viernes, 2 de agosto de 2019

ARISTÓTELES: BIOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA ARISTOTÉLICA.




No es excederse si afirmamos que Aristóteles fue el creador de la Biología, pues una gran parte de su obra (“corpus aristotélicum”) está consagrada al estudio de los seres vivientes, tanto el De Anima, como los “parva naturalia” y otros tratados sobre animales y plantas.

Y tampoco es excederse si afirmamos que fue el primer clasificador de los seres, muchos siglos antes que Linneo.

Las sustancias físicas se dividen en “vivientes” (las que tienen dentro de sí el principio intrínseco de su movimiento espontáneo hacia su propio bien o su propio fin, son “semovientes” y “no vivientes”, que son inertes, tienden a su lugar natural, a no ser que una fuerza extraña se lo impida y si se mueven es por una fuerza extrínseca a ellos.

Un pájaro o un pez no son un avión o un automóvil.

Vida, pues, es automovimiento, lo que tienen las plantas, los animales y el hombre.

El “alma” es el Principio de vida”, por lo que todo ser vivo tiene “alma”.

Pero en la escala de los seres vivientes hay varios grados:

1.- Plantas, que tienen “alma o vida vegetativa o nutritiva” que realizan las funciones de “(nace), alimentarse (asimilar), crecer, reproducirse y (morir)”, pero carecen de sensibilidad y de movimiento local.
Alimentarse-nutrirse y crecer tienden a la conservación del individuo, y al de reproducirse tiende a la conservación de la especie.

2.- Animales imperfectos, que tienen las funciones del alma vegetativa más las suyas propias, las del alma sensitiva, pero carecen de movimiento progresivo.

3.- Animales perfectos, que tienen todo lo que tienen los vegetales, lo que tienen los animales imperfectos más lo suyo propio, lo del “alma o vida sensitiva”: Sentidos (conocimiento de seres distintos a ellos), apetito sensible, (fantasía, memoria, como sentidos internos) y potencia locomotriz, para trasladarse de un lugar a otro.
Unos necesitan la presencia de un estímulo externo (sentidos externos) y los otros no (sentidos internos)
También distingue Aristóteles entre sensibles propios (el color, el olor…) y sensibles comunes (no exclusivos de ningún sentido en concreto (magnitud, figura, número, movimiento,…)

4.- El Hombre: grado supremo en la escala de los vivientes terrestres y que tienen todo lo de los vegetales, todo lo de los animales más los suyos propios, lo de su “alma o vida racional”: entendimiento, voluntad (deliberación) y libertad.

Los sentidos externos son cinco: vista, oído, gusto, olfato y tacto (aunque en el tacto…)
Los sentidos internos (en los que no es necesaria la presencia de un estímulo) son: sentido común, imaginación, estimativa y memoria.
Además el apetito sensible.

En la vida intelectiva se encuentra el “conocimiento intelectual” en el que distingue el “entendimiento agente, que realiza la abstracción)” y el “entendimiento paciente” (que es el que conoce).

En el De Anima afirma que el hombre esta compuesto de “cuerpo, alma y entendimiento (además activo o agente) y (pasivo o paciente) por lo que complica más la composición hilemórfica.

Definiciones de alma (en el De Anima): “forma de un cuerpo natural que tiene la vida en potencia”, “acto primero de un cuerpo natural que tiene la vida en potencia”, “acto de un cuerpo natural orgánico”, “aquello por lo cual vivimos, sentimos y pensamos”

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