miércoles, 26 de febrero de 2020

ANDRÉS LOMEÑA CANTOS: UN ALUMNO “NORMAL” Y “LA FILOSOFÍA, A SORBOS”.




Considero “normal” al alumno que en:

1.- En una primera fase sigue a su profesor, no se pierde una clase, la sigue con interés, admira su asignatura, atiende mucho y pregunta más, no quiere perderse nada, … hasta lo llama de “Ud” (Don Tomás).

2.- En una segunda fase, pasados ya unos años, el alumno se pone a su lado, a su altura, lo tutea, lo considera un “colega y amigo”, “qué tal, Tomás, cómo va la vida” “ya en quinto curso de universidad”, “me alegro de verlo”...

3.- En una tercera fase, pasados varios años más, el alumno ha superado a su profesor, ha tomado un camino paralelo o diferente, pero siempre divergente. Mira por el espejo retrovisor y lo ve ya alejado, susurra un “gracias por todo” y sigue caminando y ascendiendo. No pe reprocha nada pero no está de acuerdo con lo que de acuerdo estaba anteriormente.

Así ha sido ANDRÉS LOMEÑA CANTOS, un alumno “normal” que ya, hasta ha superado la tercera fase, y está en la cuarta o en la quinta.

Ayer asistí, en el Ateneo de Málaga, a la presentación de su último, y aún caliente, libro: “LA FILOSOFÍA A SORBOS”

Andrés Lomeña Cantos (Málaga, 1982) hizo el Bachillerato en el Salvador Rueda.
Es un alumno “normal”.

Actualmente es profesor de Filosofía.

Es Licenciado en Periodismo por la Universidad de Málaga.
Licenciado en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad Autónoma de Barcelona.
Y Doctor en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid (2015).

Ya ha publicado varios libros: “Empacho Intelectual” (2008), “Alienación Animal” (2010), “Crónicas del Cyberespacio” (2013), “En los Confines de la Fantasía” (2015),  Ensayo Ficcionología (2016),  El Periodista de Partículas (2017), Rescoldos Mentales (2018) y “La Filosofía a Sorbos” (que presentó ayer).


Entre sus otras creaciones destaca el guión del multipremiado y multivisualizado cortometraje “Psicópolis” (“la construcción social de la realidad” y cuya presentación (a la que asistí) se hizo en el cine Albéniz.

La Construcción social de la realidad” es el título de la obra de los sociólogos Peter L. Berger, austriaco, y Thomas Luckmann, alemán.

El protagonista del cortometraje es un Profesor de Psicología Social que lleva a cabo un experimento social en una clase con sus alumnos, y se llama (¿os lo imagináis?) Tomás Morales (por lo que se me subió el ego en lo más alto, sin saber exactamente el porqué)

“Filosofía a Sorbos” es un libro de Filosofía.

Filosofía distinta, pero Filosofía.
No es una filosofía al uso, sino una nueva filosofía.
Distinta –repito- pero filosofía.

Buena parte de mis artículos –afirma Andrés - son entrevistas a personas mucho más interesantes e ilustres que yo, pero, como diría Umbral, hoy he venido a hablar de mi libro: presento  Filosofía a Sorbos, un compendio de artículos breves sobre filosofía y cultura popular especialmente pensado para estudiantes, cinéfilos y seriéfilos.

Son tres  sus partes:

.- Sorbos fríos: hay artículos irreverentes como la filosofía de la mierda, la filosofía de los gilipollas o los calvos y la filosofía.

.- Sorbos templados: encontrarás análisis de películas como Aquaman, It, El juego de Gerald o Black Panther.

.- Sorbos calientes: tienes análisis de animes y dibujos animados como Hora de aventuras, Death Note, Bola de Dragón o películas como La habitación, Negación o El castor.

Hay mucho más: verás que el índice es casi más extenso que los textos del libro.
Mi intención no es abrumar con una avalancha de análisis, sino todo lo contrario: intentar divulgar la filosofía desde la humildad, a sorbitos, o en pequeños trozos, sin que uno se atragante ni aturulle, sin que uno escupa o vomite ideas por su densidad o extensión.

Puedes leer los artículos en el orden que prefieras y te animo a evitar los que no te atraigan.

Anarquía lectora: o respetamos los derechos del lector porque, de lo contrario, la lectura será un infierno.

