“Todo está vacío, todo es
idéntico, todo fue…Debe ser luz para mundos remotos…”
Occidente está en crisis. El
espíritu europeo se ha hundido en una de sus peores crisis y no hay forma de
escapar de él.
¿Cómo ha podido ocurrir esto?
Porque el nihilismo pertenece
a la historia de Occidente ya desde Platón.
Es la Historia occidental, que
irrumpe con Sócrates y el socratismo.
“Sócrates, instrumento de la
disolución griega al negar la dualidad de fuerzas y apostarlo todo a la Razón , a la racionalidad,
contra el instinto. “La racionalidad a cualquier precio”, violencia que socava
la vida y subordina su vida a su Razón.
“El cristianismo es nihilista
en su más hondo sentido”, lo sacrifica todo, hipoteca su vida,…por un mundo
imaginario en el que se cree pero del que nada se sabe ni puede saberse.
Darlo todo, sacrificarlo
todo, hasta la vida, por un mundo imaginario, inventado, “humano, demasiado
humano”, no real.
El viejo sol platónico se
hunde en su ocaso, “Dios ha muerto”.
Un estado crítico que conduce
al gran cansancio y al gran hastío, al gran pesimismo por la existencia, en el
relajamiento de la voluntad de poder, con una humanidad enferma, nivelada,
imposibilitada de seguir adelante, vegetando sin sentido, agotada en todos los
niveles y sin posibilidad de crear nada nuevo.
¡“Ay¡ Llega el tiempo en que
el hombre dejará de lanzar la flecha de su anhelo más allá del hombre, y en que
la cuerda de su arco no sabrá ya vibrar” ¡Ay¡ Llega el tiempo en que el hombre
no dará ya luz a ninguna estrella. ¡Ay¡. Llega el tiempo del hombre más
despreciable, el incapaz ya de despreciarse a sí mismo”
Es el estado del último
hombre, el estado de Occidente, marcado por el gran sinsentido de la vida.
¿Cómo va a tener sentido si se ha difuminado, diluido, desaparecido, la diana a
la que dirigir el arco?. Si ya no hay diana hacia la que dirigir el arco de la
vida, porque “Dios ha muerto”…
Asistimos al cansancio mismo
de la civilización occidental, tenemos la sensación de que todo ha terminado y
lo que se sigue de aquí es el hundimiento de la humanidad en una de sus más
terribles barbaries.
“!Ningún pastor y un solo
rebaño¡. Todos quieren lo mismo, todos son iguales: quien tiene sentimientos
distintos marcha voluntariamente al manicomio”.
Todos fotocopias de un
original perdido o gastado.
¿Vive acaso la humanidad contemporánea
el estado del último hombre?
¿Está cumplida la teoría de
Nietzsche en la praxis?
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