Las lenguas, en general, van de la mano, asociadas a los nacionalismos.
En España, concretamente, los nacionalismos duros, como el
vasco y el catalán, o semiduros, como el gallego, se apoyan, respiran oxígeno,
toman aliento, de sus lenguas respectivas. Asturias y su bable es una isla
perdida en el océano y Baleares y la Comunidad Valenciana, son apéndices, no
más.
Un nacionalismo sin lengua da la impresión de que es un
nacionalismo en el aire, que no tiene donde apoyarse.
Un gran filósofo alemán, del siglo XIX, nacionalista,
Fichte, dice:
“Todos los que hablan un mismo idioma (…..) Se
hallan unidos entre sí, desde el principio, por un cúmulo de lazos invisibles,
porque pueden comprenderse unos a otros (….) formando un todo homogéneo. Siendo
así, le es imposible al Estado aceptar de ningún otro pueblo noción alguna de
abolengo y de idioma diferente, sin perjudicarse a sí mismo”.
VARIAS CONSIDERACIONES.
1.- La misión fundamental y característica de las lenguas es
la de comunicarse los ciudadanos entre sí. Las lenguas no son señas de
identidad, sino medios de comunicación.
2.- Los nacionalismos surgen en la época del Romanticismo,
en el siglo XIX, como oposición y reacción a la Razón Ilustrada del XVIII. O,
lo que es lo mismo, que corresponde con un miedo al Progreso, a la Razón
investigadora, descubridora, creadora… y se refugia en el “sentimiento”.
El Romanticismo es un movimiento “miedica”, que mira al
pasado donde refugiarse. No es una revolución del Pensamiento, sino un enroque
en el Sentimiento, lo que no quiero valorar si es bueno o malo, mejor o peor,
pero es así, a corto plazo tabla de salvación ante la desorientación, pero, a
largo plazo, perjudicial porque has perdido la referencia de donde están los
otros y donde podrías haber estado tú.
3.- Los nacionalismos, en contra de lo que se cree, no son
revoluciones que haga el pueblo para defender su identidad como pueblo.
Los nacionalismos surgen, como ideología, entre la clase
burguesas, en países divididos o sometidos a terceras potencias.
Esa burguesía, pretende justificar la unificación a través
de un discurso cuyos ingredientes son la raza, la lengua, la cultura y la
religión. “Somos diferentes, debemos estar unidos….”, pero lo que realmente, lo
que en realidad subyace bajo esa hueca palabrería, es la necesidad de creación
de un mercado nacional para favorecer y
potenciar su industrialización (burguesa), controlando las fronteras,
menospreciando lo foráneo, hiperalabando lo propio “made in….”, favoreciendo la
exportación… y, en “medio de la batalla”, el pueblo cae en la trampa, no viendo
más allá de sus narices, que es el objetivo provechoso de sus manipuladores. La
lengua usada como el hilo invisible que mueve a
las marionetas, inocentes, pero que, curiosamente, se creen conscientes,
libres, autónomas.
4.- Esta burguesía, que quiere romper con el feudalismo,
necesitado de siervos, toma las riendas del poder, en el fárrago de tantas
revoluciones (políticas, científicas, tecnológicas, industriales, de fuentes de
energía, de transportes, agrícolas….) va creando y extendiendo, interesadamente
y al mismo tiempo, redes a nivel mundial, dando libertad teórica a los siervos
medievales, pero creando esclavos laborales, los poseedores únicamente de manos
para trabajar.
En beneficio propio (ya no es “su nación con su lengua”)
desplazarán sus capitales acumulados, invirtiendo y creando industrias en naciones
con bajo nivel económico, de sueldos mínimos, de necesidades básicas, de mano
poco especializada, de mono azul como uniforme… (Porque los laboratorios y las
batas blancas sí saben dónde deben estar ubicados y por quiénes tienen que
estar dirigidos).
5.- Los movimientos obreros marxistas, las Internacionales,
sí que, al momento, descubrieron, destaparon y proclamaron “la trampa saducea”
en la que no deberían caer. ¿De dónde, si no, el grito de “Proletarios de todos
los países, uníos”, como termina el Manifiesto Comunista? ¿Por qué?, por que a
la burguesía, vosotros, vuestra lengua, vuestra nación…. les importáis un pimiento. Ellos, por su bien,
deslocalizan sus capitales. Vosotros, por vuestro bien, unificar vuestros
esfuerzos. Esa es la trampa. No caigáis en ella.
6.- Hoy, cualquier nación, que se empeñe en ser, económicamente,
autosuficiente, está condenada, más pronto que tarde, a la pobreza. Y si sólo
quiere exportar y no importar, para controlar el mercado, se verá abocada a los
stocks, al ostracismo, a la ruina.
