SÓCRATES: EPÍLOGO.
Habría sido “cómico” si no
hubiera sido tan “trágico” que los mismos viajeros del autobús, llamado Atenas,
condenaran a muerte al viajero que es consciente de que el autobús va a
despeñarse porque el conductor del mismo no sólo no sabe conducir, por los
bandazos y volantazos que va dando, sino que ni él ni los viajeros son conscientes de ello.
Uno para que se pare, los
otros para exigirle al conductor que pare.
Fue una tragedia que quien
diagnosticó la causa de la enfermedad mortal que padecía Atenas y pronosticó la
gravedad de la misma fuera condenado a muerte por los inconscientes ciudadanos
enfermos.
Fue una tragedia que quien
descubrió el virus de la enfermedad mortal (los sofistas con sus sofismas)
fuera condenado a muerte por ser confundido e identificado como un sofista
porque hablaba como ellos y trataba de los mismos temas que ellos cuando, al
contrario que ellos, que “entrenaban” (“no educaban”) a los jóvenes para que
ganasen en las competiciones a ser elegidos candidatos a gobernantes, él,
Sócrates, desarrollaba su actividad “educativa” al aire libre, gratis y sin
excluir a nadie, lo contrario que los sofistas, que sólo hacían trato con
quienes, procedentes de familias social y económicamente pudientes, podían
costear el alto precio que pedían por sus enseñanzas,
Fue una tragedia que el mismo
que abogaba por unas leyes justas por las que gobernarse la polis y siempre
defensor y cumplidor de las mismas, por respeto a las mismas leyes, fuese
condenado a muerte por los mismos atenienses que, por sorteo, les había tocado
en suerte ejercer de jueces en el proceso contra Sócrates.
Y si el legislador no sabe
legislar o legisla mal, y si los jueces no saben de justicia y juzgan mal,
entre todos condenan al que cumpliendo las leyes juzgan que las incumple y lo
condenan a muerte y, por dignidad (ya que no por no denunciarlos) se deja matar
y “como cordero es llevado al matadero” (como Jesús) pero habiendo podido
eludir la condena proponiendo otra alternativa, bien en metálico, bien eligiendo
expatriarse a otra polis distinta.
¿Fueron, al final y tras la
tragedia, conscientes de que habían obrado injustamente y condenado a un
inocente?
(Cuenta la “leyenda urbana”
que, al día siguiente de la muerte de Sócrates, por respeto a él, las tiendas
de Atenas no abrieron sus puertas (lo que sigue siendo una “leyenda urbana”,
como ocurrió con el judío crucificado y el “sol escondió su luz” por no querer
ser vestido y para no poder ver
La tragedia judía de la
muerte del Hijo de Dios (otra “leyenda urbana”).
Lo cierto y verdad es que con
Sócrates comienza la filosofía que, en el fondo, tiene un objetivo
político-social y no meramente especulativo, aunque para ello se tenga que
saber qué es la Justicia
(para poder ser justo y poder organizar la convivencia en la ciudad), qué es la
virtud (para poder ser virtuoso),…
¿Pero quién sería o qué sería
de Sócrates si no hubiera sido por su discípulo Platón?
Sócrates no fue sólo una
figura literaria creada por el propio Platón para escribir sus Diálogos (como
algunos han dejado caer)
Alfred North Whitehead,
filósofo y matemático, del siglo XX, coautor junto a Bertrand Russell, de la
obra Principia Mathematica, donde demuestran cómo la Matemática se deduce de
la Lógica , dejó escrito: "Toda la filosofía
occidental es una serie de notas a pie de página de la
filosofía platónica".
Doxa (opinión) y episteme
(ciencia) o (grados del saber) y material e inmaterial (grados de ser), la
línea dividida en segmentos, sentidos, razón e inteligencia, mundo material y
mundo de las ideas, cuerpo y alma, ética, Metafísica (Teoría de las Ideas
(existencia real del Bien, de la
Belleza , de la
Bondad , de la
Justicia ,… que serán participadas o imitadas por los seres
del mundo material o ideas inferiores (el Triángulo y los tres tipos de
triángulos), antropología, política, educación, dios y el demiurgo, las tres
almas y su localización en las tres parte del cuerpo separadas por el cuello y
la cintura, las pruebas de la inmortalidad del alma, las tres clases sociales, la Justicia , la ley, las
formas de gobierno (tanto en La
República con el gobernante-filósofo, como en Las Leyes, con
el segundo modelo de Estado, gobernado por las Leyes justas), el comunismo platónico,
el Bien-los bienes y la virtud-virtudes, la escatología y …son conceptos que
desde hace 2.400 años….
De Sócrates, que nada dejó
escrito (y no era porque fuera analfabeto pues él, como cualquier niño
ateniense recibiría las enseñanzas de Anaxágoras, amigo de Pericles y que se
encontraba en Atenas, sobre “la naturaleza” pero que, ante la tragedia que se
avecinaba del derrumbe de Atenas, por las enseñanzas de los sofistas, cambió de
tema (la naturaleza) por los asuntos éticos y políticos para, al menos
intentar, que la polis, su Atenas del alma, no se despeñara y cayera al precipicio,
siendo identificado como otro sofista más de los varios que pulularían por
Atenas), lo que de él sabemos es gracias a los Diálogos de Platón, en los que,
casi siempre, lo pone como protagonista de los temas que en ellos trata.
Aunque sean 4 las fuentes por
las que nos llega la biografía de Sócrates (como hemos expuesto en posts
anteriores), sin duda es Platón la fuente principal aunque (y hay que tenerlo
en cuenta) que es bastante o muy laudatorio, aunque no lo deforme para
hacérnoslo desconocido.
El comportamiento de Sócrates
fue raro en la Atenas
de su tiempo por lo que no puede resultarnos extraño que muchos lo viesen y lo
calificasen como un bufón, o como un subversivo que deambulaba por las calles
de Atenas, sin darse importancia, sin considerarse un profesor.
Su actividad se resumía, a
diario, en preguntar a los varios y variados ciudadanos de la polis de Atenas
si sabían qué era la justicia, el valor, la verdad, el bien, la belleza,…
Cuando el interlocutor daba
una respuesta convencional (en medio de risas, seguros de que se trataba de
temas muy sencillos) él volvía a preguntar una y otra vez hasta dejarle claro
que no sabía cual era la respuesta correcta, al entrar en contradicción con la
primera respuesta.
Pero esto no significaba que
Sócrates la supiera y ofreciera una contestación definitiva, pero demostraba
que los demás tampoco sabían mucho sobre aquello que suponían tan claro, fácil
y evidente.
El placer de preguntar, pero
no para saber, sino para hacerles ver a los demás que ellos tampoco sabían lo
que sí creían saber.
Preguntar filosóficamente,
como lo hacía Sócrates, es poner en un compromiso al que cree saber o al que
quiere que aceptemos que sabe, de lo que no puede concluirse que el que
pregunta sepa más que el preguntado.
La necesidad de hacerle ver
al interlocutor que no sabe lo que creía saber es la condición necesaria para
querer saber.
Lo que en otro lugar he
expuesto: que la condición indispensable, necesaria, para querer encender una
vela es ser consciente de que está apagada.
IRONÍA, como método, hacia
abajo, para llevar al interlocutor a la ignorancia.
MAYÉUTICA, como método, hacia
arriba, acompañando al interlocutor, inductivamente, para llegar a la
definición del tema que estaba tratándose.
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