jueves, 30 de enero de 2020

FILOSOFÍA: ¿INFORMACIÓN Y/O FORMACIÓN? ( 1 )




La pregunta que, automáticamente, nos surge: ¿Qué se pretende con la Filosofía: informar/instruir o formar?
¿Cuál es el papel principal de los estudios filosóficos teniendo en cuenta que la gran mayoría de los alumnos no van a seguir los estudios filosóficos?

¿Basta con adquirir conocimientos de las filosofías de los distintos filósofos, una “posesión erudita de conocimientos” o puede pretenderse filosóficamente una capacitación para descubrir el/los problema/s filosófico/s y llevar a cabo una reflexión crítica sobre actuaciones y conocimientos?

Recuerdo cuando algún alumno, a finales de curso, me decía haberse sentido platónico cuando comentábamos Platón, aristotélico cuando… cartesiano cuando… kantiano o humeano cuando…marxista cuando…y, sobre todo, nietzscheano cuando…

Todos sabemos que Sócrates (como Jesús de Nazaret) nada dejó escrito pero despertaba mucha admiración su actividad filosófica (como tábano o mosca cojonera) que incitaba a pensar y responder a las preguntas socráticas, sobre todo cuando, contradictoriamente a primera vista proclamaba “sólo sé que no sé nada” con la única intención de hacer ver que la verdad no puede “enseñarse, desde fuera, sino “descubrirse” desde dentro ya que ésta se encuentra en el interior de cada uno.
(Y solía poner como ejemplo el oficio de su madre (“partera o comadrona”) que ayudaba a que la parturienta pariera su niño sin ella haberlo previamente metido).

“Ayudar a descubrir, a destapar, la verdad que es innata, pero que está “cubierta”, “tapada” como la criatura en el vientre de la madre.

Ser partera no es ser madre, como ser filósofo no es enseñar verdades, sino sólo ayudar a que el joven las descubra en su interior.

Y era considerado “el hombre más sabio de la Hélade” según el oráculo de Delfos.

La “docta ignorancia” era la filosofía del filósofo y teólogo Cardenal Cusano.

O como el gran ilustrado, Kant, afirmaba: que no se aprende filosofía como se aprenden otras materias escolares pues “no se aprende filosofía, sino a filosofar”, no filosofemas (contenidos) sino practicarla (actividad)

La fuerza y la validez filosófica deben estar presentes en el hombre, como individuo, como ciudadano y como conocedor de otras muchas materias.

Ya Platón, el discípulo de Sócrates, en sus escritos había considerado la filosofía en su relación con la educación de un nuevo tipo de hombre.

La República de Platón es, ante todo, una obra de “formación humana” y no sólo, ni principalmente, de “información/instrucción”.

La filosofía, para Platón, no es un conocimiento meramente de “contemplación pasiva” sino un “afán por saber” sino que implica una “actividad que ponga a prueba esos conocimientos”.

Sócrates, su maestro, ya lo había dejado claro al responder al alumno que lo interrogaba:

         .- Maestro, ¿“saber/conocer la virtud” para qué?
         .- Para “obrar” bien, virtuosamente.
         .- Y obrar bien/virtuosamente ¿para qué?
         .- Para “ser” virtuoso, para “ser” feliz.

Si SABE que es la Justicia, la Prudencia, la Solidaridad, la Compasión,…OBRARÁS justamente, prudentemente, solidariamente, compasivamente,.. Y SERÁS Justo, Prudente, Solidario, Compasivo,…SERÁS FELIZ.

De aquí a que “El Filósofo debe ser el Rey/Gobernante o todo Gobernante/Rey debe ser filósofo no hay más que un paso” sólo entonces la miseria política del mundo podrá ser trocada en una polis perfecta, humana, feliz.

Éste (y no otro) es el fin y objetivo de la República: la Episteme (Verdad) (y no la Doxa (Opinión) llevada a la práctica.

Igualmente Epicuro, en su Carta a Meneceo, al considerar la Filosofía como “cuidar de la salud del alma”.

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