La idea del filósofo-rey
platónico, “que gobierne el que más sabe, y como el que más sabe es el
filósofo, que sea él el que gobierne la polis”
No se dio cuenta de que el
saber filosófico no incluye, necesariamente, la pericia práctica que se
requiere para gobernar el país.
¿Se daría cuenta cuando, al
intentar ponerlo en práctica, en Siracusa, bajo Dion, acabó siendo vendido como
esclavo en un mercado teniendo que ser rescatado por un antiguo alumno, que se
negaría a recibir lo que costó el rescate y con lo que fundó/pudo fundar,
levantar la Academia ?
De ahí que el diálogo Las
Leyes sea más realista, menos utópico, que la primera gran utopía social, La República , la del
filósofo-rey.
La supremacía reflexiva de la Filosofía es, a la vez,
o por eso, la inmediata incompetencia práctica respecto de los manejos de los
asuntos sobre los que se dirige la reflexión.
Tampoco Marx parece que no
comprendió que contemplar la realidad no ayudaba a la transformación del mundo,
incluso podía suponer un obstáculo.
“Hasta el día de hoy la Filosofía ha sido….y no
se trata de comprender la realidad, sino de transformarla”
Se decepcionaría al
comprobar, en persona, que no valía para eso.
¿Qué tipo de poder es la Filosofía o, de otra
manera, cuál es el poder de la filosofía sobre el poder?
La tarea propia de la Filosofía –mitad
privilegio, mitad incompetencia- consiste en aclarar, orientar, problematizar e
impugnar los fenómenos de la vida cultural, social y política.
Orienta para que los hombres
vayan, ella es guía, pero ella no va.
Parafraseando y dándole la
vuelta a la famosa “tesis 11: “Los filósofos no han hecho más que interpretar
de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo” nos
quedaría así: “Los filósofos se han dedicado a transformar la realidad y de lo
que se trata ahora es de saber de qué va”
La función orientadora de la
filosofía significa enseñar, indicar el camino pero no despejar las
incertidumbres ni ahorrar el esfuerzo de caminar.
La filosofía no soluciona los
problemas, sólo puede definir mejor los términos para orientarse mejor y no
perderse en el laberinto de las palabras sobre la política, el derecho, la
técnica…
El filósofo es el guardián de
la interdisciplinariedad.
En el argot cinematográfico
el filósofo nunca será el protagonista de la película, sólo su doble en las
escenas peligrosas.
Allí donde las ciencias se
ven obligadas a guardar silencio, cuando surge el desconcierto y la dificultad,
la filosofía asume el riesgo de dar alguna razón más.
La beneficiosa incomodidad de
la Filosofía
se debe a su afán incorregible de problematizar, de no dar por válidos los
estados de hecho, las costumbres y las leyes establecidas, el consenso
dominante.
Meter el desacuerdo en el
acuerdo general siempre es beneficioso, espolea a los que ya habían acordado.
Una sociedad en la que no
hubiera sitio para la filosofía sería una sociedad en la que quedaría muda la
protesta ante los estados de hecho insoportables o que vería degenerar los
confrontamientos ideológicos en rivalidades irracionales.
El poder de la filosofía es
el “poder de impugnar”.
Pocas veces está en disposición
de lo que debe hacerse; casi nunca de explicar cómo debe hacerse, pero siempre
puede impugnar lo que no debe ser hecho en modo alguno: “de “poder” a “deber”
no vale la conclusión” (“ab posse, ad debere, non valet illatio”)
Si en su origen moderno
surgió en el ámbito de las Ciencias Positivas, después lo fue en el ámbito de
las Ciencias Humanas y Sociales.
Si entonces fue estimulada
por el determinismo físico luego lo sería por el determinismo social, cultural,
psicológico, político,…
Es verdad que se puede vivir
sin comprender ni justificar lo que se hace, vivir la vida si preocupaciones,
inseguridades, dudas,…pero no sería una vida plena.
Decía Goethe que hay tres
cosas que dominan el mundo: el saber, la belleza y el poder.
La sabiduría es la más
poderosa porque no domina ni seduce y, además, contiene en sí misma la verdad
de la belleza y del poder, y los puede comprender.
Por el contrario ni el poder
comprende al saber ni a la belleza, ni la belleza puede hacerse cargo del
saber.
Hasta el positivista Comte al
declarar la apoteosis de las ciencias positivas y el certificado de defunción
de la Filosofía
se vería obligado a justificar esta superación contando una “historia”: la de
los tres estadios de la humanidad.
Incluso Voltaire, al despreciar
la metafísica, tenía su propia metafísica.
No podemos ahorrar al
entendimiento las preguntas, porque éstas están implicadas en la naturaleza de
la razón, que no se las puede quitar de encima.
“Todos han de pensar algo de
su alma” (Kant) y aquello que pensamos de nuestra alma es la mejor definición
de la Filosofía.
EL HOMBRE Y LA ENERGÍA.
La humanidad es afortunada al
tener la variedad de recursos de energía a su disposición.
A muy largo plaza
necesitaremos energía absolutamente limpia de polución: tendremos LUZ SOLAR.
A largo plazo necesitaremos
energía que sea inextinguible y moderadamente limpia: tendremos DEUTERIO.
A corto plazo necesitaremos
energía que sea fácilmente utilizable y abundante: tendremos URANIO.
Ahora mismo necesitamos
energía barata y conveniente (aunque un poco sucia): tendremos CARBÓN Y
PETRÓLEO.
La naturaleza ha sido más
benigna con nosotros de lo que nosotros tendríamos derecho a esperar
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