jueves, 30 de julio de 2015

MARÍA MAGDALENA (13). CUESTIONES ANEJAS A ELLA.



Repito, una vez más, que sabemos muy poco sobre Jesús de Nazaret.

Que Jesús hubiera podido estar casado, que su esposa fuera la Magdalena y que hubiera podido tener uno o varios hijos, son posibilidades que, conociendo la cultura y la sociedad de su tiempo, son hipótesis no descabelladas.
Pero, repito, ningún documento histórico lo avala.

Si así hubiera sido, en sí, sería un dato irrelevante, porque era uso común de los judíos, pero chocaría brutalmente con la tradición machacona de la Iglesia que durante casi toda su existencia ha defendido su celibato, su soltería, su no actividad sexual, sus no hijos,… y en lo que se apoyará, después, el celibato eclesiástico.

Si un día pudiera demostrarse, como sugieren los manuscritos gnósticos, y se confirmaran las hipótesis no descabelladas anteriormente expuestas, ¿pasaría algo grave, algún peligro, para la fe de los cristianos?

Si lo normal, en el mundo judío, era eso quizá debería ser la Iglesia la que tuviera que demostrar la excepción, la rareza de Jesús de Nazaret.
¿No debería constar, en los evangelios, la excepcionalidad, la rareza de un joven no casado o alguna alusión a su soltería en los escritos de las primeras comunidades cristianas?

Con 20 años un joven judío ya debía tener formada una familia y la ausencia de hijos era la mayor maldición de Dios, aunque la culpa siempre fuera la esterilidad de la mujer no la del varón.
Los matrimonios se hacían, generalmente, mediante acuerdos entre familias y con reglas prescritas desde muy antiguo (Éxodo, Levítico, Deuteronomio)

Para los judíos la familia siempre ha sido el centro de su vida y en tiempos de Jesús aún más.
El padre y la madre eran considerados como “compañeros de Dios en la procreación”.
Tener hijos era una obligación y quien no la cumpliera era considerado poco menos que un homicida. Nadie debía quedarse soltero, el hombre no casado no era un hombre completo.
Un hombre sin familia era un hombre sin alegría, sin bendición, sin felicidad.

En realidad, este tema poco o nada tiene que ver con la fe cristiana, porque el celibato o la virginidad de Jesús no es un dogma de fe. Es el matrimonio y no el celibato el que es un sacramento.
Si el día de mañana se demostrara que las hipótesis expuestas al principio se confirmaran no pasaría nada grave, puesto que no es dogma de fe.
Lo que sí sería un problema es si el día de mañana aparecieran los restos de Jesús, porque, ¿entonces la resurrección de Jesús “en cuerpo y alma y su ascensión a los cielos…..?

¿Y si tanto la resurrección de Jesús como la virginidad de María se interpretaran en clave más simbólica que física?

Pero el tema continúa siendo un tema tabú, pero por motivos ajenos a la fe. Como tampoco el celibato obligatorio del clero tiene que ver con la fe.

Jesús (al revés que Pablo) nunca manifestó su preferencia por el celibato sobre el matrimonio.
No exigía el celibato, no escogió a hombres célibes para convertirlos en apóstoles.

Recordemos la escena de la samaritana, que había bajado a la fuente a buscar agua y el diálogo (muy movido, pícaro y que hasta parece picante) entre Jesús y la samaritana, a la que envía como embajadora al pueblo, para prepararle el camino. Ella obedece y convence a los samaritanos de que Jesús era el Mesías esperado por los judíos: “venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será él el Cristo”? (Juan 4, 29).

Defiende a las prostitutas, no por ser prostitutas, sino por ser personas y, además, prostitutas, provocando el escándalo social al colocarlas, en el otro mundo, en un lugar superior al de los sacerdotes del Templo.

Los evangelios nunca hablan de las mujeres de los apóstoles aunque es evidente que la mayoría estaba casado y seguro-seguro lo estaba Pedro: “Al llegar Jesús a casa de Pedro vio a la suegra de éste en cama, con fiebre. Le tocó la mano y la fiebre la dejó; y se levanto y se puso a servirles” (Mateo 8, 14-15).
En los principios del cristianismo,  además de Pedro, fueron muchos papas los que estuvieron casados. Incluso a los obispos se les aconsejó dar buen ejemplo y tener sólo una mujer.

Cuando los fariseos le preguntan si se puede repudiar a una mujer y por qué motivos, Jesús se remite al Génesis y dice que “lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre” (Mateo 19, 6) aunque advierte que despedir caprichosamente a una mujer, para tomar a otra, es adulterio. Los apóstoles, escandalizados, le dicen que “si tal es la condición del hombre respecto de su mujer, lo mejor es no casarse” (Mateo 19, 10)
“Hay eunucos –responde Jesús- que nacieron así del seno materno y hay eunucos que fueron hechos tales por los hombres y hay eunucos que se hicieron tales a sí mimos por el Reino de los Cielos. Quien pueda entender, que entienda” (Mateo 19, 12)

Este texto es el que siempre ha utilizado la Iglesia para defender la primacía de la virginidad sobre el matrimonio, el celibato sobre la sexualidad.
Pero es raro que este texto, si es tan importante, no aparezca en ninguno de los otros tres evangelios, por lo que se sospecha que haya sido un añadido al original para favorecer la defensa de la tesis que empezaba ya a privilegiar la castidad.

Y si el texto fuera original, es sospechoso que no se pusiera él como ejemplo de castidad y si fuera una interpolación, el autor de la misma tampoco  se atrevió a poner el ejemplo de un Jesús célibe, lo que demostraría que las primeras comunidades sabían muy bien que Jesús no lo había sido

La Iglesia sigue defendiendo el celibato de Jesús, pero sin pruebas.

El hecho de que los evangelios nada digan de la mujer de Jesús no es prueba de que no estuviera casado.
Pero en el contexto en que Jesús vivió lo lógico es que se hubiese casado.
De no haberlo hecho sería una excepción tan rara que es difícil que los evangelios no lo hubieran anotado.
Los evangelistas pasan por alto lo común, lo ordinario, pero registran lo inusual.

Pablo recomienda la castidad pero si alguno no puede aguantarse “tenga cada hombre su mujer y cada mujer su hombre,….lo que os digo es un consejo, no un mandato (I, Corint, 7, 1-7)
“Acerca de la virginidad no tengo precepto del Señor”

Si Pablo hubiese sabido que Jesús no había estado casado, no hubiese dejado de usar dicho argumento para aconsejar el celibato, apoyándose  “en el ejemplo dado por el Señor”, como hace en otras ocasiones, cuando desea usar la conducta de Jesús en su vida terrenal para ponerla como ejemplo.

Cuando las primeras comunidades cristianas comienzan a considerar la virginidad como una virtud, podían haber puesto a Jesús como ejemplo, si hubiera permanecido célibe.
Ni Pablo ni los primeros cristianos que decidieron exaltar la virginidad sobre el matrimonio pudieron utilizar el ejemplo de Jesús, por el simple hecho de que sabían muy bien que había estado casado.

¿Estuvo casado Pablo?
“He aquí mi defensa contra mis acusadores: ¿por ventura no tenemos derecho a comer y a beber?, ¿No tenemos derecho nosotros a llevar una esposa creyente como los demás apóstoles y los hermanos de Jesús y Cefas? (I Corint. 9, 3-6)

Pablo, sin embargo, acabaría aconsejando a los cristianos que era mejor mantenerse célibes (se baraja la hipótesis de que un Pablo casado tomara más tarde la decisión de llevar una vida de célibe).

