miércoles, 31 de julio de 2019

PLATÓN: IDEAS PRINCIPALES DE SU FILOSOFÍA ( y 4 )



Del orden del mundo, del mundo ordenado, del cosmos, no sólo les preocupa a estos teólogos su funcionamiento, sino su origen y su fin, su por qué, su por quién y su para qué, no les basta el azar de lo que sucede y que todo suceda por azar.

Y sabemos (y así hay que reconocerlo) que la sociedad de la que proviene Platón, y a la que aspira Platón, no es la del tiempo en que vive, ya decadente, sino una ideal, la denominada “utopía platónica” en la que no todos los ciudadanos son iguales ante la ley, hay privilegios a los que no pueden acogerse y de los que están excluidos la gran mayoría de sus ciudadanos, es una sociedad elitista, clasista,…

Cada uno debe ocupar “su” lugar por el bien del “todo” pero no todos podrán ocupar los lugares privilegiados.

¿Se puede saltar del “arado” a la “política”? ¿Se puede cambiar la “azada” por la “vara de mando”? ¿se puede pasar de ser “rústico” a ser “legislador y gobernante”?

Teóricamente sí, con esfuerzo y dedicación pero ¿y sin la igualdad de oportunidades?

La igualdad entre los hombres no es la aritmética y cuantitativa sino la geométrica y cualitativa, que no es “igual” para todos sino “proporcional”, y si cada uno debe recibir según su necesidad, también cada uno debe contribuir según su capacidad.

A cada uno según sus méritos, según sus merecimientos, no todos igual y lo mismo, eso sería una injusticia, dar menos al que merece más, y dar más al que merece menos.

“No habrá, pues, querido amigo, que emplear la fuerza para la educación de los niños; muy al contrario, deberá enseñárseles jugando, para llegar también a conocer mejor las inclinaciones naturales de cada uno” (La República).

Enseñanza lúdica, tan moderna hoy día y ya veis desde cuándo está contemplada.

Me llevaría mucho tiempo y espacio exponer la educación/la enseñanza, tan completas, que propone Platón en La República (por lo que os invito encarecidamente que le preguntéis a Google y la disfrutéis como ya la he disfrutado cuando, cada año, se la exponía a mis alumnos).

Pero, luego, en Las Leyes, más realista y/o menos utópico: “Apenas vuelva la luz del día es necesario que los niños vayan a la escuela,…Ni niños sin pedagogo, como ni ovejas sin pastor, como ni esclavos sin dueño…pero entre todos los animales, el más difícil de manejar es el niño, debido a la misma excelencia de esta fuente de razón que hay en él, y que está por disciplinar, resulta ser una bestia áspera, astuta y la más insolente de todas. Por eso se le debe atar y sujetar con muchas riendas…apenas salga de los brazos de su nodriza y de la madre…preceptores que controlen la ignorancia de su corta edad…luego maestros que lo instruyan en toda clase de ciencias…cualquier hombre libre podrá castigarlo, tanto al niño, como a su pedagogo, a su preceptor, a su maestro,…por cualquier falta que viere que comete cualquiera de ellos…y castigarlos como es debido.

Vigilancia extrema, pues, sobre la educación de los niños, y enderezar sus naturalezas, dirigiéndolas siempre hacia el bien que prescriben las leyes.

Del Platón de La República, diálogo de madurez, pues, al Platón de Las Leyes, diálogo de vejez, se da un cambio total.

Quiso poner en práctica su teoría de La República, de la sociedad ideal y pasar de ser un simple teórico político a un protagonista político.

Hizo tres viajes a Siracusa donde gobernaba el tirano Dionisio I o Dionisio el Viejo que, tras vencer a los cartagineses extendió su poder por el sur de la península itálica.
Pretendió, pero sin éxito, ser su consejero.

Ya muerto Dionisio I le sucedió en el trono su hijo, Dionisio II o Dionisio el joven y allí se encaminó Platón en su segundo y tercer viaje con la creencia e ilusión de que, al ser más joven, sería más maleable y podría poner en práctica su proyecto político.
Le presentó un proyecto de constitución (que fue desechado), aconsejó formar una confederación de ciudades contra la amenaza de Cartago (tampoco), le pidió que diera una amnistía a todos sus opositores políticos (desestimada).

Tras el fracaso, volvió a Atenas, pero no tanto por su fracaso político como para salvar su vida porque el joven tirano se reveló más tirano que filósofo en cuanto cogió la vara de mando y empezó a ejercer el poder.

Ya he comentado que sería hecho prisionero y vendido en el mercado de esclavos pero que un antiguo alumno lo reconoció, lo compró y….

En El Protágoras cuenta Platón que Zeus envió a Hermes para que repartiera entre los hombres los fundamentos esenciales de la civilización; “Aidós” (el sentido moral, el pudor, el respeto,…el área de la Ética) y “Diké” (el recto sentido de la justicia, el área del Derecho).
“Y, a quien no sea capaz de participar de ellos, que lo expulsen como una enfermedad de la ciudad”.

Pero si no existe el “krátos” (la fuerza violenta para que se eduque en la Ética y se comporte en el Derecho…) y eso le corresponde a la Política.
No el usarla, sino el poder usarla porque en su mano está.

Sin ese “krátos” ni la “aidós” ni la “diké” encontrarían ese marco en el que poder ejercerse.
Si suprimes políticamente la primera quedan estériles la segunda y la tercera pero si la ejerces despiadadamente las matas.

No exageramos si afirmamos, tajantemente, la influencia profunda, duradera y extensa de Platón en la historia de Occidente (y si exceptuamos a Jesús de Nazaret…).

Las ideas, los conceptos, el método del diálogo, la discusión,… como instrumentos del conocimiento, son platónicos.

Nuestro mundo, hoy, sería distinto si Platón no hubiera existido y su obra siguiera leyéndose, comentándose,…

Hoy mismo siguen siendo atractivos y atrayentes diálogos como el Gorgias, el Fedro, la República, el Banquete,…y no hace falta un curso de semántica ni de semiología para entenderlos perfectamente.

martes, 30 de julio de 2019

PLATÓN: IDEAS PRINCIPALES DE SU FILOSOFÍA ( 3 )



Platón tratará tanto el tema de la “fisis” como el rico y variado tema del “hombre”

Pero él llama a eso común que tienen todos los seres, o los seres de un mismo grupo o especie, “idea” o arquetipo (idea de pez, de árbol,…) que pertenece a otro tipo de ser distinto al que nos entra por los sentidos.

Hay que saltar por encima de los sentidos y asentarse en el entendimiento para contactar con las ideas (es lo que hace el que se libera de las cadenas de la caverna y sale a la superficie a enfrentarse con ellas mientras los de dentro siguen viendo sólo sombras, imágenes,…pero no la realidad, sólo asequible al entendimiento).

Los seres de este mundo material no son sino imágenes o participaciones de la auténtica realidad: Las ideas.

Este caballo es sólo un ejemplar material e imperfecto de la idea “caballo” inmaterial y perfecta de la que participa y si es caballo es porque participa de la idea de “caballo”, que puede tomar cuerpo y materializarse en muchos caballos, en algunos o en ninguno.

Platón consideraba a la Filosofía como la maestra del buen gobierno de una polis, de ahí su entrega a la causa de la educación de los futuros políticos.
Incluso él, en persona, quiso materializar su utopía política en Siracusa aunque, por unas u otras causas, le salió el tiro por la culata, y tanto como para ser detenido y vendido como esclavo aunque,  menos mal, que un antiguo alumno lo reconoció, lo compró, le dio la libertad y se negó a recibir lo que el rescate le había costado.

