MIEDO A LA VEJEZ (1)
Antiguamente se decía que la Historia de la Humanidad era la Historia del
Descubrimiento de la Verdad.
Hoy los científicos afirman
que la Historia
de la Humanidad
es la Historia
de los errores que se han cometido pero que, al ser conscientes de que son
errores, al saber que se han equivocado, los hombres han intentado corregir y
superar y, así, se han acercado más a la verdad.
No se va a la Verdad. Se va huyendo
del error, porque éste va en perjuicio del hombre, y el hombre, lo que quiere
es no tener problemas o, mejor, solucionarlos cuando se le presenten.
Nuestra primera intención no
es tener, acaparar cosas, sino solventar necesidades, resolver los problemas.
Pero si uno quisiera hablar
como hombre, a secas, y no como científico, diría que la Historia de la Humanidad es la Historia de los Terrores
y de las perplejidades que esos terrores le han suscitado.
Terror, más que Miedo, es lo
que el hombre primitivo sentía, en primer lugar de las fuerzas de la
naturaleza, algo inexplicable.
¿Por qué, de dónde, esos
truenos, esos relámpagos, esos rayos, esos vientos huracanados, esos temporales
o esas sequías?.
¿Por qué?, ¿De qué o de quién?.
¿Cómo huir de ellos y ponerse
a salvo?. ¿Cómo preverlos?. ¿Cómo anularlos o contrarrestarlos?.
No lo sé. He ahí el problema.
Y como no lo sé, para acallar mi intranquilidad, para darle salida a mi
perplejidad, para tranquilizar, en un primer momento, mi agitación psíquica,
por eso CREO en …..
Cuando no se SABE, se CREE.
“Lo que se cree no se sabe,
lo que se sabe no se cree”.
Así que, ¡vengan dioses a
mí¡.
El dios de la lluvia, el dios
sol, el dios del viento,….vengan dioses.
Además, sacrificios, ofrendas
y rezos para acallarlos y hacerlos propicios.
Para calmarlos.
Porque todos esos fenómenos
son la manifestación de un cabreo divino.
Pero Terror, también, al
bárbaro, al extranjero, que invade o puede invadir mis tierras, y puede
quitarme mi casa, y robarme mis bienes, y apoderarse de mi mujer y de mis
hijos.
Incluso puede matarme.
Si lo primero fue un miedo a
Lo Otro, ahora es un miedo, un terror, a Los Otros.
Pero también es Miedo,
Terror, a la enfermedad personal o colectiva, a la peste.
¿Por qué?.
Terror a los brujos, terror a
la pobreza, a la guerra, al hambre.
¿Por qué?, ¿Por qué?.
Cuando el hombre NO SABÍA y
apenas PODÍA, por eso CREÍA.
Nosotros, hoy, no creemos que
el sarampión, que la gripe, las guerras, la pobreza, las tormentas, los
terremotos,… se solucionen con oraciones, con novenas y sacrificios.
El médico, el diálogo entre
los contendientes, la solidaridad, la ciencia,…todos ellos productos humanos,
son las soluciones a esos problemas humanos.
Las oraciones nunca estarán
de más, pero ni son necesarias, ni mucho menos suficientes.
Son como con los amantes.
Para los amantes, los regalos
entre ellos, ni son necesarios, ni son suficientes, pero nunca están de más.
Todo lo que el hombre ha
hecho para apaciguar, para disminuir o desterrar todos esos Terrores, es a lo
que denominamos Progreso.
Las vacunas, el diálogo y los
tratados, el 0,7% del P.I.B. de cada nación, la enseñanza y la cultura, los
pararrayos, los materiales antisísmicos para la construcción,….Todo eso es
Progreso. Que no se nos ha sido revelado, sino que es a lo que nosotros hemos
llegado con el eterno método de ensayo/error.
Progreso Material.
Otra cosa será el Progreso
Moral.
De que Sabemos más, de que Podemos
más, nadie lo duda (no tenemos más que mirar el mundo de nuestros abuelos).
Pero: ¿Somos mejores que ellos,
que los antiguos?.
¿Van paralelos, de la mano o
abrazados el Progreso Material y el Progreso Moral?.
Hoy podemos afirmar que si
queremos conocer las entrañas de una época concreta no tendríamos más que saber
cuáles eran sus miedos.
Sólo así comprenderíamos sus
ideas, sus creencias, sus ritos, sus artilugios o artefactos.
En nuestro mundo occidental,
en nuestra sociedad desarrollada, hoy, ahora, aquí, hay un miedo, un terror,
que la traspasa de punta a punta.
Es el miedo a la VEJEZ.
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