Nació en 469 a .C., en el demos de
Alopece, un suburbio a unos kilómetros de Atenas, ubicado en las faldas del
Licabeto.
Astrológicamente debió de ser
Capricornio, ya que había nacido en los primeros días del año.
Su padre se llamaba Sofronisco,
y era un escultor (o quizá sólo un aficionado a la escultura, una especie de chapucero,
además de la periferia, y su madre, Fenarete, de profesión “partera” o “comadrona”.
De su infancia no sabemos
prácticamente nada, y, para ser sinceros, nos cuesta un poco imaginarlo como un
niño: de todos modos, siendo de familia más o menos acomodada, creemos que seguiría
los estudios regulares, como todos los demás muchachos de Atenas.
Como todos ellos, a los
dieciocho años hizo el servicio militar y a los veinte llegó a ser hoplita, después de haber conseguido una armadura adecuada.
En su juventud ayudaría, con
toda seguridad, a su padre, el escultor, en su taller, hasta que un buen día
Critón, "enamorado de la gracia de su alma" se lo llevó para
iniciarlo en “el amor al conocimiento”.
Diógenes Laercio, en sus “Vidas de los filósofos”, cuenta que Sócrates tuvo
como maestros a Anaxágoras, a Damón y a Arquelao y que fue también amante de
este último, o, para ser más exactos, su “erómenos”.
De todos modos, sobre este
asunto de los amores homosexuales de los atenienses, y de los griegos en
general, lo que resulta realmente absurdo es el analizar tal fenómeno con la
mentalidad propia de un pensar judeo-cristiano, que ha llevado a algunos a
tratar a Sócrates como si fuera un “gay”. (En otro post hemos
analizado la homosexualidad en los griegos, en general, y en Sócrates, en
particular).
Sócrates se casó con Jantipa, su primera mujer, aunque no es que se casara por la belleza,
el buen carácter,… de ella sino para, como todos los griegos, para poder tener
descendencia, y con la que tuvo un hijo.
Por su parte, Aristóteles nos
informa que Sócrates tuvo también una segunda mujer, de nombre Mirto, con la
que se casó porque “le dio pena de ella, siendo tan pobre” y con la que tendría
otros dos hijos.
Sócrates fue un buen soldado
y cumplió ejemplarmente sus obligaciones militares.
Por TRES veces participó en
la guerra, la Guerra
del Peloponeso, como “hoplita”.
La primera de ellas fue en la
batalla de Potidea y del asedio ateniense a esta ciudad (lo que llevaría a la
confrontación Atenas-Esparta).
Potidea pertenecía a la “liga
ateniense”, a la que pagaba tributos pero, a la vez, recibía anualmente sus magistrados
de Corinto.
Cuando se rompen las
relaciones entre Corinto y Atenas, ésta quiso obligar a Potidea a que rompiera
relaciones con Corinto y como no lo hizo, pues la guerra, con el asedio.
Era el año 432 y Sócrates
tenía 38 años.
Pericles envió un ejército de
3.000 hoplitas, y uno de ellos era Sócrates
Ganó Atenas.
Sócrates combatió con bravura
y orden, obedeciendo a los mandos militares, incluso le salvó la vida a
Alcibiades herido.
Esta batalla duró tres años,
hasta el 429, año en que moría Pericles, por la peste.
Sócrates regresó a Atenas.
Pero 5 años más tarde, año
424, con ya más de 45 años, tenemos a Sócrates en la batalla de Delión.
Los 8.000 atenienses fueron
derrotados.
Pero según el testimonio del
general Laques, “si todos los atenienses hubieran combatido como Sócrates los
atenienses no habrían perdido la batalla”
2 años después, el 422, lo
encontramos, por tercera vez, y como hoplita, en Anfípolis. Era el décimo años
de la Guerra
del Peloponeso.
Todos los datos de que se
dispone coinciden en reconocer a Sócrates una “notable valentía” y “una
capacidad de sacrificio” por encima de lo común.
Platón, en la Apología , pone en boca de
Sócrates: “Cuando los jefes que vosotros elegisteis para mandarme en Potidea, en
Anfípolis y en Delion me asignaron un puesto, aguanté como el primero donde
ellos me habías colocado y arrostré el peligro de muerte”
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