¿Que quién es LILITH?
La primera esposa de Adán, la
primera Eva, la que abandonó a Adán y abandonó el Paraíso, la reina de la
noche, la madre de los demonios, la lasciva, la que causa los sueños eróticos
en los varones cuando están dormidos, para robarle su semen, tras eyacular en
el sueño erótico.
Adán veía cómo los animales
se emparejaban, macho y hembra, y copulaban y cómo copulaban, y tenían
descendencia.
Adán veía cómo el toro
montaba a la vaca y la inseminaba, y el león a la leona, y el perro a la perra
y el gato a la gata y así a todos los animales.
El macho, activo, dominando a
la hembra, pasiva.
Adán también le habría
obligado a Eva a adoptar la misma postura que las hembras animales, a lo que
Eva se negaría aduciendo: “fuimos creados iguales y entonces debemos hacerlo en
posiciones iguales”.
Adán insistiría e insistiría
(violencia de género) y Lilith, que no se ajustaba como compañía a Adán, que
quería estar arriba, encima, se enfadaría y gritaría: “¡Por Yahvé, Adán!” y, de
forma mágica, al decir la palabra “Yahvé”, le salieron alas y voló por los
aires, lejos del paraíso y lejos de Adán.
Abandonó el hogar y a su
pareja.
Se fue a habitar a una cueva
del Mar Rojo.
Allí se encontraban los
demonios.
Miles de demonios son sus
amantes.
Ella es la reina de la noche,
la madre de los demonios, la esposa de Asmodeus, que es el rey de los demonios.
El abandonado Adán recurriría
a Dios, “la mujer que me diste por compañera, no ha querido someterse a mis
exigencias y me ha abandonado. Por favor, Yahvé, haz que vuelva”.
Y Yahvé envió a tres ángeles,
Senoy, Sansenoy y Semangelof para
entrevistarse con ella, convencerla y hacerla volver al lado de Adán.
¡Nanay de La China !.
“Pues si no vuelves, que
sepas, Lilith, que mataremos 100 demonios (hijos tuyos) cada día”.
“Pues, -dijo Lilith- eso es
malo, pero peor sería volver al Edén y a la sumisión a Adán”. “además, prometo
atacar, hacerme cargo de los niños hasta el 8º día de vida.
(¿Recuerdan Uds. cuándo se
circuncidaban a los niños?) y a las niñas hasta los 20 días”.
De ahí que desde el momento
de nacer le pusieran a los recién nacidos un amuleto, una especie de medalla o
de escapulario con la efigie de tres ángeles.
“Además, atacaré a los
varones, en sus sueños, robándoles su semen y poder, así, hacer nacer más
demonios, que repongan a los 100 diarios desaparecidos”
Freudianamente hablando Adán
sería el Consciente, la civilización, la racionalidad; Lilith el Inconsciente,
el instinto, el sexo, el vicio, el puro placer, lo inaceptable; Eva, en cambio,
sería la parte aceptable del inconsciente, la sumisa, la obediente.
Las tensas relaciones entre
Adán y Lilith serían un conflicto en la relación de poder, entre
dominador-dominado y quien esté debajo será el dominado, el sumiso, el vencido.
Yahvé, entonces, acudiendo
ante el abandonado y entristecido Adán, le hará otra segunda compañera, pero
esta vez ya sí, sumisa, parte suya, de SU costilla (¿cómo se va a rebelar la
parte contra el todo, un trozo de costilla contra todo el cuerpo?).
Otras leyendas dicen que si
Caín salió tan malo fue porque no era hijo de Adán, sino que viendo el demonio
hacer el amor a Adán y a Eva, después del orgasmo, Adán se quedaría dormido, y
entonces, aprovechando el momento, el demonio (Samael) se metió en la cama, Eva
se entregó a él y engendraron a Caín.
De eso, ni una palabra a
Adán.
Pero como el niño nacería con
un rostro tan angelical Eva supo, al momento, que Adán no era el padre y
exclamó:”he concebido un varón con el favor de Yahvé”.
La primera Eva, Lilith,
siempre será la mujer seductora, tentadora, peligrosa, transgresora, opositora,
rebelde, pero apasionada, “un bello animal”, fascinante, atractiva, sumamente
bella, siempre va desnuda, con un larga cabellera, de color rojo intenso, que
medio tapa medio insinúa su silueta.
Lilith, al negarse a la
postura sexual animal, normal y generalizada, no hace otra cosa que reclamar lo
que Yahvé-Dios le había dado, el mismo estatuto ontológico que a Adán, la misma
categoría.
La postura sexual es la
representación del patriarcalismo. Aceptarla sería aceptar el orden patriarcal.
La inferioridad de la mujer. De ahí que, muchas veces, se abogue por Lilith
como el comienzo del feminismo. Al revés que la Eva de la costilla, “hueso de MIS huesos, y carne
de MI carne”, por lo tanto queda instaurada la sumisión natural y querida por
Dios, el patriarcalismo con la bendición de Dios, su aprobación desde el orden
divino.
Hay autores que afirman que
la 1ª Eva no fue creada como Adán, del puro polvo o tierra, sino de inmundicia
y sedimento.
La cosa es buscar un pretexto
para proclamar su inferioridad.
En la mitología judía hay
autores que afirman que el primer hombre no fue Adán sino el andrógino o
hermafrodita, un ser perfecto. Y que, igual que Dios separó las aguas de la
tierra, igualmente separó al varón de la mujer, del todo que era en un
principio.
Lo que en el cristianismo se
llama Satán o Satanás, los judíos lo llaman Samael o Lucifer: el que lleva luz,
el que es luminoso, el que sabe, el inteligente.
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