Acaban de premiar, a Rodríguez Adrados, con el Premio
Nacional de las Letras.
Él y sus eternas batallas; una contra todos los gobiernos de
la democracia en la defensa de las Lenguas Clásicas y las Humanidades y la otra
por la defensa del español en todas las Comunidades Históricas.
(Paisano, salmantino, éste es mi granito de arena en apoyo a
tu batalla, que espero que alguna vez la ganes)
¿Qué tendrá que ver el “hablar” con el “ser” y, ambos, con
la forma de “gobernarse”?.
¿O es que el “habla” imprime carácter, como si fuera un
sacramento de la Santa Madre Iglesia?.
Si los nacionalistas creen que la base y el motor de la
sociedad es la lengua que se habla (iba a decir “peor para ellos”), “peor para
todos, también para ellos”.
¿Es que las lenguas no han evolucionado y siguen
evolucionando?.
¿Cuál es el cometido de las Reales Academias de la Lengua
sino irlas adaptando a la realidad y, a medida que ésta cambia, se van
aceptando términos nuevos, creados o importados, porque, lo que en otros
tiempos no fue necesario hoy es imprescindible?
¿Qué realidad, que concepto, les correspondían a términos
tales como “encefalograma”, “electrón”, “óvulo”, “telefonía”…… y cientos y
cientos de palabras más?.
¿No habrían sido fagocitadas las lenguas locales y
minoritarias si no hubiera existido una política lingüística de las lenguas
mayoritarias?
¿Es que “hablando ”así
se va a “ser mejor”?.
¿Deberíamos hacer normal lo que sociológicamente es normal?
Hoy, en nuestra cultura científico-tecnológica nadie duda de
que el “inglés” es una lengua necesaria porque en ella “hablan la ciencia y la
tecnología”, pero ello no implica el abandono de la lengua materna, el de la
vida diaria, sino que sería conveniente el “bilingüismo”, y más cuando el
español-castellano es la 3ª (¿) lengua más hablada en el mundo.
Porque la lengua no sólo sirve para hablar con el vecino del
barrio (la lengua local), sino también con los habitantes de otras partes del
mundo (lengua más universal) y también para estar al día de los descubrimientos
científicos y tecnológicos y que “se expresan en inglés” (lenguaje
científico-tecnológico).
¿No es más lógico este trilingüismo, por ejemplo, que
traducir/visionar lo “universal” y lo “más general” a la lengua “local” (sean
libros, revistas, películas, conferencias, videos,….)?
Querer fundar una sociedad diferenciada sobre la base de una
lengua local, minoritaria, aislada, además de una incongruencia es apostar por
la pobreza.
¿Hasta qué punto no es “racismo” y/o “etnocentrismo” ya el
mero intento, cuanto más la consecución?.
Ser “progre” en este sentido, defendiendo a ultranza lo
autóctono, contra viento y marea, implica contribuir, colaborar, con esa
pobreza.
¿No se es responsable al acelerar las fuerzas centrífugas?.
Para mi que, así como “buen hombre” no significa “hombre
bueno”, “lengua propia” no significa “propia lengua”.
“Lengua propia” es la peculiar de un territorio. ¿No puedo ser responsable y culpable de que
una lengua minoritaria haga perder nervio a sus hablantes y tener que
apuntalarla para que no se caiga, obligando a sus ciudadanos a permanecer en
ella, cuando también, y al mismo tiempo, se disponen de otras casas mejores y
más grandes?.
Si una lengua pierde fuelle porque el campo en que surgió ha
sido sustituido por la ciudad, como la agricultura por la industria y los
servicios, y el autoabastecimiento por la producción y el mercado, y el burro
por el tractor y el automóvil, y la carta privada por la literatura general….
¿se puede insistir en su mantenimiento en exclusiva?.
Si casi nadie lee ni entiende un comunicado en “aranés”,
porque se desconoce esa lengua o dialecto, ¿tengo yo la obligación de aprender
el “aranés” para poder entenderlo cuando el hablante aranés conoce
perfectamente la lengua que él y yo hablamos?
Yo jamás le prohibiría que él lo haga, pero que no me
obligue a mí a hacerlo.
Si todas las lenguas tienen la función de ser instrumentos
de comunicación entre personas, no todas poseen el mismo músculo, tanto en
usuarios como en contenidos o en capacidad expresiva.
Su Derecho a seguir utilizándola no puede implicar mi deber
de conocerla, sino el deber de respetar su derecho.
Más aún. ¿Debe yo, con mis impuestos, contribuir a que lo
que todos entienden, el español-castellano, haya que verterlo en lo que sólo
unos pocos, muy poco entienden, y que no es necesario para que lo entiendan
(llámese “vasco” o “catalán”)?.
¿Reclamar “discriminación positiva”?. ¿Por qué?.
Respetar las diferencias no es apostar fuertemente por
ellas. ¡Allá ellas”.
Y si fue la represión franquista la que persiguió y
prohibió…..que reclamen a Franco y a sus represores franquistas, no a los que
nunca lo hemos sido, ni lo somos, ni lo seremos.
¡Allá ellas¡, y ¡allá ellos¡.
