lunes, 29 de julio de 2019

PLATÓN: IDEAS PRINCIPALES DE SU FILOSOFÍA ( 1 )




Hasta el amor ha querido apellidarse “platónico”, como el “no va más” del amor.

No es de extrañar que, ya en el siglo XX, alguien calificase a la filosofía como “notas a pie de página de la filosofía platónica”.

Nadie puede negar, ni poner en duda, que el primer “gran” filósofo de Occidente, fue Platón, cuya filosofía abarca y desarrolla toda la temática, no sólo la de la “naturaleza” como lo hacían los presocráticos con su preocupación-obsesión de unificar toda la naturaleza indagando sobre el “arjé” (origen, esencia y fin) de todas las cosas y más allá de la temática humana de su maestro, Sócrates.

Ni lo divino ni lo humano escapa a la filosofía platónica.

Pero siempre me quedará la duda si el Sócrates protagonista de las principales obras de Platón es el Sócrates real o el Sócrates distorsionado que crea Platón.

Aunque lo cierto es que la filosofía empezó (y siempre empieza) con los tanteos en responder a los porqués que se le plantean a uno en la vida, individual o colectiva.

Platón, a pesar de haber nacido en una familia aristocrática, fue testigo de la guerra del Peloponeso (entre Atenas y Esparta) en la que llegó a combatir, presenció la democracia ateniense, luego la tiranía oligárquica, posteriormente la democracia populista y demagógica, ¿es raro, pues, que quien amaba Atenas y asista a su declive se plantee y plantee cuál o cuales son las mejores formas de gobierno, como lo hace en La República y, después, lo rebaje en las Leyes?

El proceso y la condena, a beber la cicuta, a su maestro hace surgir su preocupación por la causa de la misma, una crisis moral y política ateniense y dedicará todo su esfuerzo a establecer entre sus conciudadanos un ideal de justicia y de respeto por la verdad para lo cual fundó su Academia (por aquello de estar erigida cerca del monumento al héroe Academos) y que será la primera Universidad Occidental, destinada a ofrecer educación filosófica a los futuros políticos y gobernantes para que, entre otras cosas, no volviera a repetirse otro asesinato/pseudo suicidio como el de su maestro.

Obvio detenerme en la clasificación de sus diálogos (los tempranos o de juventud (los más fieles a la forma de actuar de Sócrates), los medios o de madurez, los más originales, los más platónicos, los más importantes (y entre los que se encuentran El Banquete, El Fedón y La República) y los tardío o de vejez y cuyo principal diálogo es Las Leyes y en el que el rey-filósofo, como gobernante ideal, lúcido y desinteresado, cede su puesto a la “organización legal” que surja entre los ciudadanos, aunque no sea la ideal, pues va a ser fruto del conjunto y no de la sabiduría.

El papel principal ya no lo tiene la sabiduría del filósofo-gobernante, sino las leyes que surjan en la sociedad.

De los problemas ético-socráticos de sus diálogos de juventud hasta los problemas sociales y políticos de sus diálogos de vejez, con el intermedio de los diálogos de madurez y su Teoría de las Ideas, el espinazo o columna vertebral de su filosofía, omniabarcante.

Dice Platón que si llamamos “mujer” a una persona vieja y a una joven, a una rica y a una pobre, a una soltera y a una casada, a una alta y a una baja… algo en común deben tener todas ellas, debe existir una propiedad que le convenga a todas y si no la vemos con los sentidos tendremos que verla con el ojo de la razón.

Y lo mismo ocurre cuando a unos actos los calificamos como justos y a otros como injustos, a unos como buenos y a otros como malos, a unas cosas, personas o actos como bellos y a otros como feos,… algo en común tendrán entre ellos y si no es por el ojo sensitivo será por el ojo racional por el que tendremos que verlo, pero tiene que ser real, verdadero.

Es su teoría de las Ideas, lo realmente existente, pero en el mundo ideal y que, luego, tomará cuerpo en cosas, personas, animales, actos,…de este mundo material y sensible.

De ahí las ideas de “semejanza”, de “imitación”, de “participación”… de lo de este mundo material y sensible con las realidades de ese otro mundo ideal, de las Ideas.

Las “Ideas”, ideales pero reales y perfectas, y los “seres y acciones” de este mundo, reales pero imperfectas.

Si tú y yo podemos estar de acuerdo, o en desacuerdo, de la belleza de esa joven o de la estampa de ese caballo es porque tenemos en nosotros la “idea de belleza”, en el mismo o en distinto grado.

Y quien dice “belleza”, dice “justicia”, “verdad”,….

Esas ideas no son sujetivas, sino objetivas, no son cambiantes sino fijas, no son temporales sino eternas, no son particulares sino universales,…

Imagínate la idea de “triángulo” que nada merma el que sean equiláteros, isósceles o escalenos (según sus lados) o acutángulos, rectos u obtusos (según sus ángulos)

¿No sería absurdo cuáles de ellos es más “triángulo” que el otro si en los tres tipos se manifiesta la misma propiedad?

Lo he dicho y repetido infinidad de veces, lo opuesto a “igual” es “desigual” y los triángulos son TODOS “iguales” todos tienen la misma propiedad: “tener TRES lados y, por lo tanto, TRES ángulos”.
Lo opuesto a “idéntico” es “diverso, distinto o diferente”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario