¿Habrá habido, hay y habrá manzanas en el mundo?
Pero de todo ese casi infinito número de manzanas del mundo
mundial sólo CUATRO han pasado a la historia.
1.- La manzana de Eva y (por invitación o mandato) de Adán.
La manzana del pecado de desobediencia, la causante de nuestra expulsión del
Edén, la que condenó al varón a trabajar, para poder comer, y a la mujer a
parir con dolor a sus hijos.
2.- La manzana de Guillermo Tell, la manzana de la
resistencia y del orgullo, la manzana de la libertad y de la independencia.
3.- La manzana de Newton, la manzana causante o
condicionante de la Física ,
tanto terrestre como celeste, la que propició el descubrimiento de la Ley de la Gravitación Universal.
4.- La manzana (?)….
1.- EVA, ADÁN Y LA MANZANA.
Es la manzana que nunca existió pero es la que simboliza el
primer pecado del mundo, el pecado de desobediencia, con todas las
consecuencias que un mordisco de la misma ocasionó para toda la humanidad.
Partiendo del hecho de que el Paraíso Terrenal, el Edén,
ubicado entre los ríos Eufrates y Tigris, ubicado en Oriente Medio, en el
actual Irak, cuna de la humanidad en las personas de nuestros primeros padres,
nunca existió, porque el origen de la humanidad se encuentra en África (y no en
Asia) y teniendo en cuenta que NUNCA hubo un primer hombre ni, menos aún, una
primera mujer y, también, teniendo en cuenta que la existencia de manzanas en
el actual Irak es un hecho histórico no muy lejano (es decir, que en tiempos de
esos inexistentes Adán y Eva, en ese pretendido Paraíso Terrenal, no existían
las manzanas….).
Dice el Génesis que Dios creó el mundo en 6 días y que,
cuando, en el sexto creó al hombre (“varón y hembra los creó” según los
primeros versículos, pero que en los versículos siguientes afirma que sólo creó
a Adán pero que como se aburría como una ostra le pidió a Dios que le diera una
compañera, como a todos los demás animales, macho y hembra, que no se aburrían
porque copulaban a placer y parían animales de su misma especie y que,
entonces, Dios, cuando Adán estaba dormido, le arrancó una de sus costillas y
de ella “formó” (no creó, porque crear es sacar de la nada y, en este caso,
había una costilla de la que….).
Dios –como iba diciendo- cogió a la pareja y dándoles una
vuelta por el jardín le fueron “poniendo nombre a las cosas” (he ahí el origen
divino del lenguaje) pero les advirtió que podrían coger y comer de todas las
frutas de todos los árboles EXCEPTO de los dos que se encontraban en el centro
del Paraíso: 1.- El Árbol de la
Ciencia del Bien y del Mal (que tendría que ser un manzano) y
2º.- El Árbol de la Vida.
Pero (machismo bíblico) el demonio, disfrazado de serpiente
(un reptil, que ni nada (como los peces), ni corre (como los bípedos y cuadrúpedos)
ni vuela (como las aves) tentó (y convenció a la mujer) para que probara la
fruta de los dos árboles prohibidos, con el señuelo de que si probaba la fruta
de esos árboles sería “como Dios”, por lo tanto Infinitamente Sabia y Eterna.
Y Eva cayó en la trampa, y no sólo cogió y mordió la manzana
sino que invitó/ofreció/insistió en que Adán también la probase, la mordiese.
La primera consecuencia es que “se dieron cuenta” de que
estaban desnudos (cosa que ya lo habrían estado desde el primer momento, pero
que “no habían sido conscientes”), “conocieron”, por primera vez tuvieron el
primer conocimiento que, por lo que se ve, no debió gustarle ni gustarse muchos
porque “sintieron vergüenza” y se taparon (“sus vergüenzas”) con hojas de parra
o de higuera.
La historia ya la conocéis.
Dios los expulsó del Paraíso por “pecar”, por “desobedecer”
(primer pecado de la historia y de toda la historia que nunca les gusta a los
jefes de cualquier categoría, ni al padre con sus hijos, ni al patrón con sus
obreros, ni al cura con sus feligreses, ni al rey con sus súbditos, ni al
político-gobernante con sus ciudadanos).
Analicemos el pecado de Eva-Adán.
Probar el fruto del Árbol del Bien y del Mal conllevaba que,
desde ese momento, ya podían ellos, por sí mismos, saber qué era lo bueno (para
hacerlo, cogerlo o comerlo) y qué era lo malo (para evitarlo) SIN TENER QUE
CONSULTAR CON EL JEFE, sin tener que pedir consejo, siendo autónomos, libres,
sabios.
