jueves, 19 de septiembre de 2019

MUERTE E INMORTALIDAD ( 3 )


2.- SEGUNDA CONCEPCIÓN DE LA SUPERVIVENCIA POST-MORTEM

La REENCARNACIÓN.

En una primera aproximación “reencarnación” significa que una persona muerta vuelve a nacer en un tiempo posterior y con otro cuerpo.

Para un “corporalista” la noción de reencarnación tiene que ser incoherente pues, si lo que identifica a un individuo como tal es su cuerpo, no solamente será inconcebible que alguien sea ese individuo sin un cuerpo, sino igualmente inconcebible que sea “ese mismo individuo” con “otro cuerpo”, porque “otro cuerpo constituirá, “eo ipso” otro individuo.

Y son muchas las personas (y personalidades) que creen en la reencarnación considerándose reencarnaciones de personalidades ya desaparecidas tiempo ha, que son ellas (las desaparecidas) pero en el cuerpo que ellas (las vivas) tienen.

¿Es posible mantener la misma identidad con cuerpos distintos y tiempos diferentes?

Quien se considera reencarnación de Gandhi, indio, asesinado un 30 de Enero de 1.948 ¿es Gandhi reencarnado? ¿Y no puede haber muchos más que se consideren Gandhis reencarnados?

Si los hombres fuéramos como las amebas y pudiéramos dividirnos en ese momento habría dos personas separadas donde antes había habido, realmente una pero potencialmente muchas.
Pero es que nuestra llegada a la vida no es como la de las amebas o por partenogénesis, sino de la fecundación de un óvulo por un espermatozoide.

De los dos o X Gandhis que se consideran reencarnaciones de aquel Gandhi original ¿todos pueden reclamar ser los auténticos? ¿Una identidad, la del Gandhi indio, puede dividirse y materializarse en varios cuerpos y en distintos tiempos y lugares?

Si hoy mismo apareciese alguien mostrando todos los recuerdos, por conocer detalladamente su biografía, y siendo consciente jurase y perjurase ser la reencarnación de Gandhi, pero, ante las nuevas circunstancias no se portase como Gandhi sino siendo agresivo, comilón, superactivo, con ropajes de lujo… ¿qué diríamos si tiene todos sus recuerdos y se considera él, Gandhi?
¿O hay que comprobar la sintonía de su actitud, de su comportamiento, de su moralidad, de su forma ética de vivir en su día a día,…?

¿Qué podría confirmarnos que era la reencarnación de Gandhi?

¿Podría haber una conexión causal entre el ya muerto y el (re)nacido pero que no es desconocida porque no sabemos en qué consistiría y cómo operaba?
El desconocimiento de la causa quizá autorice a que exista la posibilidad si no hay contradicción ¿pero la realidad?

Si los reencarnados conservasen, todos, los recuerdos de las vivencias que tuvo el primitivo y original y las conciencias de ser esa persona, ¿estaremos en condiciones de afirmar que sí son reencarnaciones?
Porque, naturalmente, si no hay recuerdos del muerto la persona viva no es la misma que la muerta.

¿Podría afirmar un corporalista que esa o esas personas que se consideran reencarnaciones por poseer, en verdad, los recuerdos de las muertas que ello sería fruto de estar sufriendo alucinaciones y sugestiones?

Pero ¿y si se constatara que tales supuestos casos de reencarnaciones eran relativamente frecuentes, induciría ello a pensar en un procedimiento natural, aunque desconocido, que hacía que las mismas personas volvieran a la vida una y otra vez –naturalmente con cuerpos diferentes- ?
Entonces la reencarnación de las personas (esto es, de las series causalmente enlazadas de memoria-autoconciencia) sería un hecho bien establecido y, a “fortiori”, posible.

Para los creyentes en y partidarios de la reencarnación ésta es una posibilidad de que las almas, tras la muerte del cuerpo, puedan volver a emparejarse con otro cuerpo.

¿También si, el día de mañana, apareciese vida humana en otros planetas de la galaxia y alguno de ellos se considerara reencarnación de Gandhi o sólo para los del planeta tierra?

Una de las tradiciones religiosas que más ha insistido en la idea de reencarnación, el budismo, afirma, simultáneamente, la irrealidad del yo y la inexistencia de un alma espiritual individual.
Pero, si no existe una substancia individual espiritual ¿qué es, entonces, lo que se reencarna?

Porque en esta vida una misma persona puede sufrir cambios psicológicos radicales (de creencias, actitudes, formas de comportamiento,…) y, sin embargo, sigue siendo la misma persona (por lo que ésta no puede ser sólo un conjunto de rasgos psicológicos –como afirma el budismo).
Por lo que la permanencia de los mismos rasgos psicológicos no es necesaria para preservar la identidad personal.

Además, algunos cambios de cuerpo en la reencarnación tendrán que producir alteraciones radicales en la psique del individuo (supóngase –por ejemplo- que Induráin se reencarnara en un paralítico, o en una mujer sumamente obesa, ¡qué cambios psicológicos no habría de sufrir, especialmente si recordara haber sido el mejor ciclista del mundo!

Además, si a lo largo de las sucesivas reencarnaciones permaneciera invariable la personalidad del individuo, ¿cuál sería la finalidad teológica del sistema de reencarnaciones? ¿No se supone que el alma se reencarna para purificarse moral y religiosamente?

Si la persona muerta era “al morir” la misma que la reencarnada “al nacer”, después, a lo largo de la vida, la persona cambiaría varias veces de identidad.

Si el año 2.100, cuando ya no esté yo, si aparece alguien que dice ser mi re-encarnación o yo reencarnado, ante las nuevas situaciones de todo tpo, ¿estará su comportamiento en consonancia con cómo sería mi comportamiento?-
Si alguien apareciera con el recuerdo de todas mis vivencias, como si él las hubiera vivido, con mi personalidad, con mi carácter, con mis hábitos y actitudes, con mis ideas,… afirmando, conscientemente, ser yo ¿sería yo reencarnado?

Un conjunto de rasgos psicológicos (como propone el budismo) por muy determinado que sea está lejos de poder constituir la identidad personal de nadie.

En conclusión, la idea de reencarnación, entendida bien como la idea de un alma que transmigra de un cuerpo a otro, o bien como la idea de una autoconciencia-memoria-personalidad que, mediante algún mecanismo causal desconocido, transita de un cuerpo a otro, sólo es incoherente si admitimos una teoría estrictamente materialista de la identidad personal.

Mientras estas teorías no triunfen claramente, los creyentes en la reencarnación pueden respirar tranquilos en cuanto a la coherencia de su creencia.



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