, con esos orines, le echábamos la piedra lipe, un sulfato de cobre, que previamente había ido a comprar a la droguería del Sr. Esteban el fraile. Era de color azul y tenía formas irregulares, como pedruscos.
(Luego, mucho tiempo después, supe que la piedra lipe, más que un insecticida era un fungicida y un algicida, para que no le entrase la niebla (una peste que hace que el trigo, y el cereal en general, no grane). Es un producto ecológico, pero no es inocuo. Es dañino para los animales acuáticos, Además, es acumulativo en el ecosistema, a lo largo de la cadena trófica y en el cuerpo de los animales terrestres, en los riñones, atrofiándolos a largo plazo).
Se diluía la piedra lipe en los orines y, con un escobajo, íbamos hisopando (¿existe este vocablo?) el montón de trigo seleccionado. Una vez que, tras moverlo y removerlo, estaba todo empapado, lo tapábamos con un costal viejo, para que “el olor no se le fuera” y quedara todo bien sulfatado.
Quedaba así toda la noche. Por la mañana, temprano, el trigo se había hinchado y era el doble de gordo que antes de encalarlo, la noche anterior. Con la media fanega lo metíamos en costales y los poníamos encima de la burra, que acompañaba a mi padre al campo, junto a la pareja de bueyes armuñeses (lentos como ellos solos, pero muy potentes).
En un sembrador, al hombro, mi padre iba sembrando (esparciendo) el trigo. La melga, entre una ida y una vuelta, era de 12 cerros (surcos) y tenían que cruzarse los puñados, para que todo estuviera perfectamente repartido.
Era un arte la siembra. El que lo hacía mal (más cantidad en unas partes que en otras) se notaba, cuando el trigo crecía, y era testigo acusador durante todo el año. La gente se reía del mal sembrador.
Se tapaba a surco, no a manta.
Luego, durante el año, había que aricarlo dos veces. Además, en primavera, había que escardarlo, quitándole los jolios (hierba), que les echábamos a los conejos, y cortar los cardos, con una hoz en la mano derecha y una horquilla, de palo largo, para no tener que agacharse, en la izquierda. Se sujetaba el cardo con la horquilla y, por debajo, metíamos la hoz, lo cortábamos y lo poníamos en el valle, de lo contrario, al segar, se nos clavarían los pinchos en las manos, a pesar de llevar dediles, para no cortarnos con la afilada hoz, en la mano izquierda.
LA BOBOLINA
En mi casa se practicaba una economía de autosuficiencia. Se compraba poco en la tienda-droguería del Sr. Esteban, el fraile. Bacalao, para los viernes de cuaresma, de cuando en cuando sardinas, chicharros y escabeche, y poco más.
Porque mi madre y mi abuela amasaban todos los viernes. Hacían siete panes grandes, uno para cada día, y tortas, para comerlas calientes, además del hornazo, obligatorio, con chorizo y tocino dentro, para la merienda de los niños (para mis tres hermanos y para mí).
Se amasaba el jueves por la noche, se ponían los panes en una tabla y se les tapaba con una sábana blanca, para que “cogiera el yeldo”.
Quien amasaba, en mi pueblo, tenía la obligación moral de dejar el humiento, que serviría de levadura para el que fuera a pedirlo, cuando fuera a amasar. Yo casi siempre iba a buscarlo a casa de la Srª. Magdalena, la del Sr. Julián.
Teníamos dos hornos, pero siempre usábamos el de la cocina vieja, que era más grande. Yo le traía del corral el pino, para calentarlo. A las no sé cuantas horas lo sacaba mi madre, y quemaba.
Siempre nos decía que no lo comiésemos tan caliente porque, como, además, bebiéramos agua, teníamos el cólico asegurado.
O sea, que pan nunca comprábamos.
¿Fruta?. Mi padre, como he escrito en otros lugares, tenía la costumbre de plantar una viña cada vez que le nacía un hijo. Así que en mi casa estaba el majuelo de Mari, (el del palacio),el de Juani (el de las fuentes) y el de Sito (o sea, yo, Tomá-Sito). Cuando nació el último, José, mi padre plantó dos pinares, que cada año yo le ayudaba a podar y cuya leña sería para el horno.
Así que entre las uvas (que se conservaban encima del trigo hasta el mes de Enero o más), el melonar, que cada año se sembraba, y dos guindos, además de la higuera del corral, poca fruta comprábamos.
La matanza era un rito. Mi padre cebaba 4 cerdos, que eran los pequeños del año anterior (porque los del año que viene ya los teníamos en la caseta, aún pequeños). El más pequeño de los 4, era el porrero, que lo matábamos en Octubre y que, cuando llegaban las Navidades, apenas quedaba algo. Porque en Navidades, con todo el frío y las nevadas de todos los años, matábamos los otros tres, en la casa, naturalmente.
Venían los tíos a ayudar (igual que cuando había que subir el trigo al sobrado). Antes de empezar, los higos secos y el aguardiente eran obligatorios. ¡Cómo entraba el cuerpo en calor¡. Igual que era obligatorio poner la jeta de los cochinos a la lumbre (que ahora llaman barbacoa), y se comía muy caliente, con pimiento picante y un poco de sal.
Matar los cerdos era todo un arte. No daba igual clavarle el cuchillo un poco inclinado hacia abajo (que salía el chorro de sangre hacia arriba y ponía perdida a la mujer que, con mandil blanco, se disponía a recogerla, y removerla, para que no se cuajara, y hacer con ella las morcillas.
El pan duro que quedaba de un día para otro jamás se desperdiciaba. Mi abuela iba migándolo y cada año sacaba más de medio saco. Más las cebollas, que teníamos junto al melonar, y con la sangre de los cerdos, las morcillas, que, para que se curaran bien se colgaban en la chimenea, en unos varales o en puntas, para que se “ahumaran”. Era almuerzo-desayuno obligatorio, en esas madrugadas de frío, hasta que se terminaban.
Igualmente los “farinatos”, a los que los no salmantinos los llaman “pan preso”, porque sus componentes son migas de pan y las gorduras del cerdo, más mucho pimentón, amasado con agua caliente.
Los cerdos, una vez sangrados y muertos había que chamuscarlos, para quemarles los pelos. Lo hacíamos con pajas y junqueras que, en Septiembre, una vez acabado el verano, íbamos al campo a recoger y que traíamos dos o tres cargas.
Como los tres cerdos no daban para todo el año, se mataba una vaca para dos o tres familias. Mi padre siempre mataba “media vaca”, cuya carne era para mezclarla con la del cerdo y hacer chorizos.
