Kant, “un cristiano alevoso”
¿Por qué el afán de los
filósofos por moralizar?
¿Por qué preserva el
“noumenon”, el “mundo verdadero”, aunque desconocido, como consuelo?
Arremete contra toda la
filosofía alemana, plagada de Idealismo y de Virtud, de Teología Cristiana.
Filosofía alemana que huele a
seminario.
Filósofos que son teólogos.
“Todos apestan a teólogos y a
padres de la Iglesia ”.
Todo lo que tenga que ver con
lo alemán es atacado (el espíritu alemán, la nación alemana, el pensamiento y
el sentimiento alemanes…pero todo es contradictorio, pasando, con facilidad,
del panfleto y de la burla a lo analítico y conceptual del ser alemán y su
desarrollo histórico.
Lo mismo ocurre con la moral
alemana, culpable de haber echado a perder con el protestantismo de Lutero el
mejor ensayo de destrucción de los valores clásicos cristianos: el
Renacimiento, César Borgia en el trono de Roma.
Pero atacar al cristianismo
alemán es atacar a sus propias raíces y lo caracteriza como si de un cáncer se
tratara.
“Los alemanes –en otro tiempo
se los llamó el “pueblo de los pensadores –¿continúan pensando hoy?
“Los alemanes se aburren
ahora con el espíritu, desconfían ahora del espíritu, la política devora toda
seriedad para las cosas verdaderamente espirituales…temo que esto haya sido el
final de la filosofía alemana”.
“¡Lo que podría haber sido el
espíritu alemán¡. Pero este pueblo se ha vuelto estúpido voluntariamente casi
desde un milenio: en ningún sitio se ha abusado más viciosamente de los dos
grandes narcóticos europeos: el alcohol y el cristianismo”.
4.- El mundo verdadero
-¿inasequible?. En todo caso, “inalcanzado”, por lo tanto, también
“desconocido”, por lo tanto, también “consolador”, “redentor”, “obligante”. ¿A
qué podría obligarnos algo desconocido?
(Mañana gris. Primer bostezo
de la razón. Canto del gallo del positivismo)”
Y sabemos que el positivismo
representa la destrucción de la metafísica, pero ello deja un vacío de poder en
cuanto el positivismo científico abandonó los problemas filosóficos, sin
preocuparse más por ellos y dedicándose, casi con obstinación, al progreso
científico, haciendo tabula rasa de asuntos como Dios, alma, libertad, Ser,… y
se lanzó por su propio camino de la investigación de la metodología, de la
tecnología,…
Este cientismo, este duro
hilotismo, cierra el camino a intereses más completos, más ricos, más
profundos,…
Estos científicos, “mozos de
esquina” y estas universidades fragmentarias; nuestras universidades son,
contra su voluntad, los auténticos invernaderos para esta especie de atrofia de
los instintos del espíritu”
“Estos nuevos filósofos, al
estilo de Comte, a mitad de camino entre la moral y la ciencia,…imposibilitados
de construir nuevos mundos filosóficos, prisioneros en sus propias “de facto”…
La crítica al positivismo es
brutal y extensa, va desde la realizada a los psicólogos ingleses, a “la bestia
darwiniana”, a Comte, a los socialistas, a los anarquistas, a los filósofos
franceses,… a todos aquellos que no sintonizan con su perspectiva, con su
filosofía.
Ataque a la sociología, tanto
a la inglesa como a la francesa, que sólo tratan de las formas decadentes de la
sociedad.
A todos los que se han
instalado en la época y acatan sus mandamientos, a todos los que responden a
los postulados de la razón y ven a la ciencia como la nueva panacea del conocimiento,
el eslabón para construir una “nueva humanidad” en un siglo marcado por el
positivismo.
“Nuestros socialistas son
unos “decadents”, pero también H. Spencer, que ve en el altruismo una cosa
deseable.
La ciencia que ellos buscan y
cultivan no es una “Gaya Scienza”, no es una ciencia alegre, liviana, pura,
elevadora de la vida, propulsora de nuevos valores y a la búsqueda de nuevas
interpretaciones.
Y seguimos, aún hoy,
preguntándonos cuál era la ciencia que buscaba Nietzsche, qué ciencia quería, a
qué llamó “Gay Saber”
La ciencia al estilo de
Nietzsche, la Gaya Scienzia ,
es la que aparece en las canciones del Príncipe Vogelfrei, el concepto
provenzal, una unidad de cantor, de caballero y de espíritu libre, lo que hace
que aquella maravillosa y temprana cultura de los provenzales se distinga de
todas las culturas ambiguas.
Ese pretendido “progreso
científico” corresponde a esa ciencia ligada a la vida descendente, a lo
parasitario, operando sobre la realidad pero sin transformar profundamente esa
misma realidad.
De ahí lo de “Mañana gris,
Canto del gallo del positivismo”, porque, abandonando el mundo metafísico ye el
mundo moral nos quedamos estancados en el “cientifismo” que, al final tampoco
tiene fuerza suficiente para varias condiciones de vida, para crear vida.
