martes, 30 de abril de 2013

DICE MI PSIQUIATRA QUE...


Dice mi psiquiatra que para ayudarme a ser feliz, ahora, antes tengo que retrotraerme a mi niñez, porque allí están atados los traumas que me lo impide. Allí comencé a vivir con el freno echado. Debo volver al origen para levantar ese freno y, así, poder acelerar. El mito del origen, del pecado original, del paraíso terrenal. El mito del “regreso” como forma de “progresar”

Mi confesor, sin embargo, apuesta por sacrificar toda mi vida, ésta, la única que tengo, hipotecarla, para así, tras la muerte, poder acceder a la felicidad, además, eterna. El mito de la meta, del paraíso celestial.

Pero mi filosofía me asegura que no es imposible ser feliz ahora, aquí, y que basta con superar los miedos varios que me acechan, para asomarse a ella.

Pero ¿qué delito cometí, al nacer y por nacer? Porque, además, yo no nací. A mí me nacieron mis padres biológicos tras un abrazo orgásmico sexual. ¿Esa es la causa para “nacer empecatado”?

¿Qué culpa puedo yo tener en el pecado de desobediencia de Adán?

Yo soy más de Prometeo que de Adán. Mi futuro es mío y en mis manos está hacerlo infernal o celestial. No está escrito. Yo soy el escritor, el actor, el autor y el espectador, de mi propia vida.

No está en la vuelta a la matriz materna, sino preparar e instalarse en la matriz social. En ser madre y llenar la matriz, creando vida.

En construir, en el horizonte, la casa en que habitar, sin tener que derruir la casucha en la que vivo.

Ser feliz ahora, mientras estoy siendo, sin hipotecar lo poco con que cuento, para enderezar la incertidumbre del futuro.

lunes, 29 de abril de 2013

DIOS: CIENCIA, FILOSOFÍA Y TEOLOGÍA

No sé si todo, pero gran parte del progreso científico ha consistido en ir prescindiendo de Dios como mecanismo explicativo.
Que no es que Dios explique algo, sino que lo que nosotros no podemos explicar, se lo dejamos a Dios. Pero que, de nuevo, se lo birlaremos en cuanto demos con una explicación científica humana.
La hipótesis “Dios” quedaría, pues, como “el cajón de sastre” en el que se encuentra lo aun inexplicable.
Así ha sido siempre.
Kant, ya ilustrado, y creyente, incluso fue más lejos y llegó (quiso llegar) a prescindir de Él para la moral, al crear una Moral Autónoma.
Podemos decir, pues, que no “gracias a Dios”, sino a pesar de El es como el hombre ha progresado.
Pero ¿qué pueden decir, la Ciencia y la Filosofía, de Dios? NADA.
La Filosofía, si razona sobre Dios, ¿Qué puede decir?, ¿es “razonable” lo que dice? Además de que cada filósofo que trata el tema de Dios, dice cosas tan distintas que…
¿Y la Ciencia? Menos todavía, al estar Dios, como objeto de estudio, fuera del método que usa, por lo que ni de su existencia, tan siquiera, ni verificable ni falsable, cuanto menos de su esencia.
Pero lo que sí puede hacer la ciencia es mostrar que la suposición de la existencia de Dios no es necesaria para muchas de las cuestiones que, tradicionalmente, se habían explicado mediante dicha suposición. Es decir, que las supuestas razones para creer en Dios como explicación, no son tales razones, porque pueden explicarse sin Él.
Y también puede descubrir la ciencia que la tendencia a aceptar la existencia de Dios y/o de entidades sobrenaturales es algo razonable porque seres como nosotros, los hombres, en ciertas circunstancias, sin tener base alguna de conocimiento científico, necesitan salir de la zozobra.
Ante la ausencia de respuestas racionales, los más inquietos y necesitados de seguridad, se agarran a la hipótesis Dios.
Se le ha hecho mucho daño a Dios, a lo largo de la historia, al poner en sus manos tantas respuestas que, una vez que las hemos encontrado por nuestra cuenta, Dios, en esas cuestiones, se nos ha hecho innecesario, de más.
Por una sencilla deducción podemos concluir que ha sido nuestra ignorancia la causante, con la esperanza de que algún día podamos…. Confiar en la razón y sus explicaciones supone la no necesidad de Dios para dichas explicaciones. No es que Dios sobre. Es que, para eso, no hace falta.     
Cuando a alguien se le diagnostica una enfermedad incurable para la ciencia, en su estado actual, es “razonable” que se encomiende a Dios para que…. Otra cosa distinta es afirmar que si, la salud se restablece, sea Dios la causa de ella y no una combinación de factores entre los que está él mismo.
¿Y la Teología?
Desde Ockham y su demarcación del campo de la fe del de la razón, he pensado lo mismo que algún autor contemporáneo: “el que sabe no puede creer; el que cree no puede saber. La locución verbal: “fe ciega” es una redundancia, pues la fe es siempre ciega”.
Quien, al creer, ve claro lo que cree, es una ilusión, no una visión. Vive en un error de conocimiento, aunque sea un alivio psicológico
Cito una frase, (para mí exagerada) de Robert A. Heinlein (uno de los tres mejores escritores de ciencia-ficción, junto a Asimov y Clarke, pero que, incluso sus historias de fantasía contienen una estructura científica lógica): “La Teología nunca ha sido de gran ayuda. Es como buscar, a media noche y en un sótano oscuro, un gato negro que no está allí”.
Si se piensa bien, la Teología es hablar/escribir sobre un fantasma del que nada se sabe. Es una logomaquia.
Prefiero a mi Unamuno: “Dios es una gran X sobre la última barrera de los conocimientos humanos. A medida que la ciencia avanza, la barrera se retira. De la barrera acá todo se explica sin Él; de la barrera allá, nI con Él, ni sin Él”
Es fácil, desde la creencia, echarle en cara a la filosofía que nada puede decir sobre Dios, como a la ciencia, ni demostrar su existencia ni su inexistencia (ésta es imposible).
Pero la fe verdadera tiene que respirar dudas por todos sus poros.
La total seguridad de la existencia de Dios es lo propio de la “credulidad”, fruto de la inmadurez, estado infantil, como el niño, que está “seguro” del Ratoncito Pérez, de los Reyes Magos y de la Cigüeña de París.
La Religión, durante mucho tiempo, ha sido considerada una ilusión. Más aún, una coartada.
La condición previa al creer es no saber y dudar, pero, una vez creyente se disipan las dudas, de lo contrario no sería “confiar”, “fiarse de”, “dar fe al otro”.
Confiar en Dios no es como confiar en mi padre, porque sé que mi padre puede equivocarse y, por lo tanto, mermar la confianza en él, desde ese momento. ¿También con Dios? ¿Aunque no me escuche ni me conceda lo que le pedí? ¿Puede frustrarse mi confianza en él, cuando, quizá, sólo está probándome? ¿No responden los teólogos con la distinción entre “permitir” y “querer”?. Porque Dios puede hacer “que estas piedras se conviertan en pan”.
Yo confío en el taxista, que conoce el trayecto a mi casa, seguramente, mejor que yo, pero sé que puede tener la tentación de dar un rodeo para que el taxímetro…
¿También Dios?
Sin embargo, hay un adagio que afirma que: “un poco de ciencia aleja de Dios, pero mucha nos acerca”.
Se duda al no tener razones, pero también se duda cuando se tienen muchas, pero distintas.
La certeza de la fe no es la certeza de la razón, como la confianza no es la evidencia.
El filósofo lo tiene claro, el creyente también, pero son distintas “claridades”.
¿Y el científico?
¿Qué diferente el organicismo (teleológico) de Aristóteles con el mecanicismo de la época moderna?
Porque la “finalidad” no es una noción científica. Pero tampoco lo son “la libertad”, “la justicia”, “el amor”,….
Soy consciente de que el conocimiento científico no abarca toda la realidad, de que la verdad científica no es toda la verdad, de que la racionalidad científica sólo es un aspecto de la racionalidad humana.
Y siempre he defendido que “el ojo humano no ha sido diseñado “para” ver, sino que vemos “porque” tenemos ojos.
Soy consciente de que “las causas finales” eran un callejón sin salida para el avance científico y que el cambio de paradigma, el de “las causas eficientes”, era el adecuado.
Pero la “finalidad” no se discute, se constata. El grano de trigo, al “desarrollarse” está “desenrollándose”, por lo que se colige que estaba ya allí, aunque “enrollado”.

