martes, 31 de julio de 2018

NIETZSCHE 10 LOS NUEVOS FILÓSOFOS (1)


LOS NUEVOS FILÓSOFOS

Ya nada ha vuelto a ser igual, después de Nietzsche, a como lo fue antes de Nietzsche.
Los pastores han descuidado y abandonado el redil al comprobar éste que las praderas en que pastar estaban angostas y el redil se ha deshecho como tal y cada oveja ha ido por su camino, solos o en pequeñas manadas.

Los perros del pastor, con los que asustaban a las ovejas, o se han vuelto mansos o ya no son temidos por éstas porque, ya, no sólo no muerden, es que ya ni ladran.
La condena al fuego eterno, “que arde y no se consume” ha dejado de producir el efecto durante dos mil años pretendido,  los pecados mortales de la sexualidad han sido considerados placenteros, casi virtudes, y los pastores también han descuidado su profesión, militando y disfrutando de esta vida terrena.

Los valores que han regido a las personas y a la sociedad durante dos mil años han perdido su valor, porque su base era Dios y “Éste ha muerto”, el hombre y la sociedad se han secularizado, se han hecho amigos del tiempo y como el “tiempo es oro” hay que gastarlo y consumirlo de la forma más placentera posible.

Ya no se apuesta por vivir esta vida temporal muriendo a pedazos con sacrificios y privaciones, para vivir la otra vida eterna, tras resucitar.
Ya nadie apuesta por el “muero porque no muero”, ahora, todos, sólo queremos vivir, vivir bien, vivir a tope, vivir mientras estamos vivos.

CARPE DIEM.

“Aprovecha el momento, el instante, el ahora, el presente”, “oveja que bala, bocado que pierde”, “más vale pájaro en mano que ciento volando”…

LOS NUEVOS FILÓSOFOS.

“Un filósofo es un hombre que, constantemente, vive, ve, oye, sospecha, espera, sueña cosas extraordinarias; alguien a quien sus propios pensamientos le golpean como desde fuera, desde arriba y desde abajo, constituyendo su especie peculiar de acontecimientos y rayos; acaso él mismo sea una tormenta que camina grávida de nuevos rayos; un hombre fatal, rodeado siempre de truenos, de gruñidos, aullidos y acontecimientos inquietantes; ¡ay¡, un ser que, con frecuencia, huye de sí mismo, que, con frecuencia, tiene miedo de sí, pero que es demasiado curioso para no volver “a sí” una y otra vez”

¿A qué denomina Nietzsche “nuevos filósofos”?

Hay, en Nietzsche, dos conceptos básicos: un concepto de “filosofía” y un concepto de “filósofo”.

Para él la filosofía es la de aquellos primeros filósofos griegos instalados en la “sabiduría” más que en el “conocimiento”.

Ellos fueron los inventores de la filosofía porque fueron los depositarios de un saben antiguo.

¿En qué medida la filosofía estuvo ligada, desde sus inicios, a la religión y a la moral? ¿En qué medida fue prolongación del poder de los sacerdotes o representó los intereses de una aristocracia primitiva griega, creadora de nuevos valores en el interior de esa sociedad?

La filosofía –para él –está enmarcada entre el “amor a la sabiduría”  y el “desprecio de la moral decadente” ya en Sócrates y que siguió con Platón, el Cristianismo,…

“Los filósofos son los “décadents” del mundo griego, el movimiento de oposición al gusto antiguo, aristocrático, y como eran miedosos, irritables, inconstantes,…tenían razones para hacerse predica una moral”

La filosofía está alejada de la religión, fuera de toda moralidad y más cercana a la ciencia.

Nada más ajeno a la filosofía que el dogmatismo, siempre será algo problemático, extraño, enigmático, se mueve por caminos vedados para la mayoría, se desliga de todo tipo de moralidad, sin plantearse criterios de objetividad científica, por lo que no es, en sentido moderno, una Ciencia.
No busca demostrar nada (como los positivistas), no aspira a mejorar el mundo (y, menos aún se inventa otro, al estilo de la metafísica tradicional). Destruye el mundo mismo de la Apariencia al destruir un pretendido mundo de la verdad, así, no es platonismo.

Han sido los filósofos-sacerdotes los que han empantanado la historia misma de la filosofía moralizándola y llevando, así, a la humanidad por caminos errados y violentos, guiados por una pretendida Voluntad de Verdad que oculta la gran mentira, presente, hasta ahora, en la humanidad.

La filosofía no se corresponde con lo que, hasta ahora, se ha llamado filosofía.

La filosofía no ha podido desligarse de la religión y de la moral, y continúa por la senda de éstas, proponiendo mundos ultraterrenos y valores para la mayoría, para las masas, que, en el fondo, es lo que pretenden las religiones.

La filosofía debe recuperar su papel de guiadora de las ciencias y desplazar de su lugar a las ciencias positivas, que han invadido y siguen invadiéndolo todo, apoderándose de terrenos que, tradicionalmente, sólo han pertenecido a la filosofía.

Si la filosofía debe ser esa ciencia-guía debe proponer criterios y valoraciones nuevas para esa transvaloración, ubicándose en una posición dominante de cara al porvenir del hombre.

La filosofía debe desligarse de todo tipo de moralidad, como ciencia que es/debe ser y ubicarse en un terreno amoral aunque (y no debemos olvidarlo) el hombre es, fundamentalmente, un “animal que valora”, pero debe ser desde la Ética (apoyada en la Razón) no desde cualquier moral (que se apoya en religiones, ideologías, creencias, prejuicios, tradiciones,…porque en Occidente Ética y Religión se han confundido permanentemente).

Y hay que tener en cuenta que una amenaza para la Ética es la democracia, el aplebeyamiento de las costumbres, nada que ver con el respeto y distinción entre los hombres.

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