lunes, 2 de julio de 2018

A PROPÓSITO DE NIETZSCHE: LA HERENCIA GRIEGA (3)


¿Qué simboliza Dionisos para los griegos clásicos?

El dios griego Dionisos (Baco para los romanos) era el dios de la vida vegetal y del vino, fue muy importante para este pueblo, y a él rindieron culto las bacantes.
Nietzsche hace una interpretación de este dios que va más allá de su significado ordinario, considerando que con esta figura mítica los griegos representaban una dimensión fundamental de la existencia, que expresaron en la tragedia y que quedó relegado en la cultura occidental: la vida en sus aspectos oscuros, instintivos, irracionales, biológicos.
Aunque Nietzsche explica este término en su obra juvenil “El nacimiento de la tragedia”, nunca lo abandonó, y lo podemos utilizar como metáfora de lo que más tarde llamó “voluntad de poder”.

Frente a la tradición filológica alemana surge “El nacimiento de la tragedia…” con su visión dionisíaca del mundo.
Y lo mismo que ocurrió con la oposición a su filología por parte de los filólogos alemanes ocurrirá con su filosofía por parte de todos los filósofos, no sólo de los alemanes: silencio, expectación, incomprensión, ataque y, de nuevo, silencio.

Su peculiar visión de los griegos clásicos, su reivindicación de los sofistas, frente a las “vacas sagradas de los filósofos griegos”, su amor por los presocráticos (sobre todo de Heráclito y Demócrito), su odio a Sócrates como precursor del optimismo científico con la razón como instrumento y encarnación de la moral griega como símbolo de la decadencia griega, su rechazo al platonismo como ideal de un mundo verdadero (auténtico precursor del cristianismo (“platonismo bautizado” –lo he denominado anteriormente), su desprecio de la realidad y de los sentidos,…son temas que, una vez surgidos, irán acentuándose, superponiéndose y estructurándose a lo largo de su obra filosófica y que, incluso, aparecerán en los denominados “Fragmentos póstumos”

Yo “el discípulo de un dios desconocido todavía que, por el momento, se escondía bajo la capucha del docto…había aquí un espíritu que sentía necesidades nuevas, carentes aún de nombre, una memoria rebosante de preguntas, experiencias, secretos, a cuyo margen estaba escrito el nombre Dioniso como un signo más de interrogación…esa “alma nueva” habría debido cantar ¡y no hablar¡
¡Qué lástima que lo que yo tenía entonces que decir no me atreviera a hacerlo como poeta: ¡tal vez habría sido capaz de hacerlo¡…el problema de que aquí hay un problema y de que, ahora y antes, mientras no tengamos una respuesta a la pregunta ¿”qué es lo dionisíaco”? los griegos continúan siendo completamente desconocidos e inimaginables…”

Nietzsche llega a niveles no alcanzados por ningún filósofo antes de él, escritos, además, en su estilo particular y de forma tan bella… sobre todo si tenemos en cuenta la sequedad y pesadez de la mayoría de discursos filosóficos.

Lo que dice (textos tan bien logrados y de tal profundidad) y cómo lo dice (forma bella, estilo)

No creo que sea elogiar lo que he dicho, sino reconocerlo.

Lo que dice y cómo lo dice en, por ejemplo, Ecce homo, el Crepúsculo de los ídolos, el Anticristo, Aurora,…y lo implica lo dicho en esas obras.

Todavía resuena en mi mente el apartado: “¿Por qué escribo tan buenos textos”?, en el Ecce homo.

Todavía no era el tiempo de preguntar ni preguntarse si sus textos eran comprendidos o incomprendidos porque “se carece de oídos para escuchar aquello a lo cual no se tiene acceso desde la vivencia”.

Quien lea un libro en el que se hable de vivencias de quien lo escribe ¿qué puede entender el ajeno a esas vivencias?.
Pero lo que no puede concluirse es que no haya nada porque el que lo lee no vea ni oiga nada.

Los griegos significan, para Nietzsche, un esquema ideal de vida, pero este ideal nada tiene que ver ni con el platónico ni con ningún otro tipo de ideal establecido.
Y es consciente de que sus primeros escritos son el fruto de vivencias propias, prematuras y demasiado verdes. ¿Qué puede entender sobre ellas el ajeno a esas vivencias?

Son tres los ámbitos claves y trascendentales en Nietzsche (aunque pareciendo muy distintos, sean difíciles de separar por la visión tan particular que él tiene de ellos, amalgamados):

1.- LA CIENCIA, que es hija de Sócrates, del optimismo socrático, de la racionalidad socrática, de la dialéctica socrática, de la “decadent” socrática, de la “jovialidad socrática”.
Es la cura frente a la anarquía de los instintos y representa el momento de la desilusión griega, envenena las jóvenes mentes atenienses y, desde luego, “la planta más bella de la antigüedad”: Platón.
Hay que hacer la guerra a los instintos, mejorar la humanidad, salir de la decadencia,…sólo con la razón, dirigiendo y controlando no solo la Ciencia, sino también la Moral.
La moral socrática, sólo racional, categórica.

La racionalidad, el utilitarismo, la democracia,…todo ello indiscutible (pero que Nietzsche sí lo discutirá).

El siglo XIX rebosa optimismo científico así que intentar problematizarlo, como hace Nietzsche, sería considerado “algo terrible y peligroso”.
Pero el resultado de ese cientifismo, considerado como único criterio, en el siglo XX llevará a la humanidad al borde, si no al abismo, del peligro, pues lo que no sea científico pierde su valor de utilidad.

Ni lo paracientífico, ni menos lo anticientífico, será valioso, sino pseudo-todo.

Cada vez sabemos más, cada vez lo sabemos mejor, pero ¿somos mejores, más felices, …?

¿Y si la victoria del optimismo científico, del utilitarismo teórico y práctico, de la racionalidad, de la misma democracia,…fueran síntomas de decadencia, de vejez inmanente, de fatiga humana,… y no de fuerza, como se ha creído hasta ahora?

2.- EL ARTE. El Arte Griego está ligado al problema del pesimismo. Los griegos, en su juventud, tienen necesidad del pesimismo.
En su derroche de vida, en su exuberancia, requieren del encuentro con lo terrible, con lo caótico de la existencia.

Este pesimismo trágico es el que atrae a Nietzsche y el que le permite responder a la pregunta de por qué este pueblo tuvo necesidad de la tragedia.

Griegos y optimismo, griegos y pesimismo, Ciencia y Arte, Racionalidad y Tragedia, Apolo y Dionisos, Ascenso y Declive, Acción y Disolución de la Cultura,…

La doctrina de Dionisos es un SÍ a la Vida, así que mientras no sepamos dilucidar qué es lo dionisíaco no podremos enterarnos qué son los griegos, quedando como un pueblo desconocido e inimaginable.

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