ALGO DE HISTORIA.
-Ramón Berenguer IV, hijo de Ramón Berenguer III, Conde de
Barcelona.
-Petronila de Aragón.
El Rey de Aragón, Alfonso I, “el Batallador” muere sin
descendencia, legando su reino a las Órdenes Militares. Pero no se hizo
efectivo el testamento, porque se buscó y se encontró otra solución.
Sacar del convento al hermano del Rey muerto, Ramiro II, el
Monje, casándolo con Inés de Poitiers con la única finalidad de conseguir un
heredero para la corona de Aragón.
Pero nació, no un niño, sino una niña, Petronila, lo que era
un inconveniente porque, según el Derecho aragonés, no podía heredar el Reino
una mujer ni, por lo tanto, ejercer el poder real a no ser que fuera
desempeñado por su marido o tutor.
¿Solución?.
Ramiro II acordó la boda (“esponsales ad futurum”) de su
hija Petronila (1 ó 2 años) con Ramón Berenguer IV, Conde de Barcelona (21
años).
Ramiro volvió a su convento, que es lo que deseaba y que si
salió fue sólo para eso, pero conservando la dignidad real.
Su futuro yerno sería nombrado “príncipe de Aragón”, además
de ser “Conde de Barcelona”, pero nunca recibió el título de Rey, (sólo de
“Rey-consorte” pero que podría ejercer la potestad regia, (sucesor “de hecho”,
aunque no “de derecho”), haciéndose cargo del gobierno de Aragón, siendo, eso
sí, un buen gobernante y un político de
primera fila, y quedando, además, la Princesa Petronila bajo la protección de
su marido hasta que alcanzase la edad de 14 años, edad canónica y núbil para
poder consumar el matrimonio y esposarse. Él tenía, entonces, 33 ó 34 años.
Mientras tanto la niña sería educada por Berenguela, su tía,
hermana de Ramón Berenguer IV y esposa de Alfonso VII de Castilla.
El Reino de Aragón y el Condado de Barcelona, entonces, no
tenían frontera común.
Estamos en el siglo XII.
Ramón Berenguer, hijo de Ramón Berenguer IV y de Petronila
de Aragón heredará, de su padre, el Condado de Barcelona y otros condados
sometidos, y, por parte de su madre, el Reino de Aragón.
En vez de llamarse Ramón Berenguer V, en memoria de su su
abuelo y por deferencia y consideración a Aragón y a los aragoneses, al acceder
al trono, se hará llamar Alfonso II.
Cuando, hoy, se habla de la obra de Ramón Berenguer IV, “la
Confederación catalano-aragonesa”, está tergiversándose la historia, porque
“Cataluña” no existía, quedando el Condado de Barcelona subsumido en el Reino
de Aragón.
No hay, pues, tal unión de Aragón y Cataluña.
Lo que surge es la Corona de Aragón.
Cuando en Historia de Cataluña, buscando los orígenes lo más
lejanos posibles se afirma que “el linaje de Wilfredo el Velloso, Conde de Barcelona,
fue el embrión de la Corona de Aragón” es una verdad a medias, pues es la Unión
de un Reino y un Condado (no de Cataluña) y embrión muy lejano.
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