Habías varios tipos de chorizos, desde las longanizas (los mejores) a los chorizos normales y a los de callos, que eran los de peor calidad, y que eran los que se echaban en el cocido, con los garbanzos. Además los chorizos gordos y los salchichones, así como el morcón, aprovechando los estómagos de los cerdos.
Mi padre de lo que más sembraba era trigo. Todos los años íbamos al molino del Sr, Pepe, el molinero, de la Orbada, dos veces, para hacer harina.
La cáscara del trigo, la traíamos aparte, en otros costales y se la echábamos a los cerdos y a las gallinas, mezclada con agua caliente.
Lo del “pan negro”, hoy denominado “integral”, era comida de pobres. Así que lo que se comía era pan blanco.
También se sembraba cebada, la suficiente para dar de comer a las dos burras.
Era, casi obligatorio, sembrar lentejas y garbanzos, para autoconsumo de todo el año. ¡Qué dolor de riñones arrancar las lentejas, a mano, antes de inventar lo de la binadora!. La siega de los garbanzos, con los hocines, era horrorosa.
Recuerdo que, al llegar a la punta, yo me tumbaba en la tierra y mi hermana Mary me pisaba los riñones. ¡Qué alivio¡.
Pero las lentejas tenían un problema, que como no se axfisiaran, a los pocos días les salían los gorgojos, y se desperdiciaban. Había que echárselas a los cerdos. Así que, en un rincón de la panera, teníamos un axfisiadero.
Era una pequeña habitación, herméticamente cerrada, con una pequeña abertura, por la que metíamos los sacos de lentejas, hacinados, los propios y los de vecinos y familiares, para aprovechar el espacio.
Nada más introducidos los sacos se iba cerrando, con ladrillos y cemento la apertura hasta dejar sólo un pequeñísimo agujero por el que cupiera una lata, que se colocaba dentro, se le echaba la bobolina (que olía a rayos) y se acababa de tapar todo el axfisiadero.
Como quedara alguna fisura, quedarían mal asfixiadas, y los gorgojos aparecerían, habiéndose estropeado toda la cosecha de lentejas.
(Continuará, no sé cuándo, pero, seguro-seguro, que contnuará)
En el mes de septiembre, antes de irme a Salamanca a estudiar, todos los años, traspaleábamos los dos muladares que teníamos, en el camino de Villargura. Se trataba de ir aireando la basura, primero clavando el arpón, después echando hacia atrás la basura, con la horca de hierro, la de 4 ó 6 garfios.
Al día siguiente cargábamos el carro y lo llevábamos a las tierras de barbecho, dejándolo en pequeños montones, a unos 20 metros de distancia unos de otros, para que, previo a la siembra, desparramásemos, primero con la horca y luego, rebañando con la pala, para que todo el terreno a sembrar estuviese estercado (estercolado) de manera regular. De lo contrario se notarían, luego, los calveros en los sembrados.
Por la noche, antes de la cena, en el sobrado, con una ceranda (zaranda) o criba, de piel de oveja agujereada, seleccionábamos el trigo, que serviría de simiente, para el día siguiente. Unas dos fanegas diarias, para dos huebras de tierra.
Solía ser trigo monegro o candeal, aunque a veces también era pané o álaga,
En ese mes de septiembre, en mi casa, estaba prohibido tirar los orines, de la noche.
Los orinales, bien debajo de la cama, bien en la puerta de abajo de la mesilla, a la mañana siguiente estaban más o menos llenos. Los echábamos, todos en una herrada o cubo de latón.
En ese cubo, con esos orines, le echábamos la piedra lipe, un sulfato de cobre, que previamente había ido a comprar a la droguería del Sr. Esteban el fraile. Era de color azul y tenía formas irregulares, como pedruscos.
(Luego, mucho tiempo después, supe que la piedra lipe, más que un insecticida era un fungicida y un algicida, para que no le entrase la niebla (una peste que hace que el trigo, y el cereal en general, no grane). Es un producto ecológico, pero no es inocuo. Es dañino para los animales acuáticos, Además, es acumulativo en el ecosistema, a lo largo de la cadena trófica y en el cuerpo de los animales terrestres, en los riñones, atrofiándolos a largo plazo).
Se diluía la piedra lipe en los orines y, con un escobajo, íbamos hisopando (¿existe este vocablo?) el montón de trigo seleccionado. Una vez que, tras moverlo y removerlo, estaba todo empapado, lo tapábamos con un costal viejo, para que “el olor no se le fuera” y quedara todo bien sulfatado.
Quedaba así toda la noche. Por la mañana, temprano, el trigo se había hinchado y era el doble de gordo que antes de encalarlo, la noche anterior. Con la media fanega lo metíamos en costales y los poníamos encima de la burra, que acompañaba a mi padre al campo, junto a la pareja de bueyes armuñeses (lentos como ellos solos, pero muy potentes).
En un sembrador, al hombro, mi padre iba sembrando (esparciendo) el trigo. La melga, entre una ida y una vuelta, era de 12 cerros (surcos) y tenían que cruzarse los puñados, para que todo estuviera perfectamente repartido.
Era un arte la siembra. El que lo hacía mal (más cantidad en unas partes que en otras) se notaba, cuando el trigo crecía, y era testigo acusador durante todo el año. La gente se reía del mal sembrador.
Se tapaba a surco, no a manta.
Luego, durante el año, había que aricarlo dos veces. Además, en primavera, había que escardarlo, quitándole los jolios (hierba), que les echábamos a los conejos, y cortar los cardos, con una hoz en la mano derecha y una horquilla, de palo largo, para no tener que agacharse, en la izquierda. Se sujetaba el cardo con la horquilla y, por debajo, metíamos la hoz, lo cortábamos y lo poníamos en el valle, de lo contrario, al segar, se nos clavarían los pinchos en las manos, a pesar de llevar dediles, para no cortarnos con la afilada hoz, en la mano izquierda.
LA BOBOLINA
En mi casa se practicaba una economía de autosuficiencia. Se compraba poco en la tienda-droguería del Sr. Esteban, el fraile. Bacalao, para los viernes de cuaresma, de cuando en cuando sardinas, chicharros y escabeche, y poco más.
Porque mi madre y mi abuela amasaban todos los viernes. Hacían siete panes grandes, uno para cada día, y tortas, para comerlas calientes, además del hornazo, obligatorio, con chorizo y tocino dentro, para la merienda de los niños (para mis tres hermanos y para mí).