Un argumento en defensa del celibato de Jesús es el caso de los esenios, una comunidad en rebeldía contra el judaísmo tradicional en la que vivían también algunos grupos de monjes célibes. Pero Jesús nunca fue un monje, sino un profeta itinerante.

Seguramente que algunos judíos, por las causas que fueren, no se casaron, eran la excepción, porque lo habitual en la vida judía era el matrimonio.

Incluso algunos judíos que deseaban dedicarse durante algunos años al estudio, primero se casaban, tenían hijos, y después pedían permiso a su mujer para quedar libres algún tiempo. Pero antes de casaban.

Cuando se descubrieron los manuscritos del Mar Muerto, en Qumram, la Iglesia temió que los evangelios fueran escritos por esenios, pero pronto se constató que nada más ajeno a ellos que Jesús.
Los esenios predicaban la castidad sobre le matrimonio, Jesús nunca ensalzó la virginidad ni que fuera necesario mantenerla.
Los esenios no admitían en su secta a cualquiera que tuviera algún defecto físico, Jesús era lo contrario (tullidos, ciegos, leprosos,..)
Los esenios predicaban las mortificaciones corporales, Jesús lo contrario.
Los esenios vivían retirados en sus monasterios, Jesús lo contrario, itinerante, sin casa, amante de la buena mesa y del buen vino (fue tachado de comilón y bebedor). “Vino Juan el Bautista, que no comía ni bebía y decís que estaba endemoniado. Vengo yo que…y decís: comilón, borracho, amigo de publicanos y pecadores (Lucas 7, 33-35)

Jesús predicaba una religión sin templos (escena de la samaritana), sin jerarquías, basada en la conciencia personal.
Lo que, poco a poco, fue haciendo la Iglesia era lo contrario.

Es verdad que los evangelios gnósticos fueron rechazados por la Iglesia como heréticos, pero también es verdad que casi hasta el siglo IV todos los evangelios gozaban de la misma autoridad y se presentaban como intérpretes de la tradición oral de las diferentes comunidades cristianas.
Y en ese grupo de evangelios estaban los que luego se llamarían apócrifos y los gnósticos.
En el Evangelio de Felipe es donde aparecen las relaciones amorosas de Jesús y la Magdalena, “la compañera de Jesús”, “el apóstol preferido”.

Es Juan quien más pone de relieve a la Magdalena, quien llega a llamar a Jesús “Rabbuní” (término usado por las mujeres para dirigirse a sus maridos (“cariño mío”, “amor mío”….)

Si, como decía el Ripalda, Jesucristo fue “un verdadero Dios y un verdadero hombre” o como dice el Credo: “Dios y hombre verdadero”, ¿si fue verdadero hombre, en todo por qué no pudo estar casado y haber tenido hijos? Eso sería lo lógico y normal en un tiempo y en una cultura en los que un hombre no casado no era considerado un “verdadero hombre”.

Durante los primeros siglos, para la Iglesia oficial, Jesús era sólo una semblanza de hombre, pero, en realidad era un espíritu, una especie de Dios que se había disfrazado de hombre, lo que llegaría a ser una de las primeras herejías cristianas.
Para la Iglesia, Jesús había sido un hombre “completo en todo, menos en el pecado”, por lo que tendría sus pasiones, sus preferencias, su temperamento, sus dudas,…todo lo humano.
Luego Jesús tuvo que haber ejercido también la sexualidad o, al menos, no habría habido problema alguno que la ejercitara sin que ello afectase negativamente a su dignidad.
Entonces o se admite su posible matrimonio y paternidad por el ejercicio de la sexualidad o se considera a ésta como pecado y si él fue…menos en el pecado…
Y si sólo va encaminada la sexualidad a la reproducción y a la creación de una familia ¿también es pecado?

¿Por qué, entonces, es tan escandalosa la hipótesis de que Jesús hubiese podido tener una relación sexual y amorosa con la Magdalena?

Como, además, también se afirma que “Jesús fue un hombre de su tiempo” y no un ángel caído del cielo…pero como los “hombres de su tiempo” se casaban…de lo contrario sería considerado un “hombre incompleto” o, incluso, algo peor.

La Iglesia admite que Jesús, como “hombre verdadero que era” cometió el pecado (¿) de la ira (contra los mercaderes del Templo), insultó a Herodes llamándolo “esa zorra”, fue acusado de comilón y bebedor (pecado de gula), los fariseos lo acusaban de haberse dejado lavar los pies con perfumes preciosos por las prostitutas, y, reconozcámoslo, no fue un niño ni un adulto ejemplar en el trato con sus padres en el Templo o con su familia cuando querían verlo, y los “desplantes” que les dio, de muy poca educación, poca finura, un comportamiento no ejemplar; y tuvo dudas de fe, en el momento de la agonía quejándose ante su Padre Dios de “haberle abandonado”.

La Iglesia acepta todas las virtudes y defectos de Jesús, sus grandezas y sus miserias, como cualquier hombre normal PERO no que hubiera podido ejercer la sexualidad. ¿Es que la sexualidad no es humana?

Y en el rito del matrimonio cristiano se les dice a los contrayentes que se amen y se unan sexualmente “como Cristo amó a su Iglesia” y que acepten todos los hijos que Dios les dé (pero a través de la sexualidad, se supone).

De los tres sacramentos fundamentales: el Bautismo Jesús lo recibió de Juan el Bautista, la Eucaristía la instituyó él en la Última Cena, ¿por qué no pudo contraer “matrimonio”, el “santo sacramento del matrimonio”, la unión del varón y la mujer, de Jesús y la Magdalena, en este caso?

Igualmente, ¿por qué no la posibilidad de haber tenido hijos? Si la procreación es un don de Dios y es una bendición divina tener una familia numerosa…
¿Sería una blasfemia decir que el judío Jesús de Nazaret, como todos o casi todos los judíos, fue padre? Porque él siempre manifestó un amor especial por los niños (“dejad que los niños se acerquen…” y “el que escandalizare a un niño más le valdría….” Y “si no os hacéis como niños…”

Quizá nunca sepamos si tuvo hijos con la Magdalena ni sabremos si el “discípulo amado” pudiera haber sido su hijo, o quizá sólo sean imaginaciones y fantasías novelescas.

Es verdad que “lo amaba más que a los demás” pero de aquí no puede concluirse que fuera su hijo.

¿Es también fantasiosa y novelesca la hipótesis de que la Magdalena estuviera embarazada de Jesús cuando éste fue crucificado?

Pero una cosa no puede negarse: que para un judío no tener hijos era, más bien, una vergüenza.

También se afirma que si Jesús hubiera tenido un hijo las primeras comunidades cristianas lo habrían hecho constar en algún texto, y no consta.
Pero, para otros, las verdaderas preocupaciones de las primeras comunidades cristianas era que Jesús había sido el Mesías esperado por los judíos y que, además, era Dios. Todo lo demás no les interesaba. Por eso ofrecen tan pocos detalles de la infancia y juventud de Jesús.

Tampoco se habla de los hijos de Pedro, de Santiago,…de ninguno de los apóstoles. Y, aunque la mayoría, estaban casados tampoco se habla de sus mujeres. No eran informaciones que interesaran a aquellos primeros cristianos, por eso nada se recoge en los canónicos y sólo hay alguna información en los apócrifos y por eso fueron prohibidos y quemados casi todos, excepto los de Nag Hammadi, que se libraron “de la quema”.

