Considero “normal” al alumno
que en:
1.- En una primera fase sigue
a su profesor, no se pierde una clase, la sigue con interés, admira su
asignatura, atiende mucho y pregunta más, no quiere perderse nada, … hasta lo
llama de “Ud” (Don Tomás).
2.- En una segunda fase,
pasados ya unos años, el alumno se pone a su lado, a su altura, lo tutea, lo
considera un “colega y amigo”, “qué tal, Tomás, cómo va la vida” “ya en quinto
curso de universidad”, “me alegro de verlo”...
3.- En una tercera fase,
pasados varios años más, el alumno ha superado a su profesor, ha tomado un
camino paralelo o diferente, pero siempre divergente. Mira por el espejo
retrovisor y lo ve ya alejado, susurra un “gracias por todo” y sigue caminando
y ascendiendo. No pe reprocha nada pero no está de acuerdo con lo que de
acuerdo estaba anteriormente.
Así ha sido ANDRÉS LOMEÑA
CANTOS, un alumno “normal” que ya, hasta ha superado la tercera fase, y está en
la cuarta o en la quinta.
Ayer asistí, en el Ateneo de
Málaga, a la presentación de su último, y aún caliente, libro: “LA FILOSOFÍA A SORBOS”
Andrés Lomeña Cantos (Málaga,
1982) hizo el Bachillerato en el Salvador Rueda.
Es un alumno “normal”.
Actualmente es profesor de
Filosofía.
Es Licenciado en Periodismo
por la Universidad
de Málaga.
Licenciado en Teoría de la Literatura y Literatura
Comparada por la
Universidad Autónoma de Barcelona.
Y Doctor en Sociología por la Universidad Complutense
de Madrid (2015).
Ya ha publicado varios
libros: “Empacho Intelectual” (2008), “Alienación Animal” (2010), “Crónicas del
Cyberespacio” (2013), “En los Confines de la Fantasía ” (2015), Ensayo Ficcionología (2016), El Periodista de Partículas (2017), Rescoldos
Mentales (2018) y “La
Filosofía a Sorbos” (que presentó ayer).
Entre sus otras creaciones
destaca el guión del multipremiado y multivisualizado cortometraje “Psicópolis”
(“la construcción social de la realidad” y cuya presentación (a la que asistí)
se hizo en el cine Albéniz.
“La Construcción social
de la realidad” es el título de la obra de los sociólogos Peter L. Berger,
austriaco, y Thomas Luckmann, alemán.
El protagonista del
cortometraje es un Profesor de Psicología Social que lleva a cabo un
experimento social en una clase con sus alumnos, y se llama (¿os lo imagináis?)
Tomás Morales (por lo que se me subió el ego en lo más alto, sin saber
exactamente el porqué)
“Filosofía a Sorbos” es un
libro de Filosofía.
Filosofía distinta, pero
Filosofía.
No es una filosofía al uso,
sino una nueva filosofía.
Distinta –repito- pero
filosofía.
Buena parte de mis artículos –afirma
Andrés - son entrevistas a personas mucho más interesantes e ilustres que yo,
pero, como diría Umbral, hoy he venido a hablar de mi libro: presento Filosofía
a Sorbos, un compendio de artículos breves sobre filosofía y cultura popular
especialmente pensado para estudiantes, cinéfilos y seriéfilos.
Son tres sus partes:
.- Sorbos fríos: hay
artículos irreverentes como la filosofía de la mierda, la filosofía de los
gilipollas o los calvos y la filosofía.
.- Sorbos templados:
encontrarás análisis de películas como Aquaman, It, El juego de
Gerald o Black Panther.
.- Sorbos calientes: tienes
análisis de animes y dibujos animados como Hora de aventuras, Death
Note, Bola de Dragón o películas como La
habitación, Negación o El castor.
Hay mucho más: verás que el
índice es casi más extenso que los textos del libro.
Mi intención no es abrumar
con una avalancha de análisis, sino todo lo contrario: intentar divulgar la
filosofía desde la humildad, a sorbitos, o en pequeños trozos, sin que uno se
atragante ni aturulle, sin que uno escupa o vomite ideas por su densidad o
extensión.
Puedes leer los artículos en
el orden que prefieras y te animo a evitar los que no te atraigan.
Anarquía lectora: o
respetamos los derechos del lector porque, de lo contrario, la lectura
será un infierno.
2
Sinopsis de FILOSOFIA A
SORBOS.