sábado, 27 de abril de 2013

LO OBLIGATORIO-LO PROHIBIDO-LO PERMITIDO.

No es obligatorio cazar. Quien no quiera hacerlo no tiene por qué hacerlo.
No está prohibido cazar. Quien quiera hacerlo puede hacerlo.
Está permitido cazar. Aquellos que así lo deseen pueden hacerlo.
¿Quiénes? Los mayores de edad, con permiso de armas y licencia de cazador…
¿Dónde? Sólo en los lugares permitidos, no en cualquier lugar. Hay cotos privados que no pueden ser pisados a no ser que el dueño….
¿Cuándo? No en cualquier momento, sino sólo durante la temporada de caza.
¿Qué? Sólo las especies permitidas, no cualquier animal que se ponga a tiro.
¿Cómo? Con las armas reglamentarias, no con cualesquiera.
¿Por qué? Porque le apetece, por deporte, por competición,…

¿(Lo permitido)?
En una democracia deberían ser las Leyes Permisivas las que abundasen. Porque la libertad de elegir, conlleva la responsabilidad de lo elegido y de las consecuencias de la opción. Lo que supone la mayoría de edad de los ciudadanos”
¿Por qué no con el SEXO, por ejemplo?
¿Por qué no con el ABORTO, por ejemplo?
¿Por qué no con….
No se trata de hacer lo que a uno le dé la gana.
Como diría aquel: “Ustedes hagan las Leyes, pero déjenme a mí los Reglamentos


viernes, 26 de abril de 2013

A VUELTAS CON LA IGLESIA.

Tan moldeados por la cultura religiosa y durante tanto tiempo que toda conducta desajustada, desacoplada, no sólo era prohibida sino también condenado el infractor, hasta llegar a la hoguera.
La Verdad y la Bondad eran sólo una, y ellos la detentaban en monopolio.
Hasta ayer mismo no era posible la reproducción humana sin coyunda sexual y, como lo esencial era la reproducción y no la coyunda, ésta estaba prohibida, como pecado “nefando” si no se la dejaba ir por los cauces naturales.
Los varios y variados métodos anticonceptivos, naturales y artificiales, para poder disfrutar del sexo sin estar expuestos a sus consecuencias y no tener que asumirlas (la paternidad-maternidad), estaban, también, prohibidos, como una estafa a la naturaleza, al no dejarla actuar.
Y si eso ocurría en la heterosexualidad qué decir, y hasta donde llegó/está llegando/llegará el grito cuando personas del mismo sexo (homo-sexo) están intentando formalizar su unión sexual que, naturalmente, no conlleva reproducción posible y tan solo placer erótico.
Yo comprendo que la Iglesia quiera muchos/más fieles, devotos adoradores de su Dios, al tiempo que clientes suyos necesitados de ayuda y consejo, en su permanente minoría de edad.
¿La Iglesia no puede comprender que hay personas (muchas o pocas, pero algunas) que no desean ser padres/madres pero que no quieren renunciar al placer sexual?
Pues, NO lo puede comprender.
Ellos pueden jurar el voto de castidad (a lo que nadie se opone) pero los demás quieren el placer sexual.
Porque no es que seamos seres “sexuales”, es que somos, y así nacemos, “sexuados”.
Los pastores (¡qué poco me ha gustado esa denominación!) quieren que sus ovejas paran, todas, para incrementar el rebaño. Pero quienes no son pastores ni se consideran ovejas de pastor alguno, lo que desean es disfrutar de la vida, ser ellos mismos, y no padres. Nada más.
Pero ¿por qué esa obsesión por el Todos y el Ninguno?
¿No ha lugar para el “algunos” que quieran eso y no lo otro o lo otro y no eso?
¿Todas las leyes tienen que ser Obligatorias o Prohibitivas?. ¿No puede/no debe haber, sobre todo leyes Permisivas, para los que quieran?
Incluso el Código de Circulación, “obligatorio” para todo conductor, te “permite” cierto margen de maniobra.
La Ley de Educación es “obligatoria” para todos, deben estar escolarizados TODOS los niños hasta cierta edad, pero te permite elegir un colegio u otro, según su ideario, optar por una educación totalmente religiosa o laica (que no es “antirreligiosa”).
El estado no puede/no debe prohibir la asignatura de Religión, pero no tiene obligación de que se imparta en los Centros Públicos, sino en sus iglesias correspondientes.
Y más en un estado, como el nuestro, que constitucionalmente, se define como “no confesional”.

