COMPROMISO
“Hay una frase de Martin Luther King que
me ha impresionado muchísimo y que pienso utilizar como lema de cabecera del
libro que estoy escribiendo ahora.
La frase es la siguiente: “Cuando
reflexionemos sobre nuestro siglo XX no nos parecerán lo más grave las
fechorías de los malvados, sino el escandaloso silencio de las buenas personas”
Eso es terrible. Verdaderamente
estremecedor. Intento no incurrir en ello y, desde aquí les digo: ¡hay que
protestar, hay que definirse, hay que estar en contra de eso ¡
Que mi voz sólo llega hasta esa puerta,
pues bien; que cuando salgo en la tele llega más lejos, mejor, pero hoy no
debemos callarnos.
Cada cual en su lugar y a su nivel debe
hacer lo que pueda”
Yo soy de los que también
cree que no sólo puede pecarse de “pensamiento, de palabra y de obra” sino,
también, y más en “las buenas personas”, por “omisión”, por callarse, por no
denunciar las injusticias.
Y bien que lo puso en
práctica durante toda su vida pública, primero con sus escritos, con sus
conferencias, con sus entrevistas, en cualquier foro en que fuera invitado,
directamente, en boca propia, y luego, indirectamente en boca de los personajes
de sus novelas.
Ya fue solidario con la
expulsión a perpetuidad de Aranguren, Tierno y García Calvo.
Y ese espíritu crítico nos lo
recuerdan sus antiguos alumnos, tanto por el contenido de sus clases como por
la forma de exponerlo, para abrirles los ojos en aquella época de oscuridad
intelectual, de represión, de silencio obligatorio, de peligro por menear el
régimen.
“Todo escritor, se lo proponga o no,
refleja en su obra lo que es y lo que piensa, aunque unos más explícitamente
que otros; pero, incluso por omisión se puede sondear lo que se piensa.
Toda novela responde a la situación
social circundante”.
Si ésta es contraproducente y
perjudicial para la sociedad no sólo debe pronunciarse, criticarla y
denunciarla.
Amoldarse a ella es hacerse
cómplice de ella y se es responsable por “omisión”, lo que es un reflejo de lo
que se es.
“Pero pienso que el compromiso del
novelista es, ante todo, consigo mismo y consiste, antes que nada, en escribir,
relatar lo mejor posible e interpretar con eficacia la realidad, descubriendo
su mundo a los lectores. Esa debe ser su preocupación fundamental, y esa es,
desde luego la mía.
Y creo, sinceramente, que
durante todos estos paseos que he recorrido, acompañándolo, está quedando
meridianamente claro ese compromiso.
“Ahora bien, si entre los valores que
uno ha instaurado en su proyecto vital, a medida que se va haciendo lo que es,
figuran algunos que tienden a mejorar el bienestar o el mejoramiento colectivo,
y no sólo el propio, entonces el compromiso consigo mismo se amplia y se
convierte en compromiso también con los demás.
Por ejemplo, frente al valor
individualista que predomina en nuestra sociedad puchos propugnamos una
creciente solidaridad, nuevo valor que, curiosamente, es básico en el tercer
mundo.
Desarrollar este tema –denunciar los
valores vigentes ya nocivos, frente a los deseables- llevaría mucho tiempo, por
lo que sólo insistiré en que cada uno debe aprovechar todas las ocasiones
posibles para impulsar lo que cree mejor.
A veces a través de sus personajes (…) y
otras veces, la mayoría, tomando partido, para apoyar posiciones políticas”
Bien claro lo dejo, tanto en
el “Indignaos” como en el 15 M
y su denuncia de la injusticia y de la corrupción, tanto a nivel mundial como
en nuestro propio país.
Pero ese “apoyar” no
significa renunciar a la propia libertad, obedecer incondicionalmente, no
criticar al jefe, asumir toda la ideología de un partido,…
“Pero no en un partido que siempre
exigirá fidelidad a unas actuaciones con las que no siempre se está de acuerdo.
Puede que la eficacia aumente uniéndose
a una organización, pero el escritor sólo será creíble si se le sabe
independiente y está, por eso, en condiciones de criticar a sus afines, incluso
a sí mismo.
Apoyar movimientos sociales concretos,
SÍ, sobre temas determinados, pero partidos políticos NO, porque, además, su objetivo
es ocupar el poder, y ya he dicho lo que pienso del poder y de cómo hace inevitablemente
cambiar a las personas que se instalan en él”
No hace mucho y en
contestación, colgué en Facebook una reflexión bajo el título: “Yo no sé
vosotros”
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