lunes, 5 de noviembre de 2012

DIGO YO QUE (2) y 2ª parte


Aquel slogan turístico de “Ven al País Vasco y, luego, cuéntalo” siempre me traía a la mente el añadido de “si sigues vivo”.

La solidaridad con las víctimas no basta, es necesaria la justicia. Pero no sólo la “justicia penal” (que también), por eso están “presos” sino la “justicia política”, para sus colaboradores y cómplices.

Y ésta, tan necesaria es la que, no sólo no se ha cumplido sino que, por el contrario, entre ellos y los que recogen las nueces acaban de sacar mayoría parlamentaria.

Entre ambos, según la proporción de escaños obtenidos en las últimas elecciones vascas, tienen que reformar y constituir los Consejos de Administración de Kutxabank (una fusión fría de las tres Cajas vascas: B.B.K., Kutxa y Vital).

Esa es la realidad. Para mí, una triste realidad.

Y estamos en democracia, no en tiempo del dictador, y la violencia sigue siendo unidireccional.

Tan presente la memoria histórica y tan frágil y débil la memoria de las víctimas.

Porque, nunca olvidemos que, unos ha muerto “matados” y algunos han muerto “matando”, pero sigue vivos y no todos presos, incluso paseando al aire libre por el mismo lugar en el que derramaron sangre inocente.

Esos muertos no son intercambiables.

¿Qué culpabilidad puede tener ese niño huérfano o esa mujer, obligados a exiliarse?

La riqueza del País Vasco contrasta con su pobreza moral, con su ruina humana.

¡Ni siquiera se ha perdido perdón a las víctimas¡

La Paz no sólo será entregar las armas (que ni siquiera eso), sino entregar, también, despojarse de los prejuicios de todo tipo contra muchos vascos y casi todos los no vascos.

De lo contrario, la Paz nunca será una Paz justa, asentada en la igual libertad  política por parte de todos.

El Astete que aprendí, de niño, decía que el perdón se conseguía con: 1.- el examen de conciencia, 2.- el dolor de corazón, 3.- propósito de la enmienda, 4.- confesión de boca (ante quien va a perdonarte) y 5.- satisfacción de obra.

Ninguna de las cinco se ha dado y ahí están, con el triunfo.

¿Qué va a pasar con los vascos no nacionalistas y, menos, independentistas, reticentes al proyecto de los colaboradores y cómplices de tántos muertos?.

¿Qué PAZ?, ¿qué adjetivo le añadimos?. ¿”Su” Paz?. ¿Tiene algo que ver, es la misma que “nuestra” Paz?

¿No es, todo esto, una confusión moral?

He lamentado la derrota del PSOE y del PP, porque no todas las políticas son igual de decentes, ni todas las ideas tienen el mismo calado moral, ni ostentan iguales derechos, ni todos los partidos son igual de democráticos y respetuosos con los otros.

¡Somos tántos los que nunca hemos matado a nadie ni se nos ha pasado por la mente hacerlo¡

¿Tiene, pues, algún mérito, dejar de matar?.

Pues, ni siquiera eso y, menos aún, de apearse de los prejuicios y creencias.

Las armas nunca se oxidan, y las de ETA siempre estarán engrasadas.

Mientras estoy escribiendo estas líneas acaban de detener a Izaskum Lesaka, uno de los tres miembros de la cúpula etarra, dirigente de la logística militar y responsable de la estructura operativa de ETA, de los depósitos de armas y explosivos, junto a Joseba Itúrbide.

Sólo he oído, en el País Vasco, protestas airadas por las detenciones.

“No saben lo que es el proceso de paz” – dice Bildu, vencedor.

¡Ruina moral¡.

 

1 comentario:

  1. Tomás, eso es precisamente la democracia. Unos ganan, aunque no estemos de acuerdo con ellos, y otros pierden.
    Lo del perdón... ¿han pedido perdón los que durante muchos años se han vengado de los que perdieron la guerra? ¿Lo han pedido los del bando perdedor que causaron tantas muertes anteriormente?
    Ahora los de Bildu que han ganado las elecciones es cuando deberían saber demostrar que realmente son demócratas.

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