Se amasaba el jueves por la noche, se ponían los panes en una tabla y se les tapaba con una sábana blanca, para que “cogiera el yeldo”.
Quien amasaba, en mi pueblo, tenía la obligación moral de dejar el humiento, que serviría de levadura para el que fuera a pedirlo, cuando fuera a amasar. Yo casi siempre iba a buscarlo a casa de la Srª. Magdalena, la del Sr. Julián.
Teníamos dos hornos, pero siempre usábamos el de la cocina vieja, que era más grande. Yo le traía del corral el pino, para calentarlo. A las no sé cuantas horas lo sacaba mi madre, y quemaba.
Siempre nos decía que no lo comiésemos tan caliente porque, como, además, bebiéramos agua, teníamos el cólico asegurado.
O sea, que pan nunca comprábamos.
¿Fruta?. Mi padre, como he escrito en otros lugares, tenía la costumbre de plantar una viña cada vez que le nacía un hijo. Así que en mi casa estaba el majuelo de Mari, (el del palacio),el de Juani (el de las fuentes) y el de Sito (o sea, yo, Tomá-Sito). Cuando nació el último, José, mi padre plantó dos pinares, que cada año yo le ayudaba a podar y cuya leña sería para el horno.
Así que entre las uvas (que se conservaban encima del trigo hasta el mes de Enero o más), el melonar, que cada año se sembraba, y dos guindos, además de la higuera del corral, poca fruta comprábamos.
La matanza era un rito. Mi padre cebaba 4 cerdos, que eran los pequeños del año anterior (porque los del año que viene ya los teníamos en la caseta, aún pequeños). El más pequeño de los 4, era el porrero, que lo matábamos en Octubre y que, cuando llegaban las Navidades, apenas quedaba algo. Porque en Navidades, con todo el frío y las nevadas de todos los años, matábamos los otros tres, en la casa, naturalmente.
Venían los tíos a ayudar (igual que cuando había que subir el trigo al sobrado). Antes de empezar, los higos secos y el aguardiente eran obligatorios. ¡Cómo entraba el cuerpo en calor¡. Igual que era obligatorio poner la jeta de los cochinos a la lumbre (que ahora llaman barbacoa), y se comía muy caliente, con pimiento picante y un poco de sal.
Matar los cerdos era todo un arte. No daba igual clavarle el cuchillo un poco inclinado hacia abajo (que salía el chorro de sangre hacia arriba y ponía perdida a la mujer que, con mandil blanco, se disponía a recogerla, y removerla, para que no se cuajara, y hacer con ella las morcillas.
El pan duro que quedaba de un día para otro jamás se desperdiciaba. Mi abuela iba migándolo y cada año sacaba más de medio saco. Más las cebollas, que teníamos junto al melonar, y con la sangre de los cerdos, las morcillas, que, para que se curaran bien se colgaban en la chimenea, en unos varales o en puntas, para que se “ahumaran”. Era almuerzo-desayuno obligatorio, en esas madrugadas de frío, hasta que se terminaban.
Igualmente los “farinatos”, a los que los no salmantinos los llaman “pan preso”, porque sus componentes son migas de pan y las gorduras del cerdo, más mucho pimentón, amasado con agua caliente.
Los cerdos, una vez sangrados y muertos había que chamuscarlos, para quemarles los pelos. Lo hacíamos con pajas y junqueras que, en Septiembre, una vez acabado el verano, íbamos al campo a recoger y que traíamos dos o tres cargas.
Como los tres cerdos no daban para todo el año, se mataba una vaca para dos o tres familias. Mi padre siempre mataba “media vaca”, cuya carne era para mezclarla con la del cerdo y hacer chorizos.
Habías varios tipos de chorizos, desde las longanizas (los mejores) a los chorizos normales y a los de callos, que eran los de peor calidad, y que eran los que se echaban en el cocido, con los garbanzos. Además los chorizos gordos y los salchichones, así como el morcón, aprovechando los estómagos de los cerdos.
Mi padre de lo que más sembraba era trigo. Todos los años íbamos al molino del Sr, Pepe, el molinero, de la Orbada, dos veces, para hacer harina.
La cáscara del trigo, la traíamos aparte, en otros costales y se la echábamos a los cerdos y a las gallinas, mezclada con agua caliente.
Lo del “pan negro”, hoy denominado “integral”, era comida de pobres. Así que lo que se comía era pan blanco.
También se sembraba cebada, la suficiente para dar de comer a las dos burras.
Era, casi obligatorio, sembrar lentejas y garbanzos, para autoconsumo de todo el año. ¡Qué dolor de riñones arrancar las lentejas, a mano, antes de inventar lo de la binadora!. La siega de los garbanzos, con los hocines, era horrorosa.
Recuerdo que, al llegar a la punta, yo me tumbaba en la tierra y mi hermana Mary me pisaba los riñones. ¡Qué alivio¡.
Pero las lentejas tenían un problema, que como no se axfisiaran, a los pocos días les salían los gorgojos, y se desperdiciaban. Había que echárselas a los cerdos. Así que, en un rincón de la panera, teníamos un axfisiadero.
Era una pequeña habitación, herméticamente cerrada, con una pequeña abertura, por la que metíamos los sacos de lentejas, hacinados, los propios y los de vecinos y familiares, para aprovechar el espacio.
Nada más introducidos los sacos se iba cerrando, con ladrillos y cemento la apertura hasta dejar sólo un pequeñísimo agujero por el que cupiera una lata, que se colocaba dentro, se le echaba la bobolina (que olía a rayos) y se acababa de tapar todo el axfisiadero.
Como quedara alguna fisura, quedarían mal asfixiadas, y los gorgojos aparecerían, habiéndose estropeado toda la cosecha de lentejas.
(Continuará, no sé cuándo, pero, seguro-seguro, que contnuará)
viernes, 14 de enero de 2011
INTEGRISMOS (1)
El Integrismo es no sólo una forma de pensamiento, también es una forma de acción. Y no sólo en el Islamismo, también en el Cristianismo, en general, y en el Catolicismo, en particular.
Podríamos decir que todo comenzó cuando la Aristocracia y la Iglesia perdieron el protagonismo en la Francia de finales del XVIII. Dos de las patas en que se asentaba la Monarquía Absoluta se tambalean y la mesa se cae. Lo que venga después es otra historia.
La burguesía desplazó a la Nobleza, en lo político, y la Diosa Razón ocupó el lugar del Dios cristiano, en lo social, en lo familiar, en lo moral, en lo educativo, en la vida, al tiempo que el poder pasa al pueblo, que se convierte en soberano, sustituyendo al Rey.