En aquellos tiempos los varones se casaban, como máximo a los 20, y normalmente a los 18, mientras las mujeres lo hacían entre los 12 y los 16, desde el momento que les bajaba la regla, y ya podían ser madres.
¿Por qué no pudo casarse cuando y como todos sus compañeros y amigos se casaban? ¿Se mantendría soltero durante 12 o más años, antes de empezar su vida pública? ¿Incluso después? Es raro, muy raro, si era “verdadero hombre”…

¿Qué razones podría haber alegado en su entorno, en su familia, para no haberse casado antes?
Si el motivo era su “misión religiosa” ¿por qué no comenzó ésta a los 18 ó 20 años y esperó hasta los 30?
Resulta difícil imaginarse a Jesús, en aquel villorrio de Nazaret, soltero desde los 18 años hasta que empieza su vida pública o soltero toda la vida.
Sería la burla de sus amigos y vecinos y el deshonor de su familia, ya que para un judío era de capital importancia formar una familia.

Socialmente sería una verdadera vergüenza que el hijo del carpintero no le diera nietos a sus padres y la vida en Nazaret tendría que haber sido, para él y para su familia, muy difícil, fácil objetivo de escarnio.

Este escenario se hace fácilmente imposible de soportar.

Una hipótesis dice que Jesús estuvo casado antes de su vida pública y otra hipótesis dice que Jesús formalizó un nuevo tipo de matrimonio, no tradicional, sino basado en una relación diferente y más libre.
A esta segunda hipótesis cada vez se apuntan más, sobre todo viendo cómo Jesús fue un transgresor de la tradición de su tiempo y un crítico feroz de la familia tradicional (¿recuerdan lo de “¿Quién es mi familia….los que cumplen….”)

NO HAY ninguna prueba histórica de que hubiera estado casado, pero tampoco existen argumentos definitivos para negarlo.
El interrogante, pues, sigue en pie.

Si hubiera contraído matrimonio es más que probable que la elegida hubiera sido la Magdalena.

Existe, también, una teoría peregrina que afirma que la famosa escena de la boda de Caná, donde Jesús, por insistencia de su madre, hace el primer milagro al convertir el agua en vino, escondería el hecho histórico de la boda del propio Jesús con la Magdalena.
Aunque otra hipótesis prefiera imaginar que fue la boda de Juan, “el discípulo amado”.

Que el novio fuera Juan Evangelista apareció por primera vez en el prefacio de San Agustín (“El Evangelio de San Juan), aunque no se habla de quién era la novia.
En La Leyenda Dorada, de Santiago de Vorágine se niega que la boda fuera de Juan con la Magdalena, lo que muestra o demuestra que llegó a hablarse de ello durante mucho tiempo.

Los mormones sí defienden que la escena del IV Evangelio es la boda de Jesús y la Magdalena.

¿De quién sería la boda, para estar invitados todos los apóstoles más la madre de Jesús? Resulta un tanto incomprensible.
¿Era una boda de parientes muy cercanos y por eso estaba invitada la madre, que nunca lo acompañaba en sus correrías?

También, como se ha señalado en otro lugar, el IV evangelio se le atribuye a la Magdalena, por su carácter gnóstico.
Este Evangelio es el último en escribirse, a finales de siglo, cuando ya había perdido terreno la comunidad cristiana inspirada en la Magdalena y cuando ya no se quería dar importancia al matrimonio de ella con Jesús.
El relato, aunque desfigurado, se habría mantenido porque se trataba de un hecho histórico difícil de ocultar.
Si el IV Evangelio no fue escrito por la Magdalena, sí fue inspirado por ella, tanto por los detalles que aparecen como por la terminología empleada.

Lo curioso, y lo significativo es ¿Por qué no aparece la Boda de Caná en ninguno de los tres evangelios sinópticos, ya que fue el primer milagro público de Jesús, la conversión del agua en vino?


Una explicación posible es que hubiera sido María Magdalena quien hubiera contado aquel episodio, que fue después recogido por el evangelista más cercano a las corrientes gnósticas y a la comunidad de la Magdalena.

viernes, 24 de julio de 2015

MARÍA MAGDALENA (12) LEYENDAS SOBRE LA MAGDALENA



Que surjan leyendas varias y variadas sobre un personaje, aunque sean fantasiosas, quiere decir, también, que no se quedó perdida en la cuneta de la historia sino que contaba, y mucho, para la tradición oral.

Aclarar, desde ya, que desde el punto de vista estrictamente histórico las huellas de la Magdalena se pierden casi de inmediato.
Con los episodios de la pasión y la resurrección su figura desaparece y no se sabe si vivió muchos años más  ni dónde murió.
Sencillamente. No se sabe.

Quizá para cubrir esa laguna histórica es por lo que se forjaron tantas leyendas tras el episodio de la resurrección de Jesús, como no queriendo dejarla morir del todo.

No. No es verdad que la Magdalena fuera una “diosa sagrada” que convertía en rey a la persona que ungía con aceites y perfumes.
Y esta leyenda surge de una confusión al interpretar los evangelios, ya que en ellos no se afirma que la Magdalena lo hiciera sino que fueron otras dos mujeres: la prostituta en el banquete en casa del fariseo y María, la hermana de Lázaro, al que Jesús resucitó y contestó a la hacendosa Marta que María estaba en el buen camino y no ella, que seguía repitiendo el rol de la mujer judía.

De la identificación y la confusión de ambas Marías es de donde surge una de las leyendas que la colocan, junto a su hermano Lázaro, en las costas francesas.
Además iba embarazada.
Esta leyenda, que comenzó a circular muy pronto, se consolidó a partir del siglo XI.

Esa María no es la Magdalena.

Otra leyenda urbana es que si José de Arimatea, el rico amigo de Jesús, le prestó su sepulcro para enterrar el cadáver de Jesús era por la relación que existía entre ellos, entre José de Arimatea y la Magdalena.
La leyenda de esta tradición es la que tuvo más fortuna en la Edad Media: la Leyenda del Santo Grial, y que tiene muchas variantes, pero que, en líneas generales, se reduce a que ambos personajes huyeron a Francia llevando consigo una preciosa reliquia: el cáliz con el que Jesús celebró con sus apóstoles la última cena.
Pero esta historia está revestida con ropajes presuntamente esotéricos y simbólicos.
Porque el Cáliz podría haber contenido la sangre de Jesús, por lo que dicen los evangelistas: “Tomó, luego, una copa y dijo: “bebed todos de ella, porque ésta es mi sangre” (Mateo, 26, 27)

Pero otras tradiciones dicen que el Grial era sólo la sangre (y no el cáliz) que José de Arimatea habría conseguido de algún modo cuando el profeta estaba en la cruz.

También está la tradición más propalada, la simbólica, que es la que afirma que el cáliz donde estaba depositada la sangre de Jesús era el vientre de la Magdalena, que iría embarazada, y llevaría en su seno un hijo de Jesús.

Esta relación de la Magdalena con el Santo Grial se ha visto favorecida por algunos artistas, que la han colocado al lado de Jesús en la Última Cena y Jesús le habría regalado aquel precioso objeto y ésta lo habría conservado o escondido en algún lugar.

Los relatos caballerescos de la Edad Media revalorizaron el Santo Grial o Sangraal (sang-raal = “sangre real, en francés).

Y luego se enlazan y se entremezclan las leyendas generando un maremágnum incomprensible.

