Repito, una vez más, que
sabemos muy poco sobre Jesús de Nazaret.
Que Jesús hubiera podido
estar casado, que su esposa fuera la Magdalena y que hubiera podido tener uno o varios
hijos, son posibilidades que, conociendo la cultura y la sociedad de su tiempo,
son hipótesis no descabelladas.
Pero, repito, ningún
documento histórico lo avala.
Si así hubiera sido, en sí,
sería un dato irrelevante, porque era uso común de los judíos, pero chocaría
brutalmente con la tradición machacona de la Iglesia que durante casi toda su existencia ha
defendido su celibato, su soltería, su no actividad sexual, sus no hijos,… y en
lo que se apoyará, después, el celibato eclesiástico.
Si un día pudiera demostrarse,
como sugieren los manuscritos gnósticos, y se confirmaran las hipótesis no
descabelladas anteriormente expuestas, ¿pasaría algo grave, algún peligro, para
la fe de los cristianos?
Si lo normal, en el mundo
judío, era eso quizá debería ser la
Iglesia la que tuviera que demostrar la excepción, la rareza
de Jesús de Nazaret.
¿No debería constar, en los
evangelios, la excepcionalidad, la rareza de un joven no casado o alguna
alusión a su soltería en los escritos de las primeras comunidades cristianas?
Con 20 años un joven judío ya
debía tener formada una familia y la ausencia de hijos era la mayor maldición
de Dios, aunque la culpa siempre fuera la esterilidad de la mujer no la del
varón.
Los matrimonios se hacían,
generalmente, mediante acuerdos entre familias y con reglas prescritas desde
muy antiguo (Éxodo, Levítico, Deuteronomio)
Para los judíos la familia
siempre ha sido el centro de su vida y en tiempos de Jesús aún más.
El padre y la madre eran
considerados como “compañeros de Dios en la procreación”.
Tener hijos era una
obligación y quien no la cumpliera era considerado poco menos que un homicida.
Nadie debía quedarse soltero, el hombre no casado no era un hombre completo.
Un hombre sin familia era un
hombre sin alegría, sin bendición, sin felicidad.
En realidad, este tema poco o
nada tiene que ver con la fe cristiana, porque el celibato o la virginidad de
Jesús no es un dogma de fe. Es el matrimonio y no el celibato el que es un
sacramento.
Si el día de mañana se
demostrara que las hipótesis expuestas al principio se confirmaran no pasaría
nada grave, puesto que no es dogma de fe.
Lo que sí sería un problema
es si el día de mañana aparecieran los restos de Jesús, porque, ¿entonces la
resurrección de Jesús “en cuerpo y alma y su ascensión a los cielos…..?
¿Y si tanto la resurrección
de Jesús como la virginidad de María se interpretaran en clave más simbólica
que física?
Pero el tema continúa siendo
un tema tabú, pero por motivos ajenos a la fe. Como tampoco el celibato
obligatorio del clero tiene que ver con la fe.
Jesús (al revés que Pablo)
nunca manifestó su preferencia por el celibato sobre el matrimonio.
No exigía el celibato, no
escogió a hombres célibes para convertirlos en apóstoles.
Recordemos la escena de la
samaritana, que había bajado a la fuente a buscar agua y el diálogo (muy
movido, pícaro y que hasta parece picante) entre Jesús y la samaritana, a la
que envía como embajadora al pueblo, para prepararle el camino. Ella obedece y
convence a los samaritanos de que Jesús era el Mesías esperado por los judíos:
“venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será él el
Cristo”? (Juan 4, 29).
Defiende a las prostitutas,
no por ser prostitutas, sino por ser personas y, además, prostitutas,
provocando el escándalo social al colocarlas, en el otro mundo, en un lugar
superior al de los sacerdotes del Templo.
Los evangelios nunca hablan
de las mujeres de los apóstoles aunque es evidente que la mayoría estaba casado
y seguro-seguro lo estaba Pedro: “Al llegar Jesús a casa de Pedro vio a la
suegra de éste en cama, con fiebre. Le tocó la mano y la fiebre la dejó; y se
levanto y se puso a servirles” (Mateo 8, 14-15).
En los principios del
cristianismo, además de Pedro, fueron
muchos papas los que estuvieron casados. Incluso a los obispos se les aconsejó
dar buen ejemplo y tener sólo una mujer.
