No ha mucho tiempo, el hoy senador por el P.N.V., Sr.
Anasagasti, consideraba al País Vasco como un “pueblo irredento”, porque “los
Grandes Reyes de la Historia de España, no teniendo en cuenta las
peculiaridades de ciertos territorios los aunaron obviando esas diferencias”
Dice, el Sr. Anasagasti, que “no se justifica el
nacionalismo que consiste en favorecer la libertad de un pueblo que se organiza
oprimiendo a pueblos o a partes de pueblos que, en la nueva estructura, quedan
incorporados a su área nacional”.
Creo que es confundir “nacionalismo” con “independentismo”.
Yo, que soy castellano de nacimiento y andaluz de adopción y
de corazón, orgulloso de ser castellano y andaluz, por nada del mundo desearía
que Castilla y Andalucía se independizaran del resto de España, para ser unas
cabecitas de ratón perdidas entra leones (gatos) hambriento.
Y si el Sr. Anasagasti considera al País Vasco como un
“pueblo irredento” imagínense Andalucía, históricamente el pueblo más hollado
de España y “redimido por todos los que por aquí han pasado, terminando con los
“reconquistadores” castellanos y los Reyes Católicos (siglo XV).
Afirma el Sr. Anasagasti que “el pueblo vasco fue demócrata
en su esencia y en sus manifestaciones (quizá crea y esté convencido que la
“democracia” es genética, heredada, y no una manera de convivir) mucho antes de
que se consagrara, en la vida política, el concepto moderno de democracia”, y,
de ahí, “el gran valor de la familia como pieza importante del mecanismo de la
vida vasca”
¿Qué tendrá que ver la “familia” con la “democracia”, una
institución natural y una forma de gobernarse y convivir?
Con una población tan dispersa, en toda esa inmensidad de
valles, con sus casonas, alrededor de las cuales se organiza la vida, ¿qué otra
institución iba a ser la dominante, sino la familia, con el papel predominante
de la madre (matriarcado) más que cualquier otro tipo de comunidad?
Los primeros municipios vascos no eran sino reuniones de
familias dispersas, sin servicio común alguno, únicamente con intereses
similares al estar ubicados en parajes parecidos.
“La disposición de la nación vasca en regiones (los
exentados de Arana-Goiri), sólo unidas episódicamente hasta 1.936, para la
resolución conjunta de negocios comunes, la falta de capital del País Vasco, la
importancia de la región sobre la capital”
“Las provincias españolas, salvo Asturias, llevan todas, por
nombre el de la capital (Madrid-Madrid, Málaga-Málaga,…). Las provincias vascas
tienen, las cuatro, nombres propios distintos del de la ciudad más importante”.
Efectivamente. Álava-Vitoria, Vizcaya-Bilbao, Guipuzcoa-San Sebastián, Navarra-Pamplona y, además, Asturias-Oviedo.
Efectivamente. Álava-Vitoria, Vizcaya-Bilbao, Guipuzcoa-San Sebastián, Navarra-Pamplona y, además, Asturias-Oviedo.
¡Vaya un argumento de fuerza¡
PERO, cuando de la histórica Castilla la Vieja, dos
provincias se desgajaron, y dicho acontecimiento dio lugar a
Cantabria-Santander y Rioja-Logroño… No sé que pensaría el Sr. Anasagasti.
No sé si el Sr. Anasagasti atribuye este fenómeno moderno a
la influenza de la cercanía Vasca.
Además, también hay una Rioja Alavesa. ¿Tendrá La Rioja
motivos para reclamar la Rioja Alavesa, como parte suya, ya que Álava es la
provincia donde menos arraigado está el eusquera, y si no fuera por el
terrorismo, de todo tipo,….?
Aunque, conociendo al Sr. Anasagasti (y sin tener en cuenta
la opinión que de él tiene Arturo Pérez Reverte) capaz será de lo contrario.
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