Porque “si era sangre real” ello significaba una herencia dinástica, atribuida a los merovingios franceses, entre otros.
Esa “sangre real” serían los descendientes de Jesús y la Magdalena, con lo que se afirma que tuvieron hijos.

La que identifica el Grial con el vientre de María Magdalena es una de las fantasías del famoso Código da Vinci, de Dan Brown.
Lo que el mundo lleva buscando desde hace siglos no sería el cáliz de la Última Cena sino los restos mortales de la Magdalena, su tumba.

La Iglesia Católica, que no acepta el matrimonio entre Jesús y la Magdalena y, menos aún, su posible descendencia, habría ocultado celosamente esa tumba y, para los aficionados a las grandes conspiraciones, ése sería el gran secreto Vaticano.

¿VIVIÓ Y MURIÓ EN ÉFESO?

Es otra leyenda que afirma que la Magdalena fue perseguida por haber sido la esposa de Jesús.
Después de haber creado una de las comunidades cristianas, de inspiración gnóstica, y tras haber perdido la batalla ante los apóstoles varones que acabaron instituyendo una Iglesia jerarquizada y masculina, María Magdalena fue abandonada en el mar, en una barquita sin remos y sin vela, condenada a morir ahogada.
Pero un milagro la salva y la hace llegar a Marsella (Francia o, mejor, a la Galia, porque Francia, aún no existía).
En realidad, son varios los lugares de Francia que han reclamado reiteradamente la presencia de la Magdalena en sus tierras.
Es el país que más reliquias conserva de ella y donde habría hecho sus primeros milagros.

Pero ¿por qué a la Galia si, seguramente, no habrían oído hablar de que existiera dicho territorio?
Esta leyenda de su presencia se difunde durante la Edad Media y ello se debe a la promoción política y religiosa de su tiempo (ya hemos hablado, en otro lugar, de los Merovingios).

Es tan probable que los restos de la Magdalena se encuentren en Francia como los de Santiago Apóstol se encuentren en Santiago de Compostela.

Pero la leyenda más antigua, y por ello la más creíble es la que la sitúan en Éfeso (Turquía).
Aquí habría pasado los últimos años, después de haber perdido la batalla frente a Pedro y Pablo.
Allí residió con María, la madre de Jesús, antes de regresar ambas para morir en Jerusalén.
Ambas Marías estuvieron juntas en los momentos más trágicos y además eran las que más habían amado a Jesús, lo que sería normal haber estado juntas también en Éfeso, importante población, situada en la costa occidental, ciudad de las diosas Artemisa y Diana, donde justamente Pablo predicaba contra los gnósticos, la corriente teológica a la que pertenecía la Magdalena.
¿También estuvo con ellas, en Éfeso, Juan, “el discípulo amado”?. ¿También murió mártir, como los demás apóstoles, en defensa de su fe?

Lo cierto es que no existe seguridad alguna de que ninguna de las dos Marías saliera del territorio de Palestina.

Quizá lo importante de las leyendas es que surgieron por la relevancia del personaje, al que la historia no consiguió eliminar y cuyo mito pervivió en forma de innumerables e increíbles leyendas.

A pesar de que la hipótesis de Éfeso fuera la más creíble, fue la de Francia, posterior en el tiempo, la que se impondría, sobre todo por motivos políticos, como ya hemos indicado.

La leyenda continúa y la Magdalena habría conseguido convertir al cristianismo a los paganos que se encontró en Francia y, después de este apostolado, se retiró al desierto y allí vivió durante 30 años más, rezando y mortificando su cuerpo en una cueva y recibiendo, continuamente, la visita de los ángeles.
Allí vivía, desnuda, cubierto su cuerpo sólo con su cabellera, que había dejado crecer hasta los pies y que es la imagen que ha inspirado a tantos pintores.

Como es patente esta última leyenda nació de la confusión de la Magdalena con la prostituta del evangelio que ungió los pies de Jesús y los enjugó con su cabello.
La Iglesia la consideró una pecadora pública que quiso, al final de su vida, purgar sus pecados de sexo haciendo penitencia y permaneciendo apartada del mundo.

¿DÓNDE SE ENCUENTRA SU TUMBA?

Una de las leyendas más peregrinas, sin el más mínimo fundamento histórico, es la que sugiere que, a la muerte inesperada, repentina y violenta de Jesús, la Magdalena estaba embarazada de él y para huir de sus enemigos y defender a aquel hijo, fruto de un matrimonio sagrado, tuvo que huir de Palestina y recaló en Francia, donde se desenvolvería la herencia sagrada de Jesús, una dinastía perseguida por la Iglesia y, por tanto, clandestina y secreta.
Lo único cierto es que, en aquel tiempo, era inconcebible que una pareja no tuviera hijos y que era una desgracia no poder tenerlos por ser estéril, aunque siempre sería la mujer la estéril, nunca el varón.

¿Dónde están los restos mortales de la Magdalena?
Otra teoría peregrina es la que afirma que esa tumba la mantiene secreta, y en secreto, el Vaticano, aunque sus reliquias estarían dispersas por todo el mundo.

En el siglo XIII existían 5 tumbas que, supuestamente, guardaban los restos de la Magdalena.
Y si a esas 5 tumbas le añadimos la cantidad de brazos, huesos,…que otros aseguraban tener, lo más seguro es que nos salieran varias Magdalenas.
Y es que, en la Edad Media, las reliquias de los santos poseían una enorme importancia, no sólo religiosa, sino como símbolo de poder.
Por ejemplo, no podía construirse una iglesia si no se poseía una reliquia importante del cuerpo de un santo.
¿Sabéis lo que es el “ara sagrada”?
De ahí el floreciente tráfico internacional de reliquias, con compraventas, cesiones, préstamos, pagos,…
Incluso se organizaban robos nocturnos de reliquias.

Las reliquias más apreciadas eran el Cáliz o Santo Grial, la Sábana Santa o fragmentos de ella, los trozos de madera de la cruz (los “Signum crucis”) y la lanza de Longinos, que le atravesó el corazón, para rematarlo, y del cuerpo del crucificado “salió sangre y agua”.
En Turín se guarda la Síndone o sábana en la que fue envuelto Jesús tras su muerte.
En Valencia se custodia uno de los cientos de cálices de los que se asegura su vinculación con Jesús.
Con los miles de fragmentos de la “vera cruz” que se custodian en tantas ciudades del mundo se podría construir un templo.
Y en Viena se conserva una de las posibles lanzas de Longinos.

En la Edad Media, la importancia de un personaje santo se reflejaba en la cantidad de reliquias que los templos poseían.
De la Magdalena existían innumerables reliquias (tanto fragmentos de su cuerpo como objetos relacionados con ella).
Los Emperadores Bizantinos fueron los primeros en acaparar reliquias.
Cuando los cruzados conquistaron Constantinopla las reliquias comenzaron a cambiar de manos, a comprarse, a venderse, dando lugar a uno de los negocios más prósperos.

Algunos de ellos curiosos (o ridículos): Una pluma del Arcángel San Gabriel, un pañal del niño Jesús, pajas del pesebre,… así como brazos, tibias, dedos…
Hasta un vaso en el que aseguraban que había una mezcla de la sangre de Cristo con el nardo usado por la Magdalena para ungir los pies de Jesús, reliquia que acabó adornando una iglesia de Venecia.