Cuando los fariseos le
preguntan si se puede repudiar a una mujer y por qué motivos, Jesús se remite
al Génesis y dice que “lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre” (Mateo
19, 6) aunque advierte que despedir caprichosamente a una mujer, para tomar a
otra, es adulterio. Los apóstoles, escandalizados, le dicen que “si tal es la
condición del hombre respecto de su mujer, lo mejor es no casarse” (Mateo 19,
10)
“Hay eunucos –responde Jesús-
que nacieron así del seno materno y hay eunucos que fueron hechos tales por los
hombres y hay eunucos que se hicieron tales a sí mimos por el Reino de los
Cielos. Quien pueda entender, que entienda” (Mateo 19, 12)
Este texto es el que siempre
ha utilizado la Iglesia
para defender la primacía de la virginidad sobre el matrimonio, el celibato
sobre la sexualidad.
Pero es raro que este texto,
si es tan importante, no aparezca en ninguno de los otros tres evangelios, por
lo que se sospecha que haya sido un añadido al original para favorecer la
defensa de la tesis que empezaba ya a privilegiar la castidad.
Y si el texto fuera original,
es sospechoso que no se pusiera él como ejemplo de castidad y si fuera una
interpolación, el autor de la misma tampoco
se atrevió a poner el ejemplo de un Jesús célibe, lo que demostraría que
las primeras comunidades sabían muy bien que Jesús no lo había sido
El hecho de que los
evangelios nada digan de la mujer de Jesús no es prueba de que no estuviera
casado.
Pero en el contexto en que
Jesús vivió lo lógico es que se hubiese casado.
De no haberlo hecho sería una
excepción tan rara que es difícil que los evangelios no lo hubieran anotado.
Los evangelistas pasan por
alto lo común, lo ordinario, pero registran lo inusual.
Pablo recomienda la castidad
pero si alguno no puede aguantarse “tenga cada hombre su mujer y cada mujer su
hombre,….lo que os digo es un consejo, no un mandato (I, Corint, 7, 1-7)
“Acerca de la virginidad no tengo
precepto del Señor”
Si Pablo hubiese sabido que
Jesús no había estado casado, no hubiese dejado de usar dicho argumento para
aconsejar el celibato, apoyándose “en el
ejemplo dado por el Señor”, como hace en otras ocasiones, cuando desea usar la
conducta de Jesús en su vida terrenal para ponerla como ejemplo.
Cuando las primeras
comunidades cristianas comienzan a considerar la virginidad como una virtud,
podían haber puesto a Jesús como ejemplo, si hubiera permanecido célibe.
Ni Pablo ni los primeros
cristianos que decidieron exaltar la virginidad sobre el matrimonio pudieron
utilizar el ejemplo de Jesús, por el simple hecho de que sabían muy bien que
había estado casado.
¿Estuvo casado Pablo?
“He aquí mi defensa contra
mis acusadores: ¿por ventura no tenemos derecho a comer y a beber?, ¿No tenemos
derecho nosotros a llevar una esposa creyente como los demás apóstoles y los
hermanos de Jesús y Cefas? (I Corint. 9, 3-6)
Pablo, sin embargo, acabaría
aconsejando a los cristianos que era mejor mantenerse célibes (se baraja la
hipótesis de que un Pablo casado tomara más tarde la decisión de llevar una
vida de célibe).
Un argumento en defensa del
celibato de Jesús es el caso de los esenios, una comunidad en rebeldía contra
el judaísmo tradicional en la que vivían también algunos grupos de monjes
célibes. Pero Jesús nunca fue un monje, sino un profeta itinerante.
Seguramente que algunos
judíos, por las causas que fueren, no se casaron, eran la excepción, porque lo
habitual en la vida judía era el matrimonio.
Incluso algunos judíos que
deseaban dedicarse durante algunos años al estudio, primero se casaban, tenían
hijos, y después pedían permiso a su mujer para quedar libres algún tiempo.
Pero antes de casaban.
Cuando se descubrieron los
manuscritos del Mar Muerto, en Qumram, la Iglesia temió que los evangelios fueran escritos
por esenios, pero pronto se constató que nada más ajeno a ellos que Jesús.
Los esenios predicaban la
castidad sobre le matrimonio, Jesús nunca ensalzó la virginidad ni que fuera
necesario mantenerla.
Los esenios no admitían en su
secta a cualquiera que tuviera algún defecto físico, Jesús era lo contrario
(tullidos, ciegos, leprosos,..)
Los esenios predicaban las
mortificaciones corporales, Jesús lo contrario.
Los esenios vivían retirados
en sus monasterios, Jesús lo contrario, itinerante, sin casa, amante de la
buena mesa y del buen vino (fue tachado de comilón y bebedor). “Vino Juan el
Bautista, que no comía ni bebía y decís que estaba endemoniado. Vengo yo que…y
decís: comilón, borracho, amigo de publicanos y pecadores (Lucas 7, 33-35)
Jesús predicaba una religión
sin templos (escena de la samaritana), sin jerarquías, basada en la conciencia
personal.