Y eso nunca lo desean ni lo permiten los jefes, que quieren
y disfrutan de que sus subordinados sean menores de edad, por lo tanto,
necesitados de tutores (kantianos) que los alejen del peligro y los conduzcan
al bien, como el buen pastor sabe dónde están las buenas hierbas donde llevar a
sus ovejas a pastar y, luego y siempre, le estarán sumamente agradecidas.
Desobedecer a Dios no es un acto de rebeldía, es querer
saberlo por sí mismo, es el “sapere aude” kantiano (“atrévete a saber por ti
mismo”, a ser “independiente”, a ser “libre”, a ser “autónomo” (y no
heterónomo), a ser “mayor de edad” (sabiendo, optando y siendo responsable de
sus acciones).
Para ser jefes tiene que haber súbditos, dependientes, como
para “ser dios” debe haber adoradores, postulantes, ignorantes, menores de
edad, necesitados de ayuda.
“Querer ser como Dios” es el mayor pecado para cualquier dios,
porque supone su no necesidad, su estar demás, su sobrar, su prescindencia
(palabro mío)
Dios ya no sería necesario en el conocer de los hombres, Y
eso, ningún dios puede tolerarlo.
Es como si Dios hubiera reflexionado: “como ya se han visto
desnudos, sin Yo decírselo, es que ya lo saben, han comenzado a saber y, como
van a seguir así, a partir de ahora, podrán saberlo todo sin tener que
consultármelo a Mí”.
Y, pensaría también: “tengo que expulsarlos del Paraíso
porque como sigan aquí éstos son capaces de probar la fruta del otro árbol, del
Árbol de la Vida ,
y ya, ¡lo que me faltaba¡ que vivieran para siempre, que fueran eternos, como
Yo”.
Así que los expulsó y
colocó a la puerta del Paraíso a un ángel con espada de fuego, no siendo que,
con tanta fatiga laboral y tanto dolor parturiento, tuvieran la tentación de
volver y…
Así que fueron condenados: él a conocer por su cuenta, a
experimentar (ensayo-error) lo correcto y lo incorrecto, lo útil y lo
perjudicial,…. y tener que trabajar para poder comer y no morir de hambre,
“ganándose el pan con el sudor de su frente” (y no con el “sudor del de
enfrente” como creen los hijoputas) tanto para él como para ella como para la
prole, por lo que tendrá que trabajar, no sólo para sí, sino para varios.
Y ella a parir y parir, además con dolores de parto,
sufriendo, para mantener viva la especie.
Pero para poder parir, antes tiene que estar preñada. Y para
poder estar embarazada antes tiene que copular con el varón (¿por detrás como
todos los animales? Y aquí entra la historia de Lily, la primera Eva, la creada
al mismo tiempo que Adán y que le diría a Adán que nanay de la China …. por lo que Dios
habría tenido que “formar”, de la costilla de Adán, a la segunda Eva, la
subordinada al varón (como la costilla es una parte y está subordinada al
cuerpo).
Además, para copular, hay que sentir placer (¿alguien se
imagina copular no sólo sin orgasmo, sino con dolor? Se acabó la especie
humana). Así que la naturaleza puso la trampa del placer entre las piernas del
hombre, del varón y de la mujer, uno sintiendo el placer al “penetrar” y la
otra “al ser penetrada” y así….así seguimos. Aquí y así.
Pero la mujer de hoy no quiere ser Eva sino Lily.
¿Por qué, a lo largo de la historia, sólo se nos ha contado
la versión de la segunda Eva, la subordinada, “la costilla”, la inmadura, la
necesitada,…?
POR INTERÉS DE LOS VARONES, sean maridos, padres,
sacerdotes, gobernantes,….POR MACHISMO.
Cuando la mujer está siendo consciente de todo esto y no
quiere ser menos ni más que el varón,
sino igual a él, está reivindicándolo, el VARÓN ESTÁ SINTIÉNDOSE DESCOLOCADO.
(Quizás algún día contaré la “historia de Lily”).
2ª MANZANA, LA DE GUILLERMO TELL.
Es la manzana símbolo de la libertad, de la resistencia y de
la independencia, tanto individual como nacional
Seguramente que, como la anterior, es una leyenda, un mito,
una “falsa realidad”, pero que se ha convertido en el símbolo de y para Suiza.
Corría el siglo XIV. Los cantones suizos querían
independizarse de Alemania, donde reinaba la familia-dinastía de los
Habsburgos.
