C.- LA CULTURA
Todo comportamiento que no es
“natural” es “cultural”.
Comer es natural, comer
alimentos cocinados es cultural, comer tortilla de patatas pertenece a la
cultura española, comer tortilla de patata con mucha cebolla y sólo un poquito
de salsa de tomate…..es ya, sólo, un gusto personal.
“Cultura” – “cultivar” –
“agri-cultura” – “cultivos” – “cultivo del espíritu” – “cultura del alma”.
“Civilización” – “civilitas”
– “civitas”.
La “civilización” es la
expresión de la cumbre del desarrollo humano, y en contraposición a
“salvajismo” o “barbarie” y también en contraposición a “naturaleza”.
Ambos términos “cultura” y
“naturaleza” poseen, pues, una significación elitista (no todos son cultos) y
etnocéntrica (los otros pueblos son in-cultos e in-civilizados).
Sólo en el XIX, con Tylor y
otros antropólogos, que se ponen en contacto con otras culturas, se pierde esa
connotación elitista y etnocéntrica.
¿Qué es la “cultura”?.
Hay tantas definiciones como
autores.
Una de las causas de tanta
desavenencia es que mientras unos incluyen en ella los productos materiales
(cacharros, máquinas, obras de arte…) otros no los incluyen.
Cada vez se va restringiendo
más la definición de “cultura”.
Para Harris es “el conjunto
aprendido de tradiciones y estilos de vida, socialmente adquirido, de los
miembros de una sociedad, incluyendo sus modos pautados y repetitivos de
pensar, de sentir y de actuar (es decir, su conducta).
Mosterín la restringe aún
más, es “es la información transmitida (entre animales de la misma especie) por
aprendizaje social”. Parece una definición adecuada desde el momento en que
hemos definido la naturaleza como “información genética (innata)”.
Un niño, desde que nace, con
su información genética, al “caer” en una sociedad concreta, ésta le irá
transmitiendo una nueva y amplia información, que deberá ir asimilando.
Es la cultura, es la
“información transmitida por aprendizaje social”.
Todos sabemos que un “gen” es
la “unidad de información genética” y, de la misma manera, a la “unidad de
información cultural” es denomina “meme” (de “memoria” y de “mímesis”
(imitación)).
Memes (término introducido
por R. Dawkins) son las ideas, los cánticos, los vestidos, las modas, los
peinados, la forma de construir vasijas,…
Y así como los genes se propagan al saltar de un cuerpo a otro mediante
los espermatozoides y/o los óvulos, así los memes también se propagan al saltar
de un cerebro a otro mediante la imitación.
Si un científico-investigador
escucha o lee o descubre una buena idea
y la transmite a sus colegas, alumnos, opinión pública,… de palabra, por escrito,… si esa idea se
propaga y se hace popular puede deducirse que se ha propagado esparciéndose de
cerebro a/en cerebro.
No debemos pensar que la
diferencia entre el ser humano y el animal es que este último no posee cultura,
porque los animales también se comunican y se transmiten información, poseen
una cultura, una “cultura animal”.
Hay pájaros que cantan el
canto de su especie, criados en aislamiento, otros, en cambio no, deben
aprenderlo, incluso aprender diversas melodías.
¿Qué es EL
PROGRESO?
¿Por qué la cultura humana ha
progresado de una manera tan fantástica? Mucho ha tenido que ver en ello la
postura erecta del hombre. El bipedismo liberó la mano, lo que facilitó la
fabricación de utensilios y su transporte. Luego la selección natural favoreció
a los individuos más cerebrados, ya que estaban más y mejor capacitados para
codificar lo que sabían y transmitir la información sobre los modos de
fabricación y utilización de instrumentos. Con la aparición del lenguaje,
finalmente, la capacidad de transmitir información se amplía de un modo
insospechado.
Seguramente que tuvieron que
ocurrir otras muchas circunstancias además de las anteriormente señaladas.
A. Portmann ya había afirmado que el ser humano nace
“demasiado pronto”, antes de lo debido, de ahí su inmadurez biológica al nacer.
¿Alguien puede decirme qué
sabe o puede hacer un recién nacido, comparado con cualquier recién nacido de
cualquier especie animal?y a hacerse a sí mismo
Los mamíferos inferiores
(como los roedores) nacen después de un breve embarazo y en gran número de
crías, pero en estado de desamparo, y han de permanecer en el nido largo
tiempo, son “calientanidos”.
