La perspectiva y la vida.
¿Cómo va a ser igual mi
visión estética de un paisaje que la visión que de él tiene un constructor de
bloques de viviendas?.
El burgués es el burgués y
los que no lo somos, no lo somos.
Pero… “El burgués de hoy se ha
desprestigiado y corrompido tanto que ya sólo usamos el término (“burgués”) con
contenido peyorativo, pero no olvidemos que los burgueses de otros tiempos,
además de explotar al prójimo nos dejaron legados como Florencia o la Barcelona
modernista, por poner algún ejemplo”
La verdad es que hoy hay
muchos burgueses que tienen sus casas llenas de cuadros de valor incalculable,
pero no es por amor a la estética, sino como inversión.
Siempre midiéndolo todo con
el “patrón dinero”
“Antes de ir a Estocolmo yo ya había
leído (…) el paisaje escandinavo me fascinaba; cuando llegué allí me quedé
deslumbrado. Agua, bosque, lagos…una lujuria tropical…Y luego, la libertad de
vida.
Cuando llegué allí y a unos compañeros
del congreso se les ocurrió ir a bañarse, yo dije: “es que no he traído
bañador”. “No hace falta dijeron ellos”. Nos desnudamos y nos zambullimos en el
agua. Lo peor es que el agua del Báltico estaba glacial. Salí enseguida,
excusándome, pero me contestaron: “No, si ha aguantado Ud. mucho tiempo”.
En fin, que aquello era otro mundo, otro
planeta para un español en el año cincuenta.
Escribí “Congreso en Estocolmo” bajo el
impacto de aquellas sorpresas fascinantes”
Usa como ubicación el nombre
de varias ciudades para tratar temas distintos pero que, conociendo la
historia, van adosados a ella.
“Elegimos presentar escenarios reales
con historias animadas, por un lado para facilitar la lectura y, por otro para
ilustrar las ideas principales. Todas tienen un motivo. Por ejemplo:
TAHITÍ para evocar el interesante viaje
de Bougainville para tratar el tema de mundo natural-mundo cultural.
TOMBUCTÚ nos pareció adecuado para las
tribulaciones de Tierra acerca del mundo físico, la naturaleza y sus destrozos.
GINEBRA, en tanto que ciudad
internacional, era apropiada para hablar de dinero, del inicio del capitalismo
y la independencia.
VENECIA: ¿qué lugar mejor para evocar el
placer de vivir?
Y, para finalizar, KNOSOS, por ser el origen,
la cuna de la civilización helénica”
Pero también MILÁN como una
ciudad-trampa, con “sus suburbios, las tapias, hangares, talleres cerrados, viviendas
baratas, solares, charcos… Humo y bruma, suciedad y escombros, faroles
solitarios y siniestros. Todo inhumano, sórdido y hostil. Al bajar el cristal
percibe un vaho húmedo, apestando a basura y a residuos químicos…”
Y ARANJUEZ, la ciudad que significó
tanto para él, porque allí vivió, mejor dicho, la vivió en su época dorada de
curiosidad intelectual y ¿cómo si no, en “El río que nos lleva”, de sus
gancheros y sus troncos de madera río abajo?
“Conducir la madera era un jugoso paseo
por la orilla del río, a la sombra de los árboles frondosos, inclinados sobre
la corriente como para ver desfilar a sus compañeros muertos. Se cruza el
puente de la calle de la Reina
y empiezan a mano izquierda los viveros y los jardines del Príncipe. Luego se
pasa por el embarcadero de la
Casita del Labrador y después ante la casa de los Marinos,
donde se guardan las reales falúas en que pasearon reyes y reinas. Más
adelante, el Castillo, todo de verde hiedra, y el Parterre, con sus aspilleras
y sus garitas de piedra de Colmenar, especie de amable fortaleza para proteger
los juegos amorosos y las intrigas cortesanas (…) ¡es tan diferente del hálito
caliente y el olor a mies de los terrazgos anteriores¡
Y, ¿cómo no? TÁNGER, otra
ciudad vivida y cuando más mella hace en la persona de un niño y que se le
queda grabada, como toda experiencia grata en edad infantil, grapada en su
memoria:
“El haber pasado mi infancia en Tánger
ha sido para mí un inmenso regalo del destino, perenne en mis raíces y
marcándome definitivamente.
El carácter internacional de la ciudad y
su gobierno por una administración mixta semiautónoma bajo la distante
soberanía del sultán marroquí atraían a gentes de los más diversos países.
En la calle se oían distintos idiomas,
se usaban monedas diferentes y se practicaban varias religiones en iglesias,
mezquitas, sinagogas y otros lugares sacralizados.
Prácticas y costumbres, banderas y días
festivos, a veces con desfiles y procesiones que pasaban ante mi vista. Tantas
maneras de vivir tan naturalmente coexistentes me hacían sentirme como en un
bosque encantado, donde cada cual se aparecía con sus verdades y ámbitos
respectivos, enseñándome a respetarlos y a comprenderlos hasta donde mis pocos
años lo permitían.
Vivía yo así, en un mundo gratamente
tolerante y permisivo”
“…mi Tánger era femenina, transpira
feminidad…mi Tánger es polimorfa, habla lenguas diferentes e inspira humanismos
distintos…
En aquella Tánger de 1.920, en fin,
inició su curso el río que soy, como un arroyuelo poco turbulento serpenteando
por el espacio doméstico en cuanto pudo gatear, primero, y luego tenerse sobre
sus pies”
Nunca una “ciudad visitada”
será una “ciudad vivida”.
Nunca, jamás, un turista de
Palencia será un perchelero.
Yo también podría describir
mi “Salamanca vivida” de mis años universitarios en sus dos etapas: cuando
estaba en el Seminario de Calatrava y luego, una vez secularizado, con mis
primeros devaneos, con los primeros amores, con aquellos diarios en cuadernos
de papel cuadriculado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario