jueves, 5 de julio de 2018

A PROPÓSITO DE NIETZSCHE: CONTRA LA TRADICIÓN FILOSÓFICA (Y 3)




Kant, “un cristiano alevoso”

¿Por qué el afán de los filósofos por moralizar?
¿Por qué preserva el “noumenon”, el “mundo verdadero”, aunque desconocido, como consuelo?

Arremete contra toda la filosofía alemana, plagada de Idealismo y de Virtud, de Teología Cristiana.
Filosofía alemana que huele a seminario.
Filósofos que son teólogos.
“Todos apestan a teólogos y a padres de la Iglesia”.

Todo lo que tenga que ver con lo alemán es atacado (el espíritu alemán, la nación alemana, el pensamiento y el sentimiento alemanes…pero todo es contradictorio, pasando, con facilidad, del panfleto y de la burla a lo analítico y conceptual del ser alemán y su desarrollo histórico.

Lo mismo ocurre con la moral alemana, culpable de haber echado a perder con el protestantismo de Lutero el mejor ensayo de destrucción de los valores clásicos cristianos: el Renacimiento, César Borgia en el trono de Roma.

Pero atacar al cristianismo alemán es atacar a sus propias raíces y lo caracteriza como si de un cáncer se tratara.

“Los alemanes –en otro tiempo se los llamó el “pueblo de los pensadores –¿continúan pensando hoy?
“Los alemanes se aburren ahora con el espíritu, desconfían ahora del espíritu, la política devora toda seriedad para las cosas verdaderamente espirituales…temo que esto haya sido el final de la filosofía alemana”.

“¡Lo que podría haber sido el espíritu alemán¡. Pero este pueblo se ha vuelto estúpido voluntariamente casi desde un milenio: en ningún sitio se ha abusado más viciosamente de los dos grandes narcóticos europeos: el alcohol y el cristianismo”.

4.- El mundo verdadero -¿inasequible?. En todo caso, “inalcanzado”, por lo tanto, también “desconocido”, por lo tanto, también “consolador”, “redentor”, “obligante”. ¿A qué podría obligarnos algo desconocido?
(Mañana gris. Primer bostezo de la razón. Canto del gallo del positivismo)”

Y sabemos que el positivismo representa la destrucción de la metafísica, pero ello deja un vacío de poder en cuanto el positivismo científico abandonó los problemas filosóficos, sin preocuparse más por ellos y dedicándose, casi con obstinación, al progreso científico, haciendo tabula rasa de asuntos como Dios, alma, libertad, Ser,… y se lanzó por su propio camino de la investigación de la metodología, de la tecnología,…

Este cientismo, este duro hilotismo, cierra el camino a intereses más completos, más ricos, más profundos,…
Estos científicos, “mozos de esquina” y estas universidades fragmentarias; nuestras universidades son, contra su voluntad, los auténticos invernaderos para esta especie de atrofia de los instintos del espíritu”

“Estos nuevos filósofos, al estilo de Comte, a mitad de camino entre la moral y la ciencia,…imposibilitados de construir nuevos mundos filosóficos, prisioneros en sus propias “de facto”…

La crítica al positivismo es brutal y extensa, va desde la realizada a los psicólogos ingleses, a “la bestia darwiniana”, a Comte, a los socialistas, a los anarquistas, a los filósofos franceses,… a todos aquellos que no sintonizan con su perspectiva, con su filosofía.

Ataque a la sociología, tanto a la inglesa como a la francesa, que sólo tratan de las formas decadentes de la sociedad.

A todos los que se han instalado en la época y acatan sus mandamientos, a todos los que responden a los postulados de la razón y ven a la ciencia como la nueva panacea del conocimiento, el eslabón para construir una “nueva humanidad” en un siglo marcado por el positivismo.

“Nuestros socialistas son unos “decadents”, pero también H. Spencer, que ve en el altruismo una cosa deseable.

La ciencia que ellos buscan y cultivan no es una “Gaya Scienza”, no es una ciencia alegre, liviana, pura, elevadora de la vida, propulsora de nuevos valores y a la búsqueda de nuevas interpretaciones.

Y seguimos, aún hoy, preguntándonos cuál era la ciencia que buscaba Nietzsche, qué ciencia quería, a qué llamó “Gay Saber”

La ciencia al estilo de Nietzsche, la Gaya Scienzia, es la que aparece en las canciones del Príncipe Vogelfrei, el concepto provenzal, una unidad de cantor, de caballero y de espíritu libre, lo que hace que aquella maravillosa y temprana cultura de los provenzales se distinga de todas las culturas ambiguas.

Ese pretendido “progreso científico” corresponde a esa ciencia ligada a la vida descendente, a lo parasitario, operando sobre la realidad pero sin transformar profundamente esa misma realidad.