Lo que, poco a poco, fue
haciendo la Iglesia
era lo contrario.
Es verdad que los evangelios
gnósticos fueron rechazados por la
Iglesia como heréticos, pero también es verdad que casi hasta
el siglo IV todos los evangelios gozaban de la misma autoridad y se presentaban
como intérpretes de la tradición oral de las diferentes comunidades cristianas.
Y en ese grupo de evangelios
estaban los que luego se llamarían apócrifos y los gnósticos.
En el Evangelio de Felipe es
donde aparecen las relaciones amorosas de Jesús y la Magdalena , “la compañera
de Jesús”, “el apóstol preferido”.
Es Juan quien más pone de
relieve a la Magdalena ,
quien llega a llamar a Jesús “Rabbuní” (término usado por las mujeres para
dirigirse a sus maridos (“cariño mío”, “amor mío”….)
Si, como decía el Ripalda,
Jesucristo fue “un verdadero Dios y un verdadero hombre” o como dice el Credo:
“Dios y hombre verdadero”, ¿si fue verdadero hombre, en todo por qué no pudo
estar casado y haber tenido hijos? Eso sería lo lógico y normal en un tiempo y
en una cultura en los que un hombre no casado no era considerado un “verdadero
hombre”.
Durante los primeros siglos,
para la Iglesia
oficial, Jesús era sólo una semblanza de hombre, pero, en realidad era un
espíritu, una especie de Dios que se había disfrazado de hombre, lo que
llegaría a ser una de las primeras herejías cristianas.
Para la Iglesia , Jesús había sido
un hombre “completo en todo, menos en el pecado”, por lo que tendría sus
pasiones, sus preferencias, su temperamento, sus dudas,…todo lo humano.
Luego Jesús tuvo que haber
ejercido también la sexualidad o, al menos, no habría habido problema alguno
que la ejercitara sin que ello afectase negativamente a su dignidad.
Entonces o se admite su
posible matrimonio y paternidad por el ejercicio de la sexualidad o se
considera a ésta como pecado y si él fue…menos en el pecado…
Y si sólo va encaminada la
sexualidad a la reproducción y a la creación de una familia ¿también es pecado?
¿Por qué, entonces, es tan
escandalosa la hipótesis de que Jesús hubiese podido tener una relación sexual
y amorosa con la Magdalena ?
Como, además, también se
afirma que “Jesús fue un hombre de su tiempo” y no un ángel caído del
cielo…pero como los “hombres de su tiempo” se casaban…de lo contrario sería
considerado un “hombre incompleto” o, incluso, algo peor.
Y en el rito del matrimonio
cristiano se les dice a los contrayentes que se amen y se unan sexualmente
“como Cristo amó a su Iglesia” y que acepten todos los hijos que Dios les dé
(pero a través de la sexualidad, se supone).
De los tres sacramentos
fundamentales: el Bautismo Jesús lo recibió de Juan el Bautista, la Eucaristía la instituyó
él en la Última Cena, ¿por qué no pudo contraer “matrimonio”, el “santo
sacramento del matrimonio”, la unión del varón y la mujer, de Jesús y la Magdalena , en este caso?
Igualmente, ¿por qué no la
posibilidad de haber tenido hijos? Si la procreación es un don de Dios y es una
bendición divina tener una familia numerosa…
¿Sería una blasfemia decir
que el judío Jesús de Nazaret, como todos o casi todos los judíos, fue padre?
Porque él siempre manifestó un amor especial por los niños (“dejad que los
niños se acerquen…” y “el que escandalizare a un niño más le valdría….” Y “si
no os hacéis como niños…”
Quizá nunca sepamos si tuvo
hijos con la Magdalena
ni sabremos si el “discípulo amado” pudiera haber sido su hijo, o quizá sólo
sean imaginaciones y fantasías novelescas.
Es verdad que “lo amaba más
que a los demás” pero de aquí no puede concluirse que fuera su hijo.
¿Es también fantasiosa y
novelesca la hipótesis de que la
Magdalena estuviera embarazada de Jesús cuando éste fue
crucificado?
Pero una cosa no puede
negarse: que para un judío no tener hijos era, más bien, una vergüenza.
También se afirma que si
Jesús hubiera tenido un hijo las primeras comunidades cristianas lo habrían
hecho constar en algún texto, y no consta.
Pero, para otros, las
verdaderas preocupaciones de las primeras comunidades cristianas era que Jesús
había sido el Mesías esperado por los judíos y que, además, era Dios. Todo lo
demás no les interesaba. Por eso ofrecen tan pocos detalles de la infancia y
juventud de Jesús.
