Parece algo contradictorio
que “haya pobreza en una sociedad de la abundancia”, pero es la pura realidad.
Y nos escandalizamos, porque
no es normal y, “no debiendo ser”, es.
Y nos preguntamos cuáles son
las causas, sus consecuencias y qué medios deberíamos utilizar para que lo que
no debería ser no lo fuera.
La pobreza se define como: “la
situación de no poder satisfacer las necesidades físicas y psicológicas básicas
de una persona o lo que se relaciona dentro de la vida del mismo, por falta de
recursos como la alimentación, la vivienda, la educación, la asistencia sanitaria,
el agua potable o la electricidad”.
Y, generalmente, los tipos de
pobreza que existen son:
Pobreza material (la que se da
en los países que presentan el índice de exclusión social más bajo)
Pobreza rural.
Pobreza urbana.
Pobreza social.
Pobreza infantil.
Pobreza relativa.
Pobreza estructural.
Sólo una filosofía de la
desigualdad puede dar cuenta de esa anormal normalidad, “pobreza en la sociedad
de la abundancia”, que, sobrando, por abundancia, haga falta, que se
desperdicie comida al tiempo que mucha gente muera de hambre.
La solución al problema de la
pobreza pasa por el cambio de mentalidad, a lo que no están de acuerdo los que
nadan en la abundancia al tiempo que los pobres se ahogan en la miseria.
Esta contradicción (la
simultaneidad de pobreza y abundancia) ha acompañado a los hombres desde
siempre.
Es paradójico que nuestra
época, tan potente para producir bienes materiales y culturales, cohabite con
la pobreza, lo que deslegitima a esta nuestra sociedad.
¿Morir de sed habiendo tanta
agua?, ¿Morir de hambre sobrando alimentos?
Pero no sólo en sociedades
distintas y alejadas (que también) sino en el seno mismo de la misma sociedad.
¿Cuántos españoles, hoy,
ahora, sobreviven por debajo del umbral de la pobreza al tiempo que muchos
españoles, constantemente, sobrepasan e ingresan en el club de los millonarios,
siendo cada vez mayor la distancia entre ambos mundos?
La presencia de la pobreza
revela la injusticia del sistema y la irracionalidad de la organización social.
A la típica división de
“países subdesarrollados”, “países en vías de desarrollo” y “países
desarrollados” ha aparecido, hoy, los “nuevos empobrecidos” en el seno mismo de
los países ricos, al tener franqueadas las puertas de entrada.
Por una parte el crecimiento
del nivel de vida y la solidez económica y, por otra, bolsas de población
excluidas del bienestar y con graves dificultades de integración.
Un “tercer mundo” coexistiendo-cohabitando
con el “primer mundo”, sin salir del mismo país.
¿Cuántos millones de personas
padecen, hoy, una pobreza absoluta en nuestra Europa de la abundancia?
Y si damos un salto y pasamos
de la “pobreza europea” a la “pobreza mundial” nos encontramos con una
escandalosa mortalidad por hambre y sed.
En Europa han aparecido grupos
de gran riesgo: familias monoparentales (sobre todo cuando el progenitor es
mujer), familias numerosas (con cinco o más hijos), las personas sin hogar (los
“sin techo”), los emigrantes económicos, los disminuidos físicos y psíquicos,
los exiliados, los refugiados políticos, los parados de larga duración, los
ancianos, los jóvenes sin un primer empleo, los jubilados anticipadamente, los
enfermos crónicos, los trabajadores en precariedad de empleo (economía
sumergida),…
El rostro de la pobreza está
cambiando y hoy la vemos en otros grupos, en otras familias, en otras personas,…
(La “Nueva Pobreza”, los “Nuevos Empobrecidos”)
La “antigua pobreza” se definía
con el concepto de “umbral”: ingresos familiares necesarios para cubrir el
coste de una adecuada dieta nutricional para los hogares de un determinado tamaño
y equipamiento, multiplicado por tres”.
Pero los “nuevos
empobrecidos” constituyen una nueva forma de pobreza que afecta a los
marginados, a las familias frágiles, debido a su tendencia consumista mantenida
por un alto nivel de endeudamiento, que no pueden ser definidos por el nivel de
sus ingresos, porque arrastran una deuda progresiva.
Personas pobres son los
individuos o familias cuyos recursos son tan débiles que resultan excluidos de
los modos de vida mínimos que se consideran aceptables en el Estado en que
viven (entendiendo por “recursos” no sólo los bienes, las rentas en dinero,
sino también los servicios disponibles de tipo público y privado).
“Pobres” son aquellos
individuos cuyos recursos (materiales, culturales, sociales) son tan bajos que
quedan excluidos de los modos de vida mínimos aceptables en el Estado en que
viven y no teniendo en cuenta sólo lo meramente económico (alimento, vivienda,
sanidad,…)
No hay comentarios:
Publicar un comentario