¿Qué simboliza Dionisos para
los griegos clásicos?
El dios griego Dionisos (Baco
para los romanos) era el dios de la vida vegetal y del vino, fue muy importante
para este pueblo, y a él rindieron culto las bacantes.
Nietzsche hace una
interpretación de este dios que va más allá de su significado ordinario,
considerando que con esta figura mítica los griegos representaban una dimensión
fundamental de la existencia, que expresaron en la tragedia y que quedó
relegado en la cultura occidental: la vida en sus aspectos oscuros,
instintivos, irracionales, biológicos.
Aunque Nietzsche explica este
término en su obra juvenil “El nacimiento de la tragedia”, nunca lo abandonó, y
lo podemos utilizar como metáfora de lo que más tarde llamó “voluntad de
poder”.
Frente a la tradición
filológica alemana surge “El nacimiento de la tragedia…” con su visión
dionisíaca del mundo.
Y lo mismo que ocurrió con la
oposición a su filología por parte de los filólogos alemanes ocurrirá con su
filosofía por parte de todos los filósofos, no sólo de los alemanes: silencio,
expectación, incomprensión, ataque y, de nuevo, silencio.
Su peculiar visión de los
griegos clásicos, su reivindicación de los sofistas, frente a las “vacas
sagradas de los filósofos griegos”, su amor por los presocráticos (sobre todo
de Heráclito y Demócrito), su odio a Sócrates como precursor del optimismo
científico con la razón como instrumento y encarnación de la moral griega como
símbolo de la decadencia griega, su rechazo al platonismo como ideal de un
mundo verdadero (auténtico precursor del cristianismo (“platonismo bautizado”
–lo he denominado anteriormente), su desprecio de la realidad y de los sentidos,…son
temas que, una vez surgidos, irán acentuándose, superponiéndose y
estructurándose a lo largo de su obra filosófica y que, incluso, aparecerán en
los denominados “Fragmentos póstumos”
Yo “el discípulo de un dios
desconocido todavía que, por el momento, se escondía bajo la capucha del
docto…había aquí un espíritu que sentía necesidades nuevas, carentes aún de
nombre, una memoria rebosante de preguntas, experiencias, secretos, a cuyo
margen estaba escrito el nombre Dioniso como un signo más de interrogación…esa
“alma nueva” habría debido cantar ¡y no hablar¡
¡Qué lástima que lo que yo
tenía entonces que decir no me atreviera a hacerlo como poeta: ¡tal vez habría
sido capaz de hacerlo¡…el problema de que aquí hay un problema y de que, ahora
y antes, mientras no tengamos una respuesta a la pregunta ¿”qué es lo
dionisíaco”? los griegos continúan siendo completamente desconocidos e
inimaginables…”
Nietzsche llega a niveles no
alcanzados por ningún filósofo antes de él, escritos, además, en su estilo particular
y de forma tan bella… sobre todo si tenemos en cuenta la sequedad y pesadez de
la mayoría de discursos filosóficos.
Lo que dice (textos tan bien
logrados y de tal profundidad) y cómo lo dice (forma bella, estilo)
No creo que sea elogiar lo
que he dicho, sino reconocerlo.
Lo que dice y cómo lo dice
en, por ejemplo, Ecce homo, el Crepúsculo de los ídolos, el Anticristo,
Aurora,…y lo implica lo dicho en esas obras.
Todavía resuena en mi mente
el apartado: “¿Por qué escribo tan buenos textos”?, en el Ecce homo.
Todavía no era el tiempo de
preguntar ni preguntarse si sus textos eran comprendidos o incomprendidos
porque “se carece de oídos para escuchar aquello a lo cual no se tiene acceso
desde la vivencia”.
Quien lea un libro en el que
se hable de vivencias de quien lo escribe ¿qué puede entender el ajeno a esas
vivencias?.
Pero lo que no puede
concluirse es que no haya nada porque el que lo lee no vea ni oiga nada.
Los griegos significan, para
Nietzsche, un esquema ideal de vida, pero este ideal nada tiene que ver ni con
el platónico ni con ningún otro tipo de ideal establecido.
Y es consciente de que sus
primeros escritos son el fruto de vivencias propias, prematuras y demasiado
verdes. ¿Qué puede entender sobre ellas el ajeno a esas vivencias?
Son tres los ámbitos claves y
trascendentales en Nietzsche (aunque pareciendo muy distintos, sean difíciles
de separar por la visión tan particular que él tiene de ellos, amalgamados):
1.- LA CIENCIA , que es hija de
Sócrates, del optimismo socrático, de la racionalidad socrática, de la dialéctica
socrática, de la “decadent” socrática, de la “jovialidad socrática”.
Es la cura frente a la
anarquía de los instintos y representa el momento de la desilusión griega,
envenena las jóvenes mentes atenienses y, desde luego, “la planta más bella de
la antigüedad”: Platón.
Hay que hacer la guerra a los
instintos, mejorar la humanidad, salir de la decadencia,…sólo con la razón,
dirigiendo y controlando no solo la
Ciencia , sino también la Moral.
La moral socrática, sólo
racional, categórica.
La racionalidad, el
utilitarismo, la democracia,…todo ello indiscutible (pero que Nietzsche sí lo
discutirá).
El siglo XIX rebosa optimismo
científico así que intentar problematizarlo, como hace Nietzsche, sería
considerado “algo terrible y peligroso”.
Pero el resultado de ese
cientifismo, considerado como único criterio, en el siglo XX llevará a la
humanidad al borde, si no al abismo, del peligro, pues lo que no sea científico
pierde su valor de utilidad.
Ni lo paracientífico, ni menos
lo anticientífico, será valioso, sino pseudo-todo.
Cada vez sabemos más, cada
vez lo sabemos mejor, pero ¿somos mejores, más felices, …?
¿Y si la victoria del
optimismo científico, del utilitarismo teórico y práctico, de la racionalidad,
de la misma democracia,…fueran síntomas de decadencia, de vejez inmanente, de
fatiga humana,… y no de fuerza, como se ha creído hasta ahora?
2.- EL ARTE. El Arte Griego
está ligado al problema del pesimismo. Los griegos, en su juventud, tienen
necesidad del pesimismo.
En su derroche de vida, en su
exuberancia, requieren del encuentro con lo terrible, con lo caótico de la
existencia.
Este pesimismo trágico es el
que atrae a Nietzsche y el que le permite responder a la pregunta de por qué
este pueblo tuvo necesidad de la tragedia.
Griegos y optimismo, griegos
y pesimismo, Ciencia y Arte, Racionalidad y Tragedia, Apolo y Dionisos, Ascenso
y Declive, Acción y Disolución de la
Cultura ,…
La doctrina de Dionisos es un
SÍ a la Vida ,
así que mientras no sepamos dilucidar qué es lo dionisíaco no podremos
enterarnos qué son los griegos, quedando como un pueblo desconocido e
inimaginable.
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