Bienvenidos, los cuatro, al
club.
No al club de los parados, (que
dicen los envidiosos) sino al club de los ociosos.
Parece igual, pero no es lo
mismo.
Es el sacrosanto club de la
libertad, al que sólo podemos acceder los que gozamos de ciertos atributos,
como, por ejemplo, la edad.
Quedáis
liberados, desde ahora, de la vida laboral, quedáis jubilados del trabajo, pero
no sois unos jubilados de la vida.
Más
aún, comenzáis el jubileo, inauguráis la vida jubilosa.
Hoy
es el primer día del resto de vuestra vida feliz.
Pero, ¡cuidado¡ con la LIBERTAD , porque puede
trocarse en CADENA.
Porque quedáis “libres-de”,
pero tenéis que preparar y montaros la “libertad-para”.
La “libertad-de” es necesaria
para la “libertad-para”, pero no es suficiente.
Érase una vez en que los verbos “entretener”, “enseñar” y
“aprender” se conjugaban juntos y simultáneamente se practicaban. “enseñar
entreteniendo” y “entretener enseñando” “entretenidos se aprendía” y
“entretenidos se enseñaba”. Todo era armonía. Todos tan felices. Nadie se
cansaba.
Pero cambió la sociedad y cambiaron las actitudes. Y
nuestros/vuestros alumnos ya no quieren conjugar los verbos y sí desean
practicar los juegos. Y el juego ha pasado a ser de “medio-para” a “fin-en sí
mismo”.
El juego es jugar y cómo se juega. Esa es su finalidad. Se
agota en sí mismo.
Siempre se dijo que “se educaba en la casa” y “se enseñaba
en la escuela”. Y cuando padres y profesores “conspiraban” en beneficio del niño, se “educaba enseñando” y se “enseñaba
educando”, en la casa y en la escuela.
Hoy, más que nunca, hace
falta una “gran conspiración”.
Creo que era Mitterrand el que dijo aquello de “Hoy, para
cambiar la sociedad, no es necesario tomar el cuartel de invierno, basta con tomar
la escuela”.
Padres y profesores, debéis “conspirar” y tomar la escuela;
debéis luchar para cambiar esta sociedad de escaparate, sociedad Light, de
fuegos artificiales, pero sin rescoldo alguno.
“Entretener, enseñar, aprender” simultáneamente, todo eso es,
por desgracia, es, cada vez más, historia.
La cultura del esfuerzo se ha
volatilizado.
No se da en la familia, no se
practica en la sociedad. ¿Es posible en el Instituto?.
Estamos instalados en la edad del pensamiento pitufo, en la
cultura del fascículo. Nos estamos atrofiando por no ejercitar la mente y
respiramos con un solo pulmón del alma, reina la anorexia de saber, la bulimia
de información y la ausencia de valores.
Nuestra sociedad es un
desierto de valores y todos parecemos beduinos, cobijados en las jaimas del
hedonismo, del consumismo, de la permisividad, del relativismo.
Es el reino y el reinado del
hombre light, del hombre veleta.
Mientras vivamos en la sociedad del espectáculo hay que ser
voyeurista. Pero, los fuegos artificiales ¿son fuego o sólo son artificio?.
Gran Hermano, Operación
Triunfo, Mujeres-hombres y viceversa (que no es nombre de la presentadora), Crónicas
Marcianas, La Isla
de los Famosos, La Casa
de tu vida, Tómbolas, Tomates, Corazones y Hoteles Glamour…(yo, es que les
tengo declarada la guerra).
Nuestros/vuestros alumnos os
pueden dar las novedades del día anterior cada mañana, a primera hora de clase.
¿Cómo
se puede extrañar esa madre de que su hija Paula, con sólo seis añitos, le diga que ella, de mayor,
quiere ser puta, como las de la
Tele ?
Pero nuestros/vuestros
alumnos deben saber:
1.- Que en y para la
convivencia hay unas reglas, que hay que cumplir.
2.- Que la ciencia, el conocimiento, el saber,
sólo se alcanza y se consigue mediante el trabajo, con la cultura del
esfuerzo.
Y 3.- Que la madurez, la
autoformación, conlleva el dominio de sí, de sus deseos pasajeros, de sus
tentaciones momentáneas; que todo proyecto precisa un programa. Que no existe la
bonoloto de la personalidad.
Existe la ley de la gravedad y ya mismo existirá otra ley de
enseñanza. Ambas son leyes, pero no son ni hermanas, ni primas, ni conocidas.
Así como ante la ley de la gravedad nadie es libre y todos
caemos y nos pegamos el porrazo, ante la Ley de Enseñanza sí somos libres;
podemos aceptarla, no aceptarla, aceptar esto sí y esto no. Mirarla así o asao,
aunque tu libertad no te exime de su cumplimiento.
Los kilos son iguales para todos. El kilo son mil gramos.
Nos guste o no. Pero la enseñanza no es igual para todos. La misma enseñanza es
dulce para unos y amarga para otros, es atractiva y es repelente, es un rollo o
es muy guay, es pesada o es bonita…Y sois vosotros los que podéis endulzarla.
¿Qué por qué os digo todo esto?. ¿Pero ya se os ha olvidado
lo que os dije el año pasado?. Que quiero poder seguir diciendo durante los
próximos treinta y seis años “que he estado en el mejor Instituto de España,
con los mejores compañeros del Mundo y hemos ayudado a madurar a los mejores
alumnos del Universo”.
Esto para los que aún seguís y seguiréis en la brecha.
Para
los que se van, o se vienen, darles la bienvenida.
RICARDO, CURRO, LOLA, con la que he convivido 15 dichosos
años y hemos compartido alegrías y sin sabores en tantos grupos en los que
hemos coincidido. Y JESÚS.