De ahí lo de “Mañana gris, Canto del gallo del positivismo”, porque, abandonando el mundo metafísico ye el mundo moral nos quedamos estancados en el “cientifismo” que, al final tampoco tiene fuerza suficiente para varias condiciones de vida, para crear vida.

5.- “El mundo verdadero”, una idea que ya no sirve para nada, que no siquiera obliga, una idea que se ha vuelto inútil, superflua, por consiguiente, una idea refutada: ¡eliminémosla”.
(“Día claro; desayuno; retorno del buen sentido y de la jovialidad, rubor avergonzado de Platón, ruido endiablado de todos los espíritus libres”)

Tajantemente. Si la idea del “mundo verdadero” ya no sirve para nada, destruyámosla, “eliminémosla” y con la destrucción queda despejado el camino para la/su “nueva Scienzia”

Esta ciencia jovial nada tiene que ver con la serenidad griega apolínea, sino con la alegría del conocimiento, con el placer de conocer, con el saciarse en ese conocimiento.
Es la pasión por el conocimiento, es el “espíritu libre”.

“Se llama “espíritu libre” (o libre pensador) a quien piensa de manera distinta a como se espera de él, en base a su origen, entorno, estamento o profesión, o en base a las opiniones dominantes de la época. Él es la excepción, los espíritus gregarios la regla; éstos le reprochan a aquel que sus libres principios tienen su origen en el afán de llamar la atención, o que conducen a acciones libres, es decir, incompatibles con la moral establecida”

Pero la excepción comenzará siendo débil ante la regla, sobre todo en la actuación.
¿Cómo hacer surgir un “espíritu fuerte” ante la tradición?

La Iglesia, esa forma de enemistad mortal a toda honestidad, a toda altura de alma, a toda disciplina de espíritu, a toda humanidad franca y bondadosa –los valores cristianos vs valores aristocráticos, sólo nosotros, los espíritus que hemos llegado a ser libres hemos restablecido esa antítesis de valores, la más grande que existe”.

Todo lo que, hasta ahora, fue llamado santo, bueno, intocable, divino….hoy no es más que peligro, decadencia rebajamiento.
Pero cuando la regla es la mayoría los minoritarios espíritus libres se verán cercados, criticados, en peligro de ser excluidos,…

El paso de una época a otra, la introducción de una manera distinta de concebir la existencia…cuesta, en un principio.

La salida de una época teológico-metafísica, la eliminación de la moral y del filósofo-sacerdote, para acceder a este reino nuevo son los hombre por venir los que lo entenderán realmente.

6.- Hemos eliminado el “mundo Verdadero”, ¿qué mundo ha quedado?, ¿acaso el aparente?...NO. Al eliminar el “mundo verdadero” hemos eliminado también el “mundo aparente”
(“Mediodía. Instante de la sombra más corta; final del error más largo; punto culminante de la humanidad: “Incipit Zaratustra”)

Aquí está la culminación de todo este proceso y de toda esta síntesis de la historia metafísica.

Es la figura del “mediodía”. Es la imagen de la fiesta griega de Dionisos trazada por Eurípides en Las Bacantes.

“…Un mensajero narra que en el calor del mediodía, ha subido con los rebaños a las cumbres de las montañas: es el momento justo y el lugar justo para ver las cosas no vistas; ahora Pan duerme, ahora el cielo es el transfondo inmóvil de una aureola; ahora florece el día…”

Es esa imagen la que tiene Nietzsche al plantear ese Gran Mediodía de la Humanidad.
Es el final del Error más largo, la historia de la metafísica, la historia de la moral.

Al destruir el “mundo verdadero” hemos destruido, también, el “mundo aparente”, como si esta destrucción nos colocase en un punto 0, en un volver a empezar, en un nuevo inicio (una idea interesante, pero polémica).

¿En qué consiste ese “Incipit” en el que Zaratustra, su enigmático personaje, anuncia lo que vendrá?

Porque se destruye para construir de nuevo, algo distinto y superior, no para dejar el mundo destruido.

También Descartes había dudado de todo (duda metódica) hasta que llegó al punto de algo de lo que no se podía dudar, de la “propia existencia” del “sum” simultaneo al “cogito”.

Igualmente Nietzsche. “Antes de Zaratustra no existe ninguna sabiduría, ninguna investigación de las almas, ningún arte de hablar…”
Zaratustra dice Sí al comienzo de lo nuevo, como Nietzsche.

“Yo soy un alegre mensajero como no ha habido ningún otro, conozco tareas tan elevadas que hasta ahora faltaba el concepto para comprenderlas, sólo a partir de mí existen de nuevo esperanzas. A pesar de todo esto, yo soy también, necesariamente, el hombre de la fatalidad. Porque cuando la verdad entable lucha contra la mentira de milenios, tendremos conmociones, un espasmo de terremotos, un desplazamiento de las montañas y valles como nunca se había soñado…”

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