Un libro de filosofía para la
“generación Instagram”
Filosofar a sorbos siempre
será mejor que hacerlo a escupitajos.
La filosofía está en ruinas y
los bienpensantes claman por volver a levantar la vieja fortaleza de las ideas.
Recordemos que Alejandro
Magno quiso conocer a Crates de Tebas, un filósofo cínico, y le preguntó si
deseaba que reconstruyera su ciudad natal. Crates respondió: ¿Para qué, para
que venga otro Alejandro y vuelva a destruirla?
He aquí la tragedia de la
filosofía: ¿para qué reconstruirla otra vez? ¿Para volver a dejar a la mayoría
de la población fuera de sus murallas?
Aunque Nietzsche nos enseñó a
filosofar a martillazos, buena parte de la tradición occidental parece haber
filosofado a base de somníferos para el lector medio.
Si la filosofía quiere salir
a las calles, no puede limitarse a tratar los asuntos de la Academia.
Los filósofos tendrán que
bajarse los pantalones (como hizo, literalmente, Diógenes de Sínope) y hablar
de la realidad más cercana hasta en la contraportada [las solapas] de los
libros, reflexionando sobre los bostezos, los pies, la sangre, los excrementos
o los gilipollas que pueblan el mundo.
Hay sorbos filosóficos en los
móviles, en el fútbol, en el sexo, en las drogas e, incluso, en los cubos de
Rubik.
Y aún quedarían los sorbos
más importantes del individuo contemporáneo: las películas y series de
televisión que consumimos.
Todo es “filosofable”
Filosofía a sorbos vierte
breves análisis sobre numerosas películas...
No es vulgarizar la Filosofía sino ponerla
al alcance del vulgo, del pueblo, de la gente normal y corriente.
No es una filosofía para
élites, sino para todos, de ahí la conexión de la filosofía con los problemas
que se viven en la calle y no en los despachos de los electos.
Andrés rompe con la
denominada “filosofía sería” pero no haciendo una “filosofía no seria” sino
para hacer una “filosofía viva” que conecte inmediatamente con su alumnado
adolescente-joven.
ANÉCDOTA (de la que,
seguramente, Andrés no se acuerda).
Fue en los primeros días de
curso cuando un alumno, tímido y moreno, se me acerca y pregunta:
.- ¿Qué puede decirme de
Chomsky?
(Lo que me extrañó
sobremanera, porque sobre Chomsky yo lo explicaba en clase todos los cursos
pero cuando, en Psicología, tratábamos el problema del lenguaje)
(((Aquello de cómo un niño de
4 años construye frases perfectas: con sujeto, verbo, adjetivos, pronombres,
complementos…y sin saber que lo son.
Como mi chiquitina cuando
dice: “abuelo, dame un euro para comprar, ahora, gusanitos en la tienda de
Merche” (sin saber que “abuelo” es un substantivo, “dame” un imperativo con un
pronombre personal enclítico, “un euro” un complemento directo, “ahora” un
adverbio de tiempo, “en la tienda…”)
Que mi chiquitina construiría,
igualmente, frases idénticas, perfectas, en chino, en japonés, en ruso, en
inglés,…si hubiera nacido y crecido en China, en Rusia,… porque existe en los
hombres unas “estructuras innatas” en las que y con las que…)))
A lo que le respondí a la
gallega (con otra pregunta):
.- ¿A qué Chomsky te
refieres?
.- ¿Es que hay dos o más Chomskys?
– me preguntó.
.- Sí. Uno es el Chomsky
crítico del capitalismo y, sobre todo, del capitalismo americano y otro es el
Chomsky de la Teoría
del Lenguaje y las “estructuras mentales innatas del aprendizaje”.
Ahí quedó todo.
Hoy,
irremediablemente, le tendría yo que preguntar: ¿Por qué no me hablas de
Chomsky, Andrés?
Porque
hoy, Andrés, posee tal y tan amplio acervo de cultura, debido a sus lecturas y
reflexiones, conocedor tanto de autoridades a nivel mundial especialistas en
ciertas ramas de la cultura como de sus doctrinas que lo convierten en un
intelectual (siendo tan joven) de un amplio campo del saber en el que se mueve,
no como pez en un charco sino como un cetáceo en el ancho mar y del que se
disfruta escuchándolo.
Es
un pozo sin fondo a la vista y su meta es impredecible.
¡Orgullo
de profesor!