Es verdad que si seguimos
como hasta ahora, ordeñando la tierra y abusando del consumo de las fuentes de
energía que ahora utilizamos, como éstas tienen unos límites físicos y, a este
ritmo, algún día se terminarán, entonces….Además de que, por nuestro bien,
debemos apostar por una economía ecológica, porque nos cargamos el planeta y en
él estamos y vamos todos.
Y todos sabemos que estamos
refiriéndonos a la capa de ozono, al aire, a los rayos ultravioletas, a los
cánceres de piel, …
Sabemos, y lo notamos, que el
aire que se respira en el centro de una gran ciudad no es el mismo que se
respira en lo alto de la montaña o por un paseo marítimo.
Y si la Economía es la “ciencia
de la escasez” ¿qué estamos haciendo y que deberíamos hacer?.
¿Puede seguirse manteniendo
la “utilidad” (de unos pocos) como el primero y principal criterio de la
economía?.
No estamos, ya, en el siglo
XVIII y las sociedades humanas han cambiado mucho y si la economía es (y lo es)
una ciencia social, no debe regirse por los mismos patrones por los que se
rigió.
De los hechos (“siempre HA
SIDO así”) no puede ni debe concluirse que DEBE SEGUIR SIENDO ASÍ, porque las
sociedades han cambiado.
Con ideas e instituciones de
hace 200 años no pueden afrontarse los nuevos problemas de las sociedades
actuales, porque las leyes económicas “no son leyes naturales”, sino humanas y
promulgadas por los hombres y no debe ser el bien individual el destinatario de
las plusvalías, sino la sociedad entera.
Los cuerpos materiales siguen
siendo los mismos que antes pero la
Física , como ciencia que tiene como objeto el estudio de los
cuerpos materiales, ha cambiado, y mucho, sus modelos teóricos.
A nadie se le ocurre, hoy,
ser un newtoniano acérrimo.
¿Y las demás ciencias: la Química , la Astronomía , la Geología ,…?
Los conocimientos científicos
son temporales, nacen nuevos pero en sus mismas entrañas traen la fecha de
caducidad, aunque no se vea bien y aparezca un tanto borrada.
¿Por qué no la Economía ?
Lo triste es que la “nueva
economía” es la “vieja economía” pero con Internet, lo que potencia el lucro
individual sin apenas repercutir en la sociedad.
“He podido compaginar la economía con la
escritura porque me considero un economista tercermundista, que estima la
actividad económica como un hecho social y no únicamente técnico.
A mí lo que me importa son los
comportamientos humanos. Siempre he entendido la economía como una ciencia
social. No sé nada de técnicas financieras…”
Ante de que se le preguntara
confesaba que, a pesar de haber estado varios años trabajando en un banco, no
sabía hacer una gestión bancaria, que su misión era “redactar los informes
anuales” y para eso no hacía falta saber técnicas económicas.
Y cuenta cómo, además, seguía
de profesor de Economía, cita los varios libros de economía, además de
artículos y trabajos de menor envergadura, que, entonces, había publicado,
además de dos novelas y obras de teatro, aunque el reconocimiento literaio no
le llegarían hasta mucho más tarde.
“…Reducir el tiempo a dinero…es un
reduccionismo economicista absolutamente aberrante; es confundir una economía
de mercado con una sociedad de mercado.
Vivimos en una sociedad que da “valor” a
lo que tiene “precio”, que es la expresión poética de la diferencia entre
economía y sociedad de mercado”
Y me viene a la memoria
Machado: “Todo necio (o sólo el necio) confunde valor y precio” (Proverbios y
Cantares)
Y Sampedro clama contra el
otro dicho “el tiempo es oro”. NO. “El tiempo no es oro. El oro no vale nada.
El tiempo es vida”.
“La Economía está enferma de envidia de la Física. La Economía del siglo
XIX envidia la gran creación newtoniana, envidia la organización planetaria de
Laplace.
El universo de Newton es concebido como
un reloj, absolutamente predecible…La economía envidia a la Física y de ahí empieza su
aficción por las aplicaciones matemáticas, en el primer tercio del siglo XIX”
¿Pero cómo pueden
matematizarse los fenómenos humanos?
Como he indicado
anteriormente, la Economía
parte de un supuesto: “si todo sigue igual…” Pero es que no tiene que seguir
siendo igual, es que no hay leyes económicas naturales como naturales son las
leyes de la Física
o de la Química.
¿Cómo pueden cuantificarse
las variables humanas, en sí incuantificables?. ¿Cómo puede cuantificarse la
fuerza de una huelga de obreros, que incide en el economía, o la huelga de los
consumidores sobre un determinado producto de una país?
Si sólo se tienen en cuenta
variables cuantificables el modelo que de ello sale debe ser precioso, pero ni
la sociedad tiene que adaptarse a él ni él será capaz de fotografiar la
saciedad posterior.
“En economía, los que piensan como yo,
los disidentes de la corriente económica actual, si queremos exponer una teoría
tropezamos con los conceptos que ha elaborado la teoría anterior: la
productividad, el consumo, la rentabilidad, y con eso no podemos hacer nada.
Hay que saltar por encima de eso y
aprovechar otro campo. Yo, por ejemplo, me he centrado en el desarrollo
económico, que tiene tantos aspectos sociales, para atacar el aspecto
exclusivamente económico”
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