Ese sería el comienzo de una gran aventura intelectual, la fundación de la primera Universidad del mundo Occidental que, por estar erigida junto al monumento al héroe Academos será bautizada con el nombre de Academia, la Academia platónica.

Los alumnos que allí acudían, no sólo de Atenas, también de otras ciudades, no sólo aprendían Filosofía, también Matemáticas, Astronomía, Ciencias Físicas y Naturales.

Con él, y a partir de él, la Ética, la Política y la Estética encontrarán un lugar en la reflexión filosófica, al lado del estudio de la fisis, de los problemas del cambio y de la permanencia de los Heráclitos y de los Parménides.

Aunque tendría que enfrentarse a los “amaestradores” de jóvenes que querían entrar y conseguir puestos en la política y que podían pagar los altos honorarios que muchos de ellos recibían (estoy refiriéndome a los “sofistas”) por enseñar/aprender las técnicas de discusión para ganar a sus adversarios con las palabras.

Se escribe y se habla bien con la Gramática, eso mismo se hace de manera bella con la Retórica y se le gana a los adversarios aprendiendo y aplicando la Dialéctica.

El lenguaje no sólo como medio de comunicación, sino como arma de discusión y persuasión, de convencimiento.

Lo cierto es que los sofistas son representativos del clima cultural que se gestó en una Atenas que abandona la excelencia y se desliza por la mediocridad en la que los espabilados pueden triunfar “pareciendo” sabios y convenciendo pero sin serlo y triunfando.

Platón quiere una polis ideal, justa, perfecta y a eso dedica sus fuerzas y su saber, a los sofistas (generalmente no atenienses sino extranjeros itinerantes), en cambio, sólo quieren ganar dinero y si sus alumnos triunfan y son elegidos sus enseñanzas cotizan a la alta.

Es ya el triunfo del Logos, de la Razón, del Saber, una vez superado el “mito”, la Religión (su otro adversario en el campo de la verdad, cuando ésta provenía del “creer”).

A las leyendas sobrenaturales que versan sobre el origen y fundamentos de la realidad, con sus dioses y sus héroes, con sus tabúes, con sus justificaciones del poder y de las leyes, de las costumbres, con el temor que todo ello engendra si no se acatan y se les rinde sumisión y se les da culto, les suceden ahora los convencionalismos, la posibilidad de cambiar leyes y costumbres si el pueblo, la nueva y máxima autoridad, así lo considera oportuno.

Las leyes sociales y políticas, humanas, las de la polis, no son las leyes naturales o de la fisis, fijas, inmutables, regulares,…

Ya no somos creaciones de los dioses, éstos son creaciones de los humanos y a imagen y semejanza de los humanos, con sus virtudes y sus vicios.

No es que los filósofos nieguen la existencia de los dioses y de las tradiciones religiosas, simplemente no son creyentes en ellos y tratan a los dioses como teólogos, no como creyentes.

Tanto Platón como Aristóteles tratan de los dioses, son, también, teólogos además y sobre todo de filósofos, no como los sofistas o Demócrito y los atomistas que son “ateológicos” porque en sus sistemas de pensamiento no ha lugar para los dioses.

La parte más noble del hombre, su alma, su entendimiento, su voluntad,… no está emparentada con la materia sino con la divinidad, proviene de un mundo superior y su destino es ese mundo del que proviene, no muere y desaparece al desaparecer la vida, esta vida.
El hombre morirá pero su parte más noble no morirá.

La auténtica realidad, la contemplada con la inteligencia, no es la realidad contemplada con los sentidos.

PLATÓN: IDEAS PRINCIPALES DE SU FILOSOFÍA ( 2 )



Esos TRES triángulos, IGUALES, son, sin embargo, “DISTINTOS, DIVERSOS, DIFERENTES”, uno tiene tres ángulos agudos (menores de 90 grados), otro un ángulo recto (de 90 grados) y dos ángulos agudos y el tercero un ángulo obtuso (mayor de 90 grados) y dos ángulos agudos.

TRES triángulos IGUALES, pero DISTINTOS, DIFERENTES.

 El ejemplo que siempre-siempre he puesto: “la mujer y el varón son IGUALES (No Desiguales), IGUAL DE PERSONAS, pero, DISTINTOS, DIVERSOS, DIFERENTES, morfológicamente, fisiológicamente, cromosómicamente, sentimentalmente,…

Platón nunca se mantuvo en el terreno teórico o de las ideas, alejado de la vida social, de la convivencia humana, sino todo lo contrario.
Su filosofía nace, desde el principio, con un propósito político.
No buscaba una mera reflexión sobre el mundo sino que esa reflexión le permitiera mejorar la convivencia y la organización de la sociedad.
Esa mejor organización social la denomina “justicia” (justeza, ajustamiento).
Si cada una de las partes está en su sitio, donde debe estar, la figura “ajusta”.
Si cada uno desempeña “su función” la organización social “funciona”

Es el tema principal de su principal obra La República o el Estado (que es la “organización)

Para que una polis esté bien organizada y funcione cada individuo, cada clase social, debe “hacer lo suyo, lo que le corresponde”.

La clase gobernante debe “gobernar” (se sobreentiende que “bien”), la clase guerrera debe “guerrear o luchar” contra los enemigos externos e internos (llamémoslos “soldados o ejército” y “policía”) y la clase trabajadora debe “trabajar”.
Si unos “gobiernan bien”, si los otros “luchan, guerrean, defienden” bien” y los terceros “trabajan” bien, esa polis, esa sociedad está bien “organizada”, es “justa”, las piezas “ajustan”.
Lo que no ocurriría si unos se meten y pisan el terreno de los otros, si los guerreros gobiernan, si los trabajadores luchan…

Una sociedad “justa” es la “bien organizada”, aquella en la que sus componentes ajustan cumpliendo con su deber, ejerciendo su tarea.

Los más sabios, los que más y mejor sepan, los que estén más cerca de las ideas o ideales deben ser los que gobiernen, como los que más coraje muestren los más fornidos,…deben ser los guerreros o defensores y todos los demás “trabajadores” pero en aquellos trabajos para los que estén más capacitados y/o mejor dotados (agricultura, industria, comercio,…), lo que ordenara el Areópago o asamblea de nobles ancianos, los que cuidaban de observar y que se cumplieran las leyes, de administrar la polis, de castigar la vagancia y tenía la jurisdicción sobre los delitos de sangre.

Pero ¿qué hacen, a que se dedican los poetas si sólo hablan de pasiones, de situaciones subjetivas, si mienten mucho…?.
Quizá haya que desterrar a muchos de ellos, no sólo por improductivos sino también porque distraen a los demás de sus funciones y olvidan que la dimensión más importante de sus vidas es la dimensión colectiva, la que comparten con los demás (no la meramente subjetiva), porque lo importante es el “todo, la polis, el conjunto, la sociedad”.

Un filósofo del siglo XX, Karl Popper, epistemólogo en su obra “La sociedad abierta y sus enemigos” presenta a Platón como el padre de los totalitarismos del siglo XX.
Quizá sea demasiados 24 siglos presente su influencia, pero sí hay que reconocer que el pensamiento de Platón tiene una vocación ordenancista, autoritaria, rígida,..