Esa fiebre por las reliquias llegó a acciones inconcebibles.
La Iglesia, por ejemplo, permitió que se descuartizaran los restos mortales de los beatificados, para multiplicar los presuntos beneficios milagrosos de aquellos restos mortuorios.
Algunas Órdenes Religiosas  hacían todo lo posible para conservar intacto el cuerpo de sus fundadores.
Así, en el siglo XIII, el cuerpo de Santo Tomás de Aquino, que había sido decapitado, fue hervido y preservado para que los monjes del monasterio de Fossanuova, en el que murió, no perdieran sus reliquias.

A los restos de la Magdalena, también se le atribuyen milagros.
Y no sólo en Francia, también en Roma, en San Juan de Letrán, existió un altar que, supuestamente, contenía el cuerpo de la santa, aunque sin cabeza.
En Francia son muchas las ciudades que, supuestamente, los acogen: Vézelay (donde se erigió el primer santuario dedicado a la Magdalena (1.120- 1.132), Verdún, Bayeux, Bellebault, Le Mans, Reims y Besançon (todos ellos en el siglo XI).

Incluso antes, que los franceses (ya en el siglo X) fueron los alemanes y los ingleses los que reivindicaron la autenticidad de las reliquias de la Magdalena, hasta un dedo suyo se conservaría en Exeter.

También en España tendríamos restos.
En Oviedo, en el Catálogo de reliquias del siglo XI, aparece un mechón de cabello con el que la Magdalena le enjugó los pies a Jesús.

Reliquias de Jesús ya hemos indicado algunas (sábana santa, lanza de Longinos, Signum crucis, pajas del pesebre) pero también tales como espinas de la corona, paños y telas fúnebres, los clavos, paños/pañales infantiles,… hasta el prepucio (El Santo Prepucio) tras la circuncisión.

De la virgen María se conservan hasta algodones con gotas de leche, del período de lactancia de Jesús)

El que existan tantas reliquias de la Magdalena significa que, desde muy temprano, su personalidad y su cuerpo fueron objeto de culto en la Iglesia universal.
A base de leyendas y relatos el culto se mantuvo vivo.

¿La verdad?


¿Qué verdad?

martes, 21 de julio de 2015

MARÍA MAGDALENA (11) ¿RESUCITÓ REALMENTE JESÚS?.



El otro tabú, además del posible matrimonio de Jesús con la Magdalena, es el de la resurrección.
Es un dogma fundamental de la Iglesia Católica, según afirmó Pablo: “si Cristo no resucitó vana es nuestra fe” y uno de los artículos del Credo: “y al tercer día resucitó de entre los muertos”.

Pero ¿fue un hecho físico, real, o debe entenderse sólo simbólicamente?

¿Y si un día aparecieran, realmente, el cadáver/los huesos de Jesús de Nazaret? Pues, adiós resurrección.

Para la Iglesia es un dogma de fe la resurrección de Jesús en cuerpo y alma.
Pero esa resurrección ¿fue un hecho físico y atañe a la Física o es sólo un hecho simbólico, en el sentido de que la vida es más fuerte que la muerte y que el espíritu de Jesús sigue vivo en el mundo, aunque su cuerpo se haya podrido como todos los demás cuerpos de los hombres, todos ellos mortales?

La Congregación para la Doctrina de la fe (nombre rimbombante de la Santa Inquisición) ya ha condenado a más de un teólogo por haber defendido el carácter simbólico y no físico de la resurrección.

Lo que afirman los evangelios, por activa y por pasiva, es que Jesús había afirmado varias veces que él resucitaría al tercer día después de la muerte.
Quizá tanta insistencia y repetición haga sospechar que pudo haber sido introducido más tarde, De lo contrario no se explica cómo los discípulos no lo creyeron.
Y no es que él fuera un charlatán, es que los discípulos habían visto que hacía prodigios y cómo había resucitado a su amigo Lázaro.
Y por no creerlo, no creyeron ni a la Magdalena cuando vino a sus escondites a decirles que la tumba estaba vacía, que había resucitado y que se le había aparecido/presentado a ella.

Los tres evangelios sinópticos lo afirman:
Mateo (16, 21): “Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho, de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas y ser matado y resucitar al tercer día”.

Marcos (9, 30-31): “El Hijo del Hombre será entregado en manos de los hombres, le matarán, y a los tres días de haber muerto, resucitará”

Lucas (9, 23): “El Hijo del Hombre debe sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día”

El evangelio de Juan (8, 51) lo afirma de otra manera: “En verdad, en verdad os digo: si alguno guarda mi palabra, no verá la muerte jamás” y esto lo dice Jesús discutiendo con sus adversarios, poco antes de la curación del ciego de nacimiento, lo que servirá de escándalo.
Y como sus adversarios entienden que está hablando de una “resurrección física” se irritan con él y le dicen que está endemoniado, que está loco.

“Le dijeron los judíos: “ahora estamos seguros de que tienes un demonio. Abraham murió, y también los profetas, y tú dices: “si alguno guarda mi palabra ¿no probará la muerte jamás? ¿Eres tú, acaso, más grande que nuestro padre Abraham, que murió?”

Y tanto les indignaron estas palabras de Jesús que, dice Juan (8, 59) “que sus adversarios tomaron piedras para tirárselas, pero Jesús se ocultó y salió del templo”.

¿Por qué nadie lo creyó si nunca había mentido?

En el discurso de despedida, antes de que Judas lo entregara (¿lo entregó?) a sus enemigos vuelve a repetir a sus apóstoles que ya quedaba poco tiempo, que pronto moriría, pero que pronto, también, volverían a verlo. Al tiempo que también ellos sufrirán persecución, pero que después se alegrarán sus corazones, como la mujer que tiene miedo antes de dar a luz pero después siente la alegría de haber dado una nueva vida al mundo.

Todas estas conversaciones debieron de tratarlas los discípulos y la Magdalena también estaría presente en ellas.
Pero hay que convenir, leyendo las escenas de la pasión, que no se lo creyeron o, peor aún, a ver si no se las había dicho y todo ha sido interpolaciones posteriores.

Una vez que vieron que había sido condenado a muerte, trataron de desvincularse de él, no siendo que….y procuraron que nadie supiera que habían sido amigos suyos, y se escondieron.
Y al tercer día ninguno fue a comprobar si estaba o no en la tumba.

¿Era por miedo o porque nunca se lo habían creído?

Cuando la Magdalena va a decírselo, tampoco a ella la creen (es verdad que la mujer era poco creíble en la sociedad judía de aquel tiempo, pero la mujer que se lo dice tampoco era una mujer cualquiera).

Si ellos hubieran creído a Jesús habrían ido el domingo a ver la tumba o, al menos, a la que sí había ido ya la Magdalena y la había visto vacía. Pero no creen eso de la resurrección. Ni creyeron al Maestro ni creyeron a la mujer amada por Jesús.

¿Pero lo había creído la Magdalena?
Tampoco estaría muy segura, porque fue a la tumba con la convicción de encontrarlo muerto, ya que llevaba perfumes y ungüentos para celebrar el rito judío de ungir el cuerpo del difunto.
La Magdalena esperaba encontrarlo muerto, como los apóstoles también se lo creían.

Es más. Cuando la Magdalena ve la piedra descorrida y la tumba abierta no piensa que ha resucitado, sino que han robado el cadáver (los dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y el otro a los pies de donde había estado el cadáver…por qué lloras…porque se lo han llevado y no sé dónde lo han puesto (Juan 20, 11-13)

El primer pensamiento de la Magdalena no es que no esté en el sepulcro porque haya resucitado sino porque se han llevado el cadáver.
¿Y por qué no lo reconoce en un primer momento?

