¿Todo lo que puede, legalmente, hacerse debe hacerse?
¿Estoy en mi perfecto derecho, porque es legal, hacer lo que
me venga en gana, mientras no ataña a los derechos de los demás?
Cuando un joven, en su lenguaje juvenil, dice de otro: “es
un tío legal”, ¿qué quiere decir, que cumple la ley o que es de fiar, aunque
sea un ilegal?
Rajoy (nos guste o no) está “legitimado” a gobernar porque
ha sido elegido por mayoría, pero ¿“es “legítimo” todo lo que está haciendo, al
gobernar?
¿Por el hecho de que “todos” o “casi todos” hagan o digan
algo puede, moralmente, hacerse o decirse ese algo?
El que la mayoría o la ley lo legitime ¿es legítimo?
Ahora hasta nos desayunamos con la corrupción.
La ley permite que un parlamentario, elegido como tal sin
nuestro consentimiento expreso sino tan sólo porque iba en un buen puesto de
salida en una lista electoral, que ha impuesto su partido, con apenas años de
cotización y por sólo una parte de lo bastante que gana/cobra pueda jubilarse
con la pensión máxima, más otras sinecuras, por el único motivo manifiesto de
ser dócil y no problemático en su partido.
Eso es “legal”, eso está “legitimado”, pero ¿es “legítimo”?,
¿es justo?, ¿puede una ley “legitimar” algo “injusto”?
Tener derecho a algo, porque es legal, y ejercerlo ¿implica
que es moral, cuando la ley es injusta?
El que sea “necesario” (que la ley lo permita) ¿es
“suficiente”?
¿Claudicaremos de nuestra razón para criticar una ley, tan
sólo porque es ley y ha sido aprobada por la mayoría parlamentaria?
¿Qué es lo prioritario: la ley o el ciudadano?
¿Puede ser justa una ley que trata injustamente a ciudadanos
iguales?
O, dicho de otra manera, ¿es “valioso” todo lo que es
“válido”?
¿Podemos apearnos de la “razón crítica” sobre una verdad
tradicional o un valor generalmente aceptado porque “ya estaba ahí”?
¿No debemos revisar, con la razón, los juicios/prejuicios,
gnoseológicos y morales, sin valor de verdad ni de bondad, porque “siempre han
sido así”?
Debemos justificar por qué decimos y/o hacemos lo que
podemos, legalmente, hacer y/o decir.
Hay que meter el bisturí de la razón sobre las callosidades
legales.
¿Tengo Derecho a no tener el Deber de informarme sobre lo que
voy a decir y/o hacer sólo por el hecho de que la ley me lo permite?
¿Es que las leyes no son modificables, cambiables,
abolibles,…..y podemos/debemos propiciar esa modificación, ese cambio, esa
abolición,… ya?
¿Y lo que ayer era legal y hoy no, era legítimo antes y
ahora ya no?
La libertad de expresión, que es un Derecho, ¿no debe estar
sometida al criterio, racional, de si lo que voy a decir o a hacer es legítimo
decirlo y/o hacerlo?
¿Es que mi “derecho a expresarme” prohíbe que el otro me
pregunte el porqué y responder únicamente que “porque tengo derecho”? ¿Es ésta
una respuesta lógica?
¿No puede el otro preguntarme por qué he votado lo que he
votado, por el hecho de que tiene “derecho” a votar libremente lo que quiera?
¿Por qué has querido eso? ¿Sólo porque te ha dado la gana? ¿Por qué te ha dado
“esa” gana?
¿Es que no existe una jerarquía de valores y unos son
superiores y otros inferiores?
¿Puede alguien, racionalmente, decir que tiene “derecho” a
estar y seguir equivocado y no el “deber” de habitar y convivir con la verdad,
con la bondad, con la justicia,…?
¿Tienen la Falsedad, la Maldad y la Injusticia los mismos
derechos a “vivir” (¿) que la Verdad, la
Bondad y la Justicia?
¿Puede una persona, racional y razonable, apostar por el
error…. y no el “deber” de informarse de la verdad,…..?
¿Es que la ley que amparaba la esclavitud era justa por el
hecho de ser ley?
Ahora mismo ¿qué decir de una ley que considera a la mujer
como inferior al varón?
Yendo un poco más allá. ¿Es que la ley, racional, tiene que
estar sometida al tribunal de la fe, como piden a diario, los jerarcas
eclesiásticos?
¿Qué son los “fundamentalismos” y los “tradicionalismos”
sino una abdicación expresa de la razón?
¿El Derecho a opinar/a hacer avala lo opinado y/o lo hecho?
¡Libertad de decir y/o hacer¡, ¡calidad de lo dicho y/o
hecho!
No se trata sólo de opinar, sino de esclarecer lo opinado.
Todo lo democrático es criticable, si no, no sería
democrático.
Si el Derecho a opinar es valioso ¿sólo por eso es valioso
lo opinado?
Equiparar todos los valores es menospreciar el valor.
La pereza intelectual, la debilidad de la propia razón,…
¡qué injustamente avalan las opiniones ajenas, sean las que sean!
¿No sería un “contrato perverso” no meter el bisturí en las
opiniones ajenas siempre que el otro no meta el suyo en las propias?
Todas las opiniones son opinables, pero no, por eso, todas
son tolerables, aunque la persona que así opine siempre sea respetable.
No identifiquemos “tolerancia” (de ideas, costumbres,
creencias, modas, gastronomía, vestuario,…..) con “respeto” (a la persona, por
el simple y mero hecho de ser persona)
Pero, ¡cuántas veces reina, entre nosotros, el DOGMATISMO DE
LA INDIFERENCIA¡
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