¿RELIGIÓN O NADA?
La Conferencia Episcopal, no sólo quiere que la Religión (no “la cultura religiosa”, de la que fui profesor algún curso), o sea, la catequesis, entre en el currículum del alumno como materia a elegir, sino que, a quienes no optan por ella, se les castiga con la obligación de optar por otra materia, por ejemplo, Historia de la Filosofía.
¿No podría ser, por ejemplo: “Religión o nada”, “Religión o tiempo libre”, “Religión o recreo” (“segmento de ocio” ¡qué ordinariez¡)?.
NO. Quien no quiera Religión (en que, si no tienen mucho interés, serán calificados con un 9, y si han mostrado algo de interés con un 10, aunque el alumno sea un “negado” y suspenda con 1 todas las demás materias) será castigado con otra materia.
NO.
Pero ¿por qué no?
Porque saben que….(¡vaya que lo saben¡).
Si para la vida corriente, “saber/conocer” es un asidero más seguro que “creer”….
Si los Centros de Salud y los Médicos de cabecera están más solicitados y visitados que las iglesias y los curas….
Si la Farmacia y los fármacos son remedios más efectivos que la capilla y la novena….
Si el tratamiento médico, a corto o largo plazo, es más eficaz que los monótonos rosarios o que las misas gregorianas….
¿Por qué esa “obsesiva obsesión” en que….?
Si Los Mandamientos de la Ley de Dios ya no están vigentes
¿Descanso dominical para conductores de autobuses, o taxis, o pilotos?. ¿Y los Restaurantes y Bares?
¿No jurar ni tomar el “nombre de Dios en vano” cuando vemos a nuestros políticos, jurar sobre la Biblia o prometer y luego…..?
¿No hurtarás? (me ahorro el comentario).
¿No cometerás actos impuros…..?
¿No matar, cuando hay guerras en cualquier lugar y cualquier país le exporta armas……?
¿No desearás a la mujer de otro….?
¿No mentirás?...

¿Por qué no una Educación para la Ciudadanía (puesto que vivimos en una sociedad democrática en la que todos debemos sentirnos ciudadanos) obligatoria para todos?.
¿Por qué no una Ética, obligatoria para todos, tanto una Ética Personal, como una Ética Interpersonal, como una Ética Social, tal y como estaba programada en el Bachillerato de tres cursos?.
Pues, NO, NO, NO…
Y veréis cómo, al final, el Partido Popular entra por el aro.
¡Qué triste¡
¡Perdónalos, Señor, que no saben lo que hacen¡

DESPUÉS DE NIETZSCHE.

Después de Nietzsche no se puede seguir pensando como antes de Nietzsche.
Ya no están Dios y el hombre, como dos entidades separadas. “Dios ha muerto” (véase en www.tomasmorales.es). Ya sólo queda el hombre. Y quedamos a la intemperie.
Tras Nietzsche, el humanismo postnietzscheano será una “humanización de lo divino” o una “divinización de los humano”.
La secularización, la laicidad, la descristianización, ha entrado en nuestro mundo y se ha instalado en él. No sólo convive con nosotros, es que colorea todo lo que existe.
Hay, pues, un desencantamiento del mundo.
Todos nuestros valores, antes firmemente asentados, se han quedado sin fundamento.
Incluso nuestros valores democráticos se asientan en los hombres.
La autoridad no proviene de Dios, ni directa ni indirectamente.
La desobediencia ha dejado de ser un pecado y, muchas veces, es necesaria, contra el poder humano.
Dios ha desaparecido, no sólo como padre, sino como Dios. Hemos desdivinizado el cristianismo-judaísmo. Todo es, ya, “Humano, demasiado humano”
La justicia ya no es un valor absoluto y meta a la que acercarse, porque ya no proviene ni del cosmos (que ahora es un “caos”) ni de Dios (que ha muerto).
La religión se ha retirado a sus cuarteles (de donde nunca debió salir), al “ámbito de lo privado”, sin tener que aparecer en la “esfera pública” (los cadáveres se entierran, no se los pasea).
Todos los anteriores valores absolutos (Verdad, Justicia, Bondad,….) se han caído de la peana y andan esparcidos por el suelo.
Incluso el Arte (la Belleza) ya no es un reflejo de la naturaleza, ni de Dios, sino que es la mera y pura expresión individual, subjetiva, del artista.
Toda la cultura es, ya, humana. Humanismo cultural. No hay cánones ni reglas a seguir. No hay temas privilegiados que tratar.
Pero como hemos “humanizado todo lo divino” ahora hemos empezado a “divinizar lo humano”.
Como si el único muerto fuera el Dios de las religiones pero nos negásemos a no ser nosotros “dioses” (“ya que Dios ha muerto, seamos, al menos, dignos de tal hazaña”. Seamos, nosotros, dioses y divinicemos nuestros ideales.
Y si antes muchas personas dejaban matarse por Dios, ahora habrá quien se deje matar por la “democracia”, por la “autonomía”, por la “patria”, por la “revolución”, por la “justicia”, por la “independencia”…. Son los “nuevos dioses humanos”, son las “nuevas entidades sacrificiales”, pero que ahora, a diferencia de antes, ya no son verticales, “allí arriba”, “exteriores y superiores”, sino “horizontales”, aquí abajo, a nuestro lado, conviviendo con nosotros, enraizadas en lo humano. Son una forma de trascendencia, pero inmanentes al hombre.
Hasta la “propia vida”, origen y fundamento de todos los valores, ha dejado de ser “el valor supremo”.
La espiritualidad religiosa ha dado paso a la “religiosidad laica” o “sabiduría de los modernos”.
Todo es “HUMANO, DEMASIADO HUMANO”
Pero el hombre actual no es un hombre sólido, sino light. Y esto no es nada en concreto, es comodín, es cualquier cosa. Vivimos a la intemperie. Todo, siempre, es provisional. Estamos en la cuerda floja.

martes, 23 de abril de 2013

DÍA DE SAN JORDI: UN LIBRO, UNA FLOR Y LA TERCERA MUJER.

            ¿Quién iba a decirme que, en día tan señalado, el día de San Jordi, yo, (que soy del Real Madrid) iba a ser testigo de una escena semejante: Raquel, esa alumna ejemplar, coqueta y moderada, con la cabeza sobre los hombros, siempre sensata y asentada, pegándole en la cabeza, con una flor, a su amigo del alma y de siempre?.

            Pero ¿quién iba a decirme, a mí, precisamente, que, en día tan señalado,......iba a ser coprotagonista de una situación, tan cómica y tan trágica, pero real?.