Si el ágora política son los parlamentos, el agora económica
es el mercado. Y el mercado es un juego obligatorio. En el que nunca, nadie,
sólo gana, siempre se pierde algo o se gana menos.
En frase de otro filósofo, aunque en otro contexto
diferente, “todo está relacionado con todo” y que popularmente, hoy, se le
denomina “efecto mariposa”.
El planeta no puede estar dividido en taifas sino que debe
ser visto como una empresa global, porque las decisiones que un grupo tome va a
afectar a todos los demás (llámese “pesca incontrolada”, “lluvia ácida”, “contaminación”,
“efecto invernadero”, “desertización”…).
Hoy cada vez somos más conscientes del carácter global de
los fenómenos cuya naturaleza transciende las fronteras de las naciones, cuanto
más de los raquíticos límites de los nacionalismos.
7.- Si es verdad que hubo “conciencia de nacionalismo” para
poder llegar a conseguir la independencia en épocas donde predominaba el
colonialismo, omniabarcante y difuso, pero real, también es verdad que ha
habido nacionalismos, no sólo conservadores de sus “esencias patrias”, sino
agresivos, imperialistas, fascistas,… que fueron los desencadenantes de las dos
guerras mundiales.
8.- Si hubo (lo que es lógico) un nacionalismo centrípeto,
hasta que se consiguió la unificación (recordemos los “dolores de parto” de la
unificación alemana o italiana), hoy, en general, lo que los nacionalismos
muestran es una deriva centrífuga, disgregadora, separatista, rupturista,… (“la
muerte del padre” del psicoanálisis freudiano). Pero mientras para Freud ésta
era sólo una etapa de transición hacia la madurez, aquella quiere ser estado
definitivo.
Sin “el padre” como sujeto de referencia al que odiar y al
que oponerse, los nacionalismos serían “actividades infantiles”.
9.- Como “todo está relacionado con todo” (“efecto
mariposa”) todos sabemos lo que ocurre cuando algún país, al que le ha tocado
en suerte la lotería geográfica y geológica, cierra el grifo o, mejor, la llave
de paso del petróleo, o cuando a otro país le ha tocado, por desgracia, la
“peste porcina”.
10.- Los nacionalismos han optado por ser cabezas de ratón
(por aquello de que la lengua, con la que hablar, se encuentra en la boca) que
rabos de león. Lo que, bien mirado, es absurdo.
Quiero recordar que fue Gorbachov el que reflexionaba sobre
cuáles eran los últimos límites de lo autóctono, y ponía el símil de las
muñecas rusas, ¿Cuál es la última? ¿O todavía es posible otra más pequeña
dentro? No sea que (me invento un torpe
símil) el “nacionalismo malagueño” quiera independizarse del “nacionalismo
andaluz”, pero no permita que “el nacionalismo torremolinense” se independice,
al tiempo que éste se oponga a que el “nacionalismo carihuelense” sea … Y al
final, va a resultar que, mi apartamento es independiente del mundo mundial
(aunque quizás mis hijas digan que…). ¿Dónde está, donde ponemos el límite, en
un mundo global, ilimitado?
11.- (Y creo que último). Lo queramos o no, nos guste o no,
nuestro coche no tiene marca española (sino francesa), mi móvil debe ser finés,
mi ordenador es japonés, mi reloj es suizo, el ascensor de mi bloque es alemán,
el combustible de mi coche debe ser árabe, la electricidad debe provenir de las
centrales nucleares francesas, la televisión es estadounidense, el instrumental
micro de mi médico es…. Y el instrumental macro de los observatorios espaciales
es….
¿Y saben Uds., qué lengua hablan todos ellos (ordenadores,
móviles, televisiones…..)? Ni euskera, ni catalán, ni gallego, ni bable,….
INGLÉS.
La relación de “todos con todos y de todo con todo” es/¿debe
ser? El INGLÉS.
Pero ya no el Inglés de Shakespeare o de Dickens, sino el
Inglés de la economía, de la tecnología,…
Si la finalidad principal de las lenguas es la comunicación
y el entendimiento entre las personas, potenciemos el INGLÉS para poder
entendernos con los otros, sin tener que prohibir ni obstaculizar el español o
castellano, de mayor amplitud que las lenguas nacionalistas, porque yo me
entenderé con mi vecino y con la rubia del quinto en la lengua que nos dé la
gana, sin que nadie nos obligue a otra, y no en la que Uds. quieran.
Nos ha entrado una fiebre por proteger… (Darwin estará
cachondeándose de nosotros, ahora que con el centenario lo estamos
semirresucitando).
Protejamos la gallina vasca. Protejamos el escarabajo
patatero del valle de… protejamos la
naturaleza, protejamos las culturas, protejamos las lenguas (impidiendo las
otras).
SEGURIDAD SOCIAL PARA LAS LENGUAS.