Leo en un blog un chiste muy
malo, un chiste machista, del que pido perdón por anticipado.
“Un hombre, que va montado en
su coche y que atropella a una mujer en un paso de peatones, con el semáforo en
rojo para el conductor y verde para el
peatón.
¿Quién es el culpable del
atropello?, Cuatro posibles respuestas, como los tests del teórico del carnet
de conducir, ¿la
Dirección General de Tráfico, El Concejal encargado de la
circulación, el coche o el conductor?
Pues no. El culpable es LA MUJER , por no estar en la
cocina, que es donde debería haber estado”.
Pedí perdón por anticipado y
lo pido por retrasado. Pero me viene al pelo para lo que quiero decir. La Historia de la mujer es
la historia de un ser encerrado”.
“La mujer en casa y con la
pata quebrada”.
“La mujer y la sartén en la
cocina están bien”
O “que no salga la mujer a la
calle sin permiso del varón” como nos dijo el cura el día que nos casamos, al
leer un texto de la Biblia.
Supongo que a ninguno de Uds.,
le ha extrañado esto que he dicho.
La mujer siempre ha estado
encerrada: En el CONVENTO, en la CASA ,
en la CÁRCEL ,
en la FAJA o en
el CORSÉ, o en el CINTURÓN DE CASTIDAD.
La mujer ya sea virgen
(monja), esposa-madre, bruja, o presumida o sin su señor cerca. Siempre
encerrada, siempre presa.
La mujer, en términos de
NATURALEZA, está hecha para parir, para procrear. No es una persona (como el
varón) que, además, puede procrear. NO. La mujer es un ser hecho para traer
niños a este mundo. Niños que no serán suyos, sino del varón semental ( semen-tal,
porque él es el que esparce el semen y
el semen es la ÚNICA causa engendradora del niño. Hasta el XIX no se sabrá que
también la mujer pone el óvulo en toda esta operación) El niño es totalmente del
señor que la ha acogido en su casa.
Pero es que la mujer, en
términos de CULTURA, no es más que el objeto de una transacción económica entre
su padre y su futuro señor.
“Te doy X si te la
llevas”. No. “Me la llevo, te la quito de encima, si me
das Y”
Es la DOTE. Llevarse a mi
hija lleva incluido este premio, esta Dote. No, yo me la llevo y te quito el
peso de encima si la Dote
es eso + eso + eso…..
La fórmula es: “te doy a mi
hija en prenda para que engendres hijos legítimos y con ella va esta dote de
tanto y tanto”.
Tanteamos, negociamos, Yo
bajo, tú subes,…. Y al final cerramos el trato, para que tú, padre, quedes
feliz quitándotela de encima, porque es, más que un estorbo, una carga pesada.
Pero él, el marido, el nuevo
dueño, no da nada a cambio. No es poco que se la quite de encima al padre.
Debería estarle agradecido.
El padre tiene que entregar a
su hija porque él, también, antes, había recibido la hija de otro, con su dote
correspondiente.
La compensación del padre era
poder tener nietos, por lo de la herencia…
Oiga, ¿y la muchacha? La
muchacha no cuenta para nada. Son el suegro y el yerno los que Intervienen. ¿Y
quién es él?. Seguramente ella ni lo sabe. Ya se lo comunicará el padre.
Oiga, ¿y el amor? ¿El amor?
¿Qué amor?. ¿Qué es eso del amor?. El amor es una cosa de anteayer. Como lo es
la libertad para elegir o para decir sí o no. Esto son cosas de anteayer.
¿Conocía la Virgen María a San
José y se casaron por amor?
La mujer, de golpe, sin
comerlo ni beberlo, pasa del dominio del padre al dominio del marido, sin
solución de continuidad.
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