sábado, 8 de abril de 2017

HISTORIA DE LAS MUJERES (2)


Leo en un blog un chiste muy malo, un chiste machista, del que pido perdón por anticipado.
“Un hombre, que va montado en su coche y que atropella a una mujer en un paso de peatones, con el semáforo en rojo para el conductor y  verde para el peatón.
¿Quién es el culpable del atropello?, Cuatro posibles respuestas, como los tests del teórico del carnet de conducir, ¿la Dirección General de Tráfico, El Concejal encargado de la circulación, el coche o el conductor?
Pues no. El culpable es LA MUJER, por no estar en la cocina, que es donde debería haber  estado”.

Pedí perdón por anticipado y lo pido por retrasado. Pero me viene al pelo para lo que quiero decir. La Historia de la mujer es la historia de un ser encerrado”.

“La mujer en casa y con la pata quebrada”.
“La mujer y la sartén en la cocina están bien”
O “que no salga la mujer a la calle sin permiso del varón” como nos dijo el cura el día que nos casamos, al leer un texto de la Biblia.

Supongo que a ninguno de Uds., le ha extrañado esto que he dicho.

La mujer siempre ha estado encerrada: En el CONVENTO, en la CASA, en la CÁRCEL, en la FAJA o en el CORSÉ, o en el CINTURÓN DE CASTIDAD.

La mujer ya sea virgen (monja), esposa-madre, bruja, o presumida o sin su señor cerca. Siempre encerrada, siempre presa.

La mujer, en términos de NATURALEZA, está hecha para parir, para procrear. No es una persona (como el varón) que, además, puede procrear. NO. La mujer es un ser hecho para traer niños a este mundo. Niños que no serán suyos, sino del varón semental ( semen-tal, porque  él es el que esparce el semen y el semen es la ÚNICA causa engendradora del niño. Hasta el XIX no se sabrá que también la mujer pone el óvulo en toda esta operación) El niño es totalmente del señor que la ha acogido en su casa.

Pero es que la mujer, en términos de CULTURA, no es más que el objeto de una transacción económica entre su padre y su futuro señor.

“Te doy X si te la llevas”.  No.  “Me la llevo, te la quito de encima, si me das Y”
Es la DOTE. Llevarse a mi hija lleva incluido este premio, esta Dote. No, yo me la llevo y te quito el peso de encima si la Dote es eso + eso + eso…..

La fórmula es: “te doy a mi hija en prenda para que engendres hijos legítimos y con ella va esta dote de tanto y tanto”.
Tanteamos, negociamos, Yo bajo, tú subes,…. Y al final cerramos el trato, para que tú, padre, quedes feliz quitándotela de encima, porque es, más que un estorbo, una carga pesada.

Pero él, el marido, el nuevo dueño, no da nada a cambio. No es poco que se la quite de encima al padre. Debería estarle agradecido.

El padre tiene que entregar a su hija porque él, también, antes, había recibido la hija de otro, con su dote correspondiente.

La compensación del padre era poder tener nietos, por lo de la herencia…

Oiga, ¿y la muchacha? La muchacha no cuenta para nada. Son el suegro y el yerno los que Intervienen. ¿Y quién es él?. Seguramente ella ni lo sabe. Ya se lo comunicará el padre.

Oiga, ¿y el amor? ¿El amor? ¿Qué amor?. ¿Qué es eso del amor?. El amor es una cosa de anteayer. Como lo es la libertad para elegir o para decir sí o no. Esto son cosas de anteayer.

¿Conocía la Virgen María a San José y se casaron por amor?

La mujer, de golpe, sin comerlo ni beberlo, pasa del dominio del padre al dominio del marido, sin solución de continuidad.


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