“Dicho esto se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús: “Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?”. Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice; “señor, si tú te lo has llevado dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré” (Juan 20, 14-15)

¿En qué quedamos? En un primer texto “María no sabía que era Jesús” y en un segundo texto: “María reconocer a Jesús inmediatamente”.
¿No parecen dos textos refundidos (mal refundidos, sólo unidos, yuxtapuestos) en uno?

¿Estaría llorando y por eso no lo reconoce “por la vista” pero cuando la llama “María” lo reconoce “por la voz”?

Tampoco ella pensaba en que resucitaría al tercer día, porque al tercer día iba pertrechada de lo necesario para tratar el cadáver.

Es verdad que Jesús era un personaje peligroso tanto desde el punto de vista político como desde el punto de vista religioso.
Lo normal hubiera sido:
1.- El Viernes lo crucifican y muere.
2.- Puesto que el crucificado no puede permanecer colgado, una vez muerto, durante el día del descanso, el Sábado. A toda prisa José de Arimatea, su amigo, tras pedir permiso, cede su sepulcro para enterrar a Jesús.
3.- El sábado nadie puede/debe hacer ninguna actividad, ni siquiera ir a ver la tumba.
4.- “Al alba”, todavía estando oscuro, con una antorcha, el domingo María Magdalena va y…

Lo de la “fosa común” donde iban a parar los cuerpos muertos de los crucificados era lo normal.

Al ver la Magdalena la tumba vacía llegarían a su mente esas ideas y piensa que alguien se lo ha llevado.
Los más interesados en hacerlo desaparecer eran los judíos y los romanos.

En una conferencia de D. José María González Ruiz, canónigo de la Catedral de Málaga, ante mi pregunta sobre la tumba de José de Arimatea, me respondió, tajantemente, “al bajarlo de la cruz harían con su cadáver lo que hacían con todos los cadáveres de los ajusticiados: echarlos a la “fosa común”.

Todos estos detalles que cuenta Juan alguien muy cercano a ellos tuvo que contárselo o que ese alguien sea el autor del cuarto evangelio.

También es, ahora, cuando se lanzan las hipótesis más extravagantes:

1.- Que lo descendieron de la cruz todavía vivo, pero fingiendo que estaba muerto y, una vez curadas las heridas, se habría ido a la India (a Cachemira) donde se casó y tuvo hijos y, a su muerte, habría sido enterrado en el Everest.

2.- Que los apóstoles (“teoría del mártir”) robaron, realmente, el cuerpo de Jesús y lo escondieron dando así origen al “mito de la resurrección”, sobre el que se fundaría todo el cristianismo posterior.

Lo cierto es que NADIE creyó que resucitaría al tercer día, lo que implica que o no lo dijo Jesús o, si lo dijo, nunca lo entendieron como un futuro acontecimiento real.

¿Cómo se le apareció? ¿Cómo era en vida? Entonces ¿por qué la Magdalena no lo reconoció, con la vista (a no ser que estuviera llorando) y sí con la voz? ¿Por qué no lo reconocieron los apóstoles camino de Emaús?

La verdad es que la Iglesia nunca ha creído, ni aprobado, apariciones de la Virgen a gente sencilla (pastores), se ha limitado a seguir la tradición y acudir a los santuarios de turno donde se arremolinan muchos creyentes.
Las apariciones pueden ser fenómenos físicos o sólo psicológicos, producto de la mente de los videntes.

Pero lo cierto es que el Cristianismo se basa, y parte, de apariciones, y en primer lugar a la Magdalena, luego a dos apóstoles, luego a todos y, finalmente, a Pablo, camino de Damasco, cuando aún era Saulo, un judío convencido que se divertía persiguiendo y matando o haciendo matar a quienes, dejando el judaísmo, se convertían a la nueva religión cristiana.

La verdad es que basar todo un cristianismo en fenómenos de apariciones, que pudieran ser fenómenos psíquicos de los videntes y nunca jamás explicados por la ciencia (porque, seguramente, son inexplicables, por ir contra las leyes de la termodinámica) y dejarlo todo en la creencia, más bien credulidad de algunos…

Pero ¿Y si el fenómeno de la resurrección fuera sólo “simbólico” y no “real”?.
No se trataría del cuerpo resucitado sino de que sigan vivas sus enseñanzas, de que no mueren o no mueran, que Jesús siga vivo en su doctrina, que resuciten, de nuevo, sus enseñanzas que, en vida del autor, fueron reales.

¿Que la Paz, la Justicia, la Igualdad,…sigan resucitadas y vivas…?

¿”No morir” el cuerpo o sólo el espíritu?

Poco importa si se les apareció, físicamente o no, y todo fueron meras sensaciones interiores de sus discípulos de querer mantener viva su presencia ya que no estaba él presente.

Que todo hubiera sido el fruto de un deseo ardiente de seguir sintiendo vivo al Maestro fuera o no fuera, además, algo extraordinario y sobrenatural.
CARMEN RECIO.

Reconozco que, en cuestión de orden, soy un desorden.
Si yo hubiera sido el creador del mundo en vez de un “cosmos” habría salido un “caos”.
Pero, como es “mi caos”, en él chapoteo, a veces cabreado porque no encuentro lo que busco y, a veces, alegre porque, sin buscar, encuentro lo que tenía medio o entero olvidado.

“Mi caos” tiene una explicación.
Suelo abrir, cada mes, una carpeta en la que voy metiendo todo lo que escribo ese “mes”. Pero, al mismo tiempo, abro la carpeta del “trimestre”, más la carpeta del “año”
Por lo que voy llenando de subcarpetas de las subcarpetas la carpeta anual.
Así, al final, no sé dónde se encuentra lo que estoy buscando.
Y, ya sé, que estaréis, todos, diciendo, “se le pregunta” por el título al equipo y….pero yo, es que soy muy elemental, por “la cuenta la vieja en informática”, además, porque no sé cómo titulé el artículo.

Ayer (no me preguntéis cómo) abrí una subcarpeta de una subcarpeta de una carpeta y me situé en el año 2.005.
Con el título de “jubilados” me encuentro con “Carmen Recio” y Jesús Hernando Peña, el de Filosofía.

Así que, como supongo que todos, o una gran mayoría, recordáis a Carmen Recio, la profesora de Latín, reconvertida en Francés, en Literatura (y no sé si en alguna materia más) si no quería hacer las maletas…


Así que comienzo con Carmen Recio.



CARMEN.

Carmen-is. Neutro. Tercera declinación. Plural Carmina.  Canto, cántico, canción, poema, alegría, poesía, poetas.

Cuando hace ya muchos años, de cuyo número no quiero acordarme, llegué destinado al Instituto Polígono de Cártama, había un Director, llamado Eduardo y un Jefe de Estudios, llamado Pedro Navarrete ( de cuyos nombres sí quiero acordarme).

Pedro Navarrete me subió a la Sala de Profesores para enseñarme cuál era el Seminario (espero que no lo llaméis Departamento) de Filosofía. Y antes de llegar a él me fue presentando y fui presentado a varios de los profesores que allí se encontraban.

