lunes, 20 de febrero de 2017

ACOMPAÑANDO A J.L. SAMPEDRO (42-2) LAS CIUDADES


La perspectiva y la vida.

¿Cómo va a ser igual mi visión estética de un paisaje que la visión que de él tiene un constructor de bloques de viviendas?.
El burgués es el burgués y los que no lo somos, no lo somos.

Pero… “El burgués de hoy se ha desprestigiado y corrompido tanto que ya sólo usamos el término (“burgués”) con contenido peyorativo, pero no olvidemos que los burgueses de otros tiempos, además de explotar al prójimo nos dejaron legados como Florencia o la Barcelona
modernista, por poner algún ejemplo”

La verdad es que hoy hay muchos burgueses que tienen sus casas llenas de cuadros de valor incalculable, pero no es por amor a la estética, sino como inversión.
Siempre midiéndolo todo con el “patrón dinero”

“Antes de ir a Estocolmo yo ya había leído (…) el paisaje escandinavo me fascinaba; cuando llegué allí me quedé deslumbrado. Agua, bosque, lagos…una lujuria tropical…Y luego, la libertad de vida.
Cuando llegué allí y a unos compañeros del congreso se les ocurrió ir a bañarse, yo dije: “es que no he traído bañador”. “No hace falta dijeron ellos”. Nos desnudamos y nos zambullimos en el agua. Lo peor es que el agua del Báltico estaba glacial. Salí enseguida, excusándome, pero me contestaron: “No, si ha aguantado Ud. mucho tiempo”.
En fin, que aquello era otro mundo, otro planeta para un español en el año cincuenta.
Escribí “Congreso en Estocolmo” bajo el impacto de aquellas sorpresas fascinantes”

Usa como ubicación el nombre de varias ciudades para tratar temas distintos pero que, conociendo la historia, van adosados a ella.

“Elegimos presentar escenarios reales con historias animadas, por un lado para facilitar la lectura y, por otro para ilustrar las ideas principales. Todas tienen un motivo. Por ejemplo:
TAHITÍ para evocar el interesante viaje de Bougainville para tratar el tema de mundo natural-mundo cultural.
TOMBUCTÚ nos pareció adecuado para las tribulaciones de Tierra acerca del mundo físico, la naturaleza y sus destrozos.
GINEBRA, en tanto que ciudad internacional, era apropiada para hablar de dinero, del inicio del capitalismo y la independencia.
VENECIA: ¿qué lugar mejor para evocar el placer de vivir?
Y, para finalizar, KNOSOS, por ser el origen, la cuna de la civilización helénica”

Pero también MILÁN como una ciudad-trampa, con “sus suburbios, las tapias, hangares, talleres cerrados, viviendas baratas, solares, charcos… Humo y bruma, suciedad y escombros, faroles solitarios y siniestros. Todo inhumano, sórdido y hostil. Al bajar el cristal percibe un vaho húmedo, apestando a basura y a residuos químicos…”

Y ARANJUEZ, la ciudad que significó tanto para él, porque allí vivió, mejor dicho, la vivió en su época dorada de curiosidad intelectual y ¿cómo si no, en “El río que nos lleva”, de sus gancheros y sus troncos de madera río abajo?

“Conducir la madera era un jugoso paseo por la orilla del río, a la sombra de los árboles frondosos, inclinados sobre la corriente como para ver desfilar a sus compañeros muertos. Se cruza el puente de la calle de la Reina y empiezan a mano izquierda los viveros y los jardines del Príncipe. Luego se pasa por el embarcadero de la Casita del Labrador y después ante la casa de los Marinos, donde se guardan las reales falúas en que pasearon reyes y reinas. Más adelante, el Castillo, todo de verde hiedra, y el Parterre, con sus aspilleras y sus garitas de piedra de Colmenar, especie de amable fortaleza para proteger los juegos amorosos y las intrigas cortesanas (…) ¡es tan diferente del hálito caliente y el olor a mies de los terrazgos anteriores¡

Y, ¿cómo no? TÁNGER, otra ciudad vivida y cuando más mella hace en la persona de un niño y que se le queda grabada, como toda experiencia grata en edad infantil, grapada en su memoria:

“El haber pasado mi infancia en Tánger ha sido para mí un inmenso regalo del destino, perenne en mis raíces y marcándome definitivamente.
El carácter internacional de la ciudad y su gobierno por una administración mixta semiautónoma bajo la distante soberanía del sultán marroquí atraían a gentes de los más diversos países.
En la calle se oían distintos idiomas, se usaban monedas diferentes y se practicaban varias religiones en iglesias, mezquitas, sinagogas y otros lugares sacralizados.
Prácticas y costumbres, banderas y días festivos, a veces con desfiles y procesiones que pasaban ante mi vista. Tantas maneras de vivir tan naturalmente coexistentes me hacían sentirme como en un bosque encantado, donde cada cual se aparecía con sus verdades y ámbitos respectivos, enseñándome a respetarlos y a comprenderlos hasta donde mis pocos años lo permitían.
Vivía yo así, en un mundo gratamente tolerante y permisivo”

“…mi Tánger era femenina, transpira feminidad…mi Tánger es polimorfa, habla lenguas diferentes e inspira humanismos distintos…
En aquella Tánger de 1.920, en fin, inició su curso el río que soy, como un arroyuelo poco turbulento serpenteando por el espacio doméstico en cuanto pudo gatear, primero, y luego tenerse sobre sus pies

Nunca una “ciudad visitada” será una “ciudad vivida”.
Nunca, jamás, un turista de Palencia será un perchelero.


Yo también podría describir mi “Salamanca vivida” de mis años universitarios en sus dos etapas: cuando estaba en el Seminario de Calatrava y luego, una vez secularizado, con mis primeros devaneos, con los primeros amores, con aquellos diarios en cuadernos de papel cuadriculado.

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