Permitidme que os recuerde lo
que el curso pasado os decía. JESÚS ES JESÚS. Y Jesús empieza por J., como
José, como Jesucristo, como Juego, como Juez, como Juerga, como Jubilado.
Digo esto porque existe la teoría del Tres. El 3 es el
número sagrado, perfecto, porque es la suma del primer número impar y el primer
par, porque, porque es la línea + la superficie = volumen, porque tiene
Principio, Medio y Fin. ¿Por qué creéis que son tres la personas de la Santísima Trinidad ?,
el misterio de los misterios del cristianismo?
El ideal de la mujer, por
ejemplo, en el XIX (Marx & Co) era la teoría de las tres K. “Kichen”, “Kirche”
y “Kinder”.
Es decir, la mujer ideal era
Cocinera, Devota-Pía y Criadora.
Sus lugares de realización eran
la cocina, la iglesia y la casa.
Sus ocupaciones: la de cocinar,
rezar y parir y criar-educar a los hijos.
El hombre ideal, sin embargo, era el que se resumía la
teoría de las tres “P”: “Preñador”, “Protector” y “Providente”, es decir,
engendrador-sembrador de semen, macho, héroe defensor de la familia y
trabajador-mantenedor-providente de la misma.
Los dueños de Restaurantes de la Carihuela , con mala Puleva,
dicen que los Jubilados del Inserso, practican/practicamos la Teoría de las tres P (pero
otras Ps): Pipas, paseo y playa.
Voy a permitirme la licencia (y aprovechando que es mi
amigo) de aplicarle a Jesús, mi teoría, la teoría de las Tres “J” ( y esto no
tiene que ver nada con jamones de Jabugo)
Jesús es, en primer lugar, un “Jesucristo”, es decir, un
santo varón
Que levante la mano alguien
al que Jesús lo haya mirado mal alguna vez, le haya dicho alguna palabra fuera
de tono o le haya hecho alguna jugarreta.
Es algo inconcebible en
Jesús.
Jesús y la doblez son
incompatibles.
Si está Jesús no está la
hipocresía, el escurrir el bulto. Si está la hipocresía ahí no está Jesús, o
ese no es Jesús.
Jesús es como Jesucristo,
sincero, leal, cabal, cumplidor fiel de la misión encomendada.
En segundo lugar, Jesús es “José”. Me refiero a San José. El
P.P. de Jesucristo. (Todos sabéis que P.P. significa Padre Putativo, no Partido
Popular).
De San José dicen los
evangelios solamente una cosa: “Era una persona JUSTA” (con J).
Jesús ha llevado el concepto
de Justicia a unos límites donde sólo yo, os lo aseguro, sólo yo lo sé (y lo
siento por vosotros), sólo yo lo sé.
Ha ocurrido todos los cursos,
en los meses de Mayo y Junio.
Cuando a los 8,25 yo veía entrar por la puerta del Seminario
(nunca lo llamaré Departamento) a Jesús, y lo miraba a la cara, le preguntaba, “¿cuántos
exámenes me traes hoy?”.
Eran dos o tres o más. Pero
Jesús traía los ojos desencajados y huérfanos de sueño.
Os explico. Se dice que una puerta está “viciada” (no
debemos llamarla viciosa) cuando hay más puerta que marco o más marco que
puerta y por lo tanto “no ajusta”, no “encaja”. La Puerta Justa es la
que Ajusta, ni más puerta de la cuenta, no encajaría, ni menos puerta de la
cuenta, se pasaría.
Para que “ajuste”, la puerta
debe ser o estar “justa”, ni de más ni de menos.
En la docencia, el vicio, la in-justicia, es darle al alumno
más de la cuenta o menos de la cuenta; lo justo es lo suyo; lo suyo es lo
justo. No más, pero tampoco menos.
Jesús se había tirado toda la tarde-noche anterior sopesando
esos dos-tres-o más exámenes para ver cuánto era lo justo, lo suyo, de esos
exámenes.
Yo, ante Jesús, he hecho más
de San Buenaventura (“este examen merece
u 7” ),
Jesús hacía más de Santo Tomás (¿”tú crees que está para un 5 “pelao”?.
Jesús ha sido, es y será siempre una persona Justa.
Y tercera J. De Juerguista, de Jugador, de Jarana, de Joven.
No me refiero a jugar con el cuerpo sino a un competidor de
alma, a un jugador con las ideas.
Jesús es capaz de coger en
sus manos a Platón y hacerle decir lo que podría haber dicho, lo que tendría
que haber dicho, aunque no lo dijo.
Dadle a Jesús cuatro ideas y
empezará a jugar con ellas y os sacará una teoría.
Eso sólo es propio de
espíritus jóvenes.
Dadle a Jesús cuatro términos y os podrá convencer de que las
palabras son sólo etiquetas de las
cosas, o barriles llenos de significados o baúles repletos de recuerdos o de
denotaciones inconscientes.
Yo lo siento por la sociedad, pero ésta, hoy, pierde a
cuatro grandes profesionales; vosotros perdéis a cuatro grandes compañeros; los
alumnos pierden a cuatro grandes educadores y, por supuesto, a un gran
filósofo.
Yo, como ya jubilado, no sólo
no los pierdo, es que me los gano.
ESTE BRINDIS VA POR TODOS VOSOTROS. ¡BIENVENIDOS AL CLUB DE
LA “LIBERTAD-PARA”, TRAS HABER PASADO POR LA TAQUILLA DE LA “LIBETAD-DE”.
SALUD, COMPAÑEROS, Y, SIN EMBARGO, AMIGOS.
Un
socio del CLUB de los jubilosos os recibe con los brazos abiertos
Málaga. 15 de Junio de 2.005
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