Ya los presocráticos se preguntaron si, a pesar de la presencia de tantos seres tan diferentes, animados e inanimados, hombres y animales, acuáticos y terrestres, blancos y negros, varones y mujeres,…no habría algo común a TODOS ellos, en lo más profundo, por debajo de lo superficial, de lo que se ve y aparece.
Era el problema del ARJÉ, el Principio del que TODO procede, el origen, lo común a todos ellos.

Propusieron el agua, el aire, la tierra, el fuego, los cuatro elementos, las homeomerías, los átomos y se les llamó FISIÓLOGOS por estudiar la Fisis o naturaleza.

Los denominamos peces, hombres, árboles,…porque, además de lo común a todos ellos, también tienen en común algunos a los que les damos un nombre, porque ellos tienen en común algo, además de lo que tienen en común con Todos.

Pero lo que vemos es la diversidad (no hay dos hombres, o dos peces, o dos árboles,…totalmente idénticos, pero por debajo de esa diversidad intuimos algo común a muchos de ellos y los clasificamos en especies, en géneros,…

Hubo que esperar al siglo V a.C. el Siglo de Pericles, el Siglo de la Ilustración Griega, el Siglo de la Democracia, para que aparecieran los Sofistas, que trataron el tema del hombre en sus múltiples dimensiones (moral, política, lingüística, jurídica,…) sin olvidarse del todo de la Fisis, pero sobre todo antropocéntrica.
Y habría que escribir sobre Protágoras, Gorgias, Hipias, Pródico y Trasímaco (pero obvio tratarlos aquí).
Sólo decir de ellos que, aunque el nombre en sí, etimológicamente, “sofista”, viene de “sofistés” (superlativo de “sofos” (sabio) y que serían “los más sabios”,  realmente se toma con connotación peyorativa, de desprecio, equivalente a “sabihondo” (el que parece que, el que aparenta, saber pero que, en el fondo no sabe, y si escarbas un poco…

lunes, 29 de julio de 2019

PLATÓN: IDEAS PRINCIPALES DE SU FILOSOFÍA ( 1 )




Hasta el amor ha querido apellidarse “platónico”, como el “no va más” del amor.

No es de extrañar que, ya en el siglo XX, alguien calificase a la filosofía como “notas a pie de página de la filosofía platónica”.

Nadie puede negar, ni poner en duda, que el primer “gran” filósofo de Occidente, fue Platón, cuya filosofía abarca y desarrolla toda la temática, no sólo la de la “naturaleza” como lo hacían los presocráticos con su preocupación-obsesión de unificar toda la naturaleza indagando sobre el “arjé” (origen, esencia y fin) de todas las cosas y más allá de la temática humana de su maestro, Sócrates.

Ni lo divino ni lo humano escapa a la filosofía platónica.

Pero siempre me quedará la duda si el Sócrates protagonista de las principales obras de Platón es el Sócrates real o el Sócrates distorsionado que crea Platón.

Aunque lo cierto es que la filosofía empezó (y siempre empieza) con los tanteos en responder a los porqués que se le plantean a uno en la vida, individual o colectiva.

Platón, a pesar de haber nacido en una familia aristocrática, fue testigo de la guerra del Peloponeso (entre Atenas y Esparta) en la que llegó a combatir, presenció la democracia ateniense, luego la tiranía oligárquica, posteriormente la democracia populista y demagógica, ¿es raro, pues, que quien amaba Atenas y asista a su declive se plantee y plantee cuál o cuales son las mejores formas de gobierno, como lo hace en La República y, después, lo rebaje en las Leyes?

El proceso y la condena, a beber la cicuta, a su maestro hace surgir su preocupación por la causa de la misma, una crisis moral y política ateniense y dedicará todo su esfuerzo a establecer entre sus conciudadanos un ideal de justicia y de respeto por la verdad para lo cual fundó su Academia (por aquello de estar erigida cerca del monumento al héroe Academos) y que será la primera Universidad Occidental, destinada a ofrecer educación filosófica a los futuros políticos y gobernantes para que, entre otras cosas, no volviera a repetirse otro asesinato/pseudo suicidio como el de su maestro.

Obvio detenerme en la clasificación de sus diálogos (los tempranos o de juventud (los más fieles a la forma de actuar de Sócrates), los medios o de madurez, los más originales, los más platónicos, los más importantes (y entre los que se encuentran El Banquete, El Fedón y La República) y los tardío o de vejez y cuyo principal diálogo es Las Leyes y en el que el rey-filósofo, como gobernante ideal, lúcido y desinteresado, cede su puesto a la “organización legal” que surja entre los ciudadanos, aunque no sea la ideal, pues va a ser fruto del conjunto y no de la sabiduría.

El papel principal ya no lo tiene la sabiduría del filósofo-gobernante, sino las leyes que surjan en la sociedad.

De los problemas ético-socráticos de sus diálogos de juventud hasta los problemas sociales y políticos de sus diálogos de vejez, con el intermedio de los diálogos de madurez y su Teoría de las Ideas, el espinazo o columna vertebral de su filosofía, omniabarcante.

Dice Platón que si llamamos “mujer” a una persona vieja y a una joven, a una rica y a una pobre, a una soltera y a una casada, a una alta y a una baja… algo en común deben tener todas ellas, debe existir una propiedad que le convenga a todas y si no la vemos con los sentidos tendremos que verla con el ojo de la razón.

Y lo mismo ocurre cuando a unos actos los calificamos como justos y a otros como injustos, a unos como buenos y a otros como malos, a unas cosas, personas o actos como bellos y a otros como feos,… algo en común tendrán entre ellos y si no es por el ojo sensitivo será por el ojo racional por el que tendremos que verlo, pero tiene que ser real, verdadero.

Es su teoría de las Ideas, lo realmente existente, pero en el mundo ideal y que, luego, tomará cuerpo en cosas, personas, animales, actos,…de este mundo material y sensible.

De ahí las ideas de “semejanza”, de “imitación”, de “participación”… de lo de este mundo material y sensible con las realidades de ese otro mundo ideal, de las Ideas.

Las “Ideas”, ideales pero reales y perfectas, y los “seres y acciones” de este mundo, reales pero imperfectas.

Si tú y yo podemos estar de acuerdo, o en desacuerdo, de la belleza de esa joven o de la estampa de ese caballo es porque tenemos en nosotros la “idea de belleza”, en el mismo o en distinto grado.

Y quien dice “belleza”, dice “justicia”, “verdad”,….

Esas ideas no son sujetivas, sino objetivas, no son cambiantes sino fijas, no son temporales sino eternas, no son particulares sino universales,…

Imagínate la idea de “triángulo” que nada merma el que sean equiláteros, isósceles o escalenos (según sus lados) o acutángulos, rectos u obtusos (según sus ángulos)

¿No sería absurdo cuáles de ellos es más “triángulo” que el otro si en los tres tipos se manifiesta la misma propiedad?

Lo he dicho y repetido infinidad de veces, lo opuesto a “igual” es “desigual” y los triángulos son TODOS “iguales” todos tienen la misma propiedad: “tener TRES lados y, por lo tanto, TRES ángulos”.
Lo opuesto a “idéntico” es “diverso, distinto o diferente”.

FORMAS PLATÓNICAS DE GOBIERNO


LAS FORMAS PLATÓNICAS DE GOBIERNO.

Igual que el hombre perfecto es el filósofo,  aquel en el que quien domina es la Prudencia (la Razón, el Alma superior) y, poco a poco puede ir degenerando si son las almas inferiores las que dominan, rigen y guían al hombre así son 5 los modos de gobierno.