¿Qué la “diversidad de lenguas” es un valor?. Sí. Como la
diversidad de colores también lo es, pero nadie puede obligar a un pintor a
usar “todos” los colores, ni que prime a uno sobre los demás. ¡Allá él y su
obra¡. Si uno tiene un “período azul”, ¡allá él¡ y ¡allá su obra¡.
Que el pintor pinte como quiera. El es el creador. De él
depende su obra.
¿Derecho a vivir?. Sí. ¿Pero derecho a la supervivencia a
pesar de que nadie quiere alimentarlas?. No.
Si la diferencia es valiosa, no quiere decir que “todos los
diferentes” valgan igual.
Lo que importa no es la igualdad de las lenguas sino la
igualdad de derechos de los hablantes a
usar las que les dé la gana.
¿Tienen las lenguas, además de su valor instrumental y
comunicativo, un valor intrínseco?. ¿Valen las lenguas por el mero hecho de
existir?. ¿Sería más valioso, mejor, que hubiera infinitas, ilimitadas
lenguas?.
¿Son sagradas las lenguas o sólo son como unos alicates,
sólo que mucho más útiles?.
¿Desempeñan una “función identitaria”?. Por el hecho de que varias
personas hablen lenguas distintas ¿ello implica que “serán” personas
distintas?. Por el hecho de que un pueblo hable una lengua ¿quiere ello decir
que los identifica como pueblo distinto, no sólo en el “hablar”, también en el
“ser”?. ¿No pueden dos pueblos ser iguales a pesar de que sus lenguas sean
distintas?.
Los nacionalistas independentistas suelen razonar así: “Si
la lengua identifica a una Nación y toda Nación tiene derecho a ser Estado,
entonces debemos recuperar y defender, incluso, si fuera necesario, inventar,
nuestra lengua para así poder reivindicar nuestro “derecho a decidir”.
¿Hay correspondencia entre “lengua” y cultura”? . ¿Lenguas
distintas – culturas distintas?.
Pero ¿acaso las lenguas tienen derechos o sólo son los
usuarios, los hablantes de esas lenguas, los únicos sujetos de derechos?.
¿Qué es la “inmersión lingüística” a la que Unamuno, en la
2ª república, denominaba “ahogo lingüístico”, “asfixia lingüística”?.
¿Por qué no se deja libertad para que cada uno se exprese y
se culturice en la lengua que le dé la gana?.
¿Deberes para con una lengua, como si esa lengua fuera
sujeto político de derechos?
Creer, adorar y venerar una lengua como causa de la identidad
porque una parte del pueblo la use ¿habrá que obligar, por ello, a que todo el
pueblo la use?.
Igual que no hay sujetos supraindividuales, sino que todo
sujeto es/tiene que ser individual, no hay derecho colectivo, sino derecho
concreto, de cada uno.
Igual que no hay Derechos Históricos, porque los muertos no
pueden obligar a los vivos, igualmente las lenguas. Además de que el único
tiempo que cuenta, para el reconocimiento de derechos, es el tiempo presente.
Los miembros de una comunidad lingüística, independientemente
de su número, ¿tienen derecho a imponérselo a todos los miembros de la
comunidad, sin contar ni respetar su voluntad, costeándolo con los impuestos de
todos?
Eso es como decir que a esos miembros les asiste el derecho
de que los demás se lo reconozcan, porque los acompañan allá donde vayan.
(Recuerdo la carta en catalán a una institución extremeña y
la jocosa respuesta de ésta)
O lo que es igual ¿tengo yo la obligación de entender a un
vasco, cuando viene a Málaga, o él tiene derecho a que yo pague a un traductor,
para que él pueda ser entendido, cuando el sabe y conoce la lengua general
usada en el lugar al que él va?.
El espectáculo esperpéntico del SENADO Y LOS PINGANILLOS,
costeado con los impuestos de todos, merecería ser conocido por el mundo
mundial, para vergüenza nuestra.
¿Podría exigir un grupo de vascos, en Málaga, que se les
impartieran clases en vasco y que el profesorado se comunicara en vascuence con
ellos, no siendo que, al no hablar su lengua, se resintiera su identidad?.
Los bilingües efectivos , en ciertas comunidades autónomas,
deberían gozar del derecho a elegir entre esas dos lenguas, mientras el derecho
de los no bilingües, como yo, sería el de servirse de la “propia lengua”, que
es una o la otra de esas dos, pero nadie debería obligarme a conocer y usar
sólo la suya.
Los derechos lingüísticos proceden del uso habitual de la
lengua y los sujetos apropiados son sus hablantes, o los miembros de esa
comunidad de hablantes, pudiendo elegir una de las dos.
Incluso ante otros derechos de los hablantes, el derecho a
la 2ª lengua sólo debería ser atendido si no hubiera otras necesidades
prioritarias (por ejemplo, la sanitaria o la de ayuda a la dependencia).
Falsos derechos y ficticios deberes acerca de las lenguas
locales y regionales. Que si obligatoria la inmersión… que si obligatoria la
rotulación de comercios…. que si obligatoriedad para poder trabajar….
Si son bilingües, ¿por qué la obligación del monolingüismo?.
¿Estará equivocada la Constitución, y habría que reformarla en ese punto?.
¡Qué vergüenza¡. Recortes en sanidad y gasto, superfluo, en
doblajes de películas.
¡Tu derecho a un capricho sobre mi derecho a la sanidad¡
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