No es excederse si afirmamos
que Aristóteles fue el creador de la Biología , pues una gran parte de su obra (“corpus
aristotélicum”) está consagrada al estudio de los seres vivientes, tanto el De
Anima, como los “parva naturalia” y otros tratados sobre animales y plantas.
Y tampoco es excederse si
afirmamos que fue el primer clasificador de los seres, muchos siglos antes que
Linneo.
Las sustancias físicas se
dividen en “vivientes” (las que tienen dentro de sí el principio intrínseco de
su movimiento espontáneo hacia su propio bien o su propio fin, son
“semovientes” y “no vivientes”, que son inertes, tienden a su lugar natural, a
no ser que una fuerza extraña se lo impida y si se mueven es por una fuerza
extrínseca a ellos.
Un pájaro o un pez no son un
avión o un automóvil.
Vida, pues, es
automovimiento, lo que tienen las plantas, los animales y el hombre.
El “alma” es el Principio de
vida”, por lo que todo ser vivo tiene “alma”.
Pero en la escala de los
seres vivientes hay varios grados:
1.- Plantas, que tienen “alma
o vida vegetativa o nutritiva” que realizan las funciones de “(nace),
alimentarse (asimilar), crecer, reproducirse y (morir)”, pero carecen de
sensibilidad y de movimiento local.
Alimentarse-nutrirse y crecer
tienden a la conservación del individuo, y al de reproducirse tiende a la
conservación de la especie.
2.- Animales imperfectos, que
tienen las funciones del alma vegetativa más las suyas propias, las del alma
sensitiva, pero carecen de movimiento progresivo.
3.- Animales perfectos, que
tienen todo lo que tienen los vegetales, lo que tienen los animales imperfectos
más lo suyo propio, lo del “alma o vida sensitiva”: Sentidos (conocimiento de
seres distintos a ellos), apetito sensible, (fantasía, memoria, como sentidos
internos) y potencia locomotriz, para trasladarse de un lugar a otro.
Unos necesitan la presencia
de un estímulo externo (sentidos externos) y los otros no (sentidos internos)
También distingue Aristóteles
entre sensibles propios (el color, el olor…) y sensibles comunes (no exclusivos
de ningún sentido en concreto (magnitud, figura, número, movimiento,…)
4.- El Hombre: grado supremo
en la escala de los vivientes terrestres y que tienen todo lo de los vegetales,
todo lo de los animales más los suyos propios, lo de su “alma o vida racional”:
entendimiento, voluntad (deliberación) y libertad.
Los sentidos externos son
cinco: vista, oído, gusto, olfato y tacto (aunque en el tacto…)
Los sentidos internos (en los
que no es necesaria la presencia de un estímulo) son: sentido común,
imaginación, estimativa y memoria.
Además el apetito sensible.
En la vida intelectiva se
encuentra el “conocimiento intelectual” en el que distingue el “entendimiento
agente, que realiza la abstracción)” y el “entendimiento paciente” (que es el
que conoce).
En el De Anima afirma que el
hombre esta compuesto de “cuerpo, alma y entendimiento (además activo o agente)
y (pasivo o paciente) por lo que complica más la composición hilemórfica.
Definiciones de alma (en el De
Anima): “forma de un cuerpo natural que tiene la vida en potencia”, “acto
primero de un cuerpo natural que tiene la vida en potencia”, “acto de un cuerpo
natural orgánico”, “aquello por lo cual vivimos, sentimos y pensamos”
No hay comentarios:
Publicar un comentario