De mejor a peor o degenerado son:

1.-  MONARQUÍA O ARISTOCRACIA, la forma pura, ideal y perfecta de gobierno en que el mando es ejercido por Uno (el mejor) o por unos pocos hombres eminentes, que rigen la ciudad, conforme a la Prudencia.
Debió existir en tiempos legendarios, y considerado como el primitivo de Grecia, en el que no existía la propiedad, todas las cosas eran comunes y el equilibrio perfecto reinaba entre todas las clases sociales.

La decadencia de este régimen se inicia por descuidar los gobernantes el cálculo o la aplicación del “número nupcial” que debe regular las uniones entre las parejas, dando por resultado el desequilibrio social, que va acentuándose cada vez más.
Y así se originan todos los demás regímenes, que son degeneraciones viciosas o enfermedades.

2.- TIMOCRACIA O TIMARQUÍA.
Mezcladas las razas de oro, plata, bronce y hierro se produce la desarmonía y la discordia interior.

Se dividen las tierras (hasta entonces comunes).

El elemento pasional, que ambiciona victorias y honores prevalece sobre el racional.
Predomina la CLASE MILITAR, apoderándose de las riquezas y oprimiendo a las clases inferiores de labradores y artesanos.

Este régimen, que es malo, no es del todo malo, todavía, porque conserva algunos rasgos del régimen anterior o Aristocrático (está refiriéndose al régimen espartano, que aunque timocrático y oligárquico, era mucho menos malo que el democrático y débil de Atenas, de ahí sus victorias), pero prepara el camino al advenimiento de otra forma peor de gobierno.

3.- OLIGARQUÍA.
La ambición creciente de riquezas da por resultado su concentración en manos de una pequeña minoría.
De aquí se origina la división de la ciudad en dos clases antagónicas: una pequeña, de magnates riquísimos (Oligarcas) que acaparan el dinero y las posesiones y la otra compuesta por una multitud empobrecida, carente hasta de los medios más elementales de vida.
Los Oligarcas (zánganos con aguijón) se ven obligados a dominar por el terror a un pueblo que los aborrece y que espera la ocasión para expulsarlos violentamente del poder.

4.- DEMOCRACIA.
Una vez exterminados los oligarcas, el pueblo se apodera del gobierno.
Entonces en la ciudad impera la libertad, consistente, más bien, en una verdadera anarquía, en la que cada cual hace lo que se le antoja (libertinaje) dejándose llevar por el desenfreno de sus deseos.
Todos se consideran capaces de dirigir la ciudad, así que los cargos se proveen por elección popular (aquí habría que recordar a los sofistas y su entrenamiento en la retórica y dialéctica, para poder convencer a los votantes) y, de ordinario, recaen en los menos dignos y preparados.
Este régimen democrático es el que conoció Platón pero sus finas ironías no van dirigidas al pueblo sino a los demagogos que lo arrastraban en los vaivenes de sus ambiciones.

5.- TIRANÍA.

En medio del desorden producido por el exceso de libertad, terminan por prevalecer los más audaces y violentos sobreviniendo la reacción.

El demagogo favorito del pueblo se apodera del mando y se erige en tirano, suprimiendo por completo la libertad.

Es el reino más completo de la injusticia, en el que impera el desorden pues se rompe la armonía entre las diversas partes integrantes del estado, prevaleciendo la más inferior, quedando entronizadas las pasiones más viles y odiosas encarnadas en el tirano,
Es el grado más bajo al que puede llegar la degeneración social de las formas de gobierno.

Bien que lo sabía Platón con sus intentos en Siracusa y bien que fue durante “los 30 tiranos” la condena a Sócrates, de ahí la viva descripción que hace de los vicios en ellos.

domingo, 28 de julio de 2019

LA JUSTICIA Y DEMÁS VIRTUDES EN PLATÓN ( y 2 )


Es fácil ver la correspondencia entre:

1.- La TRES CLASES SOCIALES: Cuando los Gobernantes Gobiernan, los Defensores Defienden y los Trabajadores Trabajan, cuando cada clase realiza bien su función se da la JUSTICIA en la POLIS (una SOCIEDAD JUSTA).

Clase trabajadora (Base económica) o Productores (alimento, vivienda, vestido (agricultores, ganaderos, pescadores,…y también, comerciantes, marineros, pastores…) muchos los posibles oficios en esa base económica.
Clase defensiva (guardianes, defensores o guerreros), tanto para defender la convivencia interna, evitando o solucionando los desórdenes internos, como para ampliar el territorio (conquista, atacando) y defenderse de las agresiones externas.
Clase dirigente o Gobernantes, los que guían a la polis a la felicidad.

Una polis necesita a quienes les dé de comer (para no morir de hambre) a los ciudadanos como a quienes los defiendan (para no ser muertos por propios o extranjeros) y como a quienes los guíen hacia el Bien Común.

Desde “la letra grande” (estructuración de la ciudad) a “la letra pequeña” (estructura del individuo, del alma)

Las clases sociales vienen exigidas por el “principio de especialización funcional” ya que, al dedicarse cada clase y, dentro de ella, las subclases, a la actividad en la que están más preparados y son más aptos, se conseguirá una mayor eficacia, mayor rendimiento,..

“De donde resulta que se hacen más cosas, mejores cosas y con más facilidad cuando cada uno hace una sola cosa, de acuerdo con sus inclinaciones  naturales y en el momento que le conviene, sin ocuparse de las demás cosas”)

“Zapatero, a tus zapatos”.

Pero no creamos que ya, desde el nacimiento, uno queda anclado en la clase social de sus padres, sino que, por el contrario, hay una cierta “movilidad social”.

Es lo que expone en el “mito de los metales”

“Todos los que formáis parte de la ciudad sois hermanos, si bien el dios, al formaros, en los que son capaces de gobernar mezcló oro, y de ahí que sean los más valiosos; mezcló plata en los auxiliares (guardianes) y bronce y hierro en los labradores y demás artesanos.
Y, puesto que sois congéneres engendraréis hijos lo más semejantes a vosotros mismos, si bien, puede a veces ocurrir que del oro se genere un hijo de plata y de la plata un hijo de oro, y pueden surgir las mismas alteraciones con los demás metales.
El dios, por su parte, ordena a los gobernantes como primera y principalísima tarea que vigilen bien y por encima de todo a los niños.
Si su propio hijo tiene bronce o hierro no se compadecerán de él en absoluto sino que, concediéndole el valor que corresponde a su composición natural, lo enviarán con los artesanos o los labradores.
Y si, al contrario, algún hijo de éstos tiene oro o plata, valorándolos adecuadamente, lo elevarán a la posición ya de guardián o de auxiliar.
Como que hay un oráculo según el cual la ciudad se destruirá cuando la guarde un guardián de hierro o de bronce”.

2.- Las TRES ALMAS: El Alma Racional, el Alma Irascible y el Alma Concupiscible, jerárquicamente, obedeciendo la tercera a la segunda y ambas a la primera se da la JUSTICIA en la PERSONA (una PERSONA JUSTA)

La Razón (alma), pensar, y el Apetito o deseo (cuerpo bajo) satisfacer placeres) pero en medio está el Ánimo (cuerpo alto) (sacrificio, esfuerzo,…)

Es lo que expone en el “mito del carro alado” en el Fedro: el auriga, el caballo negro, que tira del carro hacia abajo) y el caballo blanco (que, con esfuerzo tira del carro hacia arriba) obedeciendo al auriga.

