Vamos a pensar con la cabeza.
Dios nos dio 10 mandamientos
para que los cumpliéramos y, así, poder entrar en el reino de los cielos.
Como yo sólo soy un hombre,
os voy a dar 10 consejos para que podáis ser reyes en la tierra.
1.-Los números no esenciales
tienes que tirarlos a la basura.
Y cuando hablo de números
esenciales, hablo de los números de la edad, del peso, de la altura, de la
glucosa o del colesterol. Deje que sus médicos se preocupen de “sus” números.
Para eso les paga Ud., para
que se preocupen por sus números.
Ud. cumple las prescripciones
y se olvide de los números.
2.-Mantenga sólo a los amigos
alegres.
Un gruñón, un criticón, un
“avinagrao” nunca puede ser un amigo.
Échese amigos optimistas,
simpáticos, sonrientes, chistosos.
Páseselo bien cuando esté con
ellos y recordando los buenos momentos cuando esté solo.
Unas cañas, un paseo, una
excursión, una tertulia,….todo eso.
3.- Manténgase siempre
aprendiendo.
Aprenda informática,
jardinería o artesanía.
Aprenda a hacer sudokus, sopa
de letras o crucigramas.
Lea y reflexione sobre lo que
lee.
Escriba sus reflexiones y mándeselas
a un amigo por correo electrónico.
Entre por internet en las
revistas que le interesen, en los artículos o editoriales que desee.
Pero siempre con el motor del
aprendizaje encendido.
Es la Gimnasia Mental
que decíamos antes. Gimnasia continua, aunque no sea muy intensa. No hay que
dar acelerones mentales. Recuerda siempre que un cerebro vago, un cerebro
holgazán, un cerebro apagado, es el lugar ideal para habitarlo el diablo.
Y a nuestra edad, el diablo
tiene un nombre. Pero hay que declarar persona “non grata” al señor ese alemán
(de cuyo nombre no quiero acordarme aunque sí que me acuerdo).
4.- Disfruta de las cosas
sencillas, de las cosas pequeñas, que, además, suelen ser gratis.
Un paseo tranquilo respirando
a fondo. Ese banco a la sombra viendo pasar a la gente o jugando a unos niños,
oyendo a los pájaros, oliendo a pino, saboreando un helado.
Y todo parsimoniosamente. Sin
prisas. Tranquilo. Con los cinco sentidos alerta y funcionando. Charlando con
tu pareja y/o con tus amigos. Ojeando la prensa gratuita.
Cosas y situaciones que las
tienes a mano. Soltando, para tus adentros, un ¡joer¡ ante esa belleza
escultural que se acerca, que llega y que pasa.
Los ángeles existen y, de
cuando en cuando, pasean por la tierra.
5.- Ría. Ría mucho. Ría a
menudo, sin cortarse. Ríase del mundo, poniéndoselo por montera. Ríase de los
políticos y de los banqueros. Ríase de los precios de las angulas. Ríase de los
sueldos escandalosos de los ejecutivos. Ríase de los que compran sin necesidad y de los que venden por
interés. Ríase del precio de un cafelito o de una caña por estar sentado en una
terraza. Ríase de la televisión y de sus horteros programas. Ríanse, por favor,
por lo que sea o de lo que sea, pero ríanse. Ríanse de todo lo que yo estoy diciendo (¡ya veo que
no se ríen). Ría hasta atragantarse. La risa es el abono, el fertilizante de la
vida.
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