viernes, 27 de julio de 2018

NIETZSCHE 9 LO DIONISÍACO (1)


Si la Filosofía, hasta ahora, durante milenios ha sido Apolínea, racional, condenando el instinto y todo lo que suene a lúdico somático, a partir de ahora, en la Filosofía del Porvenir debe ser entronizado Dionisos, lo dionisíaco.

Dionisos simboliza el carácter afirmativo de la existencia. La vida es para vivirla, no para hipotecarla en aras de una promesa inverificable tras la muerte.
Dionisos y lo dionisíaco es la Señal Identificadora de una nueva era, de una nueva Edad de la Humanidad en la que los viejos ideales cristianos se hunden definitivamente para darle paso a este nuevo “reino de Zaratustra de los 1.000 años”

“Mas yo y mi destino – no hablamos al hoy - , tampoco hablamos al nunca: para hablar tenemos paciencia y tiempo, y más que tiempo. Pues un día tiene él que venir y no le será lícito pasar de largo.
¿Quién tiene que venir un día y no le será lícito pasar de largo?, nuestro Gran Hazar, es decir, nuestro grande y remoto reino del hombre, el reino de Zaratustra de los mil años”

El nuevo símbolo representa la vida ascendente. Es la vida misma.
Ya no es un dios, pero tampoco es un hombre. Representa una Nueva Humanidad, transfigurada, cambiada, después del terrible hundimiento en el Nihilismo.

Algo que ni nosotros mismo comprendemos porque estamos siendo prisioneros de los viejos valores y de la antigua interpretación moral de la existencia.

Una vez superada la moral, la que se consideraba la “única moral”, la única interpretación de la vida y del mundo, la vida se abre a mil caminos y posibilidades que avanzan hacia el porvenir.

Liberación de la considerada “única interpretación”.

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