Sé que “es legal” que quien saca el billete para subirse al
autobús tenga derecho a subirse. Pero ¿“es justo” cuando se sabe que el
poseedor del billete lo que menos quiere es viajar sino secuestrar el autobús,
viajeros incluidos, para, cambiando la ruta, llevarlos a todos (aunque muchos
no quieran) a su Edén idílico e imaginario particular?.
Dice el Evangelio que “no todo el que “dice”: “Señor, Señor”
entrará en el reino de los cielos sino el que “hace”….”
Las “obras”, no las “palabras” son la firma de ser o no ser
demócrata.
No todo el que “dice” ser demócrata lo “es”, por “decirlo”
(buscando un interés), si sus obras no son acordes con sus palabras.
Imaginemos la situación.
Una mayoría social antidemocrática quiere jugar
democráticamente para obtener una mayoría legal que, ocupando los puestos de
dirección y, según sus principios, les harán la vida difícil o imposible a las
minorías discordantes.
¿Debería prohibirse que ciertas formaciones, que practican,
jalean y están de acuerdo con los atentados participen en el juego democrático?
¿Deberían cambiar el concepto y las reglas del juego
democrático para que esa parte de la población antidemocrática esté
parlamentariamente representada en los Órganos democráticos?.
Quienes tienen presencia social y relevancia pública ¿deben
tener, también, representación política democrática al defender y/o no oponerse
a propuestas ilegítimas?.
¿Puede/debe franquearse la puerta para no permitir que lo
“injusto” pueda llegar a obtener la categoría de “legal”?.
Tengo en mi cabeza tántas preguntas…..
¿No os recuerda el logo de ETA al logo de las Farmacias, con
la serpiente enroscada sobre un hacha, la primera, y sobre una copa, la
segunda?.
La serpiente vomitando veneno en la copa, lo comprendo, por aquello, tan griego, de que el veneno, dosificado, es curativo (Esculapio, dios de la medicina), “remedio inteligente”.
¿Pero lo de ETA, enroscada la serpiente sobre un hacha?.
Pues acabo de saberlo.
Ambas tienen un transfondo ocultista de sociedades secretas.
El de la Farmacia lo entiendo como relacionado con la Alquimia, pero ¿el de
ETA?
La serpiente representa la “inteligencia” y el hacha
(recordemos a los “aizkolaris” : deportistas de “corte de troncos con hacha”)
representa la “fuerza”, “golpear”.
El logo o emblema de ETA sería, pues: “golpea” (lucha
militar) pero “inteligentemente” (lucha política). ¿Recuerdan las dos ETAs, la
política y la militar?.
(También el logo de la OMS es “la serpiente enroscada sobre
un palo o vara” (similar al de la Farmacia).
A más abundamiento.
Que el Espíritu Santo sea representado por una paloma es
raro, extraño o rocambolesco (que si
Noé, desde el arca, para ver si el diluvio había cesado, soltó un cuervo y éste
no volvió porque, se supuso, se quedaría comiendo carne inmunda, porque él
también lo era, pero que cuando soltó una paloma, ésta, animal puro, volvió al
arca, pero cuando a los siete días soltó otra paloma, al no volver, se daba por
supuesto que había encontrado comida pura….)
La paloma, pues, como símbolo de “pureza”, “limpieza”,
“inocencia”,….
Pero ¿también símbolo de la Paz?, ¿De qué Paz?.
El substantivo “PAZ” no puede ir desnudo de adjetivo o de
locución verbal.
¿Paz justa o injusta?, ¿Paz perpetua o transitoria?. ¿Paz
consensuada o Paz impuesta (como la de los “25 años de Paz”, sembrando todo el
paisaje rural y urbano?. ¿O la Paz de los cementerios?.
¿Qué entienden por “paz” los etarras?. ¿Por qué no ha habido
paz en el País Vasco desde que se instaló, entre nosotros, la democracia?.
¿Quiénes han sido los responsables, colaboradores y/o cómplices, activos o
pasivos, de esa guerra sin frentes?.
Recuerdo al hombre de infausto recuerdo que hablaba de quienes
movían el árbol y de quien recogía las nueces (no es de extrañar que hubiera
sido jesuita, ya que fue en los seminarios jesuitas donde se inició ETA).
Estuve en Huelva, hace muchos años, de camping, con mi
familia y los mosquitos fueron los responsables de mi juramento de no volver a
Huelva. “Si me pierdo, allí no me busquéis”.
Ahora acabo de visitar el País Vasco. He estado en Mondragón
(casi siempre tachado y sólo visible Arrasate) y no me he sentido a gusto. Se
podría cortar el ambiente. No me atrevía a preguntar, por ejemplo, por qué
llamar sólo “presos” a los “asesinos” que, efectivamente, deben estar “presos”.
Pero el ambiente, en cualquier pared, en cualquier ventana, en los balcones del
Ayuntamiento, sembrado de banderas negras y la leyenda: “Euskal Presoak”.
Llamar, sencillamente, “presos” a “criminales asesinos”
parece una broma de mal gusto en cualquier parte, excepto en el País Vasco.
Jalearlos y homenajearlos, recibirlos y proclamarlos como
“héroes”, me hace vomitar.
Esos niños huérfanos y esas viudas ¿de qué pueden ser
responsables?.
“Si me pierdo, no me busquéis allí”.
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