La cultura nos presiona
continuamente para que difiramos nuestro deseo, sin el cual no podemos obtener
la felicidad, y, un tercer elemento, el espejismo de creer que nos hará feliz
trasgredir el umbral del discurso que ha definido nuestra sociedad y levantar
alguna que otra prohibición.
“Para saber quién eres, busca
en el interior de tu sexo. El sexo ha sido siempre el núcleo donde se anuda a
la vez que el devenir de nuestra especie, nuestra “verdad de sujetos humanos”.
El poder civil y el poder
religioso tienen que ser amigos, compañeros, amantes,…porque ambos controlan,
aunque por métodos y con estrategias distintas, nuestras vidas.
El delito si…. con su castigo
temporal y el pecado si….con su castigo eterno.
Es lo que hace la
“confesión”: “conócete a ti mismo”, pero ¿para qué?
Para gozar de la existencia
hay que huir de la Iglesia
y su moral, y la consigna sería: “desconócete a ti mismo”
Hay que escapar no sólo de la Teología , también de la Psicología : “Hay que
matar la Psicología
y crear con uno mismo y con los otros, individualidades, seres, relaciones,
cualidades que no tengan nombre”
¿Cómo la relación que
Foucault mantuvo con Daniel Defert, cuando era profesor en Clermont y que duró
25 años, hasta su muerte?
“Vivo en un estado de pasión
para con algunos. Tal vez en un momento dado esa pasión se convirtió en
amor…creo que no haya nada en el mundo, nada, sea lo que sea, que pudiera
detenerme si se trata de ir a su encuentro, de hablar con él”
Y durante sus continuas
visitas a EEUU gozó de una libertad que en Europa era impensable.
Los barrios homosexuales de
Nueva York o de San Francisco, con sus bares, sus saunas, sus periódicos, sus
fiestas,…eran el complemento de su actividad académica.
Allí vivió su sexualidad a
tope, en plenitud.
“El sexo no es una fatalidad,
es una posibilidad de vida creativa. No basta con afirmarnos gay, hay que crear
un modo de vida gay”.
Fue allí donde se interesó,
también por el masoquismo como una fuente de placer y de revelación sobre las
relaciones de poder.
Fue, también, allí donde
llego al LSD, a la sexualidad grupal y al sadomasoquismo (que era la moda en
San Francisco, epicentro mundial de la cultura gay)
¡Este tipo de vida me parece
extraordinario, increíble¡. En Francia no existen sitios así”
Allí era moda, costumbre, de
alquilar habitaciones para orgías y sexualidad grupal.
“¿Sabe Ud. para qué se
escribe?, para que lo quieran a uno” – contesta en una entrevista.
¿Fue realmente muy querido?
Su “Historia de la sexualidad”,
su primer tomo, “La voluntad de saber” ha sido uno de los libros más vendidos
en Francia.
Murió de SIDA.
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