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Sinopsis de FILOSOFIA A SORBOS.

Un libro de filosofía para la “generación Instagram”
Filosofar a sorbos siempre será mejor que hacerlo a escupitajos.

La filosofía está en ruinas y los bienpensantes claman por volver a levantar la vieja fortaleza de las ideas.

Recordemos que Alejandro Magno quiso conocer a Crates de Tebas, un filósofo cínico, y le preguntó si deseaba que reconstruyera su ciudad natal. Crates respondió: ¿Para qué, para que venga otro Alejandro y vuelva a destruirla?

He aquí la tragedia de la filosofía: ¿para qué reconstruirla otra vez? ¿Para volver a dejar a la mayoría de la población fuera de sus murallas?

Aunque Nietzsche nos enseñó a filosofar a martillazos, buena parte de la tradición occidental parece haber filosofado a base de somníferos para el lector medio.
Si la filosofía quiere salir a las calles, no puede limitarse a tratar los asuntos de la Academia.

Los filósofos tendrán que bajarse los pantalones (como hizo, literalmente, Diógenes de Sínope) y hablar de la realidad más cercana hasta en la contraportada [las solapas] de los libros, reflexionando sobre los bostezos, los pies, la sangre, los excrementos o los gilipollas que pueblan el mundo.

Hay sorbos filosóficos en los móviles, en el fútbol, en el sexo, en las drogas e, incluso, en los cubos de Rubik.

Y aún quedarían los sorbos más importantes del individuo contemporáneo: las películas y series de televisión que consumimos.

Todo es “filosofable”

Filosofía a sorbos vierte breves análisis sobre numerosas películas...

No es vulgarizar la Filosofía sino ponerla al alcance del vulgo, del pueblo, de la gente normal y corriente.

No es una filosofía para élites, sino para todos, de ahí la conexión de la filosofía con los problemas que se viven en la calle y no en los despachos de los electos.

Andrés rompe con la denominada “filosofía sería” pero no haciendo una “filosofía no seria” sino para hacer una “filosofía viva” que conecte inmediatamente con su alumnado adolescente-joven.


ANÉCDOTA (de la que, seguramente, Andrés no se acuerda).

Fue en los primeros días de curso cuando un alumno, tímido y moreno, se me acerca y pregunta:

.- ¿Qué puede decirme de Chomsky?
(Lo que me extrañó sobremanera, porque sobre Chomsky yo lo explicaba en clase todos los cursos pero cuando, en Psicología, tratábamos el problema del lenguaje)

(((Aquello de cómo un niño de 4 años construye frases perfectas: con sujeto, verbo, adjetivos, pronombres, complementos…y sin saber que lo son.
Como mi chiquitina cuando dice: “abuelo, dame un euro para comprar, ahora, gusanitos en la tienda de Merche” (sin saber que “abuelo” es un substantivo, “dame” un imperativo con un pronombre personal enclítico, “un euro” un complemento directo, “ahora” un adverbio de tiempo, “en la tienda…”)
Que mi chiquitina construiría, igualmente, frases idénticas, perfectas, en chino, en japonés, en ruso, en inglés,…si hubiera nacido y crecido en China, en Rusia,… porque existe en los hombres unas “estructuras innatas” en las que y con las que…)))

A lo que le respondí a la gallega (con otra pregunta):

.- ¿A qué Chomsky te refieres?
.- ¿Es que hay dos o más Chomskys? – me preguntó.
.- Sí. Uno es el Chomsky crítico del capitalismo y, sobre todo, del capitalismo americano y otro es el Chomsky de la Teoría del Lenguaje y las “estructuras mentales innatas del aprendizaje”.

Ahí quedó todo.

Hoy, irremediablemente, le tendría yo que preguntar: ¿Por qué no me hablas de Chomsky, Andrés?

Porque hoy, Andrés, posee tal y tan amplio acervo de cultura, debido a sus lecturas y reflexiones, conocedor tanto de autoridades a nivel mundial especialistas en ciertas ramas de la cultura como de sus doctrinas que lo convierten en un intelectual (siendo tan joven) de un amplio campo del saber en el que se mueve, no como pez en un charco sino como un cetáceo en el ancho mar y del que se disfruta escuchándolo.

Es un pozo sin fondo a la vista y su meta es impredecible.

¡Orgullo de profesor!


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