            Yo, como todos los años en esta fecha, le había comprado una rosa. La rosa más bella (y más cara) que había en la floristería de la esquina. Incluso le había encargado al empleado que me la envolviese en ramaje verde para que, con el contraste, resaltase más su hermosura o su esbeltez.

            Apenas traspasé la puerta, como todos los años, le mostré una sonrisa, le ofrecí la rosa y le di un beso.

            Ella, igualmente, (como todos los años), pero algo más seria, incluso arisca (de eso sí que me di cuenta al momento) me ofreció un  paquete, de pequeño tamaño, de forma cuadrada y escrupulosamente envuelto en papel de regalo (¿un libro cuadrado y de tan pequeño grosor?, ¿un libro infantil?).

             Era un compac-disk de Ella Baila Sola. Encima del celofán que lo cubría, una pegatina amarilla, con una orden o consejo, escrito a boli rojo: “ la canción nº. 5, por favor “. Era “ La mujer florero “ ( la canción más odiada por mi esposa y la más odiosa, según ella, de toda la historia de la música pop en los últimos tiempos). ¡ Cuántas discusiones no habríamos tenido por el dichoso tema¡. Yo hablando de libertad, de tolerancia, de respeto a las opciones y ella replicándome con lo de “ derechos inalienables e intransferibles “.

            También ella, de repente, cogió la rosa y empezó a sacudirme “ rosazos “ en la cabeza y hartó a todo el género humano, masculino, en mí persona de todo lo que quiso y más de lo que uno puede imaginarse. Pero el vocablo que más se repetía, como un adjetivo cuadrado y lanzado, martilleante, era el de machista”, “machista”, “machista

            “ Habéis construido a vuestra medida –decía-  un lenguaje “ machista “, una cultura “ machista “, una familia igualmente “ machista “ ( y seguía y seguía y seguía....“ machista “, “ machista “, “mach....” ..

            Me cogió por la pechera y me sentó bruscamente ( en realidad me empujó y me tiró en el rincón del sofá. Me puso su dedo índice acusador a la altura de los ojos y me ordenó ( esto sí que no fue un consejo ): Calla y escucha atentamente lo que voy a decirte porque voy a contarte una historia en TRES  CAPÍTULOS:
        
            “ Desde siempre – decía – los machos habéis dominado el mundo porque érais los dueños de la palabra, del lenguaje, de los libros. Y en los libros se encuentra LA VERDAD. Y decir VERDAD  es decir PODER, DOMINIIO, MANDO, VENCEDOR. Siempre interesó al macho que la mujer no supiese leer. Siempre la puerta franqueada. Sabíais que si entrábamos en contacto con            LA VERDAD  poníamos en peligro la JEFATURA  del macho sobre el grupo.

            ¿ Puedes decirme cuánto dura la belleza de una rosa ¿, ¿ Una semana ?, ¿ Y qué es una semana comparada con la eternidad de LA VERDAD ?. “  Egoístas “, “ que sois unos egoístas “  ( también viene ahora mi mente ese vocablo martilleante ( “ egoístas “, “egoístas “, “ egoístas “.....)

            “ Habéis repetido la escena de Dios en el Paraíso, porque os habéis creído dioses. Dios temió que Adán, al probar la fruta del Árbol de la Ciencia ( de La Verdad ) del Bien y del Mal, supiera, Y si ya sabía ¿ para qué iba a necesitar a Dios si, por sí mismo, ya sabía qué era bueno y qué era malo ¿. A Dios le interesaba un Adán ignorante. Pero Adán pensó por sí mismo y eso puso en peligro la necesidad de Dios, el papel de Dios. Por eso lo expulsó del Paraíso, porque temió no ser ya necesario. Además lo echó desnudo, condenándolo a trabajar para comer, para tapar y alimentar su cuerpo. La venganza divina y la .estrategia divina eran perfectas. Adán, a partir de entonces, tendría que preocuparse de su cuerpo. Sólo así descuidaría su alma, tendría que trabajar y no tendría tiempo para pensar, para saber. La Verdad siempre es peligrosa para un Jefe, porque toda Jefatura tiene un pie puesto en la ignorancia de los subordinados ignorantes. No en vano está escrito y revelado: “ LA VERDAD os hará LIBRES “. Mantened ignorante a un pueblo y lo mantendréis siempre esclavo, encadenado, inmaduro, necesitado...

            Esa misma escena divina la habéis ensayado y puesto en práctica los machos, diosecillos de pacotilla, durante siglos con nosotras.

            Esa PRIMERA MUJER, fue la mujer depreciada. Vosotros repartisteis los papeles sociales, según el sexo, y a nosotras, naturalmente, nos tocaron los peores. Y  creasteis  unos mecanismos de reproducción homosocial. Vosotros nos pusisteis un “glass ceiling” que, en la realidad, se convirtió en un “glass wall”. Una escalera para vosotros; un tajuelo para nosotras. ¿Por qué no una escalera, jerárquica, meritocrática?. La diferencia anatómica la habéis convertido en diferencia social. ¿Qué decir de esos políticos, imbéciles (Véase el diccionario, por favor) que hablan de cuotas femeninas en cargos de responsabilidad, que quieren primar a los partidos que lleguen al cincuenta por ciento, de cuota ( ahora sólo el veinticinco?. ¿Es posible tan alto grado de idiocia? (Véase el diccionario, por favor). Como si el sexo imprimiera carácter. Parecen no diferenciar hormonas  de neuronas. ¿Por qué, si desapareció la monocracia y pasó a mejor vida la aristocracia, se mantiene la falocracia?. Yo no tengo complejo de castración, no soy un ser inferior al que le falte el pene. !Confundir el culo con las témporas¡. Dominio social del hombre sobre la mujer. Las actividades valiosas son las masculinas (si incluso nuestro nacimiento fue indigno, la hembra salió de una costilla del macho). Siempre, y en todo, inferiores. La guerra, la política, el poder... eso “ era cosa de hombres”  (entiéndase machos). La mujer en la casa (y con la pata quebrada). Sólo éramos capaces de hacer algo que vosotros no podíais, algo exclusivo nuestro, “ parir “. Pero incluso entonces, cuando paríamos, alababais la simiente en detrimento de la tierra. Esta era sólo un medio en el que prendía, germinaba y fructificaba la semilla (vuestro semen). Cuando paríamos, lo importante nunca fue la parturienta, sino lo parido. Sólo lo que salía, lo engendrado, tenía valor. Incluso en Grecia, en la culta Atenas, sólo éramos “ nodrizas de un germen depositado en nuestro seno “. El depositante y lo depositado, no la depositaria, el falo y el germen-semen-semilla era lo precioso y lo preciado. Nosotros siempre estuvimos, fuimos, depreciadas. Sólo fuimos tentación de pecado, de peligro. Éramos maléficas. Eva fue la culpable de que Adán fuera expulsado del Paraíso. Ella lo engañó. Éramos tuercas a las que se les había salido/sacado/perdido el tornillo. El meter, no el recibir, era lo positivo, lo causante. Siempre fuimos el elemento oscuro y diabólico (el diablo se disfrazaba de mujer para perder a los hombres). Nosotras éramos las sibilas, las magas, las brujas, las hechiceras. Éramos impuras (¿no sangrábamos sin estar heridas, una vez al mes?, alguna enfermedad tendríamos por dentro). Y durante la regla, (¿lo recuerdas?) no podíamos tocar los alimentos (se pudrían), ni trasegar vino (se picaba, se avinagraba...)