         Recuerdo, todavía hoy, la impresión que me produjo:
         CARMEN Garrido, de Lengua y Literatura.
         CARMEN Gómez, de Religión.
         CARMEN López, también de Lengua y Literatura.
         CARMEN Mota (q.e.p.d), de Física y Química.
         CARMEN Moreno, de Filosofía.
         CARMEN Serrano, de Dibujo.
         CARMEN Recio, de Latín, de Griego, de Lengua, de francés, de Cultura Religiosa, de lo que sea necesario …. (polifacética ella),(la que vale VALE). además de que parecía cohabitar con el buen humor y con la eterna sonrisa en su cara (no la sonrisa del régimen, sino la Sonrisa del Instituto)

Parecía como si todas las CÁR-MENES de Málaga se hubieran puesto de acuerdo en trabajar en el Polígono de CÁR-TAMA, por lo que durante el primer trimestre yo andaba tan confuso como Adán el día de la Madre, porque cuando yo creía que era una Carmen, resultaba que era otra. Hubo un tiempo en que anduve perdido entre Cármenes. ( Bendito tu eres entre todas las mujeres).
 
Por eso, también recuerdo que, por entonces hubo que elegir un nombre para el Instituto, por aquello de la creencia medieval de que bajo una buena advocación  ello traería  consecuencias positivas para los alumnos. Recuerdo que varios, agnósticos o escépticos o ambas cosas, propusimos el nombre aséptico de Gibralfaro. Sonaría bien. I.B. Gibralfaro.
         Pero de todos es sabido que mayoría abrumadora votó por Salvador Rueda, poeta malagueño.

         Interpretándolo, después, más fríamente, creo que fue el inconsciente de tantas CÁRMENES ( poemas, poesía, poetas ) el que estuvo trabajando en aquel Claustro del bautizo. Con tan amplio y tan selecto florilegio, tuvo que salir esa flor.

CARMEN.

         ¿Tendría esto algo que ver con el Campo de Fútbol del Granada, Los Cármenes.(se preguntaba este salmantino-castellano que se atrevió, hace casi 40 años, a cruzar Despeñaperros?
Luego averigüé que “carmen” también significa “quinta granadina, con huerto y jardín” Y jardín tiene que ver con flores, y flores con poesía, con poemas. Todo giraba alrededor de lo mismo.

         CÁRMENES.
         CARMEN.
         CARMEN RECIO.

No la Carmen de España, no la Carmen de Bizet, no la Carmen de Merimé ( aunque yo sería capaz de ser el brigadier de dragones, Don José,  si tu fueras la Carmen gitana a la que llevaran al infierno de la cárcel….porque tú siempre merecerías el cielo de la libertad )

CARMEN RECIO, la nuestra, la de todos nosotros. Ni miento ni exagero si digo en voz alta que “te queremos”, que “te hemos querido” y que “te seguiremos queriendo”, porque sé que, egoístamente, al quererte, nos queremos a nosotros mismos, porque sé que en ese tu corazón estamos todos nosotros.

CARMEN RECIO. En nombre de todos los que vivimos en jubileo permanente, te damos la bienvenida. Bienvenida al CLUB. Te acaba de tocar/ acabas de merecer no una entrada sino el BONO de por vida para disfrutar del Otium.

         Los que no saben latín creen que Otium es no hacer nada. Y no hacer nada es un vicio, se llama pereza. Y los que vivimos en el Otium, de perezosos nada de nada. Activos, pero que muy activos. Eso sí, en la actividad que nos gusta. Jugamos con nuestro Hobby. Tenemos todas las de ganar. Jugamos con ventaja.

         Amiga CARMEN RECIO, recuerda siempre que tu no eres ya una chiquilla que “huye de”. Tú no “vienes de” , No te “han echado de” tu “vas a”, tú has dejado algo bueno, maravilloso, porque has “optado por” algo mejor, el gremio de los jubilados, jubilosos, alegres, festivos, disfrutadores o disfrutantes, dueños de las 24 horas del día. Somos los jubilados del trabajo, los jubilosos de haber dejado de trabajar, los que hemos abandonado la carrera productiva para poder pasear, a nuestro aire, por la vida. No estamos jubilados de vivir, sino al revés. Ahora empieza la auténtica vida, la vida activa pero ociosa, u ociosa pero activa, las vacaciones perpetuas para hacer todo aquello que la vida laboral no nos permitía.

         CARMEN RECIO, tú, yo y varios más de los presentes, ya nos hemos liberado de la mal-dición divina de “ganarás el pan con el sudor de tu frente”. Nosotros ya gozamos de la ben-dición. Somos benditos. Ya no jugamos para ganar, exponiéndote a perder y sacrificados. Nosotros ya jugamos por el placer de jugar sabiendo que siempre ganaremos y sin esfuerzo. Jugamos a vivir la vida, intensamente, libremente, sin ortopedias laborales ni cortapisas temporales. Es la hora de soñar ( no de dormir o no de sólo dormir). ¿Cuáles son tus sueños, Carmen?. Yo a la vida siempre le he pedido que me deje tranquilo, que no se meta conmigo, que me deje en paz, que me deje soñar. Quizás los sueños son el último reducto del ser humano, nuestra auténtica condición. Quizás los sueños no sean otra cosa que mostrar el corazón.

         Dicen los más viejos del lugar que, cuando nuestros primeros padres pecaron, por querer probar del árbol del conocimiento, el pecado era porque querían saber por sí mismos qué era bueno y qué malo, sin tener que preguntárselo a otro. Y Dios los echó del paraíso, pero temeroso de que volvieran a saltar la tapia del jardín, cogió el tesoro de la verdad y la guardó, y la escondió donde el hombre no pudiera encontrarla, para que siempre estuviera necesitado de preguntar, para que no la supiera, para que siempre fuera menor de edad y necesitara tutores a los que consultar y a los que obedecer.

Y el hombre empezó a buscar la verdad.
        
Algunos subieron hasta los más altos picos de la tierra. Pero allí no había rastro de tan preciado tesoro.
Otros creyeron encontrarla en el poder;  pero sólo provocaron duelo, desolación, esclavitud, dolor.
Hubo quien subió a los púlpitos y, con una cruz en la mano, pretendió poseer la verdad, pero los templos se fueron quedando vacíos. Al parecer allí tampoco brillaba la solución para los problemas humanos.
Muchos más creyeron encontrarla en el dinero. Y corrieron y corrieron. E hicieron mucho dinero, amasaron grandes fortunas. Precisamente ellos fueron los más desgraciados, porque ni siquiera supieron distinguir lo que es un medio de lo que es un fin.
Muchos siguieron a algunos iluminados que afirmaban conocer el camino al final del cual se divisaba la verdad y, una vez, encadenados, cayeron, inútilmente, al precipicio de la desesperación.
¿Sabré yo lo que tengo en mi casa?. ¿Cómo voy yo a buscar la verdad en mi casa?.  Todavía no se han enterado los hombres que la verdad está en el corazón de cada uno. Al primero que lo dijo, lo condenaron a muerte ( y no me refiero a Jesucristo, sino a Sócrates, que gritaba por las calles “conócete a ti mismo”).
CARMEN. MI QUERIDA CARMEN.

NOLI FORAS IRE, REDDE TE IPSUM, IN INTERIORE HOMINE HABITAT VERITAS; ET, POST, TRASCENDE TE IPSUM.