El poder ya no viene de Dios, sino del pueblo, que, tan sólo, lo cede, y quien lo ejerza no tendrá que dar cuenta de su gestión ante Dios y ante la Historia, sino ante el pueblo soberano.
La antigua estabilidad social, política y moral se desestabilizó con la Revolución Francesa.
La Enciclopedia, con su Saber y Conocimiento, desplazó a la Biblia, con su palabra revelada y su fe.
La declaración Universal de los Derechos del hombre y del ciudadano será, a partir de ahora, el programa ético a realizar.
El bien y el mal ya no provienen de Dios sino de la Razón.
Asistimos al divorcio entre la sociedad moderna, (surgida de la Ilustración y de la Revolución Francesa, teniendo como guía a la Diosa Razón), y la doctrina social de la Iglesia Católica (con la Biblia, revelada, como guía).
El diálogo, la discusión y el acuerdo sustituyen al monolitismo religioso. El pecado queda para los creyentes, que no serán todos, pero el delito será general, pues TODOS son ciudadanos. La multa y la cárcel, aquí, en esta vida, sustituyen a las penas eternas en la otra vida.
Lo que uno piense al Estado no le incumbe, lo que uno hace o dice, sí.
La Ética, expresa en los Derechos Humanos, sustituye a la moral religiosa cristiana.
La vida comienza a ser terrena.
El futuro queda en manos de los hombres y Dios nada tiene que ver en ello, como nada tiene que ver con el progreso. El hombre ha pasado a ser mayor de edad. La moral, de heterónoma, se ha convertido en autónoma. Será la razón la que dirija la conducta y la práctica diaria, no la jerarquía eclesiástica. El único tribunal es la Razón. Los hasta ahora consejeros espirituales, asesores morales, guías educativos, ministros religiosos,… se inscriben en el paro.
La sociedad se ha convertido en laica.
Si Marx y Engels, desde su ateísmo, sacaron a la luz su Manifiesto Comunista en 1848, radiografiando al capitalismo y proponiendo la forma de conseguir vencerlo, para sacudirse la explotación del hombre por el hombre, con el grito final de “proletarios de todos los países, uníos”, hubo que esperar a 1892 a que la Iglesia gritase, denunciando lo mismo, con la encíclica “De rerum novarum”, de León XIII, proponiendo, no la revolución social, sino la llamada a la conciencia de los capitalistas, para que “fueran buenos” y abandonaran su manera de actuar.
La sociedad iba en una dirección y la religión en otra distinta.
La sociedad moderna pretende decretar la “muerte de Dios” o, al menos, actuar y vivir “como si Dios no existiera”, “al margen de Dios”, mientras que lo que intenta el Integrismo es reconquistar el papel, la función, central de la religión, en la sociedad, como lo fue en otros tiempos.
Para el Integrismo la Doctrina Social de la Iglesia debería aplicarse a todas las esferas de la vida social, desde la economía a la política, sin ninguna mediación, rechazando toda autonomía relativa de cualquier esfera de la acción humana.
La religión, tal como lo decreta el Magisterio de la Iglesia, debería ser la levadura que fermente TODA la masa de la vida humana, estar presente en toda actividad humana.
La sociedad, su funcionamiento, debe seguir y debe regirse por el código de circulación propuesto por la Iglesia.
Aplíquenlo a cualquier religión.
(Continuará).
Podríamos decir que todo comenzó cuando la Aristocracia y la Iglesia perdieron el protagonismo en la Francia de finales del XVIII. Dos de las patas en que se asentaba la Monarquía Absoluta se tambalean y la mesa se cae. Lo que venga después es otra historia.
La burguesía desplazó a la Nobleza, en lo político, y la Diosa Razón ocupó el lugar del Dios cristiano, en lo social, en lo familiar, en lo moral, en lo educativo, en la vida, al tiempo que el poder pasa al pueblo, que se convierte en soberano, sustituyendo al Rey.
El poder ya no viene de Dios, sino del pueblo, que, tan sólo, lo cede, y quien lo ejerza no tendrá que dar cuenta de su gestión ante Dios y ante la Historia, sino ante el pueblo soberano.
La antigua estabilidad social, política y moral se desestabilizó con la Revolución Francesa.
La Enciclopedia, con su Saber y Conocimiento, desplazó a la Biblia, con su palabra revelada y su fe.
La declaración Universal de los Derechos del hombre y del ciudadano será, a partir de ahora, el programa ético a realizar.
El bien y el mal ya no provienen de Dios sino de la Razón.
Asistimos al divorcio entre la sociedad moderna, (surgida de la Ilustración y de la Revolución Francesa, teniendo como guía a la Diosa Razón), y la doctrina social de la Iglesia Católica (con la Biblia, revelada, como guía).
El diálogo, la discusión y el acuerdo sustituyen al monolitismo religioso. El pecado queda para los creyentes, que no serán todos, pero el delito será general, pues TODOS son ciudadanos. La multa y la cárcel, aquí, en esta vida, sustituyen a las penas eternas en la otra vida.
Lo que uno piense al Estado no le incumbe, lo que uno hace o dice, sí.
La Ética, expresa en los Derechos Humanos, sustituye a la moral religiosa cristiana.
La vida comienza a ser terrena.
El futuro queda en manos de los hombres y Dios nada tiene que ver en ello, como nada tiene que ver con el progreso. El hombre ha pasado a ser mayor de edad. La moral, de heterónoma, se ha convertido en autónoma. Será la razón la que dirija la conducta y la práctica diaria, no la jerarquía eclesiástica. El único tribunal es la Razón. Los hasta ahora consejeros espirituales, asesores morales, guías educativos, ministros religiosos,… se inscriben en el paro.
La sociedad se ha convertido en laica.
Si Marx y Engels, desde su ateísmo, sacaron a la luz su Manifiesto Comunista en 1848, radiografiando al capitalismo y proponiendo la forma de conseguir vencerlo, para sacudirse la explotación del hombre por el hombre, con el grito final de “proletarios de todos los países, uníos”, hubo que esperar a 1892 a que la Iglesia gritase, denunciando lo mismo, con la encíclica “De rerum novarum”, de León XIII, proponiendo, no la revolución social, sino la llamada a la conciencia de los capitalistas, para que “fueran buenos” y abandonaran su manera de actuar.
La sociedad iba en una dirección y la religión en otra distinta.
La sociedad moderna pretende decretar la “muerte de Dios” o, al menos, actuar y vivir “como si Dios no existiera”, “al margen de Dios”, mientras que lo que intenta el Integrismo es reconquistar el papel, la función, central de la religión, en la sociedad, como lo fue en otros tiempos.
