Para sintetizar al máximo el
pensamiento de Sócrates, os presentamos a continuación tres temas socráticos:
EL UNIVERSAL
EL DAIMON.
1.- LA MAYEUTICA :
Cuando Sócrates dice "sé
que no sé", no niega la existencia de la verdad (como habían hecho los
sofistas), sino que invita a su búsqueda.
Es como si dijera: “la verdad
existe, aunque yo no la conozco”; pero, como no puedo creer que uno que la ha
conocido no la tome en consideración, pienso que es indispensable alcanzar el
"conocimiento".
Sólo así, en efecto, podremos
saber con seguridad de qué parte está el Bien.
Procuremos ahora describir la
mente humana como debió de habérsela imaginado Sócrates: en el medio, un enorme
montón de maleza y debajo de él, bien escondida, la verdad, es decir la justa
valoración de los comportamientos, el "sentido de las cosas".
¿Qué hacer, se pregunta
Sócrates, para llegar al conocimiento?
Ante todo, liberarse de la
maleza y después extraer la verdad.
Para la primera fase, que
podríamos llamar operación "limpieza" o "pars destruens"
para los amantes del latín, Sócrates se vale de la “IRONÍA”.
Nadie supera la maestría de
Sócrates en este arte.
Manifestando la más absoluta
ignorancia y candidez, finge siempre querer aprender de su interlocutor: le
solicita continuas precisiones y por fin lo pone frente a sus propias
contradicciones.
La maleza de la que
hablábamos antes es, efectivamente, el conjunto de los prejuicios, de los
falsos ideales y de las supersticiones que ocupan nuestra mente.
Una vez liberado el campo de
estas escorias, es preciso sacar a la luz el verdadero conocimiento y es aquí
donde interviene la segunda parte de su método, la “MAYÉUTICA”.
Sócrates, en el Teeteto,
acordándose de su madre, nos da una descripción: "Mi trabajo de partero se
asemeja en todo al de las comadronas, sólo que ellas actúan sobre las mujeres y
yo sobre los hombres, ellas sobre los cuerpos y yo sobre las almas".
Sócrates no se presenta como
depositario de una "verdad suya"; a lo sumo ayuda a los otros a
buscarla en sí mismos, "ya que -dice él- soy estéril de sabiduría, y por
eso el dios (Apolo) me obligó a ejercer de partero, prohibiéndome al mismo
tiempo engendrar".
Resulta claro que, para
ejercer la MAYÉUTICA ,
Sócrates necesita el diálogo, es decir improvisar su discurso según los
estímulos que le ofrece su interlocutor.
Ningún escrito -dice él-, podría
tener una eficacia comparable, incluso porque "no sabiendo nada, ¿qué
habría podido escribir?"
Sócrates, por otra parte, desconfiaba
absolutamente de la escritura, como resulta de la fábula que
Platón le hace narrar en el Fedro.
¿Puede concluirse que
Sócrates, como Jesús de Nazaret, no sabía leer ni escribir?
El hecho de que Diógenes
Laercio diga que escribió una fábula del tipo de las de Esopo no significa
absolutamente nada: podría haberla dictado a un escriba.
A quien objeta que un hombre
inteligente como Sócrates no podía no haber aprendido a escribir, le respondo
que aún hoy hay millones de personas inteligentísimas que no han aprendido
todavía a usar la computadora, pese a que no se requiere más de una semana para
ponerse al corriente del proceso de textos.
La verdad es que por aquellos
tiempos eran muy pocos los que sabían leer y escribir: Plutarco cuenta que un
ateniense, siendo analfabeto, para grabar el nombre de Arístides en los
óstraka, se dirigió precisamente a él.
A la pregunta de Arístides
sobre si conocía al hombre al que quería mandar al exilio, el ciudadano
respondió que no lo conocía, pero que ya estaba harto de oír decir a todos que
era un hombre justo; ante lo cual Arístides escribió su nombre en las listas y
no agregó nada más.
2.- LO UNIVERSAL:
En los diálogos platónicos,
Sócrates acostumbra solicitar a sus interlocutores la definición de un valor
moral, y por regla general ellos responden citando un ejemplo particular.
3.- EL DAIMON.
Por lo que al DÁIMON se
refiere existen múltiples relatos acerca del famoso Daimon de Sócrates.
Uno de ellos se encuentra en
un escrito de Plutarco que lleva justamente el título de “El
daimon de Sócrates”.
¿Cuál os parece la verdadera
naturaleza del daimon de Sócrates?
En la antigüedad se decía que
se trataba de un simple estornudo: según algunos, cuando Sócrates sentía que un
estornudo provenía de la derecha o de la izquierda, de adelante o de atrás,
tomaba una u otra decisión.
Por lo que hace a los
estornudos mismos, todo dependía de cuándo le venían las ganas, si en
movimiento o en estado de reposo: en el primer caso se detenía, y en el segundo
proseguía en lo que estaba por hacer.
Esto es lo que dicen los
testimonios, aunque, en verdad, no creo en absoluto que un hombre como Sócrates
pudiera haberse dejado guiar por semejantes tonterías.
Aparte de las habladurías, lo
que si es cierto es que el mismo Sócrates, durante el proceso, declara poseer
un DAIMON que lo aconsejaba en los momentos difíciles.
"Es como una voz que
tengo en mi interior desde niño, y que, cada vez que se deja oír, lo hace
siempre para disuadirme de hacer algo, nunca para hacerme actuar.
En particular, me desaconseja
que me ocupe de política".
Las interpretaciones del DAIMON
son innumerables: pasan del espíritu guía al ángel de la guarda, a la
conciencia crítica, al sexto sentido, a la intuición, etcétera….
¿Pudiera ser que sólo fuera y
se tratara de una broma de Sócrates, que éste había querido reservar para no
verse obligado a tener que explicar cada una de sus decisiones?
(Luciano Crescenzo. Historia
de la filosofía Griega. Segunda parte. Págs.7-45)
No hay comentarios:
Publicar un comentario