Un hombre caminaba,  paseando, por aquellas callejuelas de aquella pequeña ciudad. Como tenía tiempo, se detenía algunos instantes ante los escaparates. Al dar la vuelta a una esquina se encontró, de pronto, frente a un modesto local, cuya marquesina estaba en blanco, sin ningún letrero.
Intrigado, se acercó más a la cristalera , arrimó la cara a la luna de cristal para poder ver lo que había dentro del oscuro escaparate.
 En el interior solamente se veía un atril que sostenía un cartelito, escrito a mano, que anunciaba TIENDA DE LA VERDAD.
El hombre se quedó sorprendido, pensó que era una broma o un truco o yo qué sé, pero no podía imaginar qué venderían allí dentro. ¿Qué podía perder con entrar y preguntar?. Así que, decidido, entró.
-¡Perdón, ¿ésta es “LA TIENDA DE LA VERDAD”?.
-Pues sí, señor. Pero dígame ¿qué tipo de verdad anda Ud. buscando?
-¡Ah¡ Pero ¿ es que tienen uds. varios tipos de verdades?.
-Pues, sí, claro. Verá Ud, señor, tenemos verdad parcial, verdad absoluta, verdad relativa, verdad estadística,…..Ah, y también tenemos Verdad completa.
(Así que allí vendían verdad; nunca se lo habría imaginado. Poder llegar a una tienda, comprar la verdad y llevársela a su casa. Era algo maravilloso, increíble).
-Verdad completa – contestó el hombre sin dudarlo. ¡Estoy tan cansado ya, tan harto de medias verdades, de mentiras, de falsificaciones¡ Deseo, anhelo ya la  paz, vivir tranquilamente, en posesión de la verdad plena, clara, desnuda, absoluta, total.

-Bien señor, pues, entonces, sígame.

La señorita acompañó al cliente a otro sector del establecimiento y, señalando a un vendedor de rostro adusto, le dijo:
         -Ese señor lo va a atender.
         -“Vengo a comprar la verdad completa” –le dijo.
         -¡Ah¡. Perdón, muy bien, sr. Pero ¿El Señor sabe el precio?.
         -NO, ¿Cuál es? – preguntó rutinariamente. El era rico, muy rico, le importaba poco el dinero y estaba dispuesto a pagar lo que fuera, por la verdad completa.
         -Si Ud se la lleva –le dijo el vendedor ,el precio es que nunca más, Ud, podrá estar en paz, no podrá vivir en paz, no habrá descanso, porque la verdad no sólo necesita ser sabida, sino que exige ser vivida. Y esta es una empresa inacabable.
         Un frío recorrió todo el cuerpo del hombre. Nunca se había imaginado que el precio fuera tan alto. No parar de correr para intentar, y nunca conseguir, abarcar la verdad completa.

-         ¡Gra…Gracias….Muchas gracias, Disculpe. Balbuceó. Se dio media vuelta y salió del local, de prisa, mirando el suelo, abochornado.
Se sintió un poco triste al darse cuenta de que todavía no estaba preparado para la verdad COMPLETA; de que todavía necesitaba algunas mentiras más o medias verdades donde encontrar descanso; necesitaba todavía algunos mitos  e ilusiones en los cuales refugiarse,  algunas justificaciones para no tener que enfrentarse consigo mismo, algunas máscaras tras las cuales disimular lo que no se es, necesitaba creer que su casa mata tenía un ático para no enfrentarse a la planta baja de su chalet; necesitaba creer en otra vida para así no tener que echarse a las costillas su propia vida presente, necesitaba de ilusiones para no tener que encarar las realidades..

         “Quizás más adelante, pensó….pero ahora, todavía no, no puedo, aún no estoy preparado.

         Mi queridísima CARMEN RECIO. Cuando uno anda agarrándose firmemente a los 60, bien porque se esté deseando que lleguen, bien porque uno no quiere que se alejen demasiado, HAY QUE VOLAR BAJITO. Hay que pasear y andar mucho, comer poco, sólo lo imprescindible, descansar lo suficiente, pero en continua gimnasia mental. El coco debe estar siempre en funcionamiento (algo que nos es fácil a quienes hemos vivido en, con y por la enseñanza). La prensa, las revistas, aquellos libros empezados y no terminados, aquellos ni siquiera empezados, los terminados pero que piden ser releídos. Y los recuerdos revividos, ese que me regalaron en mi cumpleaños, aquel cuando mi niña hizo la primera comunión, aquel otro que me regaló Miguel en aquel viaje….disfrute de lectura y de recuerdos, vivencias revividas.

         Lo que no se puede a los 60 es ser Asturiano (“Antes muerta que sin sidra”, “Come, fuma, folla y bebe, que la vida es breve”, porque como se practiquen mucho y muy intensamente esas cuatro actividades, no es que la vida sea  breve, es que uno no llega a los 61).

         Hay que “VOLAR BAJITO”, objetivos fácilmente alcanzables, obstáculos y dificultades los mínimos, y todo, eso sí, a corto plazo. Luego, disfrutarlos, gozarlos, exprimirlos, gastarlos, agotarlos.

         Mi CARMEN RECIO, bienvenida al club, donde el tiempo ya no se mide por el reloj sino por las vivencias, donde se es señor del tiempo y no esclavos de él. Ya no es “la hora de”, todas las horas son mías.

         En vez de ser Asturiano, hay que ser filósofo:
-         1,. Gimnasia que engrase la maquinaria somática, no para competir, sino para que no se oxiden las articulaciones. Comida poca y sana. Descanso el justo.
-         2.- Gimnasia intelectual. Como hemos sido de largo recorrido, esto nos es más fácil. Pero es que ahora se hace de otra manera. Lo que tu quieras, como tu quieras, cuando tu quieras, sin prisas. El placer no por llegar, sino por estar yendo y mientras se va. El placer no de haber leído, sino de estar leyendo.
-         3.- Práctica cordial. El contacto humano, la amistad, tu marido, tu hija, tu familia, tus amigos y compañeros, tus exalumnos.

¿Os dais cuenta que hemos convertido la educación en enseñanza?.
Estoy releyendo un libro de Pedagogía. Dice Antonio de Nebrija (ahí es “na”, XV-XVI):” debemos formar simultáneamente en el alumno el entendimiento y la voluntad, la cabeza y el corazón,  pues el fin de la educación es formar hombres buenos y sabios, anteponiendo siempre la bondad a la sabiduría, las virtudes y el carácter a las letras”. Esto es, exactamente, lo que hoy está escribiendo José Antonio Marina. No es la verdad sino la bondad, la finalidad de la educación es ser felices antes o mejor que ser sabios (aunque no se opongan). Nosotros examinamos de filosofía, de matemáticas o de latín, pero no de humanidad, de solidaridad, de ayuda, de compromiso. Thomas Hobbes disfruta en su tumba más que nunca. “homo homini lupus”, el mundo sigue en  guerra continua de todos contra todos, el hombre sigue siendo un lobo para el hombre.

         Pero ¿ de quién…demonios salió la idea de que la vida es una competición en la que ser segundo es ser un perdedor, de que la vida es una carrera de obstáculos que hay que superar, de que la vida tiene un fin, una meta, distinta a ser vivida, disfrutada, exprimida?.

         CARMEN, bienvenida al Club V.I.P. (very important persons), el club de la personas importantes. Ningún dios menor te va a echar de él. No quieras salir. No veas lo a gusto que se vive. Hoy comienza el primer día de tu nueva vida, de la mejor vida.

         CARMEN RECIO, MI QUERIDA CARMEN RECIO, NUESTRA QUERIDÍSIMA CARMEN RECIO.

                   Te lo dice un socio: BIENVENIDA AL PARAISO.


                                                                       Tomás Morales.

                                                           Málaga. 22 de diciembre de 2005