Para el Integrismo la Doctrina Social de la Iglesia debería aplicarse a todas las esferas de la vida social, desde la economía a la política, sin ninguna mediación, rechazando toda autonomía relativa de cualquier esfera de la acción humana.
La religión, tal como lo decreta el Magisterio de la Iglesia, debería ser la levadura que fermente TODA la masa de la vida humana, estar presente en toda actividad humana.
La sociedad, su funcionamiento, debe seguir y debe regirse por el código de circulación propuesto por la Iglesia.
Aplíquenlo a cualquier religión.
(Continuará).
jueves, 13 de enero de 2011
DECIR-SER-OBRAR
OPERARI SEQUITUR ESSE
(El OBRAR sigue al SER).
OBRAMOS según lo que SOMOS. El que ES solidario, OBRA solidariamente. El que ES justo, OBRA justamente. El que ES egoísta. OBRA egoístamente. El que ES un bruto….
Nuestra forma de SER condiciona, empuja, arrastra, incita, nuestra forma de ACTUAR, nuestra forma de OBRAR.
Otra cosa es el DECIR.
Si alguien DICE que ES justo y no OBRA justamente, hay un desequilibrio, una discordancia, tanto entre el DECIR y el SER, (entre lo que dice que es y lo que es) como entre el SER y el OBRAR. A lo primero se le llama MENTIRA, a lo segundo HIPOCRESÍA, y ambos pertenecen a la categoría de la FALSEDAD.
Si el genio literario se preguntaba “Ser o No Ser, ésa es la cuestión, ése es el problema”.
Y el genio religioso decía “Obras son amores, y no buenas Razones”.
Hoy deberíamos decir “Obrar o no obrar, ése es el problema”.
Pero hay que tener en cuenta que:
1.- Se puede HACER-OBRAR poco, y eso es de egoístas.
2.- Se puede HACER-OBRAR mal, y eso es de malvados.
3.- Se puede HACER-OBRAR tarde y eso es de torpes.
4.- Se puede HACER como que se HACE, pero, en realidad, no se HACE, sólo son amagos. Y eso es de hipócritas
¿Lo ideal?. HACERLO todo (SER SOLIDARIOS), bien (SER SABIOS), pronto (SER DILIGENTES) y realmente (SER BUENOS).
Si, pues, SOMOS…. OBRAREMOS…..
SEÁMOSLO, pues.
(El OBRAR sigue al SER).
OBRAMOS según lo que SOMOS. El que ES solidario, OBRA solidariamente. El que ES justo, OBRA justamente. El que ES egoísta. OBRA egoístamente. El que ES un bruto….
Nuestra forma de SER condiciona, empuja, arrastra, incita, nuestra forma de ACTUAR, nuestra forma de OBRAR.
Otra cosa es el DECIR.
Si alguien DICE que ES justo y no OBRA justamente, hay un desequilibrio, una discordancia, tanto entre el DECIR y el SER, (entre lo que dice que es y lo que es) como entre el SER y el OBRAR. A lo primero se le llama MENTIRA, a lo segundo HIPOCRESÍA, y ambos pertenecen a la categoría de la FALSEDAD.
Si el genio literario se preguntaba “Ser o No Ser, ésa es la cuestión, ése es el problema”.
Y el genio religioso decía “Obras son amores, y no buenas Razones”.
Hoy deberíamos decir “Obrar o no obrar, ése es el problema”.
Pero hay que tener en cuenta que:
1.- Se puede HACER-OBRAR poco, y eso es de egoístas.
2.- Se puede HACER-OBRAR mal, y eso es de malvados.
3.- Se puede HACER-OBRAR tarde y eso es de torpes.
4.- Se puede HACER como que se HACE, pero, en realidad, no se HACE, sólo son amagos. Y eso es de hipócritas
¿Lo ideal?. HACERLO todo (SER SOLIDARIOS), bien (SER SABIOS), pronto (SER DILIGENTES) y realmente (SER BUENOS).
Si, pues, SOMOS…. OBRAREMOS…..
SEÁMOSLO, pues.
martes, 11 de enero de 2011
LA PARÁBOLA DEL ELEFANTE
El hombre es capaz de hacerse muchas preguntas, preguntas de todo tipo y de alto nivel. Ante alguna de éstas somos como ciegos que queremos «ver» y saber qué es un elefante. He aquí la parábola del elefante!
Érase una vez un pueblecito perdido en el desierto. Todos sus vecinos eran ciegos. Un gran rey pasó por la comarca, seguido de su ejército. Montaba un elefante. Los ciegos se enteraron, y habiendo oído hablar mucho de los elefantes, los movió el deseo de tocarlo para hacerse una idea de qué es un elefante. Doce Ancianos y Notables del pueblo se pusieron en camino con este objetivo: «Rey», dijeron, «os suplicamos que nos concedáis venia para palpar el elefante». «Os la concedo», respondió el rey; «¡podéis palparlo!».
Uno palpó la trompa, otro la pierna, éste la espalda, aquél las orejas, e incluso hubo uno que, por licencia especial del rey, montó sobre la bestia y se paseó. Los doce ciegos volvieron entusiasmados a su pueblo. Los otros los rodearon, preguntándoles, muertos de intriga, qué tipo de bestia era un elefante. El primero dijo: «Es un tubo enorme, que se alza con fuerza, se enrosca y, ay de ti si te pilla!». Otro afirmó: «Es una columna peluda». El tercero: «Es como una pared de un castillo». El que había palpado la oreja: «Es como un tapiz muy grueso, de tejido grosero, que se mueve cuando lo tocas». Y el último exclamó: «¿Es que chocheáis? Es una montaña que se pasea!».
Muchas preguntas filosóficas han llegado a ser «preguntas elefantinas». Y los seres humanos nos hemos matado defendiendo nuestras parciales respuestas. ¡Que sabio que es aquel ciego que escucha las respuestas de otros ciegos y, así, enriquece la
Addenda.
Preguntas y pseudopreguntas.
S1 + S2 = S3.
El “homo mensura” de Protágoras.
“Lo que se conoce se conoce según el modo de conocer”. La realidad, para ser conocida, tiene que adoptarse/acoplarse a las estructuras cognoscitivas del sujeto,
Si fuésemos de otra manera, conoceríamos de otra manera.
El conocimiento como estrategia del sujeto para salir bien parado de las situaciones
Problemáticas en que se encuentra.
