En una sociedad teocrática, como el Cristianismo, el 2º
Mandamiento es “No tomarás el nombre de Dios en vano”.
Porque, en una mentalidad mítica, “mentar el nombre” es
“causar la acción”. (Dice) el cura: “tus
pecados te son perdonados” y (acción): “son perdonados”. “(Dice)” Jesús a
Lázaro: “levántate y anda” y (acción): “el muerto resucita”.
El “nombre” y la “acción” van en un mismo kit. Como el
“abracadabra” del mago y (acción): el conejo que sale del sombrero.
Hoy, en una sociedad civil, uno de los mandamientos (el 2º o
el que sea) debería ser “No democratices todo lo que se te ponga por delante”.
“Democracia” ha sustituido a Dios” y como hay creyentes en
Dios, convencidos, también hay demócratas convencidísimos de que todo lo que
sea o suene a “democrático” tiene que ser bueno.
Pero la religión no admite democracia alguna, todo es
piramidal, o viene de arriba, Dios, o viene del que está más arriba en la
pirámide humana, el papa y la jerarquía eclesiástica.
La democracia es ajena a Dios. Quien manda, manda.
Si antes se veía a Dios entre los pucheros (como la santa
castellana), en todas las cosas, y la naturaleza entera no era sino la huella
de Dios, ya en la Edad Moderna, al secularizar la naturaleza, ésta comenzó a
ser objeto de estudio, para los científicos, para todos y cada uno, nadie tenía
vedada la entrada, cualquiera podía penetrar en ella, estaba democratizada, y
dejó de ser objeto de meditación para los teólogos. Quizá perdiéramos el cielo,
dejando de rezar, pero ganamos la tierra, con la observación y la razón.
Hoy la democratización no sólo suena bien, sino que goza de
un buen predicamento.
Así que, “democraticemos la escuela”, “democraticemos la
familia”, “democraticemos la Iglesia”, “democraticemos la Universidad”, “democraticemos
la enseñanza”, “democraticemos la sanidad”, “democraticemos la empresa”,
“democraticemos la cultura”,……Todo es democratizable. A DEMOCRATIZAR TOCAN, son
los nuevos tiempos, nada de autoridad e imposición.
Si la democracia es una de las formas (la mejor o la menos
mala) de gobernar la polis, el conjunto social por excelencia, ¿por qué no
democratizar todos los conjuntos sociales?
La Verdad será lo que digan que es verdad la mayoría,
democráticamente, de los científicos.
Y la Bondad será lo que digan la mayoría, democráticamente,
de los moralistas y/o sociólogos.
Y la Belleza…………..
Y la Justicia……
Así que, pacientes y médicos, democráticamente, decidirán
qué….
Y profesores y alumnos, democráticamente, decidirán qué y
cómo….
Y padres e hijos, democráticamente, decidirán qué…….
¿Todos en pie de igualdad, democráticamente, para
deliberaciones y decisiones, familiares, académicas y sanitarias?
Respetar los Derechos de niños, pacientes y alumnos no es
otorgarles iguales derechos que a padres, maestros y médicos, porque sus
“deberes” son distintos.
¿Os imagináis que una operación de apendicitis o de corazón
dependiera de la mayoría formada por enfermeras, auxiliares, pacientes,
limpiadoras, administrativos, guardias deseguridad….y médicos, es decir, por
todos los que, de una forma u otra, participan en la Institución Sanitaria (o
educativa, o familiar)?.
Defender y apostar por un igualitarismo universal, de todos
y en todo, es, simplemente, una barbaridad, fruto de malentender qué es la
“democracia”.
“Iguales como sujetos políticos” e “igualdad de
oportunidades”, para todos, no es considerar iguales a todas las personas en su
actividad.
En la naturaleza, la desigualdad es la norma. No hay dos
flores iguales, ni dos leones, ni dos personas. En la naturaleza no hay
fotocopias, todo es original.
Los méritos, las capacidades, su presencia o ausencia, su
mayor o menor grado de los mismos nos hacen más o menos idóneos, más o menos
capaces, más o menos aptos.
Mientras la mal entendida democracia considera a todos igual
de aptos y valiosos, la auténtica democracia sólo nos considerará iguales en
cuanto ciudadanos, pero abogará por la “excelencia”, por lo mejores.
La auténtica democracia aboga por la mayor aristocracia
posible de los ciudadanos.
Contra la masa y la mediocridad, la excelencia, la valía
personal.
Decía Ortega que “la democracia exasperada y fuera de sí, la
democracia en religión o en arte, la democracia en el pensamiento y en el
gusto, en el corazón y en las costumbres,… es el más peligroso morbo que pueda
padecer una sociedad”.
Quien esto escribe ha reflexionado, y dejado por escrito, varios
artículos sobre “democracia morbosa” (Preguntarle a Google por “democracia
morbosa tomas morales”)
Democraticemos las competiciones y desaparecerá la
competición.
Democraticemos la cultura y tendremos Belén Esteban y Jorge
Javier Vázquez a porrillo, forrándose a nuestra costa e inundándolo todo de
vulgaridad y zafiedad.
En una sociedad regida por un único criterio, el
productivista, lo que prima es la ganancia, que viene reflejada en el índice de
audiencia, mientras que los programas realmente culturales, científicos,
formativos, valiosos, de debate y reflexión serios,…sería el alimento de un
número reducido de personas que, económicamente, no son rentables.
Así que “panem” (y, mientras comen) “circum”
(entretenimiento), he ahí el programa vital de una sociedad productivista, que
todo lo mide con el criterio de la ganancia.
¿Que hay que impartir Educación Física? Que cada niño,
democráticamente, realice los ejercicios físicos que quiera, y si no quiere
ninguno, que no haga ninguno.
¿Que hay que impartir literatura? Que cada niño lea lo que
quiera, si quiere y cuando quiera, y veremos el Marca y el As como libros de
texto.
¿Que hay que….?
¿Pero es que no existen instancias superiores (maestros,
profesores, pedagogos, psicopedagogos, inspectores, asociaciones, instituciones
educativas…) que, sabiendo, obliguen al niño a….?
Respetar los Derechos de los enfermos no es poner en sus
manos (sino en las de los expertos (médicos, cirujanos, colegios de médicos,
autoridades sanitarias, investigadores,…) los remedios para su salud.
¿Qué pinta un niño, un bedel, una mujer de la limpieza….(integrantes
de una institución educativa), en un claustro, en igualdad de condiciones que
el profesorado?.
Es verdad que debe consultarse y estar de acuerdo con los
padres, porque la enseñanza no es sólo, ni principalmente, “instrucción y
conocimientos”, sino, sobre todo, “educación y comportamiento” y los primeros y
principales educadores de los niños son los padres, correspondiéndoles a los
maestros y profesores un papel suplementario.
El equipo directivo deberá reunirse con los administrativos,
los bedeles, las mujeres de la limpieza, los guardias de seguridad…..para
consultar y consensuar cómo efectuar sus labores correspondientes de la manera
más eficaz posible.
Pero ¿“DEMOCRATIZARLO TODO”
cuando NO TODO es POLÏTICA y GOBIERNO?