            Entre la carne y el trigo, la carne; entre el salir y el quedarse, el salir; entre el correr y estar parado, el correr; entre el sol del día y la sombra de la cueva, el sol. Por eso vosotros salíais, os ibais, cazabais, pescabais. Olvidáis con frecuencia que si el Paleolítico fue vuestro, el Neolítico nos pertenece. La siembra, la cría y la domesticación de animales, la cerámica...(Esto, a la larga, sería vuestra perdición).

            Incluso cuando todos adorábamos a los dioses vosotros erais los sacerdotes, nosotras las que cuidábamos del templo; vosotros entrabais en éxtasis y en contacto con los dioses, nosotras nos prostituíamos  con los hombres que acudían al templo, para poder mantener y cuidar de ese templo.

            Vosotros siempre pastoreando, pero siempre comiendo en otros prados.

            Siempre todo el mundo se acordará de  Pericles, pero ¿y de Aspasia?, ¿qué me decís de esa mujer?, ¿alguien ha oído hablar de ella?.

            Coged la historia, ¿ cuántas mujeres nobles, honestas, poderosas, capaces, dignas...?. No nos dejasteis, realmente, ser. Es verdad que fuimos, pero éramos malas, éramos el mal, (quizá necesario, pero un mal).. Es verdad que paríamos, pero lo parido, al momento, nos era retirado y presentado a vosotros  para su aprobación y aceptación, criado por otras, educado por esclavos, pedagogos,....

            ¿Algún griego amó a la madre de sus hijos?, ¿algún hombre fue esposo, marido?... El hombre sólo era macho y padre. Pero eso se acabó. La PRIMERA MUJER ( taimada, engañadora-engañosa, licenciosa, peligrosa, diabólica, inconstante, envidiosa, instrumento, tuerca, tierra, solar de alquiler nuevemesino...Esa mujer ya pasó a la historia, ya es historia.

            Mi mujer se levantó. Debía de tener la garganta seca de tanto hablar y de poner tanto énfasis en lo que decía. Oí el grifo en la cocina. La vi entrar bebiendo. Hice un ademán de levantarme y puso la mano en mi hombro impidièndomelo.

            Quieto ahí, que todavía  no he terminado - dijo bebiendo tragos cortos y continuos.

Porque el macho o no llega  o se pasa. He aquí a LA SEGUNDA MUJER, la que es puesta en las nubes y por las nubes.

            Ahora la mujer es la dama por la que el caballero es capaz de morir y de matar (pero ella, te recuerdo, siempre en tierra, nunca a caballo, porque estar a caballo es poder, es fuerza, es rapidez, es dominio). Se alaban sus virtudes (su fidelidad, su recato, su cortesía, su belleza, su donaire, su saber estar, su sufrimiento en la ausencia, su espera confiada). Es la mujer ya esposa, ya madre, educadora. Es la mujer puesta ya en el pedestal. Si hasta incluso la religión cristiana lanzó/aceleró el culto a la figura de María. ¿Qué fue de María en los primeros siglos del cristianismo?. ¿Hubo apóstolas o discípulas?. ¿Hay hoy sacerdotisas, obispas....en la religión católica?. ¿Habrá otra creencia que rezume tanto machismo en su organización?. (Sí, ahora están los talibanes). ¿Cómo se va a comparar una monja con un cura?. Si la Misa es el centro de la religión y la Eucaristía el centro de la misa, si es la palabra la que convierte en cuerpo y sangre de Cristo el pan y el vino previos, ¿qué hacen las monjas?, sólo ayudan y/o cantan. No consagran. Son coro, comparsa, acompañamiento, no protagonistas, no solistas. Todavía permanecen en pie, inexpugnables, las fortalezas masculinas de la Iglesia, el Ejército y la Banca (los tres grandes centros de decisión y de poder). Pero su fecha de caducidad está marcada y próxima: o desaparecerán o se transmutarán.

            (Cuando mi mujer se dispara no deja títere con cabeza).

            A María se la ve, ya en el Renacimiento, como esposa, mientras José trabaja; como madre, con el niño en brazos, como educadora con el niño de la mano, viendo cómo juega con los pajarillos.

            Si incluso en el siglo XVIII desalojasteis a todos los dioses de sus pedestales y disteis culto a la Diosa Razón. Nosotras no contábamos. Ese femenino es un masculino. Es el macho razonando. ¿Cuántas mujeres intervinieron en la Enciclopedia y formaron parte de las Academias?.

            La dama era dueña del corazón del amado. La esclava, como por un milagro parece convertida en señora. Las mejores y más encendidas poesías, las formas líricas ya no van dirigidas a Dios, sino a la Amada. La mujer es adorada venerada, reverenciada. Ella es Laura, Beatriz, Galatea, Dulcinea... La mujer es una criatura celeste, ideal, divina. Ella es la musa inspiradora. De la mujer “ depreciada “ se ha pasado a la mujer sacralizada y supervaliosa.

            Pero todo eso fue una trampa. Una trampa saducea y machista. Y eso lo sabéis. ¿Acaso D. Quijote amaba a Aldonza Lorenzo?. NO. Su amor era para Dulcinea del Toboso. ¿ Y quién era Dulcinea sino una idea....

            Quizá estuviéramos en vuestro corazón pero no dejasteis  que desarrolláramos nuestra cabeza. Adorasteis nuestra belleza, pero no permitisteis que participáramos de la Verdad, del Poder..

