miércoles, 28 de noviembre de 2012

MATAR O NO MATAR. ESA ES LA CUESTIÓN.


Si dejar de matar, habiendo matado, es un mérito, ¿cuál será el mérito de los que nunca hemos matado, no matamos, no mataremos ni se nos ha pasado por la cabeza matar a nadie por el simple hecho de que piensen y tengan ideas distintas a las nuestras?.

¿Todo terrorista es un criminal?.

La verdad vaya por delante. No es igual que te amordacen y no te permitan hablar y exponer tus razones, que vivir en una sociedad democrática en la que es sacrosanto el Derecho a la libre expresión y que cualquiera puede exponer y defender sus ideas con el arma de la palabra, no con dinamita o goma 2.

Los etarras condenados y encarcelados ¿son presos políticos o son criminales?. ¿O son ambas cosas: “criminales políticos”?.

Asesinar, secuestrar y extorsionar no son ni han sido su meta, sólo un instrumento.


Se dice que son “criminales por razones políticas”. Pero ¿en una época democrática puede afirmarse eso?.

Ya no hay mordaza alguna. Ya se puede hablar. Matar, secuestrar y extorsionar están, ya, fuera de lugar.

Lo que intentan, ahora, es que el Estado de Derecho se doblegue a sus pretensiones.

No quieren, tanto, proclamar sus ideas como imponerlas, saltándose todos los trámites.

“Democracia” y “armas” son conceptos incompatibles.

El único arma de la democracia es la “palabra” y no puede haber “presos políticos” en una sociedad democrática. Las razones no necesitan armas ni muertes, sólo fuerza argumental.

El que mata al amante de su mujer mata en beneficio (¿) propio. Cuando un terrorista mata lo hace (dice él) en beneficio del pueblo vasco. ¿Lo necesita en un estado democrático?

Todos, absolutamente todos, estarán contra el que mata por/para robar. ¿Por qué no todos han condenado ni condenan los crímenes de ETA?. Y no sólo no los condenan, sino que, muchos, muchísimos, los han jaleado, defendido, amparados.

Para ellos no hay término medio. O con ellos o contra ellos, o amigos o enemigos, no puede haber neutrales.

No estar con los verdugos es ser víctimas en potencia, aunque sean  indirectas.

En la dictadura, no es que estuviera justificada (una muerte directa siempre es injustificable) pero sí entendible. Hablar con las armas cuando no se puede hablar con la boca.

¿Pero en DEMOCRACIA?, ¿cuanto todas las ideas son defendibles?. Las que hablan son las urnas y la gravedad del crimen es mayor aún.

Los tribunales los condenan por su acto criminal no por la intención del crimen.

Sin ni un fin excelente justifica medios crueles, el fin terrorista, menos todavía.

¿Carácter político de crímenes públicos?.

No sólo los criminales, también los cómplices son culpables.

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