Érase una vez un pueblecito perdido en el desierto. Todos sus vecinos eran ciegos. Un gran rey pasó por la comarca, seguido de su ejército. Montaba un elefante. Los ciegos se enteraron, y habiendo oído hablar mucho de los elefantes, los movió el deseo de tocarlo para hacerse una idea de qué es un elefante. Doce Ancianos y Notables del pueblo se pusieron en camino con este objetivo: «Rey», dijeron, «os suplicamos que nos concedáis venia para palpar el elefante». «Os la concedo», respondió el rey; «¡podéis palparlo!».
Uno palpó la trompa, otro la pierna, éste la espalda, aquél las orejas, e incluso hubo uno que, por licencia especial del rey, montó sobre la bestia y se paseó. Los doce ciegos volvieron entusiasmados a su pueblo. Los otros los rodearon, preguntándoles, muertos de intriga, qué tipo de bestia era un elefante. El primero dijo: «Es un tubo enorme, que se alza con fuerza, se enrosca y, ay de ti si te pilla!». Otro afirmó: «Es una columna peluda». El tercero: «Es como una pared de un castillo». El que había palpado la oreja: «Es como un tapiz muy grueso, de tejido grosero, que se mueve cuando lo tocas». Y el último exclamó: «¿Es que chocheáis? Es una montaña que se pasea!».
Muchas preguntas filosóficas han llegado a ser «preguntas elefantinas». Y los seres humanos nos hemos matado defendiendo nuestras parciales respuestas. ¡Que sabio que es aquel ciego que escucha las respuestas de otros ciegos y, así, enriquece la
Addenda.
Preguntas y pseudopreguntas.
S1 + S2 = S3.
El “homo mensura” de Protágoras.
“Lo que se conoce se conoce según el modo de conocer”. La realidad, para ser conocida, tiene que adoptarse/acoplarse a las estructuras cognoscitivas del sujeto,
Si fuésemos de otra manera, conoceríamos de otra manera.
El conocimiento como estrategia del sujeto para salir bien parado de las situaciones
Problemáticas en que se encuentra.
lunes, 10 de enero de 2011
EL PORTAL DE BELÉN, EL BUEY Y LA MULA
En Navidad, con el frío que haría, María que se pone de parto, y el niño que nace en un establo a las afueras de un pueblo, sin canastilla ni ropa adecuada para un recién nacido, y tiene como cuna un pesebre, donde comería (¿el buey o la mula?), así que a echarle el aliento o vaho, para calentarlo, como yo hacía con mis manos cuando, en invierno, se me quedaban engarañadas.
Pero el cura de mi pueblo nos decía que el que más y mejor aliento le echaba al Niño era el buey, pero que la mula no estaba por la labor, así que “Dios la maldijo y la condenó a no poder parir, por eso era estéril la mula”.
Y yo me le creía todo.
Porque en mi pueblo, que es agrícola, en la Armuña salmantina, de terreno fértil pero duro, se araba, sobre todo con bueyes, pero “bueyes armuñeses”, lentos pero muy potentes.
Sin embargo, el Sr. Madruga, el Sr. León, el Sr. Moreno y el Sr. Castaño tenían mulos o mulas que, naturalmente, no parían, por el castigo divino.
Pero la envidia ajena era para el que tenía “mulos/as burreros/as”, que eran más pequeños que los mulos normales, pero de piel más fina y más potente.
Los mulos/as burreros/as (o burdéganos) tienen como progenitores a caballo y burra, mientras en los mulos/as normales sus progenitores son burro y yegua.
Mi padre tenía cuatro bueyes, dos vacas (que todos los años parían y nos poníamos “moraos”, durante varios días, con los “calostros”) y una burra, que nunca paría porque no la llevábamos a “la parada”, con el garañón, para que la cubriera y la dejara preñada.
Luego, cuando fui mayor, ya supe que lo de la esterilidad de las mulas nada tenía que ver con maldiciones divinas, sino que era el efecto de un cruce de cromosomas de dos especies distintas caballo/yegua (con 64 cromosomas) y burra/burro (62 cromosomas) así que, en la meiosis, los cromosomas de ambos no pueden aparearse, no forman pares, por lo que los/las mulos/as tenían 63 cromosomas, lo que los convierte en híbridos (no una especie) y eso le impedía quedar preñadas y parir.
Ahora, con lo mal pensado que soy, lo interpreto como un machismo: el buey (bueno), la mula (mala).
Pero el cura de mi pueblo nos decía que el que más y mejor aliento le echaba al Niño era el buey, pero que la mula no estaba por la labor, así que “Dios la maldijo y la condenó a no poder parir, por eso era estéril la mula”.
Y yo me le creía todo.
Porque en mi pueblo, que es agrícola, en la Armuña salmantina, de terreno fértil pero duro, se araba, sobre todo con bueyes, pero “bueyes armuñeses”, lentos pero muy potentes.
Sin embargo, el Sr. Madruga, el Sr. León, el Sr. Moreno y el Sr. Castaño tenían mulos o mulas que, naturalmente, no parían, por el castigo divino.
Pero la envidia ajena era para el que tenía “mulos/as burreros/as”, que eran más pequeños que los mulos normales, pero de piel más fina y más potente.
Los mulos/as burreros/as (o burdéganos) tienen como progenitores a caballo y burra, mientras en los mulos/as normales sus progenitores son burro y yegua.
Mi padre tenía cuatro bueyes, dos vacas (que todos los años parían y nos poníamos “moraos”, durante varios días, con los “calostros”) y una burra, que nunca paría porque no la llevábamos a “la parada”, con el garañón, para que la cubriera y la dejara preñada.
Luego, cuando fui mayor, ya supe que lo de la esterilidad de las mulas nada tenía que ver con maldiciones divinas, sino que era el efecto de un cruce de cromosomas de dos especies distintas caballo/yegua (con 64 cromosomas) y burra/burro (62 cromosomas) así que, en la meiosis, los cromosomas de ambos no pueden aparearse, no forman pares, por lo que los/las mulos/as tenían 63 cromosomas, lo que los convierte en híbridos (no una especie) y eso le impedía quedar preñadas y parir.
Ahora, con lo mal pensado que soy, lo interpreto como un machismo: el buey (bueno), la mula (mala).
EL MITO DEL “DIÁLOGO”.
En bálsamo de Fierabrás, curalotodo, multifunción, se ha convertido el “diálogo”.
“Estamos dialogando” – dicen. Y todos lo consideran como solución a los problemas.