            Sólo dominábamos en el  ámbito de vuestra imaginación, de vuestros discursos. Nos decíais palabras bonitas pero nos negasteis el uso de la palabra. Y sin palabra, sin lenguaje, no hay autonomía, no hay independencia, no hay persona...

            Éramos, pero sólo éramos deseo vuestro. Éramos dueñas, pero sólo en vuestros sueños. Éramos el “ bello sexo “ pero, a la vez y sobre todo, el “ sexo débil “. Éramos hadas, pero sólo del hogar...

            Nos adorabais, nos idolatrabais, pero nunca hubo una forma más sibilina, más hipócrita, más taimada, de dominio sobre nosotras.

            Nos pusisteis en el pedestal del deseo pero nunca nos dejasteis bajar de él para pasear por la vida.

            Pero qué hijos de....fuisteis.

            Nunca fuimos mujeres ideales, sino ideas vuestras de mujer.

            Cuando decíais tenernos en el pedestal y adorarnos, en realidad os poníais vosotros, vicariamente, en él; porque erais vosotros los creadores de estos pedestales y de esas imágenes. Eran vuestras fantasías lo que adorabais, no a nosotras. Os adorabais a vosotros mismos, aunque dando un rodeo inmoral, pero culpable. Os valíais de vuestra imaginación  para convertirnos en fantasmas y luego os arrodillabais ante vuestra capacidad prodigiosa para crear fantasmas. Nunca estuvimos tan bajo como cuando jurabais tenernos en lo alto.

            “ La madre que os.....”.

            Mi mujer paró un instante para volver a beber agua y tomar impulso. En ese momento quise tomar la palabra para explicarle que para Aristóteles, incluso para Santo Tomás, La Verdad, la Bondad y la Belleza son tres trascendentales del ser, coextensivos con el ser. Que todo ser, por el hecho de  serlo, es Verdadero, Bueno y Bello, en mayor o menor medida, según la densidad de ser que comporta. Incluso pensaba exponerle la teoría de Ortega sobre los Imperativos Culturales y los Imperativos Vitales pero.... me cortó en seco dando un “vasazo” en la mesa que por poco rompe el cristal.
     
            “Que ya está bien, que estamos hartas, que “sanseacabó”. Que las mujeres hemos dejado de ser floreros, adornos, complementos. Que queremos amueblar nuestras mentes con Verdades, para proponer objetivos, para organizar tareas, para tomar decisiones, para evaluar resultados. Queremos saber a qué atenernos en la vida sin tener que preguntarle a nadie, y menos a vosotros, detentadores de  caducas respuestas). Queremos ser ilustradas, mayores de edad, responsables. Queremos compartir cargos y cargas, pero sin tener que pediros permiso, sino porque queremos, podemos y nos toca. Flores para todos, sí, pero también libros para todos. Nosotras no queremos ser vosotros, ni como vosotros, queremos ser, sencillamente, nosotras. No queremos el unisex. Somos partidarias de los dos sexos, pero en igualdad. ¿Tan difícil es de entender?. No queremos que os quitéis para ponernos nosotras, queremos estar. No queremos ser más, pero tampoco menos. Queremos ser iguales (no desiguales), pero distintas (no idénticos).

            Primero nos diabolizasteis y nos bajasteis a los infiernos. Luego nos idealizasteis y nos encumbrasteis hasta los cielos. Pero, mira tú por donde, nosotras, LA TERCERA MUJER, queremos estar aquí, ni allí abajo ni allí arriba, aquí, ahora, así. Si antes vosotros nos pusisteis, ahora nosotras queremos estar, ser autónomas, ser nosotras.

            Éramos en relación a vosotros, estábamos donde os interesó que estuviéramos, siempre subordinadas, siempre apéndices, añadidos más o menos ornamentales. Pero vosotros, siempre, la oración principal, el núcleo. Y ahora nosotras también queremos ser eso, o al menos los dos coordinados.

            ¿La casa?, para los dos. ¿El trabajo?, para los dos. ¿Los hijos?, de y para los dos. ¿Los estudios, la libertad, el divorcio, el poder la posición social...?, para los dos. No llames “cana al aire” tu infidelidad conyugal y a mí me llames puta-golfa-viciosa por hacer lo mismo que tu.

            Ya no somos vuestras esposas, sino personas autónomas. Si queréis, vamos de la mano y somos compañeros de viaje. No queremos tener maridos, sino ser personas independientes, libres y que, además, se aman.

            Mi cuerpo es mío y tu cuerpo es tuyo. Yo nunca te lo alquilaré. Es mío y dispongo de él. Cuando ambos queramos y ambos lo deseemos y nos apetezca, podemos acercarlos, unirlos, usarlos, disfrutarlos, exprimirles el placer que comportan, intercambiar besos, caricias, abrazos. Fruición mutua o nada... pero hijos, tener hijos, ser madres y ser padres, sólo cuando estemos de acuerdo y con todas las consecuencias. El “cuándo” y el “cuántos” los decidiremos los dos, libremente. Yo tengo una vida y un proyecto vital, exactamente igual que tú, y no permitiré, nunca, ni que tu ni nadie me lo entorpezca, me lo desvíe, me lo frustre. Todo tiene que ser consensuado, nunca impuesto. Tú y yo. Yo y tú. Ambos. Los dos.

            Si vosotros siempre supisteis quiénes erais y dónde estabais, nosotras estamos aprendiendo a ser nosotras, a autoanalizarnos, a autovalorarnos. Estamos haciéndonos nuestro sitio. Queremos ser dueñas sólo de nosotras; queremos ser nosotras, queremos ser libres y elegir el qué, el cómo, el cuándo, el dónde... En una democracia la selección de las élites se basa en el talento, la competencia,la igualdad meritocrática, no en la pertenencia a un género. La ciudadanía moderna no distingue entre blanco y negro, creyente y ateo, alto y bajo, gordo y flaco....hombre y mujer. Ser ciudadano es ser persona.

El ser esposa y madre ha tenido un coste profesional. La carga familiar y la carga mental nos ha castigado en el progreso profesional, porque hemos sido menos móviles hemos estado menos disponibles,  nos hemos retraído más y hemos sido menos lanzadas. Hemos perdido muchas oportunidades. No queremos ventajas pero no queremos que juguéis con las cartas marcadas. Madre sólo hay una, padre biológico puede serlo cualquiera.  Un polvo no es una vida.