Tampoco se habla de los hijos
de Pedro, de Santiago,…de ninguno de los apóstoles. Y, aunque la mayoría,
estaban casados tampoco se habla de sus mujeres. No eran informaciones que
interesaran a aquellos primeros cristianos, por eso nada se recoge en los
canónicos y sólo hay alguna información en los apócrifos y por eso fueron
prohibidos y quemados casi todos, excepto los de Nag Hammadi, que se libraron
“de la quema”.
En aquellos tiempos los
varones se casaban, como máximo a los 20, y normalmente a los 18, mientras las
mujeres lo hacían entre los 12 y los 16, desde el momento que les bajaba la
regla, y ya podían ser madres.
¿Por qué no pudo casarse
cuando y como todos sus compañeros y amigos se casaban? ¿Se mantendría soltero
durante 12 o más años, antes de empezar su vida pública? ¿Incluso después? Es
raro, muy raro, si era “verdadero hombre”…
¿Qué razones podría haber
alegado en su entorno, en su familia, para no haberse casado antes?
Si el motivo era su “misión
religiosa” ¿por qué no comenzó ésta a los 18 ó 20 años y esperó hasta los 30?
Resulta difícil imaginarse a
Jesús, en aquel villorrio de Nazaret, soltero desde los 18 años hasta que
empieza su vida pública o soltero toda la vida.
Sería la burla de sus amigos
y vecinos y el deshonor de su familia, ya que para un judío era de capital
importancia formar una familia.
Socialmente sería una
verdadera vergüenza que el hijo del carpintero no le diera nietos a sus padres
y la vida en Nazaret tendría que haber sido, para él y para su familia, muy
difícil, fácil objetivo de escarnio.
Este escenario se hace
fácilmente imposible de soportar.
Una hipótesis dice que Jesús
estuvo casado antes de su vida pública y otra hipótesis dice que Jesús
formalizó un nuevo tipo de matrimonio, no tradicional, sino basado en una
relación diferente y más libre.
A esta segunda hipótesis cada
vez se apuntan más, sobre todo viendo cómo Jesús fue un transgresor de la
tradición de su tiempo y un crítico feroz de la familia tradicional (¿recuerdan
lo de “¿Quién es mi familia….los que cumplen….”)
NO HAY ninguna prueba
histórica de que hubiera estado casado, pero tampoco existen argumentos
definitivos para negarlo.
El interrogante, pues, sigue
en pie.
Si hubiera contraído
matrimonio es más que probable que la elegida hubiera sido la Magdalena.
Existe, también, una teoría
peregrina que afirma que la famosa escena de la boda de Caná, donde Jesús, por
insistencia de su madre, hace el primer milagro al convertir el agua en vino,
escondería el hecho histórico de la boda del propio Jesús con la Magdalena.
Aunque otra hipótesis
prefiera imaginar que fue la boda de Juan, “el discípulo amado”.
Que el novio fuera Juan
Evangelista apareció por primera vez en el prefacio de San Agustín (“El
Evangelio de San Juan), aunque no se habla de quién era la novia.
En La Leyenda Dorada , de Santiago de
Vorágine se niega que la boda fuera de Juan con la Magdalena , lo que
muestra o demuestra que llegó a hablarse de ello durante mucho tiempo.
Los mormones sí defienden que
la escena del IV Evangelio es la boda de Jesús y la Magdalena.
¿De quién sería la boda, para
estar invitados todos los apóstoles más la madre de Jesús? Resulta un tanto
incomprensible.
¿Era una boda de parientes
muy cercanos y por eso estaba invitada la madre, que nunca lo acompañaba en sus
correrías?
También, como se ha señalado
en otro lugar, el IV evangelio se le atribuye a la Magdalena , por su
carácter gnóstico.
Este Evangelio es el último
en escribirse, a finales de siglo, cuando ya había perdido terreno la comunidad
cristiana inspirada en la
Magdalena y cuando ya no se quería dar importancia al
matrimonio de ella con Jesús.
El relato, aunque
desfigurado, se habría mantenido porque se trataba de un hecho histórico
difícil de ocultar.
Si el IV Evangelio no fue
escrito por la Magdalena ,
sí fue inspirado por ella, tanto por los detalles que aparecen como por la
terminología empleada.
Lo curioso, y lo
significativo es ¿Por qué no aparece la
Boda de Caná en ninguno de los tres evangelios sinópticos, ya
que fue el primer milagro público de Jesús, la conversión del agua en vino?
Una explicación posible es
que hubiera sido María Magdalena quien hubiera contado aquel episodio, que fue
después recogido por el evangelista más cercano a las corrientes gnósticas y a
la comunidad de la
Magdalena.