5.- “El mundo verdadero”, una
idea que ya no sirve para nada, que no siquiera obliga, una idea que se ha
vuelto inútil, superflua, por consiguiente, una idea refutada: ¡eliminémosla”.
(“Día claro; desayuno;
retorno del buen sentido y de la jovialidad, rubor avergonzado de Platón, ruido
endiablado de todos los espíritus libres”)
Tajantemente. Si la idea del
“mundo verdadero” ya no sirve para nada, destruyámosla, “eliminémosla” y con la
destrucción queda despejado el camino para la/su “nueva Scienzia”
Esta ciencia jovial nada
tiene que ver con la serenidad griega apolínea, sino con la alegría del
conocimiento, con el placer de conocer, con el saciarse en ese conocimiento.
Es la pasión por el
conocimiento, es el “espíritu libre”.
“Se llama “espíritu libre” (o
libre pensador) a quien piensa de manera distinta a como se espera de él, en
base a su origen, entorno, estamento o profesión, o en base a las opiniones
dominantes de la época. Él es la excepción, los espíritus gregarios la regla; éstos
le reprochan a aquel que sus libres principios tienen su origen en el afán de
llamar la atención, o que conducen a acciones libres, es decir, incompatibles
con la moral establecida”
Pero la excepción comenzará
siendo débil ante la regla, sobre todo en la actuación.
¿Cómo hacer surgir un
“espíritu fuerte” ante la tradición?
“La Iglesia , esa forma de
enemistad mortal a toda honestidad, a toda altura de alma, a toda disciplina de
espíritu, a toda humanidad franca y bondadosa –los valores cristianos vs valores
aristocráticos, sólo nosotros, los espíritus que hemos llegado a ser libres
hemos restablecido esa antítesis de valores, la más grande que existe”.
Todo lo que, hasta ahora, fue
llamado santo, bueno, intocable, divino….hoy no es más que peligro, decadencia
rebajamiento.
Pero cuando la regla es la
mayoría los minoritarios espíritus libres se verán cercados, criticados, en
peligro de ser excluidos,…
El paso de una época a otra,
la introducción de una manera distinta de concebir la existencia…cuesta, en un
principio.
La salida de una época
teológico-metafísica, la eliminación de la moral y del filósofo-sacerdote, para
acceder a este reino nuevo son los hombre por venir los que lo entenderán
realmente.
6.- Hemos eliminado el “mundo
Verdadero”, ¿qué mundo ha quedado?, ¿acaso el aparente?...NO. Al eliminar el
“mundo verdadero” hemos eliminado también el “mundo aparente”
(“Mediodía. Instante de la
sombra más corta; final del error más largo; punto culminante de la humanidad:
“Incipit Zaratustra”)
Aquí está la culminación de
todo este proceso y de toda esta síntesis de la historia metafísica.
Es la figura del “mediodía”.
Es la imagen de la fiesta griega de Dionisos trazada por Eurípides en Las
Bacantes.
“…Un mensajero narra que en
el calor del mediodía, ha subido con los rebaños a las cumbres de las montañas:
es el momento justo y el lugar justo para ver las cosas no vistas; ahora Pan
duerme, ahora el cielo es el transfondo inmóvil de una aureola; ahora florece
el día…”
Es esa imagen la que tiene
Nietzsche al plantear ese Gran Mediodía de la Humanidad.
Es el final del Error más
largo, la historia de la metafísica, la historia de la moral.
Al destruir el “mundo
verdadero” hemos destruido, también, el “mundo aparente”, como si esta
destrucción nos colocase en un punto 0, en un volver a empezar, en un nuevo
inicio (una idea interesante, pero polémica).
¿En qué consiste ese
“Incipit” en el que Zaratustra, su enigmático personaje, anuncia lo que vendrá?
Porque se destruye para
construir de nuevo, algo distinto y superior, no para dejar el mundo destruido.
También Descartes había
dudado de todo (duda metódica) hasta que llegó al punto de algo de lo que no se
podía dudar, de la “propia existencia” del “sum” simultaneo al “cogito”.
Igualmente Nietzsche. “Antes
de Zaratustra no existe ninguna sabiduría, ninguna investigación de las almas,
ningún arte de hablar…”
Zaratustra dice Sí al
comienzo de lo nuevo, como Nietzsche.
“Yo soy un alegre mensajero
como no ha habido ningún otro, conozco tareas tan elevadas que hasta ahora
faltaba el concepto para comprenderlas, sólo a partir de mí existen de nuevo
esperanzas. A pesar de todo esto, yo soy también, necesariamente, el hombre de
la fatalidad. Porque cuando la verdad entable lucha contra la mentira de
milenios, tendremos conmociones, un espasmo de terremotos, un desplazamiento de
las montañas y valles como nunca se había soñado…”
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