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Primero, pues, se disimula y
después se margina el papel que tuvo la mujer en el movimiento de Jesús, así se
va patriarcalizando el cristianismo y van surgiendo las tensiones en la iglesia
primitiva.
¿Por qué se dio el fenómeno
de dicha patriarcalización?
Y así, entramos en el
pensamiento de San Pablo.
Todos los textos del Nuevo
Testamento (quizá menos la 1ª de Pedro) que propugnan la subordinación de la
mujer dicen basarse/se basan en la autoridad de San Pablo.
Comencemos, pues, por orden.
1.- EL MOVIMIENTO MISIONERO
CRISTIANO en Asia Menor, que es anterior a Pablo y en el que él también
participa.
Mientras el Movimiento
Palestino de Jesús era de renovación intrajudía, este movimiento cristiano no
tiene fronteras étnicas. Es un movimiento social muy entusiasta, que rompe las
antiguas formas de vida, y que conocemos a través de San Pablo.
“Cuantos habéis sido
bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo. NO EXISTE JUDÍO NI GRIEGO,
NO EXISTE SIERVO NI LIBRE, NO EXISTE VARÓN Y HEMBRA, PUES TODOS VOSOTROS SOIS
UNO EN CRISTO JESÚS” (Gálatas 3, 27-28)
El texto es clarísimo, NO
DISCRIMINACIÓN, NI ÉTNICA, NI POLÍTICA, NI SEXUAL
Lo cual chocaba con una
corriente general del helenismo, que se resume en una frase atribuida a Platón
(según otros a Tales de Mileto):
“Os doy, gracias, dioses,
porque he nacido hombre y no bestia, varón y no mujer, griego y no bárbaro”,
incluso en el judaísmo, es muy parecida la fórmula:”las tres bendiciones
diarias que deben decirse: Bendito seas porque no me hiciste GENTIL; bendito seas porque no me
hiciste MUJER; bendito seas porque no me hiciste ESCLAVO”.
¡Qué ruptura con todo esto de
este primer Movimiento Cristiano¡
Todos iguales, todos
hermanos.
Las mujeres, sobre todo
(también los esclavos) encontraban en estos movimientos posibilidades de
participación y protagonismo, cosa que se les negaba en la sociedad en general.
Generalmente son mujeres con dinero,
pero a las que se les niega la entrada en la sociedad, pero que sí encuentran
posibilidades en todos estos nuevos movimientos.
Por lo que nos cuenta Pablo,
las mujeres participan muy activamente, al mismo nivel que los varones,
ejerciendo funciones misioneras y de enseñanza, siendo unas líderes.
Estas posibilidades de actuar
era un atractivo para la mujer en el Cristianismo primitivo.
Estando Pablo predicando “se
incorporaron una gran muchedumbre de prosélitos griegos y no pocas mujeres
principales……”, y en otra ciudad “además mujeres griegas de distinción y no
pocos hombres” (Hech. 17,4-12).
Cuenta Pablo que varias
mujeres fundaron y sostuvieron iglesias
domésticas.
“Saludos a Apia y a la
iglesia de su casa” (Filem, 1,2).
Saludos a Ninfas y a la
iglesia de su casa” (Colosenses. 4,15)...
A Priscila o Prisca y a su
marido Aquila, (se les nombra 7 veces y en 4 ocasiones se nombra en primer
lugar a la mujer), que aparecen en Corinto, en Éfeso y en Roma) que son jefes
de una iglesia en Éfeso (I Corintios, 16,19), que “por salvar mi vida
expusieron su cabeza, a quienes estoy muy agradecido…
Saludad también a la Iglesia de su casa” (Romanos
16, 3-5).
Lidia, que lo escucha
atentamente y, luego, se bautiza, y le dijo “entra en mi casa y quedaos en ella”
(Hech 16,15).
Dos mujeres, que debían de
ser muy importantes, Evodia y Síntique, porque le preocupa mucho a Pablo las
repercusiones que puedan tener en la comunidad de Filipos la rivalidad que ha
surgido entre ellas…
“Te ruego que las ayudes
porque han luchado mucho por el Evangelio, conmigo…. (Filip. 4, 2-3).
De la Iglesia de Roma Pablo
saluda a 4 mujeres: María, Trifena, Trifosa y Preside “que han trabajado mucho
en el Señor “(Romanos 16, 6-12).
“Saludad a la madre de Rufo
(Romanos. 16, 13).
Saludad a Julia y a Filólogo
(posiblemente su marido), (Romanos 16,15).
Saludad a Andrónico y a
Junia, mis parientes y compañeros de cautiverio, que son muy estimados entre
los Apóstoles y que “Fueron cristianos y misioneros antes que yo” (Romanos 16,7).
Saludad a Nereo y a su
hermana (quizá su esposa) que fueron misioneros.
Muchas mujeres, a las que hay
que añadir “los hermanos del Señor y Cefas acompañados de sus respectivas
mujeres” (I Corintios. 9, 5).
“Os recomiendo a nuestra
hermana Febe, diaconisa de la
Iglesia de Cencres…(Rom 16, 1-2).
Una aclaración: en la Iglesia POSTERIOR ,
el diaconado será una función subordinada o secundaria, consistente en atender
a los pobres, a los enfermos, ayudar a vestir y desvestir a las mujeres en su
bautismo…..Pero en tiempo se San Pablo el diácono era el responsable de toda la
iglesia e implicaba el oficio de misionar y de enseñar.
Resumiendo:
En el Movimiento Cristiano
Misionero primitivo encontramos muchas mujeres y muy activas.
A veces colaboran en pie de
igualdad con Pablo, enseñando como misioneras itinerantes; se las designa
apóstol, diaconisa, protectora o dirigente.
En Marcos 7, 24-30 es la
mujer cananea la que se acerca a El, …”porque su hijita tenía un espíritu
impuro…” y así Jesús entra en contacto con los no judíos.
Igualmente el encuentro con
la samaritana (Jua, 4, 1-42).
Es ésta una conversación
preciosa, Jesús está auténticamente ligándosela, para escándalo de los
apóstoles, ya que es una no judía.
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