El gobernador alemán en Suiza, representante del rey alemán,
había colocado en la mitad de la plaza, a la entrada del puente y colgado de un
palo, su sombrero (representando al rey alemán) ante el que tenía que descubrirse,
inclinarse y hacerle una reverencia todo aquel suizo que por allí pasase
reconociendo, así, la autoridad de su rey.
Ocurrió que pasó por el puente, con su hijo de la mano,
Guillermo Tell, un buen cazador, un buen padre y una persona muy bien considerada
entre sus paisanos, pero, al pasar junto al sombrero, ni tan siquiera se
descubrió, hecho que fue comunicado inmediatamente por los soldados al
gobernador, el cual decidió requisarle la ballesta, los dardos y detenerlo,
apartándole de su hijo.
Ante la protesta de Guillermo Tell el gobernador le hizo una
apuesta:
-
“Te devolveré a tu hijo y quedarás en libertad si, como
tienes fama de buen tirador, atraviesas una manzana colocada sobre su cabeza”.
Guillermo Tell aceptó el reto y pidió que le devolviesen la
ballesta y dos dardos.
El gobernador, entonces, solicitó que le trajeran una
manzana.
Los soldados colocaron al niño apoyado sobre un árbol, con
la manzana sobre su cabeza.
Los suizos que habían presenciado todo el espectáculo, se
mostraron expectantes y temerosos por el peligro que suponía para el niño.
Tomó la distancia que el gobernador le obligó, se distendió,
apretó sus pies contra el suelo, abrió, tensándola, la ballesta, colocó uno de
los dardos, se concentró durante unos segundos, atinó y… disparó.
El dardo atravesó la manzana quedando clavada en el árbol.
La gente clamó un sonoro “bien”.
El gobernador no tuvo más remedio que devolverle a su hijo y
dejarlo en libertad.
Pero, a continuación, quiso salir de una duda preguntándole
que, si tan seguro estaba de acertar con el primer dardo, por qué había
solicitado un segundo.
A lo que Guillermo Tell contestó que para dispararlo contra
quien había ordenado que disparara el primero.
Por lo que se cuenta, por esta osadía, el gobernador mandó
encarcelarlo.
Poco tiempo después Suiza conseguiría la independencia,
excarcelaría a Guillermo Tell y lo consideraría el héroe y símbolo de la
resistencia, de la libertad y de la independencia del pueblo suizo.
Es la manzana que simboliza el triunfo de la ciencia como
explicación del universo, sin tener que recurrir a la Teología. Es la
manzana del triunfo definitivo de la razón.
Se cuenta (aunque parece que tampoco la historia de esta
manzana sea un hecho real) que, estando
Newton sentado a la sombra de un manzano, y apoyado sobre él, vio caer una
manzana delante de sus propias narices por lo que se preguntó por qué caían,
esa y todas las demás manzanas, al suelo y, además, verticalmente.
La respuesta a tal pregunta, y después de muchas
observaciones y experimentos, sería el descubrimiento de la ley de caída de los
graves, la ley de la gravitación, considerando a los cuerpos como imanes que se
atraen mutuamente.
“Los cuerpos se atraen con una fuerza directamente
proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado
de sus distancias.
(m x m) / dd (es que no sé poner el exponente 2 a la “d”).
La manzana es un cuerpo/masa (imán). La tierra otro
cuerpo/masa (imán) y se atraen mutuamente.
Naturalmente, el mayor atrae al menor, de ahí que sea la
manzana la que cae a tierra y no la tierra la que suba hasta la manzana.
Además cae/tiene que caer perpendicularmente ya que el
centro de la tierra es el centro de gravedad y/o de atracción.
Aristóteles (teleológico él) habría dicho que si caía de esa
manera era PARA ir a su lugar natural (Teoría de los lugares naturales: el
arriba (del humo y del fuego) y el abajo (de la tierra y del agua).
Newton, en cambio, (mecanicista él) dirá que si cae de esa
manera es PORQUE el cuerpo mayor atrae al cuerpo menor, y hacia su centro de
gravedad que, en este caso, es el centro de la tierra.
Es la mía. La manzana Grammy, gorda y de color verde,
intenso y desafiante, la que casi a diario y de postre, en la cena, suelo
comer, partida a trocitos y untada/remozada en un yogurt blanco, con
edulcorante, de mi Mercadona del alma.
Una Manzana muy importante. No produce pecado, ni es causa
de libertad, ni es científica, pero es una manzana que me produce orgasmo en mi
paladar y papilas gustativas. Una manzana productora de placer, al tiempo que
mantenedora de vida.