En otro lugar expone los tres tipos de hombres según el alma dominante: 1.- El hombre filosófico (que ama y tiende al conocimiento), 2.- El hombre avaricioso (que tiende y busca los honores, la fama,..) y 3.- El hombre avaro (que sólo busca y tiende a las riquezas).

3.- Las TRES PARTES DEL CUERPO: Cabeza (sede del Alma Racional), el tórax o pecho (Alma Irascible) y el vientre/el abdomen/la barriga (Alma Concupiscible).

El cuello es el que separa la Cabeza del Pecho, como estrangulándolo pero comunicado por la columna vertebral y el diafragma o cintura la que separa el lecho del abdomen, pero comunicado por el hígado.

LA JUSTICIA EN PLATÓN (1)


LA JUSTICIA EN PLATÓN.

La JUSTICIA es la “virtud general, la virtud completa”, la “virtud por excelencia”, la que comprende todas las demás virtudes, tanto en el orden individual como en el orden social.

Aunque la virtud (“areté”) necesita concreción porque esa excelencia no es algo abstracto: uno puede ser virtuoso (excelente) con el balón (futbolista) o con el violín (violinista) o con la pluma (escritor)…
 La Justicia es el tema central de La República.

Aunque los griegos no tenían muy clara la diferencia entre Sociedad y Estado.

Correlación o paralelismo entre el hombre y la ciudad, la justicia, pues, la misma pero a distinta escala (la letra pequeña, en el hombre y la letra mayor en la Polis) menor o mayor.

En pequeño formado y en gran formato

“¿No hemos de convenir muy necesariamente que en cada uno de nosotros se dan las mismas partes y modos de ser que en la ciudad?”.

Tiene por objeto “poner orden y armonía” en el conjunto, asignando a cada parte la función que le corresponde dentro de la totalidad.

Este orden establecido por la justicia viene a ser un reflejo del orden general que reina en el universo.

La PRUDENCIA es la virtud propia del alma racional. Que es lo divino en el hombre. Es un principio divino. Una orientación hacia los bienes divinos.
Su objeto propio son las cosas divinas.

Tiene por misión regular el conjunto de las acciones humanas, ejerciendo una función directiva superior sobre toda la vida práctica.
También le corresponde poner orden en los pensamientos, disponiendo el alma para huir del mundo engañoso de las apariencias y prepararla para la contemplación de las realidades superiores.

Ella es el fundamento de la “vida teorética o contemplativa” porque llega a conocer el Bien Supremo.

Fácilmente la entendemos cuando decimos de un hombre que es o que sea prudente y su relación con la sabiduría.

Hace relación con el “alma racional”.

La FORTALEZA o VALOR es la virtud a la que le corresponde regular las acciones del alma de las pasiones nobles y generosas, haciendo que el hombre se sobreponga al sufrimiento y al dolor, sacrificando los placeres cuando sea necesario para el cumplimiento del deber.

Hace relación con el “alma irascible”

La TEMPLANZA o MODERACIÓN implica la serenidad, la armonía, el dominio de si mismo. Es una virtud más bien negativa a la que le corresponde regular los actos del “alma concupiscible”, poniendo orden y armonía, moderación en las actividades propias de la parte inferior del alma, o del alma inferior.

Ëstas son las CUATRO VIRTUDES, que luego serán llamadas “cardinales”, siendo “cardo-nis” el marco de la puerta, con sus cuatro partes, y por las que se entre en la vida perfecta.

Además Platón señala otras virtudes (y que no desarrolla tan ampliamente):

.- Virtudes Intelectuales: (Además de la Prudencia (“frónesis”), conocimiento (“noesis”), ciencia (“episteme”), sabiduría (“Sofía”), comprensión o hacerse cargo (“sínesis”), buen consejo (“eubulía”)

.- Virtudes Morales: (Además de Justicia (“dikayosine”, de la Fortaleza “andreia”) y de la Templanza (“sofrosine”), la piedad o justicia para con los dioses (“eusebeia”, el delito del que se le acusaba a Sócrates), alegría (“jará”), buen humor (“eufrosine”), arte (“tekné”), habilidad industriosa (“mekané”)

lunes, 15 de julio de 2019

EL COMUNISMO PLATÓNICO


EL COMUNISMO PLATÓNICO.

Quizá sea una de las prescripciones más extrañas del diálogo La República.

“Comunismo de bienes, de mujeres y de hijos para los miembros pertenecientes a las dos clases sociales superiores de guardianes y gobernantes”, lo que han valido a Platón muchas críticas y la primera la de su discípulo Aristóteles.

Pero (y la verdad sea dicha) su comunismo nada tiene que ver con los regímenes utópicos del Renacimiento, y mucho menos con el socialismo y el comunismo modernos.

Es un reglamento de sacrificio que impone a las clases defensoras y rectoras de la ciudad y que se parece, más bien, al régimen de una Orden Militar o al de una Orden Religiosa.

No se trata de un régimen comunista para toda la ciudad puesto que la gran mayoría (agricultores, artesanos, comerciantes,...) pueden tener bienes y familia propios.
Sólo para defensores y gobernantes por sus altísimas funciones a realizar en la ciudad, pues sería un impedimento la posesión particular de esas cosas (podrían “mirar por lo suyo” en vez de hacerlo por “lo de la ciudad”).
Su objetivo es desligarlos e independizarlos de todo cuanto pueda suponer un estorbo para entregarse por completo al servicio de la Polis.

Guardianes y filósofos-gobernantes no tendrán bienes propios, sino que vivirán a sueldo de la comunidad (como servidores suyos que son) y, aún, este sueldo se le pagará en una moneda especial que sólo podrá tener circulación con estos fines (una especie de “vales” aceptados por los demás).

Tampoco tendrán casa propia, por lo que vivirán acuartelados en edificios propiedad de la polis.

Ni podrán tener familia propia: “las mujeres de nuestros guerreros serán comunes todas a todos y ninguna de ellas habitará en particular con ninguno de ellos.
Los hijos, también, serán comunes y los padres no conocerán a sus hijos ni éstos a sus padres.

No llega a prescribir el celibato (como las órdenes religiosas católicas) quizá por considerar necesaria la transmisión hereditaria de las funciones superiores de la ciudad.
Pero regula rigurosamente las condiciones en que deben verificarse las uniones, con el fin eugenésico de evitar la degeneración de la raza y de obtener hijos sanos y robustos,

En el diálogo La República la edad núbil para los varones será entre los 30 y los 55 años, y para las mujeres, de los 20 a los 40 (en Las Leyes, sin embargo, será de 30 a 35 para ellos y de 16 a 20 para ellas).

Los niños nacidos de uniones fuera de esas edades deberán ser suprimidos.
Pero los hijos no podrán ser considerados por ninguno como propios sino que pertenecerán a la comunidad, a la polis, a cuyo cargo corre su sostenimiento y su educación en común desde el momento mismo de nacer.

El deseo de Platón de crear una ciudad perfecta lo induce a prescribir dar muerte (ahogándolos) a los niños que nazcan enclenques o deformes, así como a eliminar, por la muerte o por el destierro, a los individuos insociables.
(Es el sacrificio de los derechos individuales, imponiendo una nivelación inhumana, sin tener en cuenta la condición real de la naturaleza)
(Y más aberrante e inexplicable es permitir casarse hermanos con hermanas).

No se trata, pues, de un régimen comunista sino de la vida en comunidad de una porción selecta de funcionarios de la polis sostenida económicamente por la clase inferior.

