LOS PECADOS ORIGINALES DE
OCCIDENTE.
La obra clásica “Dialéctica
de la Ilustración ”
se preguntaba cómo era posible que una época, que nació levantando la bandera
de la Razón y
de la Libertad
haya producido más sinrazón y menos libertad.
José I. González Faus, en su
obra “Abjurar la modernidad” explica, muy lúcidamente, las causas últimas de
por qué ha sucedido esto.
Su lectura (estoy seguro)
podría retirar la venda de los ojos a más de un fanático de los logros conseguidos
por la Revolución Francesa.
BERTRAND RUSSELL.
Con este largo confinamiento
por el virus cabrón, que es un cabrón, venga de donde venga y por qué ha
surgido, cobrándose tantas vidas inocentes, vidas, sobre todo, de ancianos, he
tenido mucho tiempo para coger la escalera y poder llegar a las baldas
superiores y poder releer un libro de B. Russell que, ya entonces, me gustó y
me ha seguido gustando.
Estoy refiriéndome a “Lo
mejor de Bertrand Russell”, uno de los filósofos, fuera del ámbito académico,
más leídos en el siglo XX, y ha sido, en buena medida, a su clarividencia, por
un lado, y a su sentido del humor, por otro.
Es una selección de textos,
hecha todavía en vida del autor, en 1.958, y que gozó de una gran aceptación,
así como de varias ediciones.
Recoge algunos de los pasajes
más ingeniosos y agudos de sus ensayos que proporcionan una visión completa de
su pensamiento, así como se disfruta de su estilo literario (recibió el Premio
Nobel de Literatura en 1.950).
Es una Antología de fragmentos
extraídos de gran cantidad de libros y de artículos, en torno a 6 núcleos
temáticos: Psicología, Religión, Sexo, Matrimonio, Educación, Política y Ética.
Me ha re-gustado, lo he
disfrutado y aseguro a quien lo lea que, también, a él le pasará lo mismo.
VARIOS.
1.- El avance de las
comunicaciones y la desaparición impuesta de límites arancelarios al movimiento
de capitales en todo el mundo ha favorecido la consolidación de unas élites
absolutamente especulativas y depredadoras, capaces de alterar o arruinar toda
política económica que no favorezca sus insaciables deseos de acumulación de
riqueza monetaria.
Nunca el valor de cambio y el
fetichismo de la mercancía habían llegado a ser tan desmesurados en una
sociedad.
La nueva clase empresarial no
genera bienes, sólo maneja dinero (incluso tan sólo cifras en su ordenador) y
su objetivo no es tanto el incremento de la productividad o la generación de
empleo y trabajo cuanto la obtención de beneficios económicos, de plusvalías
rápidas.
Son expertos en contabilidad
“creativa” y recurren a los procedimientos más variados para engrosar sus
cuentas corrientes.
Sin dejar de ser explotadores
en sus empresas son, sobre todo, especuladores y ladrones y se han asentado
cómodamente en todas las instituciones en las que se toman las decisiones
importantes, y en las empresas, en especial las asociadas a las nuevas
tecnologías.
A veces llegan a formar parte
del poder ejecutivo y, desde luego, consiguen imponer su voluntad por encima de
la de los representantes democráticamente elegidos.
Es el mito del mercado libre,
que campa a sus anchas y ahonda las distancias sociales.
2.- ESPARTACO.
Era el año 72 a . C. cuando Espartaco
encabezó una rebelión contra los romanos.
Él era un esclavo (en
aquellos tiempos la fuerza de trabajo fundamental de Roma).
Aglutinó el descontento de
numerosos esclavos, lo que le permitió vencer, por tres veces consecutivas a
los ejércitos romanos, gasta que fue, definitivamente, derrotado.
La represión fue brutal, con
muy pocos supervivientes y un rosario de crucificados a un lado y al otro del
camino que conducía desde Roma hasta Ostia.
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