Pero aquí hay un malentendido, porque una cosa es el “diálogo” y otra muy distinta es la “negociación”,
Pero, además, ocurre que, en general, se “dialoga” con los amigos, pero con lo enemigos o con los adversarios se “negocia”.
Peor aún, se puede dialogar con los adversarios y negociar con ellos cuando todos salen beneficiados por la negociación.
Por ejemplo, nuestros parlamentarios, que han dialogado (había poco que dialogar) y han negociado y aprobado, al momento, no sólo sus sueldos y dietas, sino también sus altas pensiones de jubilación en tan bajos años de cotización.
Como es bueno para “todos” ellos, rápidamente han firmado el acuerdo, y a los demás, a los no parlamentarios, que coticen 35 años para cobrar el 100% de su pensión, (porque si sólo llevan 15 años cotizados cobrarán la pensión más baja, 587 euros (o 725 si tiene cónyuge sin renta) ) y cuya pensión de jubilación será acorde a su cotización. No como ellos que con sólo 11 años de estar, muchos de ellos, calentando un cómodo sillón cobrarán el 100 %.
Nuestros parlamentarios, en un diálogo cordial y una negociación amistosa (como debe ser) han blindado sus pensiones.
¿Que sólo llevan 7 años de parlamentarios?, pues el 80%.
¿Que sólo llevan 9?, pues el 90%.
Y si llegan a 11, el 100 %.
El sueldo mínimo de cualquier congresista “raso” español es de 2.918, 64 Euros/mes.
A lo que hay que añadir un “extra mensual neto” por gastos de mantenimiento y manutención, que oscila entre 1.702,59 euros para los que viven fuera de Madrid y los 812,68 euros para los elegidos por Madrid.
No quiero añadir lo que cobran secretarios, portavoces, adjuntos, presidentes de comisiones, comisionados…
Hay un clamor popular contra esta desfachatez, contra la inútil cámara del Senado, contra los parlamentos autonómicos, contra los sueldos de cualquier alcalde de pueblo…. Y todo eso “con la que está cayendo”.
Me llegan, a diario, e-mails de indignación.
Dialogar por dialogar es un ejercicio grato para los dialogantes, como hago yo todos los días con mis amigos.
Pero ¿Negociar?
Se sobreentiende que “negociar” es un pulso entre partes enfrentadas, donde cada parte quiere sacar tajada. No es un intercambio de argumentos, es querer llevarse el trozo mayor de la tarta.
No se negocia para determinar quién pone más bombillas para que se beneficie más gente, sino quien elimina menos bombillas para que ilumine a los suyos más que a los otros.
El caso de nuestros parlamentarios es original, se dialoga como “amigos” y se negocia a la alta porque “todos ellos” van a salir beneficiados de la negociación.
¿Puede dialogarse con los terroristas, con los corruptos, con los defraudadores, con los criminales, con los violadores, con los maltratadores, con los “chorizos”…?
-NO.
-¿Por qué No?
- Porque dialogar supone aceptar una base común de valores, algo que no ocurre con todo este tipo de gente.
Si yo parto de que el valor de una mujer es igual al valor de un varón, que son iguales como personas, y no desiguales, aunque sean distintos y no idénticos y tú partes de que la mujer es inferior al varón, o una propiedad del varón y por tanto “la maté porque era mía”. ¿Qué “diálogo” puede haber entre nosotros?. Cuanto menos “negociación”.
Cuando veo en la prensa las declaraciones de “un tal Blázquez”, sobre la “generosidad” que tendrá la democracia para los terroristas si prometen ser buenos…?
¿También para los maltratadores, los violadores,… si prometen que….?
¿Pero qué está diciendo este señor?.
Que le perdone él sus pecados, si se arrepienten, pero ¿los delitos?. Los delitos son una deuda que, siempre, todo delincuente debe saldar con la sociedad.
Kant decía que si un condenado cumplía su condena, impuesta por un juez, podía salir con la cabeza muy alta y presentarse en sociedad y poder decirles a todos: “soy igual que vosotros. Yo fui condenado a pagar y he pagado. Vosotros no teníais que parar nada porque nada ilegal habíais hecho. Estamos iguales. Estamos a 0.
Pero ¿y los casi 1.000 asesinados, y los desfalcos, y los robos, y las comisiones ilegales, y…. sea Marbella, Valencia, Sevilla, Castellón,…?.
Sólo, después de saldar sus deudas, pueden presentarse en sociedad y decir, con la cabeza muy alta, lo que decía Kant, pero no antes.
“Estamos dialogando” – dicen. Y todos lo consideran como solución a los problemas.
Pero aquí hay un malentendido, porque una cosa es el “diálogo” y otra muy distinta es la “negociación”,
Pero, además, ocurre que, en general, se “dialoga” con los amigos, pero con lo enemigos o con los adversarios se “negocia”.
Peor aún, se puede dialogar con los adversarios y negociar con ellos cuando todos salen beneficiados por la negociación.
Por ejemplo, nuestros parlamentarios, que han dialogado (había poco que dialogar) y han negociado y aprobado, al momento, no sólo sus sueldos y dietas, sino también sus altas pensiones de jubilación en tan bajos años de cotización.
Como es bueno para “todos” ellos, rápidamente han firmado el acuerdo, y a los demás, a los no parlamentarios, que coticen 35 años para cobrar el 100% de su pensión, (porque si sólo llevan 15 años cotizados cobrarán la pensión más baja, 587 euros (o 725 si tiene cónyuge sin renta) ) y cuya pensión de jubilación será acorde a su cotización. No como ellos que con sólo 11 años de estar, muchos de ellos, calentando un cómodo sillón cobrarán el 100 %.
Nuestros parlamentarios, en un diálogo cordial y una negociación amistosa (como debe ser) han blindado sus pensiones.
¿Que sólo llevan 7 años de parlamentarios?, pues el 80%.
¿Que sólo llevan 9?, pues el 90%.
Y si llegan a 11, el 100 %.
El sueldo mínimo de cualquier congresista “raso” español es de 2.918, 64 Euros/mes.
A lo que hay que añadir un “extra mensual neto” por gastos de mantenimiento y manutención, que oscila entre 1.702,59 euros para los que viven fuera de Madrid y los 812,68 euros para los elegidos por Madrid.
No quiero añadir lo que cobran secretarios, portavoces, adjuntos, presidentes de comisiones, comisionados…
Hay un clamor popular contra esta desfachatez, contra la inútil cámara del Senado, contra los parlamentos autonómicos, contra los sueldos de cualquier alcalde de pueblo…. Y todo eso “con la que está cayendo”.
Me llegan, a diario, e-mails de indignación.