Tampoco hay que entender las uniones sexuales como una grosera promiscuidad, ni menos un “amor libre”, sino un control rigurosamente dirigido por la polis.
Platón reconoce que con esta forma de comportarse se les está imponiendo una forma de vida sacrificada y poco envidiable y que exige una entrega total al servicio del Bien Común.

Entendido de esta manera, el comunismo platónico deja de ser una aberración monstruosa y encaja, perfectamente, en la lógica de su sistema.

Quizá se note la poca sensibilidad para la vida familiar y un concepto exagerado de lo que es, para él, el Bien Común, al que quedan sacrificados los bienes particulares de los individuos.

Platón aspira, pues, a que la polis sea la gran familia de todos y para todos y en la que todos deben considerarse como padres, hijos y hermanos.

(REPITO: QUE NO ES UNA RADIOGRAFÍA DE LA POLIS ATENIENSE REAL, SINO DE LA ATENAS UTÓPICA E IDEAL QUE TIENE EN SU CABEZA Y CUÁL Y CÓMO DEBERÍA SER SU FUNCIONAMIENTO).

domingo, 14 de julio de 2019

PLATÓN: EDUCACIÓN PLATÓNICA / y 3 )


2.- SEGUNDO CICLO O CICLO MEDIO.

A los 20 años se realiza una selección  y los menos aptos permanecen en la categoría de “Guardianes Auxiliares” mientras los mejor dotados moral e intelectualmente prosiguen su formación otros 10 años, hasta los 30, estudiando, de una manera más profunda y sistemática las disciplinas que son útiles para el arte de la guerra: la ARITMÉTICA o ciencia de los números, la LOGÍSTICA o ciencia del cálculo, la GEOMETRÍA PLANA o ciencia de las superficies, la ESTEREOMETRÍA o ciencia de los volúmenes, la ASTRONOMÍA o ciencia de los sólidos en movimiento y la MÚSICA.

Al terminar este ciclo habrá otra preselección porque todos estos conocimientos no llegan todavía a la categoría de ciencia perfecta (EPISTEME) sino que pertenecen a la DOXA, pero para los guerreros es suficiente porque llegan al grado cognoscitivo de “Opinión Recta”.

Los seleccionados pasarán al ciclo siguiente.

3.- TERCER CICLO O CICLO SUPERIOR.

Este ciclo durará otros 5 años, hasta los 35, en su preparación para las funciones más elevadas y que estarán dedicados al estudio de la DIALÉCTICA, con la Teoría de las Ideas, que es la cumbre de todo el ciclo de formación intelectual, al mismo tiempo que se ejercitan en cargos administrativos secundarios.

Pero, todavía, tendrán que esperar hasta cumplir los 50 años antes de llegar, finalmente, a la categoría de Arcontes Perfectos.

Éstos gobernarán la ciudad, pero por turnos, consagrando al estudio de la Filosofía el tiempo que estén libres de sus funciones de gobierno.

Alternarán, pues, la vida intelectual o contemplativa con la vida social, “descendiendo a la caverna”.

Los gobernantes son una minoría muy selecta, esencialmente aristocrática (“los mejores”) y suficientemente preparada para las funciones de gobierno.

Los “verdaderos gobernantes deberán ser filósofos” (los que más saben, los mejor preparados).

“A menos que los filósofos reinen en las ciudades o que, cuantos ahora se llaman reyes o dinastas, practiquen, noble y adecuadamente la Filosofía, que vengan a coincidir una cosa y la otra (la Filosofía y el Poder Político), no hay, amigo Glaucón, tregua para los males de las ciudades ni tampoco, según creo, para los del género humano; ni hay que pensar en que, antes de ello, se produzca en la medida posible ni vea la luz del sol la ciudad “que hemos trazado de palabra”.

El Gobierno debe pertenecer a los Filósofos porque son los únicos que, con el estudio de la DIALÉCTICA poseen el conocimiento perfecto y verdadero de las Ideas, sobre todo de la JUSTICIA y del BIEN, que deben ser la norma para regular la buena organización y las actividades armónicas y ordenadas de la ciudad.
Ellos son los únicos que pueden guiar a los demás para hacerlos salir de la caverna a contemplar la luz del sol del mundo inteligible.)
En El REPÚBLICA la ciudad se encarga de los niños desde el momento de nacer y su educación es paralela y común para los dos sexos.
Las mujeres se equiparan por completo con los varones en los cargos públicos no admitiendo entre mujeres y varones más que una diferencia cuantitativa.

Tanto los unos como las otras prestarán servicio militar cuya duración será desde los 20 hasta los 60 años para los varones y de los 20 hasta los 50 para las mujeres.
Cuando vayan a la guerra llevarán consigo a los hijos más crecidos para que vayan aprendiendo el arte de guerrear.

En LAS LEYES (menos utópico y/o más realista) la educación de 3 a 6 años es común a niños y niñas que jugarán juntos en los jardines próximos a los templos, bajo la vigilancia de “guardianas” que les entretendrán contándoles fábulas y cuentos instructivos.

Cumplidos los 6 años se separarán los sexos: los niños se ejercitarán en la música y en ejercicios gimnásticos más varoniles (equitación, tiro al blanco, lanzamiento de jabalina, danzas rítmicas,…), mientras que las niñas practicarán otros más moderados y aprenderán los oficios propios del hogar.

De 10 a 13 años recibirán una formación literaria, ejercitándose en la lectura y en la escritura.

De 14 a 16 cultivarán la música y las danzas guerreras, especialmente las pírricas, quedando excluidos los bailes afeminados, por sus efectos desmoralizadores.
Se les enseñarán Matemáticas, procurando que los alumnos aprendan a calcular, desprendiéndose cada vez más de lo concreto.
También se les dará ligeran nociones de Astronomía y se les hará ejercitarse en la caza.

La educación de las jóvenes seguirá un orden paralelo.
Desde los 13 años comenzarán a prepararse en ejercicios de armas, pero se les eximirá de otros excesivamente violentos, como el pancracio (Modalidad de combate atlético de origen griego, muy practicado, después, entre los romanos, en el que la lucha, el pugilato y toda clase de medios eran lícitos para vencer al contrario).

Como vemos, el programa educativo de Las Leyes es más restringido que el de La República, no figurando en él el estudio de la Dialéctica.

Esto no significa que Platón abandonara, en sus últimos años, la Teoría de las Ideas, sino que, en la Ciudad de Segundo Grado, consideraba suficiente una educación  menos completa que en la Ciudad Ideal.


PLATÓN: EDUCACIÓN PLATÓNICA ( 2 )


LA EDUCACIÓN para la formación de los futuros gobernantes.

La función educadora –que implica selección y formación con un profundo sentido ético-político- tiene en la ciudad platónica una importancia de primer orden, pues de ella depende el que se alcance el ideal de la comunidad social.

Platón no prescribe ninguna educación especial para la tercera clase, la inferior, la de los artesanos y comerciantes pero dedica largos pasajes, tanto en La República como en Las Leyes, y con toda clase de pormenores, la que debe darse a los encargados de las funciones defensivas y rectoras.

Tanto unos como otros deben quedar exentos de cualquier oficio manual para poder dedicarse, exclusivamente, a su preparación para las importantísimas funciones de defensa y de gobierno de la ciudad.