Queremos un reconocimiento social por lo que laboralmente hacemos (tu y yo) y no por lo que biológico-anatómicamente somos (hembra y macho)...
 
Y mi mujer siguió, siguió, siguió....

Y si no estás de acuerdo –y se levantó bruscamente- te vas por ahí y te compras un perro”.

            ¡Vaya un portazo que pegó al salir! y ¡vaya perro, pequeñito, blanco, peludo, como una bolita de algodón, que me compré!. No tenía nombre. Lo llamo Pitágoras o Sócrates, depende si es de noche o de día ( lo estoy volviendo esquizofrénico).  Normalmente, cuando me desvelo a altas hora de la noche, cojo a  mi Pitágoras, lo siento encima de la cama y le leo fragmentos de Epicuro. Lo miro fijamente a los ojos y le recito, casi de memoria, el segundo discurso del Zaratustra de Nietzsche.

            Y cuando leo u oigo lo de la desvertebración de España por culpa del desfile del carnaval de las Autonomías, muy orteguianamente, muy dialécticamente, le demuestro a mi Pitágoras que España no puede desvertebrase porque “España es/está invertebrada”, porque ya no tiene élites a las que seguir, no hay ideas-fuerza a las que agarrarse, no hay levadura que fermente la masa. Todo es masa. Masa fofa, mazacote de carne sin huesos, masas rebeldes, “la rebelión de las masas”.

            Lo malo fue la noche del 27. Mi mujer se despertó y se levantó a beber agua (¿le habría estado regañando a alguien en sueños?). Yo tenía al perrito sobre mis rodillas, medio de pie, con las manos sosteniendo su cabeza, intentando explicarle el Argumento Ontológico de San Anselmo sobre la existencia de Dios. Ella vio la escena y...

            “Pero tú,...¿es que no puedes parar?.

            ¿Siempre volviendo a las andadas?

            ¿Pero es que no puedes dejar que el perro sea perro?”.

 

 

                                                                          Tomás Morales Cañedo

                                                                               Profesor de Filosofía.

lunes, 22 de abril de 2013

¿DE QUÉ SERVIRÍA MI INTERVENCIÓN?


¿A qué ayudaría?, ¿qué arreglaría?, ¿en qué contribuiría?

¡Qué manera de escabullirse de la posible responsabilidad¡

Son los otros (el Gobierno, la Administración, los diversos Organismos….) quienes tienen que intervenir para solucionarlo. Mi intervención, de nada serviría.

“El cambio debe venir de arriba” – decimos a menudo.

Cuando comprobamos fraudes y abusos fiscales “reales” (una multinacional ubicada en España tributa sus ganancias en una filial que tiene en Irlanda, al 12,5% en vez de hacerlo en España, al 35%, con el Impuesto de Sociedades) pero que son “legales”, la pregunta inmediata que surge es: “¿A qué coños (¡perdón¡) están esperando los gobiernos para cambiar esa ley?

¿Y quién o quiénes pueden cambiarla?

Pues, el poder legislativo, los de arriba y desde arriba. Que la cambien. Y ya. ¿A qué están esperando? ¿Es que no es manifiestamente injusto?

Como la iniciativa popular de un proyecto de ley (creo que) nunca ha funcionado en España porque la comisión encargada de su admisión  dice que “no procede”… ¿para qué voy a molestarme?

Si no funcionó, pues seguirá sin funcionar. Así que, a escurrir el bulto, a no comprometerse, a no perder el tiempo y “a otra cosa, mariposa”.

¿O habrá que luchar e intentarlo siempre, aun sin esperanza?

¿Estamos, moralmente, obligados a “resistir”?.

¿Tenemos la obligación moral de combatir aun sin la esperanza de vencer y salirnos con la nuestra?

Cuando le preguntaron a un rabino por qué seguía predicando si sabía que en nada iban a cambiar los malvados respondió: “para no cambiar yo mismo”.

¿Es que no es “el ejemplo” un método pedagógico de enseñanza/aprendizaje? ¿No cala, a la larga, en los alumnos tu conducta, tu trabajo, más que lo que les dices, les explicas, en cualquier materia?

Dar testimonio es dar ejemplo. ¿Aunque nadie hubiese que te siguiera? Aunque nadie hubiese, estás tú. Siéntete bien contigo mismo.

Deber de protestar y de mantener la protesta. Aunque no te des cuenta, siempre hay un testigo presente que lo ve, tú mismo.

Salvar solamente UN desahucio, evitando que una familia a la que el paro la ha condenado a no poder pagar, sea echada a la calle….es ya un mérito de proporciones gigantescas.

Si, con ello, con el ejemplo, se consigue convencer a los políticos para que, al menos, estudien e inicien un cambio en la Ley Hipotecaria, manifiestamente abusiva, eso ya es de sobresaliente.

Salvar a UNO, aunque no pueda salvarse a más, ya merece la pena.

Aunque, a veces, nos induce a no intentarlo la previsible ausencia de una multisalvación.

Pensar en término multitudinarios y de victorias aplastantes puede producir negligencia de intervenir en una sola persona o familia.

La abstención tiene mucho que ver con ese “un voto más o un voto menos nada va a cambiar”. Pero lo que si cambiaría sería la actitud del abstencionista.

Si 100 abstenciones producen un cambio “para mal”, ¿no sería uno responsable, con su abstención, de, al menos, una centésima parte del mal sobrevenido y de sus consecuencias?

¿Puede la excusa de “¿y qué más da mi voto”? eximir de la responsabilidad en las consecuencias de los resultados finales?

Si en el triunfo, con mi intervención, TODOS nos consideramos autores del mismo, ¿por qué no considerarnos, también, autores del fracaso por no haber intervenido?

Y es que “el principio de divisibilidad” lo aplicamos, TODOS, siempre y de manera interesada.

“YO SOY PARTE DE LA VICTORIA” (si intervengo), “YO NADA TENGO QUE VER CON LA DERROTA” (si no intervengo)

viernes, 19 de abril de 2013

LOS FILÓSOFOS DE LA SOSPECHA.