Dialogar por dialogar es un ejercicio grato para los dialogantes, como hago yo todos los días con mis amigos.
Pero ¿Negociar?
Se sobreentiende que “negociar” es un pulso entre partes enfrentadas, donde cada parte quiere sacar tajada. No es un intercambio de argumentos, es querer llevarse el trozo mayor de la tarta.
No se negocia para determinar quién pone más bombillas para que se beneficie más gente, sino quien elimina menos bombillas para que ilumine a los suyos más que a los otros.
El caso de nuestros parlamentarios es original, se dialoga como “amigos” y se negocia a la alta porque “todos ellos” van a salir beneficiados de la negociación.
¿Puede dialogarse con los terroristas, con los corruptos, con los defraudadores, con los criminales, con los violadores, con los maltratadores, con los “chorizos”…?
-NO.
-¿Por qué No?
- Porque dialogar supone aceptar una base común de valores, algo que no ocurre con todo este tipo de gente.
Si yo parto de que el valor de una mujer es igual al valor de un varón, que son iguales como personas, y no desiguales, aunque sean distintos y no idénticos y tú partes de que la mujer es inferior al varón, o una propiedad del varón y por tanto “la maté porque era mía”. ¿Qué “diálogo” puede haber entre nosotros?. Cuanto menos “negociación”.
Cuando veo en la prensa las declaraciones de “un tal Blázquez”, sobre la “generosidad” que tendrá la democracia para los terroristas si prometen ser buenos…?
¿También para los maltratadores, los violadores,… si prometen que….?
¿Pero qué está diciendo este señor?.
Que le perdone él sus pecados, si se arrepienten, pero ¿los delitos?. Los delitos son una deuda que, siempre, todo delincuente debe saldar con la sociedad.
Kant decía que si un condenado cumplía su condena, impuesta por un juez, podía salir con la cabeza muy alta y presentarse en sociedad y poder decirles a todos: “soy igual que vosotros. Yo fui condenado a pagar y he pagado. Vosotros no teníais que parar nada porque nada ilegal habíais hecho. Estamos iguales. Estamos a 0.
Pero ¿y los casi 1.000 asesinados, y los desfalcos, y los robos, y las comisiones ilegales, y…. sea Marbella, Valencia, Sevilla, Castellón,…?.
Sólo, después de saldar sus deudas, pueden presentarse en sociedad y decir, con la cabeza muy alta, lo que decía Kant, pero no antes.
domingo, 9 de enero de 2011
PROBLEMAS Y MISTERIOS.
Hay pseudoproblemas, problemas y misterios.
Los pseudoproblemas, como no son problemas reales, no es que no haya, es que ellos no tienen, solución, o se les puede dar la solución tonta que cada uno quiera, en “plan coña”. ¿Cuáles son los 5 ángulos de un triángulo?. “El parral del patio de tu abuela”. A pregunta absurda, respuesta esquiva.
Los misterios no tienen solución, por eso son misterios. Su verdad ni es verificable ni es falsable, por lo tanto no hay discusión posible. Se aceptan o no se aceptan y “sanseacabó”. ¿Que te gustan y deseas que sean verdaderos porque te hacen feliz?. Pues no te cortes, acéptalos, pero no hipoteques ni un ápice de tu vida ni sacrifiques, en lo más mínimo, la hacienda ni el tiempo de nadie. ¿Que no te interesan?. Pues pasa de largo. Las mismas razones objetivas hay para aceptarlos que para negarlos, o sea, NINGUNA que no sea el interés subjetivo.
Los problemas son in-cógnitas, es decir, que están “escondidas”, son, aún, “desconocidas” las soluciones, las respuestas, pero que sí existen, aunque no se dejen ver.
Pero, a veces, ante un problema damos una falsa solución. “Solución” porque resuelve el problema, pero “falsa” porque crea un problema mayor.
Tiene un problema quien tenga que saldar, de manera inmediata, una deuda pendiente. Una “falsa solución” es llamar por teléfono a ese “dinero al instante” que te anuncian todas las televisiones. Porque van a crearte un problema mayor del que tenías.
Una solución a corto plazo suele ser una “falsa solución”.
Como “falsa” es toda “solución” que sirva para un objetivo (el que sea) pero que imposibilita conseguir otro objetivo mejor.
¿Qué es la vida, tu vida?. ¿Un pseudoproblema?. ¿Un problema?. ¿Un misterio?, ¿Tiene la vida una finalidad distinta y más allá de la vida misma o su destino es ser gastada, consumida, agotada?
¡He ahí un misterio¡ Así que obra en consecuencia.
Los pseudoproblemas, como no son problemas reales, no es que no haya, es que ellos no tienen, solución, o se les puede dar la solución tonta que cada uno quiera, en “plan coña”. ¿Cuáles son los 5 ángulos de un triángulo?. “El parral del patio de tu abuela”. A pregunta absurda, respuesta esquiva.
Los misterios no tienen solución, por eso son misterios. Su verdad ni es verificable ni es falsable, por lo tanto no hay discusión posible. Se aceptan o no se aceptan y “sanseacabó”. ¿Que te gustan y deseas que sean verdaderos porque te hacen feliz?. Pues no te cortes, acéptalos, pero no hipoteques ni un ápice de tu vida ni sacrifiques, en lo más mínimo, la hacienda ni el tiempo de nadie. ¿Que no te interesan?. Pues pasa de largo. Las mismas razones objetivas hay para aceptarlos que para negarlos, o sea, NINGUNA que no sea el interés subjetivo.
Los problemas son in-cógnitas, es decir, que están “escondidas”, son, aún, “desconocidas” las soluciones, las respuestas, pero que sí existen, aunque no se dejen ver.
Pero, a veces, ante un problema damos una falsa solución. “Solución” porque resuelve el problema, pero “falsa” porque crea un problema mayor.
Tiene un problema quien tenga que saldar, de manera inmediata, una deuda pendiente. Una “falsa solución” es llamar por teléfono a ese “dinero al instante” que te anuncian todas las televisiones. Porque van a crearte un problema mayor del que tenías.
Una solución a corto plazo suele ser una “falsa solución”.
Como “falsa” es toda “solución” que sirva para un objetivo (el que sea) pero que imposibilita conseguir otro objetivo mejor.
¿Qué es la vida, tu vida?. ¿Un pseudoproblema?. ¿Un problema?. ¿Un misterio?, ¿Tiene la vida una finalidad distinta y más allá de la vida misma o su destino es ser gastada, consumida, agotada?
¡He ahí un misterio¡ Así que obra en consecuencia.
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