La educación no consiste en una simple enseñanza de la virtud, la cual no se adquiere por el solo conocimiento.
Todas las almas, al venir a este mundo, traen ya innatas todas sus ideas.
Pero es preciso, por una parte, “despertarlas por medio de la reminiscencia”, haciéndoles volver sus ojos a la luz y, al mismo tiempo, disciplinar sus tendencias inferiores mediante el “ejercicio de la virtud”.

La educación de los miembros pertenecientes a las dos clases superiores (defensores y gobernantes) comprende dos ciclos: uno elemental (o preparatorio) y otro superior.
Sus diversas etapas corresponden a los grados que Platón simboliza en las alegorías de la línea dividida en segmentos y la de la caverna.

1.- CICLO ELEMENTAL.

Este primer ciclo es común a todos los futuros guardianes, seleccionados entre los niños que parezcan mejor dotados y se prolonga DESDE EL NACIMIENTO HASTA LOS 20 AÑOS.
Consiste en un régimen combinado t armónico de cultura FÍSICA, INTELECTUAL Y MORAL.
Su objetivo es formar jóvenes “sanos, robustos, ágiles y que no tengan necesidad de médicos” y, a la vez, formar su carácter, su forma de ser y de comportarse, haciéndoles “valientes, sagaces y despreciadores de los peligros” de manera que, así, sean aptos para las funciones de la guerra.

Esta primera fase es poco complicada y no está sujeta a ningún programa fijo.

Los niños deberán educarse “como si estuvieran jugando” (Pedagogía Lúdica).

Consiste, sobre todo, en ejercicios de GIMNASIA RÍTMICA AL SON DE LA MÚSICA (“Para los cuerpos, la gimnasia; para las almas, la música”)
Esta gimnasia no equivale, simplemente, al puro atletismo, sino que es una disciplina que tiende a excitar el elemento fogoso del alma para dar a los guerreros valentía ante el peligro.

La educación se refiere, esencialmente, al alma y, secundariamente, al cuerpo en relación con aquella.

La combinación armónica de ambas cosas evita el peligro de que “la gimnasia” se convierta en un simple desarrollo muscular y en un predominio de la fuerza bruta y de que “la música” corra el riesgo de formar caracteres blandengues, adormeciendo el espíritu combativo.

De la música quedan excluidos los modos jónico y lídio, por afeminados, y prescribe los modos dorio y frigio, por ser más varoniles.

Se rechaza, también, la flauta, por producir sonidos lánguidos, “sustituyendo la flauta de Marsas por la lira de Apolo.

Junto con la Música debe enseñarse la POESÍA, pero deben estar excluidas aquellas fábulas que, bajo su belleza literaria, encierran enseñanzas nocivas para las buenas costumbres, las que contienen conceptos falsos acerca de los dioses y las que pueden contribuir a debilitar el ánimo o inspirar temor a la muerte.

Fuera, pues, los poemas de Homero y prescribe jueces especiales para censurar otros tipos de lecturas nocivas.

En la ciudad no debe admitirse más poesía que himnos a los dioses o elogios a los buenos.

Hay que someter a los niños a diversas pruebas y peligros físicos y morales para observar sus reacciones.

También es conveniente llevarlos a la guerra, junto con sus padres, colocándolos en un lugar libre de peligros, para que vayan aprendiendo el arte de combatir y para que prueben la sangre, como los cachorros.

Este Primer Ciclo termina con una intensificación de los ejercicios gimnásticos entre los 17 y los 20 años.


PLATÓN: EDUCACIÓN PLATÓNICA. (1 )




Para una Sociedad Ideal es necesaria una Educación Ideal.

La Atenas de Platón ya no era la Atenas de Pericles, la del Sigo de Oro griego, la de la Ilustración Griega (una democracia “ideal” (aunque no era tan ideal puesto que se quedaban fuera TODAS las mujeres, TODOS los viejos, los niños, los esclavos,… democracia, pues, limitada a los hombres (varones) libres que no sobrepasaría al 25% de los atenienses).

Además, tras esa democracia de Pericles (fallecido por la peste), tras la derrota de Atenas por Esparta en la Guerra del Peloponeso y tras el gobierno títere, impuesto por Esparta, el oligárquico de Los 30 Tiranos y, posteriormente, la “democracia restaurada”, populista y demagógica,  que, en nada, se parecía a la de Pericles y que había condenado a muerte al molesto, a la “mosca cojonera”, de nombre Sócrates, que intentaba desmentir al Oráculo de Delfos y parar la pendiente por la que se deslizaba Atenas, en un  proceso desencadenado por motivos políticos, pues las tres acusaciones por las que sería juzgado y condenado…

Ante la crisis moral y política subsiguiente, la Academia (la primera gran universidad europea), fundada por Platón tendría como objetivo principal la educación filosófica de los futuros políticos y gobernantes (que ese, y no otro, era el objetivo del dicharachero Sócrates
En mi recorrido nómada a través de lo diversos Paradores Filosóficos, y tras haber permanecido durante “veintidós” (22) días en el Parador “Sócrates”, inicio mi peregrinaje por otros Paradores, pero con estancias más limitadas.

Por ejemplo, el Parador “Platón”, pero sólo mientras paseo por los jardines de su “Educación Ideal para la Sociedad Ideal” que tiene en su cabeza.

Que NADIE piense que La República es una “radiografía veraz” de la Atenas de su tiempo sino, al contrario, contra la triste democracia real ateniense, y en contraposición con ella, pergeña la que él considera que debería existir y que no existe y que, además, en su intento de probarla en Siracusa, terminaría con varios descalabros.

La República es, pues, la Primera Gran Utopía Social y Política de la Historia.

El objetivo a conseguir es la convivencia y organización de la sociedad y para ello cada ciudadano deberá cooperar según sus aptitudes y capacidades, según las tres clases sociales en que se dividen los ciudadanos (con su alma correspondiente y ubicada en su correspondiente parte del cuerpo.

Una sociedad en la que sobran los poetas, que sólo se mueven en una dimensión subjetiva (las pasiones) en vez de una dimensión colectiva, necesaria (cooperación).

Y habrá que luchar contra los sofistas (causantes de la crisis moral) y representativos del clima cultural que fue gestándose en Atenas, cuyo objetivo es la persuasión y el relativismo moral, tras cobrar por sus enseñanzas, entrenadores en el arte de luchar y ganar al adversario con las palabras y los argumentos y poder ser elegidos democráticamente y formar parte de las instituciones,

Tanto Platón como Aristóteles son más teólogos que creyentes religiosos, su dios es el que conforma el cosmos, planificando el universo.
Para ambos el “para” prima sobre el “porque”.

En esta organización de la sociedad la aristocracia de la virtud (los mejores) debe primar sobre la aristocracia de la sangre (heredada) y de la riqueza.

Debe imponerse la “fuerza de la razón” a la “razón  de la fuerza” en el buen gobierno de la polis.

Debe darse a cada uno según su necesidad pero debe exigirse de cada uno según su capacidad y aptitud.

La “igualdad geométrica” (justicia) debe primar sobre la “igualdad aritmética” (injusticia).

Debe dársele más al que más se lo merezca y menos al que menos méritos tenga (lo contrario sería una injusticia = darle igual a los desiguales o desigual a los iguales).

La Educación es necesaria como lo es el pastor para los ovejas, así lo son los pedagogos y los maestros para los niños (como los amos para los esclavos –recuerda Platón)

Platón pues quiso ser, desde su intelectualidad política, un protagonista político, y bien que lo intentó en Siracusa, con  los dos Dionisios, I y II, aunque todo terminase en un estrepitoso fracaso, de ahí la fundación y el objetivo de su Academia.