Tan de moda que ha estado, últimamente, la “deconstrucción” y, seguramente, fueron los Filósofos de la Sospecha (Marx, Nietzsche y Freud) los primeros deconstructores del pensamiento y de la metodología falsacionista de K. Popper con sus métodos de las “genealogías”.
Marx contra las Ideologías, Nietzsche contra la Metafísica y Freud contra la religión (la “neurosis obsesiva”).
Los tres, a su manera, intentan (¿lo consiguen?) acabar con las ilusiones de una humanidad que trascendería la realidad material (de la Historia, de la Vida y de las Pulsiones).
A pesar de las semejanzas, hay diferencias entre ellos, ya que Marx y Freud seguían siendo herederos de las Luces y sus críticas son racionalistas, mientras que Nietzsche va por otro camino.
Mientras aquellos dos, para pensar lo irracional de las ideologías y del inconsciente no abandonan la razón sino que la aplican, porque hay una lógica en las ideologías y sus consecuencias y una lógica en los lapsus, en los sueños, en la vida psíquica.
Pero quieren, pretenden, ambos, (¿lo consiguen?) fundar nuevas ciencias: una ciencia de la Historia y de la Economía y una ciencia del Inconsciente y de la vida psíquica.
Uno, Marx, pretende revolucionar la sociología (sin dejar de ser sociólogo), mientras el otro (Freud) intenta hacer lo mismo con la medicina, (sin dejar de ser médico).
Nietzsche, sin embargo, es distinto, porque critica “La” Ciencia y su voluntad y pretensión de Verdad, como una emanación típica de las fuerzas reactivas que nada tienen que ver con lo científico.
La deconstrucción de la verdad, en Nietzsche, no es desde las ciencias para inaugurar otra  nueva ciencia.
Si la realidad es concreta y móvil, heraclítea, como el río ¿cómo va a poder captarla la ciencia con sus conceptos universales, fijos, estáticos? ¿Puede captarse desde el puente la corriente del río?-
La pregunta clásica y típica es: ¿“quien psicoanaliza a los psicoanalistas”?, porque un buen psicoanalista debe haber pasado, él mismo, por un análisis. Y eso sólo podrá hacerlo un psicoanalista, previamente analizado y haber aclarado, previamente, su historia y sus relaciones con su propio inconsciente, para poder entender el inconsciente de los otros.
¿Y cómo puede combinarse la subjetividad del analista y la objetividad de lo analizado?
Para pretender llegar a la objetividad del inconsciente del otro antes tendrá que haber llegado a la objetividad del inconsciente propio.
Sólo desde la propia experiencia de su inconsciente podrá interpretar el inconsciente de los psicoanalizados.
Toda interpretación de un hecho supone la existencia de ese hecho.
Pero, cuando Nietzsche afirma que “no hay hechos sino interpretaciones” está diciendo que no hay sujeto que interprete un objeto interpretado.
El genealogista Nietzsche, como el psicoanalista Freud o el crítico de las ideologías Marx, ellos son los que interpretan las creencias, los ídolos, las ilusiones, que son síntomas que tienen relación con el inconsciente que los han engendrado.
Los analizados y los ideologizados no lo saben, y Freud y Marx, desde y con la razón, tendrán que hacerlo ver, interpretándolo.
Pero Nietzsche va más allá.
Es la propia interpretación la que es producida por su propio inconsciente, reflejo de sus propias fuerzas vitales (sin relación a otra cosa más allá de ellas).
Y esas fuerzas vitales, las causantes de la interpretación, son irreductibles y se escapan de la conciencia.
Es el propio inconsciente el que interpreta, y no la razón, ¿cómo va a resultar lo interpretado?
La interpretación Nietzscheana, al contrario de la de Marx y Freud, no tiene pretensión alguna de cientificidad.
En tanto que son productos de fuerzas inconscientes que están encastrados en el propio intérprete tendría que haber otro genealogista que los interpretara, pero él mismo también necesitaría de otro genealogista que…. y así, hasta el infinito.
En Nietzsche, pues, ya no es una interpretación racional de un inconsciente ideológico y/o psíquico, sino que la propia interpretación es, ya, inconsciente.
Todo es, en Nietzsche, como la noria, como un círculo vicioso o en espiral.
Somos fuerzas vitales inconscientes y no podemos librarnos de ellas para poder juzgar, conscientemente, lo otro.
No podemos salir del mundo para interpretar el mundo, como no podríamos analizar nuestra sombra si no fuéramos cuerpos opacos.
Nuestra interpretación del mundo no puede fundarse en algo más allá de nuestra vida.
Tenemos estas gafas, no podemos ver sin ellas, pero con ellas sólo podemos ver lo que ellas nos permiten ver. No podemos saber ni podemos ir más allá de ellas.
“Ni con ellas, ni sin ellas” podemos saber si existe algo más allá de ellas. Todo es vital y sólo vital. Nada podemos saber más allá de la propia interpretación, que viene producida por la propia vida.
Lo único que hacemos es expresar nuestro estado vital. Esa es la verdad. No que haya una verdad de una realidad más allá de nuestra vitalidad.
Nada trasciende a la vida.
“El mundo, para nosotros, se ha vuelto infinito, en el sentido de que no podemos negarle la posibilidad de prestarse a una infinitud de interpretaciones, de las que ninguna podría alzarse  con el título de “La Interpretación” (en detrimento de las demás). No hay verdad última. Todo es ilusión”.
En la época moderna es el “relativismo escéptico” el que afirma la imposibilidad de alcanzar una verdad objetiva, porque la subjetividad del cognoscente siempre tiene que estar presente (como uno de los sumandos) e influyendo, lo que hace imposible la objetividad (ni de la Verdad, ni de la Bondad, ni de la Belleza, ni…ni…).
La posición de Nietzsche sería un perspectivismo sin sujeto ni objeto, sino sujetos múltiples y distintos, con sus múltiples y distintas interpretaciones, sin perspectiva única ni posibilidad de una verdad científica independiente.
Todo es un baile sin fin de interpretaciones subjetivas.
¡ADIÓS¡ PUES, METAFÍSICA. ¡ADIÓS¡
Es tajante, Nietzsche. Va más allá de la sospecha.
No es que la Filosofía no pueda, nunca, ser una Ciencia, es que no puede haber Ciencia, por la imposibilidad de la verdad más allá de ese baile infinito de interpretaciones.
Los filosofemas, grandes o pequeños, ni son ni pueden ser, ni verificables ni falsables.
¿Entonces?
Con la misma contundencia puede afirmarse A que No A, porque no hay razones ni para una ni para otra.
Ninguna experimentación puede, ni confirmar ni falsar las palabras, las tesis de los filósofos.
¿Es, pues, la filosofía, un discurso hueco, que habla pero nada dice?
Pero ¿merecería la pena, incluso, discurrir, sobre la oquedad, sabiendo que nunca y con nada puede llenarse/rellenarse?
¿Estaría de más sacar del error a los llenadores/rellenadores de huecos?