domingo, 4 de noviembre de 2012

DIGO YO QUE....(2). 1ª parte


Sé que “es legal” que quien saca el billete para subirse al autobús tenga derecho a subirse. Pero ¿“es justo” cuando se sabe que el poseedor del billete lo que menos quiere es viajar sino secuestrar el autobús, viajeros incluidos, para, cambiando la ruta, llevarlos a todos (aunque muchos no quieran) a su Edén idílico e imaginario particular?.

Dice el Evangelio que “no todo el que “dice”: “Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos sino el que “hace”….”

Las “obras”, no las “palabras” son la firma de ser o no ser demócrata.

No todo el que “dice” ser demócrata lo “es”, por “decirlo” (buscando un interés), si sus obras no son acordes con sus palabras.

Imaginemos la situación.

Una mayoría social antidemocrática quiere jugar democráticamente para obtener una mayoría legal que, ocupando los puestos de dirección y, según sus principios, les harán la vida difícil o imposible a las minorías discordantes.

¿Debería prohibirse que ciertas formaciones, que practican, jalean y están de acuerdo con los atentados participen en el juego democrático?

¿Deberían cambiar el concepto y las reglas del juego democrático para que esa parte de la población antidemocrática esté parlamentariamente representada en los Órganos democráticos?.

Quienes tienen presencia social y relevancia pública ¿deben tener, también, representación política democrática al defender y/o no oponerse a propuestas ilegítimas?.

¿Puede/debe franquearse la puerta para no permitir que lo “injusto” pueda llegar a obtener la categoría de “legal”?.

Tengo en mi cabeza tántas preguntas…..

¿No os recuerda el logo de ETA al logo de las Farmacias, con la serpiente enroscada sobre un hacha, la primera, y sobre una copa, la segunda?.

La serpiente vomitando veneno en la copa, lo comprendo, por aquello, tan griego, de que el veneno, dosificado, es curativo (Esculapio, dios de la medicina), “remedio inteligente”.

¿Pero lo de ETA, enroscada la serpiente sobre un hacha?. Pues acabo de saberlo.

Ambas tienen un transfondo ocultista de sociedades secretas. El de la Farmacia lo entiendo como relacionado con la Alquimia, pero ¿el de ETA?

La serpiente representa la “inteligencia” y el hacha (recordemos a los “aizkolaris” : deportistas de “corte de troncos con hacha”) representa la “fuerza”, “golpear”.

El logo o emblema de ETA sería, pues: “golpea” (lucha militar) pero “inteligentemente” (lucha política). ¿Recuerdan las dos ETAs, la política y la militar?.

(También el logo de la OMS es “la serpiente enroscada sobre un palo o vara” (similar al de la Farmacia).

A más abundamiento.

Que el Espíritu Santo sea representado por una paloma es raro, extraño o  rocambolesco (que si Noé, desde el arca, para ver si el diluvio había cesado, soltó un cuervo y éste no volvió porque, se supuso, se quedaría comiendo carne inmunda, porque él también lo era, pero que cuando soltó una paloma, ésta, animal puro, volvió al arca, pero cuando a los siete días soltó otra paloma, al no volver, se daba por supuesto que había encontrado comida pura….)

La paloma, pues, como símbolo de “pureza”, “limpieza”, “inocencia”,….

Pero ¿también símbolo de la Paz?, ¿De qué Paz?.

El substantivo “PAZ” no puede ir desnudo de adjetivo o de locución verbal.

¿Paz justa o injusta?, ¿Paz perpetua o transitoria?. ¿Paz consensuada o Paz impuesta (como la de los “25 años de Paz”, sembrando todo el paisaje rural y urbano?. ¿O la Paz de los cementerios?.

¿Qué entienden por “paz” los etarras?. ¿Por qué no ha habido paz en el País Vasco desde que se instaló, entre nosotros, la democracia?. ¿Quiénes han sido los responsables, colaboradores y/o cómplices, activos o pasivos, de esa guerra sin frentes?.

Recuerdo al hombre de infausto recuerdo que hablaba de quienes movían el árbol y de quien recogía las nueces (no es de extrañar que hubiera sido jesuita, ya que fue en los seminarios jesuitas donde se inició ETA).

Estuve en Huelva, hace muchos años, de camping, con mi familia y los mosquitos fueron los responsables de mi juramento de no volver a Huelva. “Si me pierdo, allí no me busquéis”.

Ahora acabo de visitar el País Vasco. He estado en Mondragón (casi siempre tachado y sólo visible Arrasate) y no me he sentido a gusto. Se podría cortar el ambiente. No me atrevía a preguntar, por ejemplo, por qué llamar sólo “presos” a los “asesinos” que, efectivamente, deben estar “presos”. Pero el ambiente, en cualquier pared, en cualquier ventana, en los balcones del Ayuntamiento, sembrado de banderas negras y la leyenda: “Euskal Presoak”.

Llamar, sencillamente, “presos” a “criminales asesinos” parece una broma de mal gusto en cualquier parte, excepto en el País Vasco.

Jalearlos y homenajearlos, recibirlos y proclamarlos como “héroes”, me hace vomitar.

Esos niños huérfanos y esas viudas ¿de qué pueden ser responsables?.

“Si me pierdo, no me busquéis allí”.

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