miércoles, 21 de agosto de 2019

MENTALIDAD MÍTICO-RELIGIOSA Y MENTALIDAD FILOSÓFICO-CIENTÍFICA ( 2 )



Esta primera e ingente tarea que comenzó hace 2.600 años es la que continúa y continuará mientras sigamos siendo hombres.
La iniciaron los filósofos, los sustitutos de los sacerdotes y de los profetas.
Y sólo contaban con sus fuerzas, sin ayudas divinas ni sobrenaturales.

Los filósofos no se consideran depositarios de ningún secreto, ni secretos divinos ni inspirados por los dioses, sino que se arriesgan en nombre propio y con sus solas fuerzas, con el riesgo de tropezar, de equivocarse que ello conlleva.
Pero el filósofo es ajeno al desaliento.
Si otro le demuestra que está equivocado, reconocerá su error.
Y esto sí que es un acierto.
Así se inicia el camino de la filosofía y de la ciencia.
Con sus caídas y sus levantadas, con su corregirse, con desdecirse, pero seguir, seguir, siempre seguir.

Las respuestas surgen porque ellas son necesarias a las preguntas que los hombres se hacen.
Son las necesidades prácticas las que azuzan a los hombres a ser satisfechas, y ya no valen las religiones y los mitos, porque ya no se cree que la arbitrariedad de los dioses tenga nada que ver con la regularidad que se da en la naturaleza.

Si la salida del sol o la caída de una piedra dependieran de la arbitrariedad de los dioses, podría salir un día por el Norte y otro por el Oeste, y a horas distintas.
Igualmente la puesta del sol.
Pero NO.
Siempre sale y se mete por el mismo sitio, de una manera regular.

Y la piedra unas veces podría subir, otras bajar, otras avanzar hacia la derecha,….
Pero NO.
Siempre cae verticalmente y a velocidad acelerada, según ley constante.

Las respuestas divinas ya apenas responden.

Para solventar, satisfacer necesidades es requisito imprescindible comprender la naturaleza y sus regularidades.
Conocimiento objetivo.
Conocimiento eficaz.
Sólo así podremos dominarla y ser señores y no esclavos de ella.
Conocerla para aprovecharse de ella, para transformarla.

El conocimiento nunca es un fin en sí mismo.
Conocer es un medio-para.
El conocer empuja al hacer.
Se piensa no por el placer de pensar sino porque, pensando, se saca provecho, provecho sobre todo a largo plazo.
(Sembrar trigo o darle de comer a un cerdo, a corto plazo, es empobrecerse, es quitarse uno comida de la boca, pero a largo plazo es riqueza, el 100 por 1.

La eficacia práctica casi nunca  es inmediatamente visible, pero la garantía de progreso individual y social reside en esa actividad filosófico-científica, no en la invocación a los dioses.

Ni el espíritu meramente práctico inmediato, ni la sabiduría popular (basada en acumulación de experiencias, llena de elementos supersticiosos y rutinarios) valían a largo plazo.
Los mismos problemas que había, hay y habrá; y las soluciones seguirían siendo las mismas, siempre incompletas.

El que siembra está con un pie en el futuro.
La hormiga, recogiendo, acumulando granos cada verano, sigue en el pasado.
Para la hormiga sembrar sería perder, no invertir.

(F. Bacon: “arañas, hormigas y abejas” Ver en este blog).

No se trata, pues, de acumular y registrar más y más experiencias, para repetir la solución.
Se trata de comprender la razón, el porqué, de eso que sucede y ensayar nuevas respuestas.
Ya sabemos, ya se ve que ocurre lo que ocurre, pero ¿por qué ocurre?, ¿cuáles son las causas, las razones?

(Anécdota de Tales – el pozo – los molinos de aceite – realquilarlos…. Platón – Teeteto. Aristóteles – Política, “sería fácil a los filósofos enriquecerse, si quisieran, pero no son las riquezas lo que le interesan”).

Una vacuna (razón) hace más efecto que 1.000 oraciones.
El Hospital Clínico salva más vidas que todas las misas y rosarios.
Pero no sobran las misas y los rosarios, es que no son necesarios.


Racionalidad y objetividad sustituirán a mitos y religiones, expuestos por los poetas Homero y Hesíodo, los educadores del pueblo.

Por eso la filosofía aparece como crítica a la poesía, pero no a la forma sino al contenido.
La educación poética ya resultaba inservible y superada.
Hacía falta, ya, una educación racional.

No sólo es un cambio de lenguaje; es, sobre todo un cambio de mentalidad, un cambio de perspectiva.
(También cautivaba el lenguaje de Sócrates, aunque fuera en prosa, pero el contenido era racional, no mítico).

Poesía es compatible con belleza, no con objetividad.
Encandilar, hechizar es muy distinto a ser eficaz, a solucionar problemas, satisfacción personal es distinto a eficacia, no sirve para nada ajeno al poeta.

Los primeros filósofos dieron/intentaron dar soluciones racionales a problemas sociales reales.
Tuvieron que criticar, pues, la superstición y los prejuicios de la conciencia mítico-religiosa.
Ellos buscaron resultados más que críticas aunque, para ello, tuvieran que criticar para despertar a las conciencias.

Ellos llevaron a cabo la sustitución del viejo modelo de cultura y civilización por otro nuevo modelo, que daría lugar a una nueva humanidad, a un orden nuevo, a un hombre nuevo.

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