EL
MIEDO.
La estrategia del miedo, la más mezquina de las
estrategias en el arte de gobernar.
Pero también en la moral religiosa durante siglos.
«El miedo hace que no se reaccione, el miedo hace que
no se siga adelante». Con estas palabras nos inspiraba y abofeteaba José Luis
Sampedro en una intensa entrevista en el “Salvados” de Jordi Évole.
Ya hace más de cuatro años de esa intervención —y más
de tres que el gran Sampedro se fue—, pero sus palabras siguen, ahora, más
vigentes que nunca.
En los dos primeros minutos de este vídeo (que
encarecidamente os recomiendo que lo veais), José Luis Sampedro reflexiona —y
nos hace reflexionar— sobre uno de los sentimientos más primarios del ser
humano: el miedo.
El 2016 está llegando a su fin y muchos aprovechamos
estas fechas para pensar y evaluar lo que ha pasado.
Sin duda, el
miedo ha estado más presente que nunca en este año que se va.
El miedo a los otros, a lo diferente,
a los resultados electorales, al terrorismo, a la ascensión de la extrema
derecha, a la separación, a los refugiados, a morir
ahogado en el mar, a la guerra, a tomar las calles de nuevo, al desempleo, a la
precariedad… (un largo etcétera)
Toda reacción política y mediática de este 2016 ha estado movida, en
mayor o menor medida, a este sentimiento que nos paraliza e imposibilita que
veamos con claridad.
En una entrevista a El País en 2011, José Luís Sampedro
definía este pánico que envuelve el mundo como «la inseguridad» y continuaba
con un pensamiento muy interesante:
«Y, en cambio, la civilización o la cultura es la
seguridad. La seguridad de que todo es inseguro. Porque todo depende de todo y
no podemos controlarlo.
Y, por otra parte, la seguridad de que la muerte
también es segura.
Pero la muerte no es lo contrario de la vida: la
muerte es la compañera de la vida.
El día que nacemos empezamos a morir y hay que saber
disfrutarlo, saber vivirlo, porque hay mucho que hacer».
El miedo, muchas veces, impide que vivamos plena y
libremente y, ya de paso, nos somete a ciertos mandatos —en muchas ocasiones
políticos y económicos— que acatamos casi sin cuestionarlos.
La seguridad y la
inseguridad van de la mano. Al igual que este año ha ido de la mano con el
miedo.
¿Estamos renunciando a
nuestra libertad —en todos los aspectos— por culpa de este?
Muchos dirán que no,
que somos miembros libres de Occidente, pero, como decía en Salvados Sampedro,
«es más libre un librepensador dentro del calabozo que el guardia que
lo custodia»
Maquiavelos
de hoy.
“Gobernar a base de miedo es muy eficaz.
Si usted amenaza a la gente diciéndoles
que les va a degollar, y luego no les degüella, entonces les
puedes azotar y explotar.
Y la gente dice “bueno, no es tan grave”.
El miedo hace que no se reaccione.
El miedo hace que no se siga adelante.
El miedo es, desgraciadamente, más fuerte que el
altruismo, que la verdad, más fuerte que el amor.
Y el miedo nos lo están dando todos los días en los
periódicos y en la televisión
Y están metiéndonos el miedo en el cuerpo si nosotros
no gobernamos, porque como gobiernen los otros…
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