Pero su influencia llega hasta hoy, seguimos usando su vocabulario filosófico.

En ese sentido “Todos somos Platón”

sábado, 13 de julio de 2019

SÓCRATES: EPÍLOGO ( 12 y FINAL )


SÓCRATES: EPÍLOGO.

Habría sido “cómico” si no hubiera sido tan “trágico” que los mismos viajeros del autobús, llamado Atenas, condenaran a muerte al viajero que es consciente de que el autobús va a despeñarse porque el conductor del mismo no sólo no sabe conducir, por los bandazos y volantazos que va dando, sino que ni él ni los viajeros son  conscientes de ello.
Uno para que se pare, los otros para exigirle al conductor que pare.

Fue una tragedia que quien diagnosticó la causa de la enfermedad mortal que padecía Atenas y pronosticó la gravedad de la misma fuera condenado a muerte por los inconscientes ciudadanos enfermos.

Fue una tragedia que quien descubrió el virus de la enfermedad mortal (los sofistas con sus sofismas) fuera condenado a muerte por ser confundido e identificado como un sofista porque hablaba como ellos y trataba de los mismos temas que ellos cuando, al contrario que ellos, que “entrenaban” (“no educaban”) a los jóvenes para que ganasen en las competiciones a ser elegidos candidatos a gobernantes, él, Sócrates, desarrollaba su actividad “educativa” al aire libre, gratis y sin excluir a nadie, lo contrario que los sofistas, que sólo hacían trato con quienes, procedentes de familias social y económicamente pudientes, podían costear el alto precio que pedían por sus enseñanzas,

Fue una tragedia que el mismo que abogaba por unas leyes justas por las que gobernarse la polis y siempre defensor y cumplidor de las mismas, por respeto a las mismas leyes, fuese condenado a muerte por los mismos atenienses que, por sorteo, les había tocado en suerte ejercer de jueces en el proceso contra Sócrates.
Y si el legislador no sabe legislar o legisla mal, y si los jueces no saben de justicia y juzgan mal, entre todos condenan al que cumpliendo las leyes juzgan que las incumple y lo condenan a muerte y, por dignidad (ya que no por no denunciarlos) se deja matar y “como cordero es llevado al matadero” (como Jesús) pero habiendo podido eludir la condena proponiendo otra alternativa, bien en metálico, bien eligiendo expatriarse a otra polis distinta.

¿Fueron, al final y tras la tragedia, conscientes de que habían obrado injustamente y condenado a un inocente?

(Cuenta la “leyenda urbana” que, al día siguiente de la muerte de Sócrates, por respeto a él, las tiendas de Atenas no abrieron sus puertas (lo que sigue siendo una “leyenda urbana”, como ocurrió con el judío crucificado y el “sol escondió su luz” por no querer ser vestido y para no poder ver
La tragedia judía de la muerte del Hijo de Dios (otra “leyenda urbana”).

Lo cierto y verdad es que con Sócrates comienza la filosofía que, en el fondo, tiene un objetivo político-social y no meramente especulativo, aunque para ello se tenga que saber qué es la Justicia (para poder ser justo y poder organizar la convivencia en la ciudad), qué es la virtud (para poder ser virtuoso),…
¿Pero quién sería o qué sería de Sócrates si no hubiera sido por su discípulo Platón?

Sócrates no fue sólo una figura literaria creada por el propio Platón para escribir sus Diálogos (como algunos han dejado caer)

Alfred North Whitehead, filósofo y matemático, del siglo XX, coautor junto a Bertrand Russell, de la obra Principia Mathematica, donde demuestran cómo la Matemática se deduce de la Lógica,  dejó escrito: "Toda la filosofía occidental es una serie de notas a pie de página de la filosofía platónica".

Doxa (opinión) y episteme (ciencia) o (grados del saber) y material e inmaterial (grados de ser), la línea dividida en segmentos, sentidos, razón e inteligencia, mundo material y mundo de las ideas, cuerpo y alma, ética, Metafísica (Teoría de las Ideas (existencia real del Bien, de la Belleza, de la Bondad, de la Justicia,… que serán participadas o imitadas por los seres del mundo material o ideas inferiores (el Triángulo y los tres tipos de triángulos), antropología, política, educación, dios y el demiurgo, las tres almas y su localización en las tres parte del cuerpo separadas por el cuello y la cintura, las pruebas de la inmortalidad del alma, las tres clases sociales, la Justicia, la ley, las formas de gobierno (tanto en La República con el gobernante-filósofo, como en Las Leyes, con el segundo modelo de Estado, gobernado por las Leyes justas), el comunismo platónico, el Bien-los bienes y la virtud-virtudes, la escatología y …son conceptos que desde hace 2.400 años….

De Sócrates, que nada dejó escrito (y no era porque fuera analfabeto pues él, como cualquier niño ateniense recibiría las enseñanzas de Anaxágoras, amigo de Pericles y que se encontraba en Atenas, sobre “la naturaleza” pero que, ante la tragedia que se avecinaba del derrumbe de Atenas, por las enseñanzas de los sofistas, cambió de tema (la naturaleza) por los asuntos éticos y políticos para, al menos intentar, que la polis, su Atenas del alma, no se despeñara y cayera al precipicio, siendo identificado como otro sofista más de los varios que pulularían por Atenas), lo que de él sabemos es gracias a los Diálogos de Platón, en los que, casi siempre, lo pone como protagonista de los temas que en ellos trata.

Aunque sean 4 las fuentes por las que nos llega la biografía de Sócrates (como hemos expuesto en posts anteriores), sin duda es Platón la fuente principal aunque (y hay que tenerlo en cuenta) que es bastante o muy laudatorio, aunque no lo deforme para hacérnoslo desconocido.

El comportamiento de Sócrates fue raro en la Atenas de su tiempo por lo que no puede resultarnos extraño que muchos lo viesen y lo calificasen como un bufón, o como un subversivo que deambulaba por las calles de Atenas, sin darse importancia, sin considerarse un profesor.

Su actividad se resumía, a diario, en preguntar a los varios y variados ciudadanos de la polis de Atenas si sabían qué era la justicia, el valor, la verdad, el bien, la belleza,…

Cuando el interlocutor daba una respuesta convencional (en medio de risas, seguros de que se trataba de temas muy sencillos) él volvía a preguntar una y otra vez hasta dejarle claro que no sabía cual era la respuesta correcta, al entrar en contradicción con la primera respuesta.
Pero esto no significaba que Sócrates la supiera y ofreciera una contestación definitiva, pero demostraba que los demás tampoco sabían mucho sobre aquello que suponían tan claro, fácil y evidente.

El placer de preguntar, pero no para saber, sino para hacerles ver a los demás que ellos tampoco sabían lo que sí creían saber.

Preguntar filosóficamente, como lo hacía Sócrates, es poner en un compromiso al que cree saber o al que quiere que aceptemos que sabe, de lo que no puede concluirse que el que pregunta sepa más que el preguntado.

La necesidad de hacerle ver al interlocutor que no sabe lo que creía saber es la condición necesaria para querer saber.

Lo que en otro lugar he expuesto: que la condición indispensable, necesaria, para querer encender una vela es ser consciente de que está apagada.

IRONÍA, como método, hacia abajo, para llevar al interlocutor a la ignorancia.
MAYÉUTICA, como método, hacia arriba, acompañando al interlocutor, inductivamente, para llegar a la definición del tema que estaba tratándose.