Los mamíferos superiores
nacen después de un largo embarazo y tienen pocas crías, pero muy
desarrolladas. Su nido ha sido el seno materno, por eso son “fuginidos”.
El ser humano, en cambio, es
un caso especial. El embarazo es largo, pero nace inmaduro y sigue necesitando
un nido, es un “calientanidos
secundario”.
Para el bebé la casa y el
mundo son su nido, son el nuevo claustro, ya no materno sino social. Esto hace
que reciba un enorme caudal de información (“cultura”) antes de concluir su
proceso de maduración biológica.
La “desventaja biológica”
facilita la “ventaja cultural-social-intelectual”.
Otro gran antropólogo, A.
Gehlen, ha denominado al ser humano como “un ser de carencias”, lo suyo propio
es la no-adaptación, la no-especificación, el primitivismo.
Carece de especialización (su
dentadura parece primitiva, no especializada para ninguna función concreta) por
lo que se encuentra inadaptado para cualquier medio ambiente y en peligro
permanente.
Esta situación de desventaja
biológica le obligó a suplir sus carencias.
Y tuvo otra consecuencia: al
no estar adaptado a ningún medio ecológico propio, puede vivir en cualquiera:
está “abierto al mundo”, vive en “el ancho mundo” (¡qué distinto al mundo de la
garrapata¡), recibiendo un inmenso caudal de información.
DIFERENCIACIÓN
Y CONVERGENCIA CULTURAL
La naturaleza humana es
universal, es decir, es la misma para todos (véase mis otros artículos sobre el
hombre), lo cual deja sin base biológica alguna al “racismo”.
Una “misma biología, una biología universal”, pero sin
embargo, no existe una “cultura universal”, aunque sí haya rasgos comunes a
todas las culturas (los llamados “universales culturales”) y una tendencia cada
vez más fuerte a una convergencia cultural.
Es por esto que cada pueblo,
a lo largo de la historia haya sentido la tentación de considerar su propia
cultura como la “natural” y, por tanto “superior”. Es el llamado “Etnocentrismo”, prejuicio según el
cual la propia cultura es superior a todas las demás.
El etnocentrismo deforma la
imagen de las otras culturas por lo que los antropólogos propusieron, durante
gran parte del siglo XX, el “relativismo
cultural”, según el cual cada cultura debe ser comprendida desde sí misma,
sin establecer comparaciones con otras culturas (la “inconmensurabilidad de las
culturas”).
Pero esto, que vale como
método de estudio, no vale cuando se hipertrofia y se llega al relativismo de
que “todo vale si es cultural” y ello
tiene como consecuencia el “inmovilismo” y la “no intervención” (“No lo
toquéis, es nuestra cultura”), y de aquí el “relativismo axiológico” (todo vale
y queda justificado por el simple hecho de ser tradiciones culturales. Por
ejemplo, la inferioridad de la mujer o la ablación del clítoris).
Un gran filósofo español,
actual, Mosterín, afirma:
“El relativismo coincide con
el etnocentrismo en hacer imposible una crítica racional, pues al establecer, a
priori, que ninguna alternativa cultural es preferible a otra, la discusión
sobre qué alternativa es preferible está condenada al fracaso.
El etnocentrismo nos orienta
demasiado, pues nos quita toda oportunidad de elección.
El relativismo, por el
contrario, nos orienta demasiado poco (más bien nos desorienta), pues trata de
convencernos de la vanidad de toda elección.
En la noche sin estrellas del
relativismo todos los gatos son negros y todas las direcciones son
equivalentes: ninguna conduce a ninguna parte.
El etnocentrismo promueve el
conformismo; el relativismo promueve la indiferencia. Ambos impiden la
comparación evaluativa, la ponderación objetiva y la elección y decisión
racionales.
Desde el punto de vista
filosófico, etnocentrismo y relativismo son posturas incoherentes y, además,
contradictorias. El etnocentrismo del propio grupo refuta el de los demás y el
relativismo pretende ser una tesis absoluta, por lo que se autorrefuta.
Las refutaciones del
dogmatismo y del escepticismo en epistemología son trasladables al
etnocentrismo y al relativismo en antropología”.
Si hay algo universal en el
ser humano, eso es la razón y ella posee una exigencia de universalidad: lo que
es válido para la razón –no para el gusto, el sentimiento, la educación,…- de
uno debe ser válido para la razón de todos.
Así, contra la Universalidad de la Razón , el Particularismo de la Tradición.
Lo curioso es que ambas
posturas no tienen por qué estar reñidas necesariamente.