miércoles, 12 de septiembre de 2018

NIETZSCHE 13: NIETZSCHE EN PÍO BAROJA (3)


PÍO BAROJA es, entre los novelistas, el más influido por Nietzsche.

En “Camino de perfección” el protagonista, Fernando Ossorio, manifiesta la lucha entre una afirmación pagana de la vida y de la voluntad y una educación cristiana enaltecedora de la contemplación, del sacrificio y del ascetismo.

El protagonista piensa cómo educar a su hijo, recién nacido, y no quiere torturarlo con estudios inútiles, con ideas tristes; que no querría torturarlo con símbolos misteriosos de religión alguna” pero, “mientras Fernando pensaba estas cosas, la madre de Dolores cosía, en la faja que habría de poner al niño, una hoja doblada del Evangelio”.

En “El mayorazgo de Labraz” Nietzsche aparece encarnado en la figura de Don Ramiro –todo acción y voluntad de vivir –frente al pesimista y contemplativo Don Juan.

En artículos posteriores manifiesta su desprecio al cristianismo, a la burguesía socialista, al credo democrático, a la gregaria bajeza de las masas, mientras abundan los elogios al individualismo, a la tendencia anarquista del hombre fuerte, a la invitación a la inmoralidad.

La inmoralidad, inmoralizar, es un trabajo beneficioso en sociedades rancias y arcaicas, como la española.

Para redimir a España hace falta cercenar el fanatismo religioso y el liberalismo democrático, a la vez que exagerando la tendencia individualista y acometiendo una política experimental que, en España, se reduciría a un mínimo de ley y a un máximo de autoridad.

En España reina la farsa electoral y el catolicismo fanático y oscurantista.

La influencia nietzscheana es manifiesta, apostando por la acción: “en el fondo no hay más que un remedio, y un remedio individual: la acción. La acción es todo, la vida, el placer.

Convertir la vida estática en vida dinámica; éste es el problema.

La lucha siempre, hasta el último momento”

Todos los personajes de sus novelas (Silvestre Paradox, Martín Zalacaín, César Moncada,…) son personajes de acción, no de contemplación.

En “César o nada” el protagonista, César Moncada, es la encarnación de la voluntad nietzscheana, haciendo al protagonista tataranieto de César Borgia, expresión del anticristo nietzscheano.

“La obra de España, alejada de la Iglesia, debe ser organizar el individualismo extrarreligioso”

Somos individualistas; por eso, más que una organización democrática, federalista, necesitamos una férrea disciplina, de militares.

La democracia, la república, el socialismo,…no tienen raíz en nuestra tierra y eso deberíamos propagarlo en los países afines.

Los hombres aislados, como nosotros, no se reúnen más que por la disciplina.

Ni rey, ni presidente, ni gran sacerdote, ni gran mago.

El Loyola del individualismo extrarreligioso es lo que necesita España.

España no es ni Francia ni Italia.

Nos encontramos separados del resto de Europa por los Pirineos y unidos a África por el mar y por el clima.

Nuestro plan debía ser construir un gran imperio euroafricano, imponer nuestras ideas en la Península y luego irradiarlas por todas partes.

“Los españoles hemos sido grandes en otra época, amamantados por la guerra, por los peligros y por la acción; hoy no lo somos.
Mientras no tengamos más ideal que el de una pobre tranquilidad burguesa, seremos insignificantes y mezquinos.

Hay que atraer la guerra, el peligro, la acción, y llevarlos a la cultura y a la vida moderna”

Se ha escrito mucho sobre el fascismo de Baroja.

Escribe frases inequívocas: “la guerra es un tónico para los nervios debilitados de las razas sedentarias”, “yo odio al militar de oficio y amo la guerra”, “la moralidad no es más que la máscara con que se disfraza la debilidad de los instintos. Hombres y pueblos son inmorales cuando son fuertes”,

Y, aún más: “vivamos –dice Paradox –hechos unos bárbaros. Vivamos la vida libre, sin trabas, sin escuelas, sin leyes, sin maestros, sin pedagogos, sin farsantes”

¿Alguien da más?


No hay comentarios:

Publicar un comentario